domingo, 31 de mayo de 2009
Lo que vive Cervantes en 1584 no tiene mucho que ver con el platonismo de “La Galatea”, no.
es.wikisource.org/wiki/La_Galatea
Lo que vive Cervantes en 1584 no tiene mucho que ver con el platonismo de “La Galatea”, no.
He vuelto a leer algunos capítulos de “Cervantes visto por un historiador”, excelente biografía cervantina, de Manuel Fernández Álvarez. Detengámonos en los acontecimientos de 1584.
“Allí, en los teatros de la época, con su cazuela para el pueblo y sus palcos para la nobleza y las clases pudientes, Cervantes comenzaría a ser conocido por sus admiradores.
Pero no sólo por sus admiradores. También por sus admiradoras. Y entre ellas al menos una, de la que conocemos bien su nombre: Ana Franca o Villafranca.
Se trataba de una mujer joven, linda y malmaridada. Era una madrileña, hija de madrileños…
Ana de Villafranca había sido casada muy joven por su familia, como se acostumbraba en aquella época, con un asturiano tratante en la Corte…Sin duda, el tal Alonso Rodríguez más ausente que estante en la Corte, conforme a su oficio…Y las ausencias, si son prolongadas, siempre resultan peligrosas en cualquier guerra, pero más en las del amor.
…Miguel y Ana se convirtieron en amantes, situación peligrosísima, que podía llevar aparejada la de la muerte, pero sí que es seguro que lo fueron, de lo que la hija que engendraron, Isabel, sería buena prueba de ello. ..Isabel nació el 19 de noviembre de 1584…
Ahora bien, tener amores con una joven malmaridada era cosa de harto riesgo, pero que para un veterano de los tercios viejos, curtido sin duda en esas lides, desde sus tiempos de Nápoles, donde había ya dejado un hijo, podía también tener su atractivo, incluso por el hecho de tratarse de fruta prohibida; pero evidentemente con un precio: el de vulnerar aquel platonismo con el que Cervantes trata lo amoroso, básico tema de su reciente obra pastoril “La Galatea”. Más debió de inquietar a Cervantes el saber, en aquel verano de 1584, que iba a ser padre; un padre vergonzante…la Justicia autorizaba al marido burlado a dar muerte a la esposa adúltera y a su amante…
¿Cómo se puede poner Cervantes a salvo de la tormenta que se le avecina? Pues cambiando de estado.
Que no es azar que su hija Isabel nazca el 19 de noviembre de 1584 y él se case con una hidalga rural, doña Catalina de Salazar, antes de un mes; exactamente, el 12 de diciembre de 1584…
Porque lo cierto es que lo que se desprende de los sentimientos de Cervantes, de lo mismo que acaba de expresar en “La Galatea” sobre el amor, es que es algo muy distinto a lo que él está viviendo por aquellas fechas…
Oigamos al pastor Tirsi:
“Raíz de adonde nace
la ventura planta
que el cielo nos levanta
con tal fruto, que al alma satisface
de bondad, de valor, de honesto celo,
de gusto sin segundo,
que alegra al mundo y enamora al cielo.
Un amor que obligaba a la cautela, al disimulo…Nada, pues, de aquello de lo que Tirsi (Cervantes) declaraba anhelar."
Extraído de las páginas 264-267 del citado libro.
Lo que vive Cervantes en 1584 no tiene mucho que ver con el platonismo de “La Galatea”, no.
Pedro Ojeda Escudero dijo.en este blog:
Cervantes no tuvo una vida tranquila, desde luego que no. Buen apunte.
Pedro Ojeda Escudero dijo.en http://laacequia.blogspot.com/
Abejita, gracias a Silvia Camacho, nos da cuenta de la Calle de Cervantes en Campo Real, que antes se llamaba Mártires de la Cruzada. Evidentemente, la Calle -y Campo Real- han ganado con el cambio. A ambas debemos también imágenes de la Calle de Don Quijote de La Mancha, en Arganda del Rey. La colección aumenta. Infatigable, después Abejita nos ayuda a desentrañar algunas de las claves de la vida de Cervantes, en este caso, de 1584.
Gracias Pedro por tus comentarios y esta la aventura de aprender que diriges.
sábado, 30 de mayo de 2009
Calle "Don Quijote de la Mancha", en Arganda del Rey
Silvia Camacho, nuestra amiga de Campo Real, me envía estas fotos de la calle "Don Quijote de la Mancha", en Arganda del Rey.Da la impresión de que alguien no es muy quijotesco y la ha emprendido con la placa.
De esta localidad madrileña era natural doña Leonor de Cortinas,hidalga y madre de Cervantes.Por cierto,también existe allí una calle dedicada a ella.
Ya he comentado alguna vez que, en Arganda,hay quien reivindica la condición argandeña de Miguel de Cervantes. Se basan en la costumbre que tenían las mujeres de ir a dar a luz a la casa materna.Sostienen que sólo está demostrado que fue bautizado en Alcalá de Henares y nada más.¡Por Dios, que no se enfaden los de Alcalá!
Pedro, aquí tienes más imágenes quijotescas, gracias a nuestra corresponsal campeña,que se lo toma con mucho interés y este verano comenzará con el Quijote.
Un abrazo
jueves, 28 de mayo de 2009
Dedico esta foto a los de la revista "El Espolón" de Priego (Córdoba)
miércoles, 27 de mayo de 2009
En Campo Real tienen la calle "Miguel de Cervantes", antes se llamaba "Mártires de la Cruzada"
Silvia Camacho, que vive en la calle Miguel de Cervantes, en Campo Real, me envía estas fotos que le pedí, para las imágenes quijotescas de Pedro Ojeda Escudero. Dicha calle, se llamaba "Mártires de la Cruzada" Silvia se alegró del cambio...
La calle es de casas bajas con tapia, muy campeña, muy blanca, me gusta...Nada que ver con la de Burgos. Si puedes hacernos la foto de la calle...
Gracias Silvia, un abrazo.
¡Me gusta tanto que mires la predicción del tiempo en "La arañita"!
domingo, 24 de mayo de 2009
En Burgos tenemos esta calle Cervantes
Abejita de la Vega dijo a Pedro Ojeda Escudero en http://laacequia.blogspot.com/:
Esta mañana he salido en busca de la calle Cervantes, en Burgos, para tu colección de imágenes quijotescas.Cerca hay una calle Calderón de la Barca y una calle Romancero. Es una zona muy "literaria", al final de la calle Madrid. En mi blog está el resultado,un poco decepcionante, pero es lo que hay.
Un abrazo
Mis saludos al propietario o propietaria del "´Café Bar Cervantes" y mi enhorabuena por elegir este nombre.
viernes, 22 de mayo de 2009
Comento mi comentario
Publicado en http://laacequia.blogspot.com/
Continúo con el balance. Ahora comentaré mi comentario.
Sigo leyendo el Quijote pero “La acequia” ha dado un giro a mi estilo de lectura. Ésta es más atenta porque luego hay que escribir. Además, las entradas, los comentarios más algunos blogs que visito, enriquecen enormemente aquella lectura que yo realizaba en solitario. Aquella “cuarta”, de la que yo estaba tan orgullosa, quedó interrumpida. Andaba con Sansón Carrasco a vueltas, al principio de la segunda parte, así que pronto alcanzaré el punto por donde iba. El Riquer lo cambié por el Rico…
¡Mira que llamar” tipo “a Cervantes y compararlo con los best seller actuales! Bueno, con lo de tipo quería expresar el enfado de un lector poco acostumbrado a leer oraciones tan largas. Lo de los best seller era un ejemplo de lectura facilona que se hace de corrido.
Lo del cautivo ya me cautivó, no hay que saltárselo, no.
Con respecto al capítulo, el del bálsamo de Fierabrás, escribo ¡tres líneas! ¡Y para relacionar el bálsamo con las medicinas “racistas”! ¡Con lo que me enrollo ahora con los comentarios! Desde luego, está claro. "La acequia” me inspira.
Un saludo para Pedro Ojeda Escudero y todos los que nos visitan
El primer vuelo de la abejita por "La acequia"
Hoy 22 de mayo es Santa Rita de Casia, patrona de los imposibles. Sor Austringiliana, con la que guarda gran parecido, se ha posado encima de la segunda parte del Quijote, para indicarnos que comentar todo el Quijote es posible.
Como estamos haciendo balance de nuestras lecturas quijotescas de los jueves, pongo aquí el primer vuelo de la abejita por "La acequia", el 6 de septiembre de 2008.
Abejita de la Vega dijo...
¡Hola!
Soy una lectora permanente del Quijote que vive a las orillas de las mismas aguas que Pedro Escudero.
Siempre lo estoy leyendo, unas temporadas mucho, otras poco...depende. Siempre en un tomo ya un poco desvencijado, de la versión de Martín de Riquer.
Voy por mi cuarta lectura del Quijote. Pienso que empieza a gustar cuando te acostumbras a su peculiar manera de construir las frases. Da la impresión, al lector actual, que este tipo se la tiene jurada a los puntos y aparte.
Llega un momento en que ya lo lees con la misma fluidez, con que leerías un best seller de actualidad.
Esta vez ¡hasta he podido con el "ladrillo" del cautivo! Confieso que, en mis tres primeras lecturas, me salté las aventuras del enamorado de Zoraida. Muy biográfico pero pesadísimo.
Con respecto al capítulo de la semana se me ha pasado por la cabeza que el bálsamo de Fierabrás es clasista como racistas son esas medicinas que , en Estados Unidos, fabrican sólo para los negros.
Mi blog , compartido con dos amigos,es:
http://aranitacampena.blogspot.com/
Un saludo
6 de septiembre de 2008 16:53
Pedro Ojeda Escudero dijo:
ABEJITA: Bienvenida a La Acequia, en la que espero encontrarte en próximas ocasiones. Me alegra tu afición al Quijote y que hayas podido al fin con el cautivo. Llegaremos en breve a esta historia. Saludos.
Gracias por aquella bienvenida , por contestar a mis comentarios, por hacerme leer el Quijote de otra manera , por lo que he aprendido y...porque ahora escribo más que "El Tostado".
martes, 19 de mayo de 2009
¿Quién es esa monja tan rara que habla antiguo con un nombre impronunciable y que se traslada de un siglo a otro como un ente?
Ayer, por la tarde, a orillas del Arlanzón, daba su paseo esta procesión de novicias que hubiera encantado a Sor Austringiliana. En una tarde soleada marchaban de dos en dos, sin romper nunca la fila. Burgos...
Ele Bergón dijo...
Silvia, ¿quién te dice a ti qué todo lo que no está bien lo hacen los Sanchic@? Todas las culpas siempre para nosotros. Jó no es justo.
Es muy bonito el árbol ese del amor He visto uno que tiene muchísimas más flores, pero estoy empezando a pensar que el amor no es tan bonito como el árbol. Mira el Alonso cómo acaba por culpa de la Dulcinea, echo unos zorros y mi padre cuando vuelve al pueblo, no le pregunta mi madre, que tiene tres nombres, no, no le pregunta qué como ha estado no, le pregunta qué le ha traído para mi hermana y para ella y para mi qué, pues ni me nombra.
Estoy enfadado con la vida, como me dice mi profesora de lengua y no es para menos. La Churri se ha enterado que le he dicho a la Vane que me gusta, ella me ha dicho que yo flipaba en colores y que "verde las han segao" en palabras de mi padre Sancho. ¡ Cómo son tan amigas! !Si van hasta el water juntas! pues ahora no tengo ni la una ni la otra. Me he quedado más sólo que la una. A ver si este verano levanto cabeza y ligo un poco en la pisci que si no...
Ahora empezaréis con la Segunda Parte de estas locuras que escribe el Cervantes sobre el Alonso.No sé si os seguiré. Ya veremos.
Por cierto, ¿quién es esa monja tan rara que habla antiguo con un nombre impronunciable y que se traslada de un siglo a otro como un ente? Si le hace hablar hasta el Cervantes con el superprofesor. No entiendo nada. Mi profesor de plástica llamaría a esto surrealista, como eso que pintan los pintores como el Magritte y poemas como lo que escribe Lorca sobre Nueva York, que entender no entiendo mucho, pero no sé, me gustan. lo reconozco. Lo que no me gusta tanto es lo que me ha pasado con mis Churris si yo iba con buena fe.
Adios, despistaos, que estáis un poco idem.
El Sanchico.
Luz del Olmo
lunes, 18 de mayo de 2009
Parte de lesiones de Don Quijote
● El vizcaíno Sancho de Azpetia le arranca media oreja de una estocada (IX)
● El arriero celoso de Maritornes le propina puñetazos en la mandíbula hasta dejarle sin sentido (XVII)
● Don Quijote recibe estacazos por todo el cuerpo de los yagüeses (XV)
● El ventero le da unos puñetazos en la boca tras ver acuchillados los pellejos de vino (XXXV)
● Recibe una serie de mojicones del cabrero (LII)
● Las patadas del arriero mientras yace en el lecho (XVI) y las pedradas de los pastores (XVIII) causan contusiones en las costillas. Una de las piedras magulla dos dedos de la mano derecha
● Un mozo de mulas le apalea con su propia lanza hecha pedazos (IV)
● En la posada, el cuadrillero de la Santa Hermandad le descalabra con un candil lleno de aceite (XVII). El golpe le causa dos chichones.
● Uno de los gatos que le arrojan en casa de los duques le araña y muerde en la nariz (XLVI)
● Recibe coces y patadas al pasar sobre él una piara de cerdos (LIX) y una manada de toros (LVIII)
● Maritornes y la hija de la ventera provocan erosiones en la muñeca de Don Quijote al atarla con un recio cordel (XLIII)
● En dos ocasiones tratan de ahogarle: cuando el Cuadrillero de la Santa Hermandad intenta detenerlo (XLV) y cuando el cabrero se aferra a su cuello.
Sacado de http://www.muyinteresante.es/index.php/todas-reportajes/56/1032-la-ciencia-en-el-quijote-autopsia-al-higado
sábado, 16 de mayo de 2009
viernes, 15 de mayo de 2009
¡ Esto de los versos no puede quedar así! ¡Por todos los demonios! ¡Académicos de Argamasilla!
Para este comentario, Abejita de la Vega cede la palabra a Sor Austringiliana que posee la capacidad de viajar a través del túnel del tiempo.
Alabado sea nuestro Señor Jesucristo, tal vez sus caridades no me conozcan. Soy una humilde hermana que dormía su sueño eterno de ocho siglos, en mi monasterio castellano, bajo un pequeño ciprés. No sé cómo fue, pero acabé transportada hasta el pecador siglo XXI. Allí, una fuerza misteriosa, me introdujo en unos infernales canalículos que llaman Internete. Allí soy forzada a penetrar en unas luminosas cajitas.
Compartí uno de esos canalículos, con otra monja, Sor Leandra; la cual tuvo a bien darme cuenta de su vida terrenal, en un siglo que llamaron de Oro, con el XVI como número. Se lamentaba de que su padre la hubiera encerrado a la fuerza en un monasterio, con tan solo quince años, por haber seguido los pasos a un seductor soldado llamado Miguel de Cervantes que luego fue renombrado escritor.
Solicitome la ayudase que ansiaba encontrar al ectoplasma de aquel a quien tanto amó. Sospechaba que, al igual que nosotras, había sido capturado por los canalículos del satánico invento, ¡Y lo hallamos! Permanecía inmóvil y silencioso, agazapado junto a una cajita luminosa que, diabólicamente, alternaba la villa del Pisuerga con la del Arlanzón. Hubo un fantasmal abrazo entre los dos viejos amantes. Abrazo y…algo más. Que aunque no tengamos cuerpo…
El del brazo enfermo nos informó de que, por allí, escribían constantemente acerca de su don Quijote y de otras sus criaturas, hijas de su pluma. Los mensajes eran muy extraños, hablaban de acequias, blogs, entradas, comentarios… Alzó la voz para decir: ¡Pero esto de los versos no puede quedar así! ¡Por todos los demonios! ¡Académicos de Argamasilla! ¡Hoy quiero ser yo el que se comunique con ese dómine que declara llamarse Pedro Ojeda Escudero!
Cuatro siglos después he confesado mi falta de autoría en ese final, forjado entre jarras de vino tinto y blanco. Por último, he de decirles que he aprendido la lengua de estos castellanos del siglo XXI y los imito ya bastante bien. ¡Como que soy un genio de las letras!
Sor Austringiliana
Pedro Ojeda Escudero. dijo...
¡Qué graciosa demostración de lo que tanto ha dado que hablar a la crítica! Si es que no hay nada como una buena Sor viajera en el tiempo para hacerlo...
¡¡Mil gracias por la compañía de todos, Abejita, Sanchico, Ele, Sor Austringiliana, etc!! Espero contar con vosotros para la segunda parte.
Gracias Pedro, a por la segunda...
jueves, 14 de mayo de 2009
miércoles, 13 de mayo de 2009
Don Quijote llega a su aldea en domingo
Don Quijote viaja acomodado sobre el heno, en el lento, lentísimo carro de bueyes. Seis días más, mediodía y domingo, la gente está en la plaza. Con lo cotillas que son en los pueblos…
Martín de Riquer destacó * que en el Quijote nunca es domingo, que pasan los días y nunca van a misa, precepto católico que Cervantes sí cumplía. Pues…es domingo precisamente el día que llega a su aldea y, en cuanto lo de ir a misa, no es tan raro…casi siempre están en descampado o en una venta.
Todos se asombran al reconocerlo. El ama y la sobrina son informadas de la llegada de su tío y señor, flaco y amarillo. Por su reacción, más parecen las plañideras de un difunto: gritan, se dan de bofetadas ¿La una a la otra o cada una a si misma? Malditos, malditos libros…mira cómo viene, hecho unos zorros…
La mujer de Sancho Panza pregunta, lo primero es lo primero, por el burro. Lo segundo es lo qué me traes. ¿Vestiditos? ¿Zapatitos? No, cosas mejores, ya verá. Pronto será conde o gobernador de una ínsula. La buena mujer no entiende la palabra, su marido tampoco; pero responde con prepotencia, amén de grosería ,con eso de” no es la miel para la boca del asno”. Luego se dulcifica y anuncia que Juana Panza será llamada Señoría por los vasallos de su ínsula. Señoría no la llamarán, mas don Miguel, tan despistado, la rebautizará en la segunda parte como Teresa, de soltera Teresa Cascajo.
Que no tenga prisa y calle, cosa gustosa es el oficio de escudero. Al llegar aquí le da el ataque de sinceridad: de cien aventuras salen mal noventa y nueve, ha sido manteado y molido…no importa. Después, en su afán por dar un giro positivo, se activa su fantasía y salen a relucir las manchegas selvas.
El ama y la sobrina reciben a don Quijote que no sabe dónde está, ni siquiera reconoce algo tan reconocible como es la cama propia, incluso bizquea. Habrá que cuidarle, que no se escape, con lo que ha costado traerle…De nuevo, maldiciones sobre los autores de esos disparatados libros, en los abismos infernales deberían estar…Y, a continuación, Cervantes nos confirma que habrá más Quijote. La sobrina y el ama temen que, en cuanto mejore, vuelva su tío y señor a irse y “sí fue como ellas se lo imaginaron”.
Cervantes remata esta primera parte informándonos acerca de las investigaciones del “autor desta historia”, el cual no pudo encontrar nada escrito acerca de la tercera salida de don Quijote. Sólo por tradición oral sabemos de su participación en las justas de Zaragoza. Conocemos “su fin y acabamiento” por una caja de plomo guardada por un médico, hallada en los cimientos de una ermita con unos misteriosos pergaminos, bla, bla, bla. Y lo que acabamos de leer viene de esa fuente y el autor se conforma con que le demos el mismo crédito que a los libros de caballería. Y dice: “Con esto se tendrá por bien pagado y satisfecho, y se animará a sacar y buscar otras, si no tan verdaderas, a lo menos de tanta invención y pasatiempo”.Subrayaría yo, de este final, las palabras “invención y pasatiempo”. De eso se trata, de pasarlo bien. Y estos lectores de los jueves lo pasamos muy, muy bien.
Un saludo para Pedro y los visitantes de “La acequia”.
María Ángeles Merino Moya
* Entrevista con Martín de Riquer en http://www.revistasculturales.com/articulos/14/el-ciervo/25/1/conversaciones-martin-riquer.html
Pedro Ojeda Escudero. dijo...
En un libro en el que se dan tantos detalles de lo cotidano, es singularmente importante ver la forma en la que se apartan de lo normal los personajes. Buen comentario.
Gracias, Pedro por animarnos a aprender más.
martes, 12 de mayo de 2009
Aunque no lo creáis las chicas a veces hablan de eso
Ele Bergon dijo:
lunes, 11 de mayo de 2009
La estatua de Cervantes en este mayo burgalés
La estatua de Cervantes en este mayo burgalés (paseo de la Isla)
Esta estatua de Cervantes tomó vida en "La ciudad del gran rey", novela de Óscar Esquivias , ambientada en Burgos.
Preparando el comentario, dedicado a la llegada de don Quijote a su aldea...(capítulo LII)
sábado, 9 de mayo de 2009
El cabrero que zurra y los flagelantes que se zurran.
Comentario al capítulo LII del Quijote, último de la primera parte.
De la pendencia que don Quijote tuvo con el cabrero, con la rara aventura de los deceplinantes, a quien dio felice fin a costa de su sudor.
El cabrero, la procesión y la vuelta de don Quijote a la aldea. Son las tres piezas que Cervantes encaja en este último capítulo de la primera parte.Todo parece ir como la seda. Sentados en el prado ameno, comen las abundantes viandas canónigas, escuchan con gusto el cuento de Leandra y el cabrero invita al postre… ¡Tenía razón el señor cura! Los montes crían letrados Pero Cervantes va a poner esto patas arriba. Va a hacer trizas la placidez bucólica y se va armar una que nos va a dejar temblando. Contraste barroco habemus…
Don Quijote se disculpa, por no poder emprender aventura alguna. Le gustaría, pero no puede, liberar a Leandra de su encierro conventual. Pero, el cabrero señorito pregunta quién es ése, con tan mala pinta, que habla así. Tras recibir una irónica información por parte del barbero, se dirige al extraño personaje, calificándolo de cabeza vacía. El de la Triste Figura contesta que la vacía, puta e hideputa será la madre que parió al que así le habla y lanza un pan que casi deja chato al deslenguado.
A partir, de lo del pan, sobre platos y tazas, llueven los mamporros, mojicones, arañazos y coces. Y menos mal que al cabrero, ensangrentado y coceado, se le impide coger el cuchillo. Don Quijote y Sancho también salen muy mal malparados y llueve sobre mojado, que sólo con sus lesiones antiguas ya se llenaría un libro de Traumatología. ¿Cómo sobreviven así, sin un mal servicio de Urgencias? nos preguntamos...
Llama la atención la insensibilidad de los que les contemplan el combate, incitándolos como a perros de pelea. El cura y el canónigo, muy cristianamente, revientan de risa. Los cuadrilleros, la ley y el orden, saltan de gozo. Aquí Cervantes carga las tintas…
El sonido tristísimo de una trompeta da la vuelta, otra vez, al capítulo. Cesan los contrincantes, entre otras razones porque ya no pueden más, y desfila ante sus ojos una procesión de flagelantes , con una imagen de la Virgen llorona. El narrador sabelotodo nos aclara que aquel año había sido de sequía, en esas tierras. El cielo había negado su rocío a los campos y, los de la aldea .venga latigazos, venga paseos hasta la ermita con la señora enlutada, a ver si la voluntad divina cambia y se abren las nubes con el preciado elemento. ¡Ay Erasmo, Erasmo! ¿Religión por fuera o por dentro?Parece ser que estas procesiones de flagelantes eran algo habitual, algo que don Quijote debía haber visto muchas veces. Gente abriéndose las carnes con un latiguillo acabado en púas, normal….
Pero él lo interpreta en la clave de su locura y se lanza a liberar a la pobre señora que llevan cautiva. En el intento, recibe un golpe tal que Sancho, dándole por muerte recita un planto, al más puro estilo caballeresco, que, a pesar de sus cómicas equivocaciones, muestra su calidad humana.
Los de la procesión, ven a los cuadrilleros con sus ballestas, no quieren que les carguen con el muerto y echan a correr cobardemente, con la falda y los capirotes arremangados, luciendo los cirios y las disciplinas.. ¡Ay Erasmo, Erasmo! ¿Religión por fuera o por dentro?
El cura conoce a otro cura de la procesión y tanto unos como otros se sosiegan. Aquí no ha pasado nada.
Don Quijote pide a Sancho que le coloque en el “carro encantado”, dado el estado de su dolorido hombro. Sancho lo hace de buena gana y, de paso, nos anuncia una nueva salida, tras la estancia en la aldea. Don Quijote atribuye su mala racha a un “mal influjo de las estrellas” que hay que dejar pasar. ¡Cervantes astrólogo!
La procesión sigue su camino y s la hora de las despedidas. Se despide el cabrero y los cuadrilleros no quieren pasar adelante, cobran y se van. ¡Por fin perdemos de vista a este pelmazo de canónigo! El cura le informará si don Quijote sana de su locura. Se quedan solos el cura, el barbero, don Quijote y Sancho. ¡Ah! y el bueno de Rocinante, tan paciente como su amo.
Seguiré con la llegada a la aldea.
Un saludo para Pedro y los que nos visitan.
Ríense las fuentes tirando perlas
Este año, pongo también éste:
domingo, 3 de mayo de 2009
Las lilas de mayo, más tardías que en Campo Real
Agua de abril, si no es torrencial, llena la panera.
En abril, búscale el nido a la perdiz.
En abril, aguas mil.
Las mañanas de abril son largas para dormir.
Mucha flor en primavera, buen otoño nos espera.
Si tienes pan para mayo y leña para abril, échate a dormir.
Abril y mayo, llaves de todo el año.
Abril frío, mucho pan y poco vino.
Abril frío, hincha el silo; mojado, silo y campo.
La niebla en marzo no hace daño, pero la de abril se lleva el pan, el vino y el barril.
Al fin de abril, la flor de la vid.
Abril sin granizo, Dios no lo hizo.
Agua de Mayo crece el pelo, si no me lo crece me pongo el pañuelo.
Cantar "el mayo" a una moza, es darle la mejor rosa.
Desde mayo a San Miguel, pastor de ovejas quiero ser; desde San Miguel a marzo, que las cuide el amo.
Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo.
Hielos en la cruz de mayo, siempre hacen daño.
Mayo caliente y lluvioso, ofrece bienes copiosos.
Para San Isidro labrador, vase el frío y viene el sol.
Siembra perejil en mayo, y lo tendrás todo el año.
Si en mayo no vieres lodo, dalo por perdido todo.
Mayo pardo, señal de buen año.
Mayo frío, torta de trigo, pero no de vino.
Rocío y fresco en mayo, dan vino a la viña y heno al prado.
Lo que mayo riega, mayo lo seca.
Marzo ventoso,
Abril lluvioso, sacan a Mayo florido y hermoso.
Gracias, Silvia
¿Se rompió o no se rompió? ¡Votemos!
sábado, 2 de mayo de 2009
¿Se le rompió el cántaro a Leandra?
Que trata de lo que contó el cabrero a todos los que llevaban al valiente don Quijote.
¡Qué poco nos queda! La primera entrega del Quijote se está acabando y Cervantes nos tiene ya enganchados, atentos a esa inminente llegada del “valiente don Quijote” a su aldea, acompañado del peculiar séquito que lo lleva enjaulado.
El escritor solía montar sus capítulos ensamblando dos, tres o más partes de diferentes historias, para que cada lector encontrara algo de su agrado. Ahora no hay "puzzle "y nos extraña un poco este capítulo monotemático. La fértil imaginación de Cervantes se ha ido por los cerros, como tantas veces, tras la cabra cerrera. Reza el título “lo que contó el cabrero” y el pastor cariñoso nos va a relatar un cuento folklórico, de esos superlativos y “de fuerte raíz misógina”, como dice Pedro Ojeda. Algo que sea del gusto de todos.
En una aldea había un labrador muy honrado, muy rico y muy virtuoso. Tenía una hija hermosíiiisima, discretíiiiisima y virtuosíiiiisima. La fama de su belleza llegó lejos, lejos, hasta el palacio real. De todas partes llegaban gentes a verla como “a imagen de milagros”. ¡Santa Leandra! Su padre la guardaba y se guardaba ella…Recatadísima Leandra. Y los lectores de la época, babeando de gusto, que este don Miguel sabe las debilidades de su público.
Muchos pretendientes solicitaban a Leandra y el padre no sabía a quién adjudicar la preciada joya. Entre los que echaron la solicitud estaba Eugenio, el cabrero de la cabra Manchada.” Conocido, natural del pueblo, ni judío ni moro, joven florido, rico e ingenioso. ¡Seis puntos! Hubo empate con otro pretendiente llamado Anselmo. Con los dos quedaba bien colocada a la muchacha, así que este padre, de ideas tan avanzadas, decidió preguntar a la niña. Parece ser que el gusto de Leandrita no se inclinó por ninguno de los candidatos.
Pero llegó al pueblo un soldado, hijo de un pobre labrador del mismo lugar, procedente de las Italias. El llamativo atuendo soldadesco, emperejilado a base de lujo barato, atrajo a la nena. Aquí don Miguel se detiene a describirnos a un soldado fanfarrón, personaje que él conoce muy bien y no sólo por haber leído a Plauto…Sentado en la plaza del pueblo, contaba hazañas a la boquiabierta gente del pueblo. Llegó, vio y venció en todas las guerras, sin derramar una gota de sangre pero con cicatrices… bla, bla, bla. Ram, ram, ram… un poco de guitarra. Algo poetastro, componía larguísimos romances como churros. Leandra cayó en sus redes y, ni corta ni perezosa, se escapó con él. Si es que las mujeres son como las gallinas, les das trigo y se van a picotear a la mierda. Perdón, esto último lo he leído en Delibes, no en Cervantes.
Al cabo de tres días la encontraron en una cueva, en paños menores, sin joyas ni dineros. El soldado había prometido ser su esposo, lo de siempre. Pero el padre se quedó consolado pues Leandra aseguraba que, aunque le quitó las joyas, no le quitó la alhaja principal, la que no se recupera jamás, la que remendaba la madre Celestina. ¡Y eso que venía de la viciosa Nápoles! ¡Milagro de continencia!
El cántaro no se ha roto, pero Leandra es conducida inmediatamente a un monasterio. Su tierna edad le sirvió de disculpa, no atribuyeron su falta a ignorancia sino a esa “natural inclinación de las mujeres, que, por la mayor parte, suele ser desatinada y mal compuesta”. Tranquila, María Ángeles, esconde la vena feminista.
Eugenio y Anselmo quedaron “en tinieblas” y, para consolarse, no se les ocurrió otra cosa mejor que dejar la aldea y jugar a ser pastores de novela pastoril. Mientras apacentaban su rebaño de ovejas o cabras, dedicaban sus alabanzas, vituperios y suspiros a la ingrata Leandra. Otros muchos de sus pretendientes los imitaron, convirtiendo el valle en una nueva Arcadia, llenita de pastores poetas, muy finos y muy quejosos.
Ahora la maldicen, insultan, condenan, absuelven…todos la deshonran, todos la adoran y esperan sin esperanza. Anselmo es el más comedido, sólo se queja de ausencia en unos versos que acompaña con su rabel. Por el contrario, nuestro Eugenio, lanza, por su boca sapos y culebras misóginas: ligereza, inconstancia, doble trato, bla, bla, bla. Y termina su discurso, justificando con este relato las lindezas que dedicó a la cabra Manchada. Aunque sea la mejor de su apero, es hembra y en poco la tiene. ¿No decía que era la mejor?
Termina el capítulo con la invitación del cabrero a leche fresca, sabrosísimo queso y sazonadas frutas. Está el ambiente muy relajado, a ver si sigue así o por barroco contraste...
Un saludo para Pedro Ojeda y todos los que nos visitan.
viernes, 1 de mayo de 2009
Así se despidió abril
3O de abril de 2009 .Nos pilló la lluvia.
EN ABRIL, LAS AGUAS MIL
Son de abril las aguas mil.
Sopla el viento achubascado,
y entre nublado y nublado
hay trozos de cielo añil.
Agua y sol.
El iris brilla.
En una nube lejana,
zigzaguea una centella amarilla.
La lluvia da en la ventana
y el cristal repiqueteo.
A través de la neblina
que forma la lluvia fina,
se divisa un prado verde,
y un encinar se esfumina,
y una sierra gris se pierde.
Los hilos del aguacero
sesgan las nacientes frondas,
y agitan las turbias ondas
en el remanso del Duero.
Lloviendo está en los habares
y en las pardas sementeras;
hay sol en los encinares,
charcos por las carreteras.
Lluvia y sol.
Ya se oscurece el campo,
ya se ilumina;
allí un cerro desaparece,
allá surge una colina.
Ya son claros, ya sombríos
los dispersos caseríos
, los lejanos torreones.
Hacia la sierra plomiza
van rodando en pelotones
nubes de guata y ceniza.
ANTONIO MACHADO