sábado, 2 de noviembre de 2013

No hay mujeres en "Intemperie"


Para la lectura colectiva de "Intemperie", de Jesús Carrasco. La de "La acequia", la dirigida por Pedro Ojeda.

Porque ayer escribí un comentario en el blog de Pancho:

"Había reunido en torno a él a los hombres del pueblo, a todos los brazos curtidos y poderosos que hundían los arados en la tierra y llenaban los doblados de grano"

(Tomado de "Intemperie" de Jesús Carrasco)

Y caí en la cuenta de que, en "Intemperie", encontramos:

Un mundo de hombres rudos, no hay mujeres en "Intemperie", sólo algunas menciones a la madre y a las que presuntamente la consolarían de la desaparición de su hijo. Ah, sí, el muchacho, todavía en el agujero,  se alegra de que los galgos no puedan seguir su rastro como lo harían los perros señoritos de la ciudad. De los galgos pasa a las fustas que someten por igual a mujeres, niños y perros. Un mundo sin mujeres, un mundo violento, de ojo por ojo y diente por diente.
 
Pienso que donde la mujer es excluida...la "intemperie" es más "intemperie".

La mujer civiliza al mundo, al menos yo lo pienso así.


 
Un abrazo de:

María Ángeles Merino

 

9 comentarios:

Bertha dijo...

Bueno...ahí pondrian yo un punto y aparte.

La mujer lo tiene siempre más complicado en todas las fases de la vida.Por eso hay que educar en igualdad aunque seamos diferentes(fisicamente)pero que mejor que llevar las riendas entre dos: ni someter- ni someterse...

Un abrazo MªAngeles.

pancho dijo...

Has hecho bien en darle al comentario la relevancia que merece, la parte más noble del blog. No cabe duda de que aquí se ve más que en la Cueva de Montesinos de los comentarios del cuento que no es cuento. Me pareció estupenda tu observación. Que no aparezcan mujeres en esta novela no es ninguna devaluación social para ellas. En vista de la catadura moral del personal que circula por el relato, es mejor esconderse o mantenerse al margen.
Un abrazo.

María Pilar dijo...

Que no aparezcan mujeres subraya más el frío y la terrible soledad de su título.
Besos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Exacto. Qué precisa visión la tuya. En efecto, la ausencia de la madre, la ausencia de las mujeres implica, simbólicamente, la dureza de este mundo.

Pamisola dijo...

No estoy leyendo el libro, pero creo que habrá que contar con las mujeres lectoras, con sus opiniones y su punto de vista le añadirá el espíritu femenino aunque no se vea.
(Cosas mías)
Besos.

Ele Bergón dijo...

Efectivamente, te has dado cuenta de que en la novela de Jesús Carrasco no aparecen las mujeres, apenas una leve referencia a la madre y las mujeres que imagina el niño que la consuelan. Yo no me había dado cuenta, al menos en su "no protagonismo".

Puede ser que el autor lo haya hecho a conciencia para demostrar que la dureza del mundo la ponen los varones, pero puede ser por otras causas que no sabemos.

¡Cómo afinas abejita!

Un abrazo

Luz

Paco Cuesta dijo...

Quizá el drama ya era suficiente.
Besos

MIMOSA dijo...

¡Vaya ojo clínico!
Pues sí, no creo que muchos hayamos caído en ese detalle.
Ahora que lo dices...de ahí toda esa dureza.
Aunque mi experiencia me dice que las mujeres podrían con ella y mucho más, la fuerza con la que una mujer se enfrenta a cualquier situación, para mi es envidiable.

Besos

Gelu dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:

Se explica el silencio de las mujeres. Y su madre, tal vez, enferma o no muy fuerte.
Pág.10[...]”Allí sólo había galgos[...]flameaban líneas rojas en sus costados como recuerdos de las fustas de los amos. Las mismas que en el secarral sometían a niños, mujeres y perros.”
Pág.10[...]“Olores que no debería estar oliendo, pero que él había buscado. Olores que lo alejaban de la madre.”
Pág.21[...]”el miedo ya estuviera corriendo por las calles del pueblo, camino de la casa de sus padres. Un torrente invisible que arrastraría a las mujeres de la aldea hasta remansarlas en torno a la madre, arrugada como una patata vieja, tendida lacia sobre la cama.”
Pág.43[...]”Recordó la tarde en que el padre irrumpió[...]sacó su navaja. La madre abrió la boca[...]

Abrazos.