domingo, 30 de agosto de 2009
La abejita lee "El Espolón"
La abejita lee "El Espolón",revista "probe" para gente rica (sólo de espíritu)
No os la perdáis, está en http://espoloneando.blogspot.com/
Gracias
jueves, 27 de agosto de 2009
Unos árboles altos y sombrosos, una pareja de hecho y el caballero del Bosque.
Éstos son los más altos y sombrosos de los que tengo cerca (la Quinta)
Comentario al capítulo 2.12 del Quijote, publicado en "La acequia", en la entrada titulada "El Caballero del Bosque", correspondiente al día 27 de agosto de 2009.
No todos los días se vive una aventura con un demonio, un emperador y la mismísima Muerte. No es de extrañar que el caballero y el escudero hablen de ella, después de haberla vivido, mientras cenan del “repuesto”, cobijados por unos "altos y sombrosos árboles”. Me temo que, en la actualidad, no abunden las frondosidades por tierras manchegas.
Sancho se alegra de haber optado por los crías, ante la ausencia de “despojos”, en el último episodio. A propósito, Don Quijote le apunta, con sorna, que si hubieran atacado, podría haberse quedado con la áurea corona imperial. Sancho replica, él ya sabe que las coronas de los emperadores farsantes son siempre de hojalata y Cervantes, que se quedó con ganas de seguir hablando de la farándula y de la carátula, aprovecha la ocasión para que el hidalgo suelte su discurso en torno a un tema de ida y vuelta: el teatro espejo de la vida y la vida como teatro.
El temita nos recuerda a los pobres mortales que cada uno representamos nuestro papel teatral, mejor o peor, hasta que llega la Muerte, da por finalizada la función y ¡fuera el disfraz! Sancho ha oído muchas veces eso del teatro del mundo y así se lo hace saber a su amo. Fue un tópico clásico y medieval, muy del gusto del siglo XVII, aunque el que lo llevó a su máxima expresión, Calderón de la Barca con su auto “El Gran Teatro del Mundo”, era un muchachito cuando Cervantes escribía este capítulo.
Lo apunta Cervantes antes de que se nos ocurra preguntarnos de dónde saca este “simple” la culturilla. Don Quijote nota que su criado ha ganado en “discreción” y se lo hace saber. Incluso ha sido capaz de añadir otro tópico equivalente: la vida humana como partida de ajedrez, cuyas piezas van a parar, al final, al mismo saco.
Sancho se considera un campo bien abonado por el estiércol de las palabras caballerescas y espera dar buenos frutos. Don Quijote se ríe y considera que a su criado algo de su “discreción” se le ha pegado, aunque muchas veces se despeñe con la ignorancia a cuestas. Lo suyo son los refranes…
Le dan a la húmeda buena parte de la noche hasta que a Sancho se le “cierran las compuertas”, desaliña a su rucio y le deja pastar. La misma libertad da a Rocinante, pero sin quitarle la silla, como lo ordena una vieja costumbre caballeresca.
Y al llegar aquí, Cervantes aprovecha la ocasión para hablarnos de la gran amistad del rocín y del rucio, quiere hacer un alto y dar gusto a ese lector que busca historias para reír. Nos informa de que el autor compuso varios capítulos en torno a esa cuadrúpeda amistad ; pero no los incluyó por guardar la “decencia y decoro”. Tampoco es para tanto, parece ser que los dos animalillos se rascaban el uno a otro y, una vez a gusto, pasaban las horas cuello sobre cuello, así hasta tres días. Amigos con derecho a roce, su amistad fue tan grande como la de aquellos amantes de la antigüedad: Niso y Euríalo o Pílades y Orestes. Bueno, si los compara con ésos, ya entendemos la “decencia y decoro” del autor, que los salvajes tribunales de entonces no se andaban con chiquitas a la hora de castigar la homosexualidad en la hoguera, no así en la antigua Grecia… Sea como sea, su amistad es un ejemplo para los humanos que tan mal entendemos la amistad., que si lanzas, que si chinches…
Y sigue Cervantes, con mucha guasa, mostrándonos ejemplos de la ejemplaridad animal. Descubrimos que de las cigüeñas aprendimos lo de las lavativas, alguien se debió fijar en un cigoñino metiéndose el pico en…De los perros aprendimos a provocarnos el vómito y a ser agradecidos, esto último lo aprendimos peor…Y más lecciones de más bichillos…
Finalmente Sancho se queda dormido bajo un alcornoque, y su señor permanece dormitando, que no es lo mismo, al pie de una robusta encina. No les dura mucho el sueño porque, poco después, al de la encina le despierta un ruido. Son dos hombres a caballo que rendidos, van a descansar allí mismo. Uno de ellos, para mayor asombro de nuestro hidalgo, parla como recién salido de una novela de caballerías, se deja derribar de la silla, no puede más y cae en tierra con un crujir de hierro viejo. Croc, croc, croc. ¡Lleva las armas puestas!
Me he encontrado al caballero del Bosque en el centro de Burgos.
A continuación, con voz lastimera, se queja de la hermosa Casildea de Vandalia, la “más ingrata mujer del orbe”. El cautivo caballero se consume, peregrina y trabaja duro; mas ella, ni caso. Coqueta y vanidosa, le encanta que le regalen los oídos; no tiene bastante con que navarros, leoneses, andaluces, castellanos y los de la Mancha la confiesen como la más hermosa del mundo… ¡Son muchos, Casildea, guapa!
¡Alto ahí! Menos Mancha, que don Quijote nunca ha confesado algo tan perjudicial a la belleza de su Dulcinea. Pero paciencia, a ver lo que sale por esa boca...
Pero el caballero del Bosque oye que hablan de él, interrumpe sus lamentos y pregunta quién va ,con el lenguaje propio de los caballeros andantes. Don Quijote contesta y está encantado, hablando de caballero a caballero, de afligido a afligido. ¡Y lo coge del brazo! ¡Y le invita a sentarse! ¡Y se sientan en paz, aunque mañana vayan a romperse la cabeza! No te adelantes, narrador sabelotodo...
El del Bosque pregunta a don Quijote si es enamorado, “por ventura”. El de la Triste Figura lo es “por desventura…aunque los daños que nacen de los bien colocados pensamientos antes se deben tener por gracias que por desdichas “. El del Bosque habla de desdenes ¿Desdenes? Nunca…y aquí mete el cucharón Sancho Panza que califica a Dulcinea de “borrega mansa”.
El del Bosque se extraña de un criado tan parlanchín, tan atrevido, “que se atreva a hablar donde habla su señor”,. Mira que el suyo no despliega los labios...
Sancho protesta, él ha hablado y puede “hablar delante de otro tan…” Pero el escudero del Caballero del Bosque le coge del brazo y le invita a que vayan, los dos, a donde puedan hablar en la intimidad, “escuderilmente”. Entre ellos “pasará un gracioso coloquio”, lo veremos en el siguiente capítulo.
Un abrazo para todos de:
María Ángeles Merino
Pedro Ojeda Escudero dijo en este blog:
¡¡No se te escapa nada!! Al fin el Caballero del Bosque cazado en pleno Burgos...
A partir de mañana vuelvo a la normalidad en La Acequia.
Gracias, Pedro, seguiremos al del Bosque. Le gustan las cuchillerías burgalesas para afilar sus herramientas.
domingo, 23 de agosto de 2009
¿Estamos aquí, o en Francia? (Quijote, 2-11)
http://freepages.genealogy.rootsweb.ancestry.com/~louislarocque/marssacPont.jpg
Ele Bergón dijo:
Hola coleguis.
Yo también estoy en Francia en un ordenador que tiene todas las teclas cambiadas; así que un saludo desde Marssac; un pueblecito en la ruta de los Cátaros. De los acentos os olvidáis. Gracias a Michel.
El Sanchico.
La abejita puso las tildes, estos ordenadores franceses...Besos, Ele.
jueves, 20 de agosto de 2009
"Avive y despierte"
"vuestra merced se reporte, y vuelva en sí, y coja las riendas a Rocinante, y avive y despierte" (Cervantes acordándose, quizás, de Jorge Manrique)
"¿Estamos aquí, o en Francia? "
Una buena pregunta para mis compañeros de blog(mosca y arañita)
Comentario al capítulo XI del Quijote, segunda parte (publicado en http://laacequia.blogspot.com/).
He dividido este capítulo en dos partes:
En la primera, que he titulado “Avive y despierte”, tenemos a un Sancho, psicólogo de pacotilla, que intenta sacar a su señor del abatimiento, tras la visión pollinesca de Dulcinea. Ay, Sancho, que provocaste la enfermedad y ahora quieres curarla.
En la segunda, auténtico homenaje de Cervantes al teatro ambulante, caballero y escudero tienen un encuentro con una carreta- escenario que transporta a los comediantes de una compañía teatral. La he titulado “Sopa de piedras”, título que da pistas cerca del desenlace de dicho encuentro.
“Avive y despierte”
Don Quijote está tan absorto en sus pensamientos que Rocinante va sin riendas y se da un atracón de jugosa hierba. ¡Ay, que tuvo delante a Dulcinea y no la pudo ver en su bellísimo ser! ¡Qué brinco dio la labradora de la carita redonda y la nariz chata! ¡Qué olor a ajos crudos!
Sus tristes pensamientos lo llevan fuera de sí. Recordemos que, en el capítulo anterior, rogaba a su escudero: “Mira no me engañes, ni quieras con falsas alegrías alegrar mis verdaderas tristezas”. En éste, Sancho parece contestar, con estas sabias y serenas palabras: “Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres, pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias”.
No, al buen Sancho no le conviene que su amo caiga en el pozo de la desesperación y le pide que “avive y despierte”, como el poeta Jorge Manrique lo hiciera con “el alma dormida”. Empieza a enfadarse, pero con cariño: “¿Qué diablos es esto?... ¿Estamos aquí, o en Francia?”Más tarde, el enojo sube de tono y el muy blasfemo manda al diablo a Dulcinea. La salud de su amo ante todo y… las tres crías prometidas que no vienen nada mal.
Antes se coge a un mentiroso que a un cojo y Sancho mete la pata con aquello de “quien la vido y la vee ahora”. Olvida que él no vio a la aldeana de la pollina sino a la bellísima princesa de la hacanea, con “la entereza cabal de su hermosura”. Don Quijote no se da cuenta del patinazo; mas sí recuerda a Sancho, puntillosamente, que describió equivocadamente su hermosura. Los ojos de su dama no pueden ser de perlas, parecería un besugo, sino de verdes esmeraldas. Las perlas para los dientes…
El escudero admite su equivocación en lo de los ojos y, de paso enmienda el gazapo anterior: es que le turbó tanta hermosura. Y con una socarronería increíble, sólo superada por la del bachiller Carrasco, expone a su señor la preocupación por esos pobrecitos gigantes o caballeros que, tras haber sido vencidos por su señor, busquen a Dulcinea en el Toboso, para presentarse ante ella. Tal vez anden alelados, recorriendo todo el pueblo, dando tumbos, como ellos mismos en aquella larga noche y, aunque la tengan delante de sus narices, no la conozcan.
Pero don Quijote se niega a creer lo que no quiere creer y responde que el encantamiento no afectará a los vencidos. Y lo comprobarán fácilmente, en lo que toca a su locura siempre posee recursos, por medio de uno solo de los derrotados que tendrá la obligación de presentarse ante la dama tobosina; pues se le ordenará que regrese después, para contar lo sucedido.
Tal vez, Sancho se esté riendo por dentro, sí seguro que alguno vuelve… pero manifiesta su conformidad con el “artificio”. Él va a lo que va: Dulcinea bien, ellos bien, alguna aventura que le permita ganar lo prometido y el tiempo dirá.
Un abrazo para todos de:
María Ángeles Merino
Pedro Ojeda Escudero dice en http://laacequia.blogspot.com/
En sucomentario del capítulo XI, señala los puntos esenciales y pone de relieve la incongruencia cronológica entre el tiempo narrado en la Primera parte y el de la Segunda. Ya vimos esto, pero quizá deberíamos volver a ello. No os perdáis su ilustración de sopa de arroyo... También comenta el aspecto más filosófico del capítulo, con apreciaciones bien exactas que os recomiendo.
Gracias , Pedro, y sigamos filosofando con el Quijote.
"Sopa de arroyo"
"todos se cargaron de piedras y se pusieron en ala esperando recebir a don Quijote en las puntas de sus guijarros"
"Asaz de locura sería intentar tal empresa: considere vuesa merced, señor mío, que para sopa de arroyo y tente bonete no hay arma defensiva en el mundo, sino es embutirse y encerrarse en una campana de bronce"
Continuación del comentario al capítulo XI de la segunda parte del Quijote, publicado en http://laacequia.blogspot.com/
"Sopa de arroyo"
Se les cruza una carreta, cuando don Quijote se dispone a contestar a Sancho. Va ocupada por los personajes habituales de un auto teatral barroco: un demonio, la Muerte, un ángel, un emperador, una reina, el dios Cupido y un caballero armado pero con plumas. Sancho se asusta; pero nuestro caballero andante, una vez pasada la primera impresión, se alegra de que se le presente una peligrosa aventura.
Muy decidido, se coloca delante y con voz de trueno, la de decir “non fuyades, cobardes y viles criaturas”, se dirige al cochero demonio y le insta a que se presenten tan singulares ocupantes. El demonio, actor principal y cochero, le informa de que son recitantes de una compañía de teatro. Acaban de representar un auto titulado “Las Cortes de la Muerte” en un pueblo cercano, con motivo de la octava del Corpus*. Han de representarla en otro pueblo, ese mismo día y, para ganar tiempo, no se han quitado los disfraces.
Hasta aquí todo como la seda; pero un comediante vestido de “bojiganga”, con cascabeles y vejigas hinchadas para pegar, espanta con sus gracias a Rocinante que corre más que una gacela, quién lo hubiera imaginado.
Caballo y caballero dan con sus endebles huesos en tierra, Sancho baja del rucio y el de la vejigas aprovecha para zurrar al pobre asno que “vuela” por el campo. ¡Ay, que ese mamarracho le está pegando en las ancas! ¿A quién atiende el escudero? ¿Al de dos patas o al de cuatro? Como buen criado, dará prioridad a su señor. Le ayuda a levantarse, informándole de la segunda desaparición del rucio que, esta vez, va a ser de muy poca duración. Si ha sido el Diablo, don Quijote declara estar dispuesto a buscarlo en los infiernos. Y reacciona, qué espabilado se ha vuelto este hidalgo, con gran sentido práctico: cogería las mulas de la carreta para compensar la pérdida del rucio.
Afortunadamente, el Diablo lo abandona y el animalillo vuelve con su amado amo. Don Quijote señala la conveniencia de castigar la mala acción del demonio cascabelero, en alguno de los de la carreta. Sancho no quiere tomarla con farsantes porque son, según él, gente estimada por todos y protegida por el poder. El caballero andante no está dispuesto a dejar sin castigo al demonio “farsante”, favorecido o no. Y se pone a dar voces, indicándoles que se detengan y se enteren de cómo hay que tratar a un burro andante.
Bajan todos los de la carreta, se aprovisionan de guijarros y amenazan con arrojárselos. Don Quijote piensa cómo acometerlos y menos mal que Sancho llega a tiempo para disuadirlo de la “asaz locura”: hacer frente a la “sopa de arroyo”. Muy sabiamente, le recuerda que no se puede ir contra un ejército donde esté la Muerte…¡y que ninguno es caballero andante! Ahora sí que ha dado en el blanco, no, no puede sacar espada contra los que no son caballeros andantes. Le toca al escudero…
Ni hablar, Sancho no quiere tomar venganza de nadie, desea vivir en paz. Don Quijote aprueba la decisión de su criado y le dedica elogiosas palabras. No faltarán mejores aventuras. La Muerte se retira con “todo su escuadrón volante”.De momento, que la Muerte vence siempre.
* Incongruencia cronológica: Si en la segunda salida don Quijote volvió a casa en septiembre, la tercera debió de suceder a mediados de octubre. Sin embargo, ahora están en junio ya que celebran la octava del Corpus.
Este capítulo tendría lugar el miércoles 19 de junio de 1614, según la cronología que establece Alfredo D.Bateman en "Las jornadas del Quijote"
http://cvc.cervantes.es/obref/quijote_america/colombia/bateman.htm
Pedro Ojeda dice en este blog:
En efecto, ya comenté esto de la incongruencia temporal en una entrada de La Acequia: la Primera parte es veraniega, ésta primaveral. A Cervantes no le importó mucho esto, porque lo que quería era ajustar los ritmos cronológicos al estado de los personajes. Lo veremos. Bien ilustrada la sopa de arroyo.
Gracias Pedro y bienvenido.No, no nos imaginamos un Quijote invernal...
Un abrazo a todos:
María Ángeles Merino
lunes, 17 de agosto de 2009
Día 6: La gruta del Bramabiau y el Monte Aigoual 104 km
Hoy nos hemos quedado más tranquilos a la hora del desayuno. Hemos bajado antes, y de nuevo nos han mandado al bar. Pero esta vez había más mesas preparadas, y luego ha ido llegando gente a desayunar. Así que no era cosa del desodorante.
Hoy la ruta nos ha llevado a la gruta del Bramabiau. El río Bonheure nace por los alrededores. Se filtra a través de la roca caliza, y cae a esta gruta, donde forma un río subterráneo que a la salida se llama Bramabiau. El nombre es de origen occitano, y significa "bramido del toro", (del occitano "Brama", bramar, y "biau", que en francés es boef, toro). El río sale de la gruta formando una cascada. En las épocas de lluvia sale tanta que hace tanto ruido que a los occitanos les pareció igual que el bramido de un toro. Pero intentamos imaginar una cascada haciendo "MuuuuuUUUUUuuuu"... y como que no terminamos de verlo.
La ruta por la gruta (je, suena rebuznante) es guiada. En francés, por supuesto. Eso sí, cuando coges los tickets en la caja te dan una traducción escrita al español. Eso nos sonaba. Cuando estuvimos en Budapest, fuimos a visitar unas cuevas. La visita era guiada, en magiar por supuesto. Pero nos daban una traducción escrita para que la fueramos leyendo. Lo que no nos queda claro es si hay que leerlo al tiempo de la visita, o antes, dada la poca luz que había. El caso es que en Budapest, el grupo de visita era variado, con mucho guiri que no hablaba húngaro ni de casualidad. Así que íbamos por la gruta, la guía soltaba su rollo que entendía sólo la mitad del grupo y seguíamos. Llegó un momento en que un húngaro empezó a pedirle a la guía que tradujera algo al inglés por respeto a nosotros (los guiris). Y se montó un pollo. La guía debía tener uno de esos días "la felicidad de ser mujer", de "a qué huelen las nubes", y estaba de mala leche. Luego otro húngaro debió soltar algo así como "Estamos en hungría, si no entienden húngaro es su problema", cosa que dedujimos porque el primer húngaro (que tuvo la decencia de decirnos en inglés lo que le estaba diciendo a la guía) respondió en inglés algo así como "¡Ya estamos con los nacionalismos!".
Y ahí, en medio del motín nosotros los guiris. Al final la guía accedió a resumir un poco en inglés lo que se iba diciendo, y pudimos salir sanos y salvos de la cueva. Así que la visita a la gruta del Bramabiau comenzaba con un deja vu. Pero no pasó de ahí. En el grupo nosotros éramos los únicos guiris. Y bueno, mal que bien, una vez leída la traducción, sabiendo lo que iba a decir el guía, se entendía alguna palabra.
La visita transcurrió sin motines ni sorpresas, en medio de la oscuridad, el agua, las estalactitas y los 8 o 10 grados de temperatura.
Parece ser que en la cueva había pinturas rupestres. O eso decía el folleto. Las pinturas estaban ahí, pero siempre queda la duda si no lo habrá pintado algún guía cachondo. Porque comparado con esas pinturas, Altamira es el museo del prado y lo de Bramabiau el garabato de un niño.
Una vez fuera, tras una hora de visita a la gruta, nos fuimos al Monte Aigoual. Es uno de los picos más altos de la zona (1565 metros sobre el nivel del mar) donde hay ubicado un observatorio meterológico. Se abrió a finales del siglo equis-palito-equis, y aún sigue en activo, aunque han habilitado una parte de exposición y visita.
Cuando llegamos eran las dos y media de la tarde. Sí, tarde para intentar comer, pero lo intentamos. Nos sentamos en la mesa del restaurante, donde hay gente comenzando su comida. Sale la camarera con un plato con una salchicha gigante y patatas fritas, y se la endosa a los que tenemos a lado.
- Mira que bien, todavía sirven comida- nos decimos babeando más que los perros de Pavlov.
Entonces se nos vuelve la camarera para ver qué queremos:
- Pur manyer, an salad sivuplé
- Non, le service c'est finite!
¿Lo qué? ¿Era eso otro deja vu? Acaba de salir con un plato con una salchicha más grande que ella y patatas fritas, ¿y nos dice que ya no se cocina más?. Mientras tenemos aún la cara de sorpresa, la chica se va, vuelve y nos dice que nos puede dar sandwiches. Pero con un tono al que le faltaba añadir "y os estoy haciendo un favor". Así que nosotros, que somos muy orgullosos, decimos que no, y nos vamos. Hoy no se come.
Por lo menos aprovechamos para ver la exposición: instrumentos antiguos de medida, explicaciones de cómo se forman las tormentas y los cumulonimbos, los frentes fríos, los frentes calientes... Cosas que la Mosca le encantan, y que a la Arañita no.
De vuelta al hotel, nos dieron noticias de Suri. Que seguía orinando rojo, con sangre. Así que con el disgusto, empezamos a empaquetar, y a terminar de suspender las vacaciones. Al día siguiente, cumpliendo una semana de viaje, volvimos a Madrid.
C'est finite!
domingo, 16 de agosto de 2009
Día 5: Runes, Mende y Marvejouls 147 km
Hoy el día ha empezado pelín torcido. Hemos bajado a desayunar pasadas las nueve y media, porque habíamos leído que el desayuno era hasta las 10, que no está mal. Pues nos han dicho que en vez del restaurante, fuéramos al bar, y ahí nos han dado el desayuno, apartados de los que estaban terminando. Que todavía no sabemos por qué, si es porque ya estaban recogiendo el restaurante, porque nos han visto la cara de españoles, por no usar el desodorante, o qué. Para rematar, cuando nos han traido nuestro "schocolé", ese que sólo saben hacer caliente, nos han traido por un lado la leche caliente, y por otro un par de sobres de Nesquik, como el que usamos nosotros en casa. ¿Y tan difícil es que entiendan que eso mismo, pero con la leche fría, sin calentar, se puede hacer? Los alemanes son los que tienen fama de cabezones, de seguir el manual aunque diga disparates. Vamos a empezar a pensar que los franceses son primos-hermanos.
Hoy no queríamos cansarnos mucho, porque con tanto coche en los días pasados, se nota. Así que la idea inicial era ir a Mende y Marvejouls, dos pueblos distantes unos 30 o 40 km, y pasear por ellos, sin cansarnos mucho. Pero (siempre hay un pero), de camino la Mosca ha visto un desvío que decía "cascadas de Runes" (escrito en francés, obviamente), y ni corto ni perezoso se ha dicho, "leñe, ¡ya que pilla de camino!". Hay que decir que para salir de Florac, hay que subirse toooodo el desnivel que hay hasta la meseta, que son 400 metros. Arriba del todo estamos a 1000 metros sobre el nivel del mar, que no es moco de pavo. Es como estar en la sierra, y se nota en la temperatura y la brisa fresca que corre. Que se agradece, por supuesto.
Caminito con el coche, hemos llegado al pueblo de Runes, donde está la cascada de agua. Hay que andar un poquillo entre pinos y piedras, y al final hemos llegado para ver esta preciosa estampa:
Merecía la pena desviarse. De vuelta al camino original, pasamos también por una zona en la que se supone que había menhires. Y como la Mosca es muy de ver piedras (no tanto la Arañita, que le pone caras a la Mosca cada vez que quiere ver piedras), pues también nos hemos parado.
Pero poco había que ver. Se supone que era un circuito de unos 5 km, pero entre la solana que caía, y que las pocas piedras que hemos visto no eran lo que se dice espectaculares, hemos decidido que mejor irnos con la música a otra parte. Con los paseitos entre cascadas y piedras, eran ya las 2 y pico de la tarde.
Hemos llegado a Mende. Es el pueblo más importante del departamento de Lozere, aún dentro de la zona del Languedoc. Tienen catedral, y un casco antiguo bonito.
Nos hemos sentado en la terraza de un bar, donde afortunadamente servían cosillas para picar, así que nos hemos tomado una ensalada, que no todo en este viaje son profiteroles (dedicado a Ele Bergón, para que deje de dar la brasa):
Queríamos una ensalada para los dos. Y nos han traído una ensalada y un tenedor. Hemos pedido otro tenedor. Y nos han traído otro tenedor. Y una vez habíamos terminado con la ensalada... aparece la camarera con ¡OTRA ensalada!. ¡Ah, y nosotros que pensábamos que el lenguaje de gestos era internacional! Que si uno dice "otro más" señalando al tenedor, parece ser que en francés significa que quieres otra ensalada.
A la hora de pagar, la camarera parece que no tenía ganas de cobrarnos, porque no nos hacía ni caso. Como tampoco se lo hacía a una familia que teníamos al lado. Entonces el hombre nos ha dicho en un español casi perfecto:
- Pues habrá que irse sin pagar.
El hombre este nos ha contado que es de Marsella, aunque tiene mucha familia en Granada, y por eso habla español. Que de España se trae siempre que puede tabaco (unos 200 o 300 euros que se ahorra, dice. Echad la cuenta de cuantos paquetes son esos). Es lo que en mi pueblo se le llama fumar como un carretero. Nos preguntaba:
- ¿Y qué se le ha perdido a unos españoles por aquí?
El hombre tenía una casa en Mende, pero se quejaba de que sus hijos ya no querían venir al pueblo, que preferían irse a la playa, y discoteca... Su hija (allí presente) había ido a Mallorca...
-¿Ibiza? -preguntamos, y la sonrisa picarona de la chica venía decir que sí... que sí... pero mejor no le conteis a mi padre cómo es aquello.
Luego hemos ido al pueblo de Marvejouls, un poco más allá de Mende. Es también un pueblo con un casco antiguo bonito.
Y como la tarde no daba para más, nos hemos ido a por nuestra ración diaria de sorpresa en forma de cena. Hoy tocaba... de primero, ensalada. De segundo, algo que no hemos entendido, pero suponíamos que era carne. Y carne había. Poca, pero había. Normalmente, un plato consiste en la carne y la guarnición. Pues en este plato parecía que la carne era la guarnición de los macarrones. Dos trocitos contados de carne, con su salsa y todo. Pero todo muy rico, ¿eh?, en ese aspecto no tenemos quejas.
Que por cierto, sí, se cena pronto, pero con lo que tardan en traer los platos, casi mejor nos vayan preparando ya el desayuno. Nos sentamos a cenar pasadas las ocho. Y nos levantamos de la silla casi a las diez. Con tal de que fueran un poco más rápidos en el servicio, podríamos cenar a las nueve, que es una hora decente.
Pues nada, a ver que nos depara el mañana
Bonsuar!
Cervantes y el árbol de Júpiter
Ya estoy aquí, en el Paseo de la Isla, en Burgos.La estatua de Cervantes ve florecer, ahora, al árbol de Júpiter, un poco más allá, junto al árbol del Amor; el cual, ¿os acordáis?, florecía en primavera.
Dicen las páginas de Jardinería que lo hace a finales de verano y en otoño. ¡Ay!
:
Pedro Ojeda dice en http://laacequia.blogspot.com/
Abejita de la Vega ... se ha ido a refrescar a la sombra del Paseo de la Isla de Burgos y allí nos desvela qué tiene que ver Cervantes con el árbol de Júpiter
Ya veis que tiene mucho que ver. Un abrazo.
Dicen las páginas de Jardinería que lo hace a finales de verano y en otoño. ¡Ay!
:
Pedro Ojeda dice en http://laacequia.blogspot.com/
Abejita de la Vega ... se ha ido a refrescar a la sombra del Paseo de la Isla de Burgos y allí nos desvela qué tiene que ver Cervantes con el árbol de Júpiter
Ya veis que tiene mucho que ver. Un abrazo.
jueves, 13 de agosto de 2009
Dia 4: Carcassonne - Florac 305 km
Tras el día de ayer, estábamos más descansados. Se notaba que ayer no tocó kilometrada. Así nos la hemos hecho hoy.
Tras el opíparo desayuno que nos ponen en el hotel (esta vez cambiamos el yus d'orangs, por el yus de pom, pero los cruasáns con burro y confit son intocables) nos pusimos en camino hacia el Parque Natural de Cevennes, y más concretamente al pueblecito de Florac. Como nos gusta disfrutar del viaje, en vez de ir por el camino rápido y monótono de la autopista, hemos ido por el lento (las carreteras secundarias) que tienen como contrapartida que el paisaje es más bonito (y que no pagas peajes).
Como decimos, el camino es más lento y es una desventaja porque al final se puede hacer pesado. Pero hay otra desventaja, y es que es más difícil encontrar gasolineras. Llevábamos unos 100 km cuando el coche se ha quejado
PIIIIIIII
Que entra la reserva, y hay que darle de comer. Pero no hay gasolineras a la vista ni perspectiva de encontrar una en las cercanías. Por fortuna íbamos cuesta abajo, que siempre ayuda para ahorrar gasolina.
Por fin, en St. Afrique, tras casi 50 km con la reserva puesta, (y preguntándonos cómo se dice en francés "Tenemos el coche seco...Le vuatur se... sequé Ne gasoliné pá") hemos encontrado una gasolinera. Pero era una gasolinera de un supermercado, que sólo se puede pagar con tarjeta, y las nuestras de España no valen. Nos lo temíamos, porque ya lo sabíamos. Hace 3 años nos pasó algo similar: a punto de quedarnos tirados sin gasolina, y encontrar una gasolinera donde no se puede repostar.
Hemos entrado en el supermercado a preguntar a las cajeras que cómo se podía echar gasolina. Pero allí nadie conoce la lengua de Cervantes. ¡Con lo fácil que es, que en mi pueblo la hablan hasta los niños de tres años!. Entre señas, y medias palabras, la cajera ha dado a enteder que había una gasolinera más adelante. Y efectivamente, más adelante había otra gasolinera, esta vez de las que te dejan pagar con dinero en efectivo.
Tras dar de comer al coche, hemos seguido adelante, y hemos llegado al Parque de Cevennes. Concretamente, hemos llegado a las gargantas del Tarn y el Jontes, que visitaremos con más profundidad estos días. Aunque como nos pillaba de camino, nos hemos hecho la ruta de la garganta del Jontes.
Para que el personal se haga a la idea, entre el lecho del río y la parte superior de la garganta hay 400 metros de desnivel. Ahí es nada. El camino es estrecho, y es difícil pasar de 50 km/h, así que hacer los casi 40 km que teníamos hasta el hotel nos ha costado casi una hora. Eso sí, el paisaje impresionante.
Nos hemos registrado en el hotel, donde nos han dado una habitación con terraza y vistas al valle. Hoy hemos descubierto cómo se clasifican los hoteles a los que vamos. Es una cadena que descubrimos hace 3 años en Lyon. Son hoteles-restaurantes que se clasifican por "chimeneas" y por "cacerolas". Pues las chimeneas tienen que ver con la habitación, y las cacerolas con la cocina, obviamente. El hotel en el que estuvimos en los Pirineos era de una chimenea y dos cacerolas. Y la comida estaba buenísima. La habitación estaba bien, decente. Este hotel es de dos chimeneas y una cacerola. La habitación está bastante bien puesta. Pero se nota que la comida no es tan buena. Lo máximo a lo que pueden aspirar los hoteles es a 3 chimeneas y 3 cacerolas.
También hemos descubierto una rareza de los franceses: no saben cómo se hace un cola-cao frío. Para empezar, no vayas pidiendo un "cola-cao" porque te pondrán cara de póker. Se pide un "chocolate". Entonces cogen la leche, la calientan, y te echan el cacao en polvo. Hasta ahí, bueno, vale, es una rareza francesa eso de llamarlo "chocolate". Pero no se les ha ocurrido que podrían echar el cacao en la leche antes de calentarla para tomártelo frío. En cambio, si les pides un chocolate frío te preguntarán si lo que quieres es un batido de chocolate.
Y mira que fastidia el asunto, porque el "chocolate" sale como sale de cualquier máquina de café de cualquier cafetería del mundo: ardiendo.
Una lección corta de física: la materia presenta varios estados según su temperatura. Cuando el agua está muy fría, es hielo, es sólida. Cuando está un poco más templada, es agua, un líquido. Cuando la calientas más, se convierte en vapor. Si la calientas más, se llega al estado conocido como plasma. Y si la calientas más, tienes las infusiones de las cafeterías. Entonces tienes dos opciones: o vulcanizas tu lengua para no quemarte al tomarte un té, un café, o un "chocolate", o te lo pides a las 9 de la mañana para que a la hora de cerrar el bar tenga una temperatura que no produzca lesiones incompatibles con la vida.
Vayamos a la cena, ese momento donde acontecen la mayoría de las anécdotas memorables.
Nos llega la camarera, y se pone a recitarnos el menú...
- Jambon crú..
- Eso es jamón serrano, bien.
- Puré...
- Puré? pse, va a ser que no.
- lentils, fromage et dessert.
- ¿len qué? Ques que sé, lentis?
- C'est lègumes
- Ah, legumbres, pues deben de ser lentejas. Anda, que cenar lentejas... Pues pur muá, le yambón et pur ella les lentils
- Non, c'est tout le menu!
- ¡Ah! que es el menú entero y no se puede elegir...¡pues tráigalo todo que nos va a dar igual! - momento en el que la señora se quedó con la misma cara de póker que ponemos nosotros cuando nos sueltan una parrafada en francés y no entendemos nada. Pero nada, un par de risas, y se va a traernos la cena.
Así que llega el primer plato, un jamón serrano, por llamarlo de alguna manera, con un poquito de ensalda y una (UNA) nuez. Muy bien sacada de la cáscara, eso sí. Estaba entera. Nos comemos el jamón, y esperamos al "puré". Que vaya rollo, cenar puré. A ver de qué es, que no nos gusta cualquier puré. Nos retiran los platos, y nos colocan cubiertos nuevos.
- ¿Un cuchillo de carne? - el desconcierto se apoderaba de nosotros en esos momentos.
Y aparece la camarera con dos platos de lentejas... con un muslo de pollo sobre ellas. El puré resultó ser poulet, ¡pollo!
Que bueno, aquí no acaba la cosa. Porque las lentejas eran como las del chiste:
- ¡¡Mariano!! Sube corriendo que se están pegando las lentejas.
- ¡Pues por mí como si se matan!
Bueno, pues nuestras lentejas ya se habían matado todas ellas. Y el pollo estaba bastante seco también. Así nos hemos bebido dos jarras de agua, ni más ni menos. Tras el pollo reseco con lentejas muertas, la tabla de quesos. Que eso es muy típico de Francia. Nos hemos comido una rodaja de queso de vaca por cumplir, y ya hemos esperado al postre (un yogur con bayas, frambuesas o similar), y para terminar un colacao como los franceses sólo saben hacerlo (que es distinto de decir "como sólo los franceses saben hacerlo").
bonsuar
“...que es tan verdad que son borricos, o borricas, como yo soy don Quijote y tú Sancho Panza; a lo menos, a mí tales me parecen”
¿Y es posible que tres hacaneas, o como se llaman, blancas como el ampo de la nieve , le parezcan a vuesa merced borricos?
Como en este capítulo los burros, desempeñan un importante papel, pongo aquí a este burrito, natural de Isar (Burgos).¿O es una hacanea?
Comentario al capítulo X del Quijote, segunda parte. Publicado en http://laacequia.blogspot.com/
Al comenzar el capítulo, se dirige a nosotros el morisco Cide Hamete. Se muestra miedoso y receloso, teme que no le crean, tan grandes son, aquí, las locuras de don Quijote; pero nos asegura que ni quita ni pone nada, tal es la verdad que siempre flota por encima de la mentira.
Don Quijote queda emboscado y manda a Sancho volver al Toboso. Y que no vuelva a su presencia, sin haber hablado con su señora, a quien pedirá que se deje ver de su “cautivo caballero” y le bendiga.
¡Vaya encargo, Sancho! ¿Cómo vas a salir de ésta? Y a la vuelta tienes que darle todos los detalles: cómo te recibe, si se pone colorada, si el nombre la turba y la perturba, si la almohada de su estrado no para quieta, si la parte que descansa encima de la almohada también está inquieta, si apoya un pie u otro, si te repite la respuesta, si cambia el tono, si se atusa los rizos…
¡Qué palabras tan tiernas para levantar el ánimo del viejo hidalgo! Le dices:”ensanche vuestra merced, señor mío, ese corazoncillo, que le debe de tener agora no mayor que una avellana”. El tuyo, tu corazoncillo, no es malo… Y desgranas el rosario de refranes al pelo, siempre dispuestos. Le aseguras que, de día, hallarás el palacio, saltará la liebre.
Dejas a tu triste amo y cuando ya le has perdido de vista, te apeas del jumento para iniciar tu soliloquio, a la manera de los pastorcillos literarios. No vas a buscar algo sencillito, esta vez no has perdido ningún burro. Ay, que este Cervantes se ríe de él mismo. Debes llevar a cabo la ardua empresa de hallar a la “princesa “Dulcinea y hablarla en nombre del famoso caballero que “desface tuertos”.
Lo habéis confesado ambos: ni tu amo, ni tú, la habéis visto jamás. A estas alturas ya sabes que el único palacio habitable para tan irreal dama es la imaginación de tu don Quijote. Mas tus costillas doloridas no quieren ser machacadas por tobosinos recelosos que, garrota en mano, se puedan plantear qué querrá éste que viene preguntando por nuestras mujeres. Eres el mensajero sin culpa, como los de esos romances que tú sabes, pero haces bien, no te fíes. Deja al demonio en paz y piensa.
Tu amo es un loco de atar. Ya está, lo has soltado, te habrás quedado a gusto. Y reconoces que tú mismo participas en su locura, siguiéndole. Y, quién dijo que eras un mentecato… Piensas que, si para tu amo, los molinos eran gigantes, las mulas dromedarios, los carneros soldados…no te sería difícil hacerle creer que una labradora sea la señora Dulcinea. Y si no lo cree, insistirás y terminará por echarle la culpa a algún maligno encantador que lo muda todo. Mira por dónde, en este capítulo, el sabio encantador vas a ser tú, ya nos lo indica el título, tú vas a encantar a Dulcinea.
Loco no sé, pero cuco…Esperas hasta la tarde que si te presentas ahora, aunque parcialmente loco, no se creerá que has ido y has vuelto. Pasan las horas. Ya puedes volver. Pero ¿qué ven tus ojos? ¡Qué idea! Vienen hacia ti tres labradoras, sobre sus pollinos o pollinas. ¡Ya tienes a Dulcinea con toda su corte principesca!
Deprisita vas hacia donde dejaste a tu señor. Suspira, se lamenta mas tú le confortas: este día estará marcado con la V roja de la victoria. Sólo tiene que salir al raso y verá a la mismísima Dulcinea con sus dos doncellas, cubiertas de oro, perlas, diamantes, rubíes, brocados…los cabellos al viento y montadas en unas “cananeas remendadas”…
Don Quijote te promete, en premio, por la buena nueva, el mejor despojo que gane en la primera aventura o las crías de tres yeguas preñadas. Te atienes a las crías, que lo de los despojos no lo ves tú muy claro, ya sabes tú que, aparte de la leña, poco se saca en limpio de esas aventuras…y no siempre se encuentra una maleta como la de Cardenio.
Pero tu señor sólo ve a tres labradoras montadas en borricas y ahora eres tú el sabio Frestón que ha de realizar el encantamiento. ¿Borricos dice vuesa merced? No, tres hacaneas blancas como la nieve. Abra bien los ojos y venga a hacer reverencia a la señora de su pensamiento. Y te apeas de tu jumento, te arrodillas ante ella y ¡cómo hablas ahora Sancho! “Reina y princesa y duquesa de la hermosura, vuestra altivez y grandeza…” ¡Esto es el Reino del Revés!
Tu asendereado amo también se pone de hinojos, con ojos desencajados mira a la moza carirredonda y chata, se ha quedado sin habla. Las aldeanas pasmadas contemplando a los dos de rodillas, hasta que la detenida les pide, en un falso lenguaje rústico, que se quiten de en medio, que tienen prisa.
Y sigues asombrándonos, Sancho, dirigiéndote a la “princesa y señora universal del Toboso”, que si su magnánimo corazón, que si la columna de la caballería…Y otra de las labradoras que exclama no sé qué de la burra de su suegro y se queja de estos señoritos que se burlan de las aldeanas. Os invita a que sigáis vuestro camino, como aquellas serranas del marqués poeta.
Don Quijote te pide que te levantes, se da por vencido, la fortuna no le permite ningún contento. El maligno encantador ha mudado el rostro sin igual de Dulcinea en el de una labradora fea .Y, cuando se dirige a ella con dulcísimas y caballerosísimas palabras, la contrahecha aldeana le manda a paseo con sus rústicas exclamaciones, no sé qué de su agüelo…Las dejas ir y no sabes cómo disimular tu contento, qué bien has salido de ésta, pillín.
La que hizo de Dulcinea pica a su burra con un aguijón y el animalito, agobiado, se arquea y la tira al suelo. El amante caballero va a recoger a su dama -labradora y tú a recoger la albarda -silla de montar. Mas ella ya sabe lo que hacer en estos casos, coge carrerilla y, de un salto se sube a la pollina- hacanea, montándola a la jineta y haciéndola correr más que el viento. Al verla, te acordabas de los famosos jinetes cordobeses y mexicanos. Y sus compañeras no se quedan atrás. Menudo cuadro cómico.
El de la Triste Figura está más triste que nunca. Los encantadores le quieren tan mal que le privan de ver a su señora tal y como es. Proclama que nació para ser el blanco de las desdichas. Incluso le han privado de lo que es tan propio de las señoras principales: su buen olor. Hay que ver qué peste a ajo llevaba la saltarina.
Ahora te toca a ti echar las maldiciones a esos encantadores. Exclamas que quisieras ver a esos malintencionados ensartados , como sardinas espetadas. Para consuelo de tu amo le das un repaso a las partes que componen su belleza: los ojos de perlas trocados en agallas, los cabellos de oro en cerdas, sus facciones de buenas en malas…Pero rectificas, no si…tú nunca viste su fealdad, casi metes la pata. Y añades que, además de hermosa, poseía un lunar de los que puntúan mucho a la hora de calificar beldades: sobre el labio derecho, con unos siete u ocho cabellos rubios de más de un palmo…Muy largos nos parecen, y a nuestro hidalgo también. Pero le quedan muy bien esos pelillos ,se pueden hacer trenzas, que no puede haber nada imperfecto en la que es perfecta. Todo un experto en altas bellezas, te señala la correspondencia de ese lunar con otro en el muslo. ¡Qué atrevimiento el de vuesa merced!
Y, por último, te pregunta sobre la silla que él vio como albarda. Silla rica y cubierta que valía más de un reino, mira que eres exagerado, y don Quijote, compungido, se declara como el más desdichado de los hombres. Mientras , tú haces enormes esfuerzos para disimular la risa. Ay, Sancho…
Subís en las bestias y tomáis el camino de Zaragoza. Sucederán grandes cosas antes de llegar a vuestro destino.
Un abrazo para todos.
María Ángeles Merino.
Pedro Ojeda Escudero. dijo en este blog:
Vuelto tras unos días sin conexión.
Excelente tu perspectiva desde el pobre Sancho, que sale del apuro con mentira...
Y la foto: hacanea, hacanea.
Pedro: ya lo creo que es una hacanea blanquísima y esbeltísima.¿Quién dijo que era el borriquillo de Isar?
Lo de la conexión, ha sido el sabio encantador Frestón que nos tiene envidia...
Un abrazo .
miércoles, 12 de agosto de 2009
Dia 3: Carcassonne
Efectivamente, tal y como suponíamos ayer, todo el mundo se hallaba en la ciudadela. Hoy ha amanecido con el sol asomando entre las nubes, y al final se ha quedado sólo. Hemos subido a la ciudadela, que está justo detrás del hotel, con solecillo y una brisilla fresca. Ya a la entrada de la ciudadela hemos notado que había gente. Y dentro aún más.
Carcassonne se halla en la región del "Pais de la Lengua de Oc" (el Languedoc para los amigos), y también dentro de lo que se llama el país de los cátaros. Los cátaros eran un grupo de personas que se tomaban la religión demasiado en serio. Al menos tan en serio como se la tomaba otro grupo que terminó por quemarlos en la hoguera por creer en dios, aunque no como creían ellos, y eso que todos creían en el mismo dios. Cosas de la religión, que no vale sólo con creer en el mismo dios, sino que no puedes decir que tu forma de creer es la correcta, a menos que tu grupo de seguidores sea más numeroso y tenga tradición en la organización de barbacoas.
La ciudadela está asentada sobre una antigua ciudad romana en la colina que domina el río Aude. Tiene dos murallas, la exterior galo-romana, y la fortificación interior. Se puede pasear entre ambas, asomándote para ver la ciudad nueva, el río, y las montañas a lo lejos.
La ciudadela es bonita, pero con tanta gente no hay forma de disfrutarla. No sólo eso, sino que además está demasiado turística para nuestro gusto: tiendas en cada esquina, restaurantes, bares,... hemos llegado a una plaza, que debe ser bastante grande, pero con las terrazas de los restaurantes, al final sólo quedaba un estrecho pasillo donde tienes que pelearte con todos para que no te pisen con el carrito del niño, por poder hacer la foto sin que salga el vecino, para que la otra no te pringue con el helado, para que no te tiren contra los carteles donde detallan el menú del día... De hecho, no sabemos cómo se llama la plaza porque las sombrillas de las terrazas tapaban el nombre.
Hemos entrado a ver la basílica, y rápidamente una cosa ha llamado la atención a la Mosca: unos tiradores. ¿Para qué servirán? No lo sabemos, pero está claro que otras personas se hicieron la pregunta antes y debieron tirar de las palancas, porque han colocado un cartel de "No tocar".
Otra curiosidad de la basílica es que se han modernizado en cuanto a la decoración. Se acabó eso de restaurar cuadros o estatuas cada dos por tres. Ahora se ponen fotografías, y eso se lo ahorran en pintores, escultores y restauradores.
Un rato después, tras mucho deambular (y esquivar turistas) hemos llegado a un garito donde vendían bocadillos, así que eso hemos comido hoy: un par de bocatas, esperando poder cenar a la noche algo más consistente. Tras comer, y tomarnos una especie de batido de frutas que no sabía a nada, nos hemos bajado al hotel a descansar un poco.
Ya a las siete, hemos salido de nuevo. Hemos ido a la ciudad nueva por ver si el ambiente era como ayer. Y aunque había algo más de gente, y los bares y restaurantes estaban abiertos (incluido el de tapas españolas), la cosa estaba más o menos igual. Hemos buscado un cibercafé porque hemos decidido anular la segunda parte del viaje. Tenemos a Suri medio-medio, y la Arañita no parece del todo recuperada para hacer tanto viaje. Tampoco la pobre Títi, que se ha quedado al cuidado de Suri está tranquila; así que entre pitos y flautas, mejor acortar las vacaciones. Y ya aprovechando, hemos colgado en el blog el primer capítulo de este viaje.
Hemos subido a la ciudadela por el puente viejo, y ahora sí que se podía disfrutar de ella. Gente, la justita. El tiempo, despejado sin calor. Y la comida en la terraza del restaurante para chuparse los dedos. La Arañita se ha metido para dentro una cazuela de mejillones más grande que ella. Y es que son como las pipas, que empiezas con uno, otro, sigues... y hasta que no se acaban los mejillones no paras.
Hemos terminado de cenar casi a las 10 menos cuarto, que para ser Francia,no está nada mal. Nos hemos dado un último paseo por la ciudad a la luz de las farolas, y nos hemos vuelto al hotel mientras la Luna se asomaba por levante para despedirnos.
La moraleja es que si vienes a Carcassonne, visítala de noche. Se disfruta más y mejor.
Mañana toca coche.
Bonsuar
Carcassonne se halla en la región del "Pais de la Lengua de Oc" (el Languedoc para los amigos), y también dentro de lo que se llama el país de los cátaros. Los cátaros eran un grupo de personas que se tomaban la religión demasiado en serio. Al menos tan en serio como se la tomaba otro grupo que terminó por quemarlos en la hoguera por creer en dios, aunque no como creían ellos, y eso que todos creían en el mismo dios. Cosas de la religión, que no vale sólo con creer en el mismo dios, sino que no puedes decir que tu forma de creer es la correcta, a menos que tu grupo de seguidores sea más numeroso y tenga tradición en la organización de barbacoas.
La ciudadela está asentada sobre una antigua ciudad romana en la colina que domina el río Aude. Tiene dos murallas, la exterior galo-romana, y la fortificación interior. Se puede pasear entre ambas, asomándote para ver la ciudad nueva, el río, y las montañas a lo lejos.
La ciudadela es bonita, pero con tanta gente no hay forma de disfrutarla. No sólo eso, sino que además está demasiado turística para nuestro gusto: tiendas en cada esquina, restaurantes, bares,... hemos llegado a una plaza, que debe ser bastante grande, pero con las terrazas de los restaurantes, al final sólo quedaba un estrecho pasillo donde tienes que pelearte con todos para que no te pisen con el carrito del niño, por poder hacer la foto sin que salga el vecino, para que la otra no te pringue con el helado, para que no te tiren contra los carteles donde detallan el menú del día... De hecho, no sabemos cómo se llama la plaza porque las sombrillas de las terrazas tapaban el nombre.
Hemos entrado a ver la basílica, y rápidamente una cosa ha llamado la atención a la Mosca: unos tiradores. ¿Para qué servirán? No lo sabemos, pero está claro que otras personas se hicieron la pregunta antes y debieron tirar de las palancas, porque han colocado un cartel de "No tocar".
Otra curiosidad de la basílica es que se han modernizado en cuanto a la decoración. Se acabó eso de restaurar cuadros o estatuas cada dos por tres. Ahora se ponen fotografías, y eso se lo ahorran en pintores, escultores y restauradores.
Un rato después, tras mucho deambular (y esquivar turistas) hemos llegado a un garito donde vendían bocadillos, así que eso hemos comido hoy: un par de bocatas, esperando poder cenar a la noche algo más consistente. Tras comer, y tomarnos una especie de batido de frutas que no sabía a nada, nos hemos bajado al hotel a descansar un poco.
Ya a las siete, hemos salido de nuevo. Hemos ido a la ciudad nueva por ver si el ambiente era como ayer. Y aunque había algo más de gente, y los bares y restaurantes estaban abiertos (incluido el de tapas españolas), la cosa estaba más o menos igual. Hemos buscado un cibercafé porque hemos decidido anular la segunda parte del viaje. Tenemos a Suri medio-medio, y la Arañita no parece del todo recuperada para hacer tanto viaje. Tampoco la pobre Títi, que se ha quedado al cuidado de Suri está tranquila; así que entre pitos y flautas, mejor acortar las vacaciones. Y ya aprovechando, hemos colgado en el blog el primer capítulo de este viaje.
Hemos subido a la ciudadela por el puente viejo, y ahora sí que se podía disfrutar de ella. Gente, la justita. El tiempo, despejado sin calor. Y la comida en la terraza del restaurante para chuparse los dedos. La Arañita se ha metido para dentro una cazuela de mejillones más grande que ella. Y es que son como las pipas, que empiezas con uno, otro, sigues... y hasta que no se acaban los mejillones no paras.
Hemos terminado de cenar casi a las 10 menos cuarto, que para ser Francia,no está nada mal. Nos hemos dado un último paseo por la ciudad a la luz de las farolas, y nos hemos vuelto al hotel mientras la Luna se asomaba por levante para despedirnos.
La moraleja es que si vienes a Carcassonne, visítala de noche. Se disfruta más y mejor.
Mañana toca coche.
Bonsuar
Un marcapáginas quijotesco
Aquí tenemos otro objeto quijotesco, para la colección de Pedro.Se trata de un marcapáginas que se realizó con ocasión de la Semana Cultural en el año 2005,por el Ayuntamiento de Campo Real (Madrid) y el Colegio Público "Miguel Delibes", de la misma localidad.
La actitud del personaje dibujado, con el Quijote en las manos, se presta a múltiples interpretaciones.¿Está encantado? ¿Está horrorizado?¿Anima a leer este dibujito?
Os pido que me deis vuestra interpretación acerca de este singular dibujo, realizado para conmemorar el cuarto centenario de nuestro Quijote.
Un abrazo
martes, 11 de agosto de 2009
Día 2: Aveux - Carcassonne 275 km
Amanecimos de buena mañana, con el día nublado pero al menos sin lluvia. Bajamos a desayunar, nos pusimos las botas entre cruasáns, yus d'orangs, et lé-o-shocolé, y a las 10.30 ya estábamos de ruta.
De ruta verde, para ser más exactos, entre el Tourmalet, el col de Ares, el col de Aspet... eso parecía una etapa del Tour de Francia, y uno se sentía Induráin de lo bien que subíamos y bajábamos puertos. Bueno, vale que Miguelón se lo hacía en bici y nosotros en coche, pero eso son detallitos sin importancia que tampoco hace falta mencionar.
En bici era como se lo estaban haciendo unos cuantos aficionados, que por cierto, la mayoría eran sexagenarios y se subían el puerto tan ricamente. Los más jovencitos se les veía sufrir más. Va a ser por eso que ningún francés ha ganado el Tour de Francia desde Fignon, hará ya 20 años: porque se tiene que presentar algún jubilado de esos, que seguro le da mil vueltas al Armstrong y al Contador juntos.
El caso es que el paisaje era muy bonito. Todo verde, árboles, campo, vacas, pueblos, el castillo de Foix... Ya hemos decidido que otro año tenemos que volver sólo para ver los pirineos franceses. Aunque por otro lado, eso de los horarios de las comidas nos trae de cabeza. ¿En qué país del mundo se cierra la cocina a las 2 de la tarde? Pues parece ser que en Francia. Sabíamos que ya se estaba haciendo tarde para comer, teniendo en cuenta que Francia no es España. Pero no encontrábamos nada (abierto) donde comer. Que esa es otra: ¿En qué país del mundo cierran los restaurantes un domingo? Pues parece ser que en Francia.
Hemos llegado a un pueblo con un hotel-restaurante. Faltaban 10 minutos para las dos, y hemos entrado decididos a comer, a pesar de ser horas en las que tampoco es que estuviéramos hambrientos. Pues la buena señora va y nos dice (ante la atenta mirada del resto de comensales que estaban rebañando el plato)
- Excusez-moi, monsieur, le service c'est finite
¿Lo qué? ¿Ni las dos, y ya han cerrado la cocina? ¡Válgame dios! Así van a ganar el Tour los jovenzuelos esos que no pueden ni con la bici, si no les dan de comer como dios manda. En fin, que para cuando ya teníamos un hambre aceptable eran las 3, y estábamos a 50 km de Carcassonne, y hemos encontrado un pequeño tugurio donde hacían comidas calientes y frías non-stop. Así que nos hemos podido merendar una pizza acompañados de un agua de grifo.
Unos kilómetros más adelante teníamos nuestra primera visita, que no todo es hacer kilómetros sólo por gastarle las carreteras a los franceses. Se trataba del pueblo de Rennes-le-Chateau, mundialmente famoso gracias a esa magna obra maestra de la literatura contemporánea que es el Código da Vinci (nótese la ironía, sivuplé). No es que sea el escenario del libro, sino que la trama proviene de ahí.
Allá por los finales de hace dos siglos (el Annus Domine Mil Ochocientos y muchos), el abad Berenguer Sauniere llegó al pueblecito de Rennes-le-Chateau que está en lo alto de una colina. Al cabo del tiempo, se dice, se comenta, se rumorea, que encontró "un secreto" mientras reformaba la iglesia, y que tras el hallazgo se permitió el lujo de añadir jardines, contruir una torre que llamó Torre Magdala (de María Magdalena), y además colocar una estatuilla del diablo en la iglesia. Se veía que el hombre manejaba dinero, y ya en el siglo XX, hubo gente a la que se le ocurrió que ese "secreto" que apareció al excavar en su iglesia durante las reformas, consistía en un tesoro, y/o unas pruebas de que María Magdalena no era una p(piii)a cualquiera, sino ni más ni menos que la mujer de Jesús. Así, Sauniere había encontrado un tesoro, y a la vez un secreto que ni el Papa ni la Iglesia querrían que se hiciera público porque acabaría con su posición de poder, y poco menos que se vendría el mundo abajo tal y como lo conocemos... cosas tan graves como que en Francia los resturantes empezarían a servir comida los Domingos hasta las 4 de la tarde, vamos. Es lo que viene a ser el inicio, o la historia previa al Código da Vinci.
La realidad, como casi siempre, es diferente. El abad Sauniere manejaba pasta porque daba muchas misas, funerales y esas cosas. Más de lo que podía en realidad. Podía tener pedidas decenas de misas para un sólo día, sin tener en cuenta que no tenía tiempo material para darlas todas. Cobraba el servicio, pero no lo prestaba. ¿Y qué hay del "secreto"? Pues parece ser que eso sale de una carta que escribió donde comentaba algo de su "secret"... que significa secreto en francés, pero que en aquellos tiempos de mil ochocientos y muchos, era la abreviatura habitual de "secretaria". Así que lo que tenía Saunier era una secretaria y un morro que se lo pisaba. Y al parecer, los abades de los pueblos colindantes como Espéraza le imitaban sin cortarse un pelo.
El pueblo está curioso, y realmente lo interesante es la iglesia. Tan interesante, que está lleno de turistas. Hay hasta tres parkings antes de entrar al pueblo, y un trenecito que te sube si estás vago. La iglesia es muy pequeña, y el diablillo ese está justo a la entrada, sólo te das cuenta que está ahí porque la gente de acumula para hacerle la foto.
Luego están los jardines y la Torre Magadala, que se pueden visitar por el módico precio de 4.50 €, pero no quisimos verlo porque queríamos llegar pronto a Carcassonne, y además llovía. Una fotito desde fuera a la Torre, y paseito para abajo al coche de nuevo. El pueblo, por cierto, tiene sus tiendas, que son todas de souvenirs acerca del abad Sauniere, la iglesia, Códigos da Vinci, secuelas y sucedáneos.
Hemos llegado a Carcassonne antes de las 6, lo que para nosotros es pronto. Hemos encontrado el hotel fácilmente, y hemos metido los bártulos. Como los horarios aquí son como son, nos hemos ido rápidamente a buscar un sitio donde cenar. Y para nuestra sorpresa, no había dónde. Hemos ido al centro de la ciudad nueva (la vieja la dejamos para mañana), y todas las Brasseries que veíamos estaban cerradas a cal y canto. ¡Incluso un bar de tapas españolas! ¿En qué pais del mundo un domingo por la tarde están cerrados los bares? Pues parece ser que en Francia. No me imagino una tarde de domingo en España con los bares y restaurantes cerrados a las 7 u 8 de la tarde, por muy Agosto que sea. El caso es que tampoco había gente. O estaban todos en la ciudad vieja escondidos, o de vacaciones... o entrenando con la bici subiendo puertos.
Al final hemos encontrado una brasserie abierta, donde hemos cenado. El hombre muy simpático, chapurreaba el español, nosotros le dábamos patadas al diccionario de francés, y así todos contentos. El hombre sólo ha tenido dos clientes: nosotros y otra pareja de españoles que ha entrado después. A las nueve y media nos hemos idos todos, y parece que el hombre iba a cerrar ya el restaurante, dada la afluencia de clientes. Que uno se pregunta, ¿le merece la pena abrir, y pagar luz, agua e impuestos para la clientela que tiene?.
Bueno, nos vamos a dormir, que mañana nos toca ver la ciudad vieja.
bonsuar!
De ruta verde, para ser más exactos, entre el Tourmalet, el col de Ares, el col de Aspet... eso parecía una etapa del Tour de Francia, y uno se sentía Induráin de lo bien que subíamos y bajábamos puertos. Bueno, vale que Miguelón se lo hacía en bici y nosotros en coche, pero eso son detallitos sin importancia que tampoco hace falta mencionar.
En bici era como se lo estaban haciendo unos cuantos aficionados, que por cierto, la mayoría eran sexagenarios y se subían el puerto tan ricamente. Los más jovencitos se les veía sufrir más. Va a ser por eso que ningún francés ha ganado el Tour de Francia desde Fignon, hará ya 20 años: porque se tiene que presentar algún jubilado de esos, que seguro le da mil vueltas al Armstrong y al Contador juntos.
El caso es que el paisaje era muy bonito. Todo verde, árboles, campo, vacas, pueblos, el castillo de Foix... Ya hemos decidido que otro año tenemos que volver sólo para ver los pirineos franceses. Aunque por otro lado, eso de los horarios de las comidas nos trae de cabeza. ¿En qué país del mundo se cierra la cocina a las 2 de la tarde? Pues parece ser que en Francia. Sabíamos que ya se estaba haciendo tarde para comer, teniendo en cuenta que Francia no es España. Pero no encontrábamos nada (abierto) donde comer. Que esa es otra: ¿En qué país del mundo cierran los restaurantes un domingo? Pues parece ser que en Francia.
Hemos llegado a un pueblo con un hotel-restaurante. Faltaban 10 minutos para las dos, y hemos entrado decididos a comer, a pesar de ser horas en las que tampoco es que estuviéramos hambrientos. Pues la buena señora va y nos dice (ante la atenta mirada del resto de comensales que estaban rebañando el plato)
- Excusez-moi, monsieur, le service c'est finite
¿Lo qué? ¿Ni las dos, y ya han cerrado la cocina? ¡Válgame dios! Así van a ganar el Tour los jovenzuelos esos que no pueden ni con la bici, si no les dan de comer como dios manda. En fin, que para cuando ya teníamos un hambre aceptable eran las 3, y estábamos a 50 km de Carcassonne, y hemos encontrado un pequeño tugurio donde hacían comidas calientes y frías non-stop. Así que nos hemos podido merendar una pizza acompañados de un agua de grifo.
Unos kilómetros más adelante teníamos nuestra primera visita, que no todo es hacer kilómetros sólo por gastarle las carreteras a los franceses. Se trataba del pueblo de Rennes-le-Chateau, mundialmente famoso gracias a esa magna obra maestra de la literatura contemporánea que es el Código da Vinci (nótese la ironía, sivuplé). No es que sea el escenario del libro, sino que la trama proviene de ahí.
Allá por los finales de hace dos siglos (el Annus Domine Mil Ochocientos y muchos), el abad Berenguer Sauniere llegó al pueblecito de Rennes-le-Chateau que está en lo alto de una colina. Al cabo del tiempo, se dice, se comenta, se rumorea, que encontró "un secreto" mientras reformaba la iglesia, y que tras el hallazgo se permitió el lujo de añadir jardines, contruir una torre que llamó Torre Magdala (de María Magdalena), y además colocar una estatuilla del diablo en la iglesia. Se veía que el hombre manejaba dinero, y ya en el siglo XX, hubo gente a la que se le ocurrió que ese "secreto" que apareció al excavar en su iglesia durante las reformas, consistía en un tesoro, y/o unas pruebas de que María Magdalena no era una p(piii)a cualquiera, sino ni más ni menos que la mujer de Jesús. Así, Sauniere había encontrado un tesoro, y a la vez un secreto que ni el Papa ni la Iglesia querrían que se hiciera público porque acabaría con su posición de poder, y poco menos que se vendría el mundo abajo tal y como lo conocemos... cosas tan graves como que en Francia los resturantes empezarían a servir comida los Domingos hasta las 4 de la tarde, vamos. Es lo que viene a ser el inicio, o la historia previa al Código da Vinci.
La realidad, como casi siempre, es diferente. El abad Sauniere manejaba pasta porque daba muchas misas, funerales y esas cosas. Más de lo que podía en realidad. Podía tener pedidas decenas de misas para un sólo día, sin tener en cuenta que no tenía tiempo material para darlas todas. Cobraba el servicio, pero no lo prestaba. ¿Y qué hay del "secreto"? Pues parece ser que eso sale de una carta que escribió donde comentaba algo de su "secret"... que significa secreto en francés, pero que en aquellos tiempos de mil ochocientos y muchos, era la abreviatura habitual de "secretaria". Así que lo que tenía Saunier era una secretaria y un morro que se lo pisaba. Y al parecer, los abades de los pueblos colindantes como Espéraza le imitaban sin cortarse un pelo.
El pueblo está curioso, y realmente lo interesante es la iglesia. Tan interesante, que está lleno de turistas. Hay hasta tres parkings antes de entrar al pueblo, y un trenecito que te sube si estás vago. La iglesia es muy pequeña, y el diablillo ese está justo a la entrada, sólo te das cuenta que está ahí porque la gente de acumula para hacerle la foto.
Luego están los jardines y la Torre Magadala, que se pueden visitar por el módico precio de 4.50 €, pero no quisimos verlo porque queríamos llegar pronto a Carcassonne, y además llovía. Una fotito desde fuera a la Torre, y paseito para abajo al coche de nuevo. El pueblo, por cierto, tiene sus tiendas, que son todas de souvenirs acerca del abad Sauniere, la iglesia, Códigos da Vinci, secuelas y sucedáneos.
Hemos llegado a Carcassonne antes de las 6, lo que para nosotros es pronto. Hemos encontrado el hotel fácilmente, y hemos metido los bártulos. Como los horarios aquí son como son, nos hemos ido rápidamente a buscar un sitio donde cenar. Y para nuestra sorpresa, no había dónde. Hemos ido al centro de la ciudad nueva (la vieja la dejamos para mañana), y todas las Brasseries que veíamos estaban cerradas a cal y canto. ¡Incluso un bar de tapas españolas! ¿En qué pais del mundo un domingo por la tarde están cerrados los bares? Pues parece ser que en Francia. No me imagino una tarde de domingo en España con los bares y restaurantes cerrados a las 7 u 8 de la tarde, por muy Agosto que sea. El caso es que tampoco había gente. O estaban todos en la ciudad vieja escondidos, o de vacaciones... o entrenando con la bici subiendo puertos.
Al final hemos encontrado una brasserie abierta, donde hemos cenado. El hombre muy simpático, chapurreaba el español, nosotros le dábamos patadas al diccionario de francés, y así todos contentos. El hombre sólo ha tenido dos clientes: nosotros y otra pareja de españoles que ha entrado después. A las nueve y media nos hemos idos todos, y parece que el hombre iba a cerrar ya el restaurante, dada la afluencia de clientes. Que uno se pregunta, ¿le merece la pena abrir, y pagar luz, agua e impuestos para la clientela que tiene?.
Bueno, nos vamos a dormir, que mañana nos toca ver la ciudad vieja.
bonsuar!
lunes, 10 de agosto de 2009
Día 1: Madrid - Aveux 609 km
Pues tal y como decíamos... hemos salido de viaje, a pesar de Suri. El viernes por la noche nos dio de nuevo el susto: manchitas de sangre en la orina. Así que todo preocupados, y pensando en anular todas las reservas que teníamos hechas. Pero no nos iba interné, así que no pudimos anular nada. Total, que por la mañana, Suri ha seguido orinando, esta vez clarito, y sin sedimento lo cual nos ha tranquilizado. Hemos hablado con la veterinaria que nos ha dicho que es normal que orinen mucho porque es efecto secundario del antibiótico que le han puesto, y que si anoche salió sangre es porque tiene esos cálculos que le queremos quitar. Así que parece que todo es normal, dentro de lo que es, y ya que no habíamos anulado nada, hemos salido de viaje por fin a eso de las 11.20 horas de la mañanita.
Dos horas y media después estábamos ya por Calatayud, que deben estar preparando las fiestas de San Roque (a las que la Mosca fue asiduo hace un tiempo... que tiempos aquellos), y media horilla más tarde, nos encontrabamos con unos campos de molinos de viento. Sí, la estampa hubiera sido perfecta si por los alrededores hubiera estado algún personaje con bigote y barba, vestido de verde en un renault 4 latas (también verde), y llevando un orinal que él llamaría "El Tricornio de Mambrino", a la par que gritaba cosas como "¡non fuyades, malandrines!"
Entonces, un tipo gordito montado en un vespa le diría algo así como:
- Pero mi Comandante, ¿acaso no se da cuenta, de que lo a que lo lejos se ve no son más que molinos de viento usados para generar electricidad?
- Oh, cuanta inocencia la tuya, Cabo Pancho, pues si lo que tú ves ahí son molinos de viento no es sino porque te hallas bajo los efectos del embrujo de esa malvada hechicera que se hace llamar la Mari Juana, y eso de ahí delante no son sino sus esbirros, una manifestación de rojos masones levantando sus brazos para cantar "la internacional"?
Y el resto se lo pueden imaginar.
A las 3 hemos llegado a Huesca, y nos hemos parado a comer. Una ensalada para los dos, un solomillo, y una paletilla de ternera, que nos ha salido por el módico precio de 7500 pesetas de las de antes (que son 46 euros de los de hoy). Y luego dicen que hay crisis. Pues con esos precios, el restaurante debe ir viento en popa, leñes.
A las 4 hemos arrancado de nuevo, pero esta vez ya sin autopista. Ahora tocaba la nacional, y las comarcales. Si hasta Huesca fue pan comido la cosa (400 km en 4 horas), el resto que eran 200 km no han sido tan cómodos. Por lo menos el paisaje era bonito. Y el tiempo no es que acompañara, pero no hacía calor. En Ainsa nos han caido unas gotas... pero ha sido al pasar la frontera cuando se ha puesto peor.
A Francia se accede a través del tunel de Bielsa. Vas metido en ese túnel tan viejo y estrecho en el que te has metido en un día nublado, pero con sol... y sales al otro lado en medio de una espesa niebla en la que no se ve más allá de la punta de la nariz, y con unos agradables 10 grados en el exterior.
Que sí, que 10 grados son muy agradables en el invierno. Vale, en verano no suena tan bien, cierto.
Al bajar la montaña se ha ido la niebla, pero se ha quedado la lluvia. Y así, entre lluvia y nublado, hemos llegado por fin a Aveux, un pueblecico perdido en medio de los pirineos, donde habíamos reservado habitación en el Moulin D'Aveux. El hotelillo es muy mono, y tenemos habitación con terracita, con unas vistas estupendas.
Bueno, las cosas del idioma. Estas son las divertidas. La recepcionista del hotel chapurrea el español. Y ya. Para cenar, la camarera venía con la chuleta escrita de la comida en español:
- Pour entreer, salmón con sopá, ou hamón serano con melón...
- Sí, eso, jamón con melón (aunque sea ese naranja que nunca colará como de Villaconejos)
- Et Confit de pató, ou corzo
- Uno de cada, sivuplé
Entonces cuando ha traido el "pató" y el corzo, ha tenido el problema de que no tenía la chuleta, y se ha quedado con cara de ¿y ahora cómo pregunto para quien era el "pató"?.
- Le canar pur muá, sivuplé
aunque daba igual porque nuestra costumbre es intercambiar la comida.
Y lo mejor, el postre, del que sólo entendí que tenía chocolate(petí blablabla shocolé ). Y me trajeron esto (dedicado a Ele Bergón)
Esto son profiteroles, y lo demás son tonterías.
Bonsuar!
Dos horas y media después estábamos ya por Calatayud, que deben estar preparando las fiestas de San Roque (a las que la Mosca fue asiduo hace un tiempo... que tiempos aquellos), y media horilla más tarde, nos encontrabamos con unos campos de molinos de viento. Sí, la estampa hubiera sido perfecta si por los alrededores hubiera estado algún personaje con bigote y barba, vestido de verde en un renault 4 latas (también verde), y llevando un orinal que él llamaría "El Tricornio de Mambrino", a la par que gritaba cosas como "¡non fuyades, malandrines!"
Entonces, un tipo gordito montado en un vespa le diría algo así como:
- Pero mi Comandante, ¿acaso no se da cuenta, de que lo a que lo lejos se ve no son más que molinos de viento usados para generar electricidad?
- Oh, cuanta inocencia la tuya, Cabo Pancho, pues si lo que tú ves ahí son molinos de viento no es sino porque te hallas bajo los efectos del embrujo de esa malvada hechicera que se hace llamar la Mari Juana, y eso de ahí delante no son sino sus esbirros, una manifestación de rojos masones levantando sus brazos para cantar "la internacional"?
Y el resto se lo pueden imaginar.
A las 3 hemos llegado a Huesca, y nos hemos parado a comer. Una ensalada para los dos, un solomillo, y una paletilla de ternera, que nos ha salido por el módico precio de 7500 pesetas de las de antes (que son 46 euros de los de hoy). Y luego dicen que hay crisis. Pues con esos precios, el restaurante debe ir viento en popa, leñes.
A las 4 hemos arrancado de nuevo, pero esta vez ya sin autopista. Ahora tocaba la nacional, y las comarcales. Si hasta Huesca fue pan comido la cosa (400 km en 4 horas), el resto que eran 200 km no han sido tan cómodos. Por lo menos el paisaje era bonito. Y el tiempo no es que acompañara, pero no hacía calor. En Ainsa nos han caido unas gotas... pero ha sido al pasar la frontera cuando se ha puesto peor.
A Francia se accede a través del tunel de Bielsa. Vas metido en ese túnel tan viejo y estrecho en el que te has metido en un día nublado, pero con sol... y sales al otro lado en medio de una espesa niebla en la que no se ve más allá de la punta de la nariz, y con unos agradables 10 grados en el exterior.
Que sí, que 10 grados son muy agradables en el invierno. Vale, en verano no suena tan bien, cierto.
Al bajar la montaña se ha ido la niebla, pero se ha quedado la lluvia. Y así, entre lluvia y nublado, hemos llegado por fin a Aveux, un pueblecico perdido en medio de los pirineos, donde habíamos reservado habitación en el Moulin D'Aveux. El hotelillo es muy mono, y tenemos habitación con terracita, con unas vistas estupendas.
Bueno, las cosas del idioma. Estas son las divertidas. La recepcionista del hotel chapurrea el español. Y ya. Para cenar, la camarera venía con la chuleta escrita de la comida en español:
- Pour entreer, salmón con sopá, ou hamón serano con melón...
- Sí, eso, jamón con melón (aunque sea ese naranja que nunca colará como de Villaconejos)
- Et Confit de pató, ou corzo
- Uno de cada, sivuplé
Entonces cuando ha traido el "pató" y el corzo, ha tenido el problema de que no tenía la chuleta, y se ha quedado con cara de ¿y ahora cómo pregunto para quien era el "pató"?.
- Le canar pur muá, sivuplé
aunque daba igual porque nuestra costumbre es intercambiar la comida.
Y lo mejor, el postre, del que sólo entendí que tenía chocolate(petí blablabla shocolé ). Y me trajeron esto (dedicado a Ele Bergón)
Esto son profiteroles, y lo demás son tonterías.
Bonsuar!
Lo que nos dedica Kety Morales
Sancho, amigo mío,
he de contarte un sueño
de una ciudad medieval,
Carcasona es su nombre
en tierra francesa está.
Cuente, cuente mi señor
que si de sueño se trata
tal vez la historia termine
como todas sus batallas.
Poned toda la atención
de este sueño que os narro,
tal vez lo leí en un libro
y por ello, lo he soñado
***
“Caminábamos tu y yo,
por tierras afrancesadas
cuando a lo lejos diviso
torreones y murallas.
Imaginé en sus troneras,
visigodos, sarracenos
feudatarios y vasallos,
y en la Puerta Narbonesa
al rey de Francia esperando.
II
Al llegar al puente viejo
compuesto por doce arcos
recordé “Los doce Pares”
en tiempo de Carlomagno.
Caminando por el puente,
llegando al arco tercero
una cruz en él indica
dos ciudades divididas,
una arriba, otra abajo.
San Luis desvía el río
y desagua los terrenos,
el Aude sigue su curso
sin comprender su trasiego.
III
He de confesarte Sancho,
al caminar hacia ella,
gigantes me parecieron
las dos Torres principales
de la Puerta Narbonesa.
Visitamos;
el museo de las Lápidas,
la sala de la Arquería,
la sala del Caballero...
y la torre de Justicia.
La torre de las Prisiones,
la torre la Inquisición.
el rey Felipe el Ardido
encargó su construcción.
IV
Caminando por sus calles
descubrimos la Basílica,
catedral Saint-Nazaire
Santa Ana, La Piedad,
y memorando a Juana de Arco
una Pila Bautismal.
Vidrieras y rosetones
decoran esta Basílica,
evocando personajes
que figuran en la Biblia
Sancho,
imaginé en sus bancos,
Los Trencavel, Carlomagno,
Dame Carcas, Adelaida....,
y Dulcinea rezando.
Eché de menos un olmo
en la Plaza de Honor,
en su sombra la poesía
brillaba con esplendor.
Caminábamos tu y yo
recordando el pasado
y al salir de la ciudad...
Descubrí qué...
Mi sueño había acabado
Señor:
Si su sueño, sueño es.
con su sueño yo he soñado.
Y una vez más le diré...
Por muchos sueños que tenga,
en La Mancha perduramos.
Kety Morales
Camina Sancho Camina
Abejita no está en Francia, los que están por allí son Esther y Julio(arañita y mosca).Les gustará, Kety. Gracias.
Por aquí andan, digo vuelan...
http://es.wikipedia.org/wiki/Carcasona
Carcasona (Carcassonne en francés, Carcassona en occitano) es la capital del departamento de Aude, en la región Languedoc-Rosellón (Francia). Su ciudad amurallada fue declarada en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Está situada a medio camino entre Perpiñán y Toulouse, al sur de Francia.
Ele Bergón dijo...
Hola a todos.
La arañita y la mosca andan por la villa francesa de Carcasonne. No pueden escribir porque en los hoteles no tienen internet, ellos pensaban que sí, pero la mayoría de las veces la publicidad es una cosa y la realidad otra. Están bien y disfrutando aunque parece que en Carcasonne hay demasiada gente por sus calles medievales.
Cuando puedan escribirán.
Besos
Luz
jueves, 6 de agosto de 2009
Le Tour de France: dia -1
La Arañita Campeña y la Mosca Cojonera se van a casita. Aunque como ellos son un tanto especialitos, van a dar un pequeño rodeo, tal y como se puede ver en el mapa adjunto.
Eso sí, siempre que nuestra Suri nos deje, que a última hora le ha dado por tener unos cálculos renales. Si es que ya le decíamos que roer la pared no podía ser bueno, pero nada, ni caso. Y así le ha pasado, que tiene unos cálculos que ríase usted de las integrales elípticas de argumento complejo, que se resuelven habitualmente por el teorema del residuo: cógase el papel, arrúguese, tírese a la papelera, y haga como si la cosa no fuera con usted.
-¿Integral? ¿Cálculos? Y a mi que me cuenta si yo sólo pasaba por aquí, y además soy de letras. Y si se cae el satélite, no es culpa mía.
Pues eso, que para des-saturar este blog de tanto Quijote y tanto Sanchico, ya iremos contando las aventuras y desventuras de dos que no hablan francés, que los hoteles hoy día son mu modernos, y tienen interné para que nos enganchemos con el portátil.
- Parlez-vous français?
- No, yo no compré pan, le bulanyerí se fermé. Et le samedí cogemos le vuatur y nos vamos de paseo.
Eso sí, siempre que nuestra Suri nos deje, que a última hora le ha dado por tener unos cálculos renales. Si es que ya le decíamos que roer la pared no podía ser bueno, pero nada, ni caso. Y así le ha pasado, que tiene unos cálculos que ríase usted de las integrales elípticas de argumento complejo, que se resuelven habitualmente por el teorema del residuo: cógase el papel, arrúguese, tírese a la papelera, y haga como si la cosa no fuera con usted.
-¿Integral? ¿Cálculos? Y a mi que me cuenta si yo sólo pasaba por aquí, y además soy de letras. Y si se cae el satélite, no es culpa mía.
Pues eso, que para des-saturar este blog de tanto Quijote y tanto Sanchico, ya iremos contando las aventuras y desventuras de dos que no hablan francés, que los hoteles hoy día son mu modernos, y tienen interné para que nos enganchemos con el portátil.
- Parlez-vous français?
- No, yo no compré pan, le bulanyerí se fermé. Et le samedí cogemos le vuatur y nos vamos de paseo.
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