miércoles, 18 de marzo de 2015

"El héroe discreto": "Todo igual a todos los días, desde tiempo inmemorial"

Paseo por la carretera de Palacios de Benaver (Burgos).
 
Comentario inicial para la novela "El héroe discreto", de Mario Vargas Llosa, para la lectura colectiva de "La acequia", dirigida por Pedro Ojeda.

El sol más esperado, el verde más tierno y la novela de un Nobel. Paseaba por una solitaria carretera rural, en compañía de esta novela de don Mario Vargas Llosa, "El héroe discreto".


"El héroe discreto " en el páramo.

Y desde un páramo castellano viajé hasta Perú y la calle Arequipa, en Piura, en busca de un héroe, por las altas veredas. ¡Vivan las eres suavecitas!

Y, a continuación, estallaron las elles del estallido, del bullicio y de las calles llenas de gente. Era la hora, salió de su casa don Felícito Yanaqué, dueño de la Empresa de Transportes Narihualá.

Al mismo tiempo, el premio Nobel cogía a las agudas y las hacía bailar salsa Merecumbé, cogidas del brazo de las ches más dulces, sobre un papel en blanco.

Así pone don Mario a bailar las letras y los acentos.

Las ches melosas de la miel de canchaca, las melcochas, los chupetes, los chifles y las chucherías para churres churretosos. 

Melaza


Don Mario puso a pregonar su mercancía a los vendedores ambulantes  e instaló el ciego Lucindo bajo la casa colonial. Y escribió: "Todo igual a todos los días, desde tiempo inmemorial". Tal vez, al llegar aquí, soltó la pluma, o cerró el ordenador, pensando en que impone mucho escribir después de que a uno le den el Nobel. Y el Cervantes, el Príncipe de Asturias, el de la Paz en Alemania y el Premio Jerusalén. Muchos premios.


Pluma, ordenador...¿por qué dije pluma? Un poquito más y le adjudico la péndola de don Miguel de Cervantes, que en paz descanse...si le dejan.  Ordenador, sí, tal vez sea una "computadora" con manzanita. ¡Basta ya de digresiones imaginativas! Entra de una vez.


A lo que íbamos, Vargas Llosa nos transporta a una bulliciosa y próspera ciudad de ritmo rápido, escenario del heroísmo de un hombre hecho a sí mismo: Felícito Yanaqué, un pequeño empresario del Transporte, en Piura.


 Desde un autobús peruano

Su historia discurre en paralelo con la de Ismael Carrera, próspero hombre de negocios, dueño de una aseguradora, en Lima. Ambas no parecen guardar relación; pero los dos protagonistas coinciden en la heroicidad de llevar personalmente las riendas de sus destinos. ¿Podemos calificar como discreta a tamaña heroicidad?

Porque el metódico Felícito Yanaqué se aferra a un consejo, tópico viejo y gastado, heredado de su difunto padre, para enfrentarse a las misivas amenazadoras de unos chantajistas: "Un hombre no se debe dejar pisotear por nadie, en esta vida". Por su parte, Ismael Carrera rompe los convencionalismos de su clase y se casa con su empleada doméstica, nada más que para urdir una sorprendente venganza contra sus dos hijos holgazanes que celebraron anticipadamente su muerte cuando sufrió un infarto.

Felícito e Ismael se rodean de su corte de personajes. En Piura, el entrañable don Felícito tiene a Mabel como solícita amante, a Gertrudis, como esposa sosaina y beatona, y a sus hijos, el rubio Miguel y el morenito Tiburcio. Atención al rubito. En Lima, don Ismael, tiene a su esposa Armida, la antigua sirvienta, y a  sus retoños, las "hienas" Miki y Escobita. Adelanto que hay dos personajes bisagra entre las dos historias pero, desde la página 306, no puedo deciros si las historias terminan por enlazarse definitivamente.

No podían faltar algunos los viejos conocidos del mundo vargasllosiano, "los que se presentan delante de él cuando va a emprender una nueva escritura, para dejarse ver, como diciéndole al novelista: aquí estamos, míranos bien, no nos has aprovechado lo suficiente". Aquí tenemos al sargento Lituma, esforzado cachaco que no ha logrado salir de pobre, el de "Lituma en los Andes", "La casa verde", "¿Quién mató a Palomino Molero?" y "La Chunga".

 
No podía faltar el culto e imaginativo don Rigoberto, el de las novelas eróticas "Elogio de la madrastra" y "Los cuadernos de don Rigoberto". Le acompaña, como no, su amante esposa doña Lucrecia, con quien mantiene una complicidad especial y unas relaciones sexuales lúdicas y alegres.



Y su hijo, el preadolescente Fonchito, hijastro a su vez de la madrastra Lucrecia, hacia la que siente una atracción que raya con el incesto.
 

 
A Fonchito, le conocemos incluso como personaje de cuento infantil, "Fonchito y la luna", donde aparece como niño más pequeño. En la novela que estamos leyendo,  muestra una sensibilidad especial, ve lo que otros no ven y se muestra tan juicioso y angelical que nos enamora.

 
,Y además, Fonchito se encuentra repetidas veces con un personaje misterioso, Don Edilberto Torres, a quien nadie ha visto, sólo él; no sabemos si es fruto de su imaginación, o tal vez el diablo, o un espíritu burlón, o alguien real...¿Un tributo al tan cacareado "realismo mágico"? ¿Un homenaje a Edelberto Torres, el biógrafo de Rubén Dario, sobre el cual confeccionó su tesis doctoral? ¿El tercer héroe discreto? 


 
Todos estos personajes se mueven en un Perú ahora más próspero, tras aquellos tiempos en que estuvo muy "jodido". Según Pedro Ojeda: "en el que siguen reconociéndose las cosas de siempre pero hay también nuevas realidades y, sobre todo, una mirada quizá menos crítica ante su país porque su presente le guste más que su pasado".
 
Porque Vargas Llosa nos cuenta una Piura que despierta entre el bullicio del tráfico, hay coches...La gente va  a la oficina, al mercado, a llevar a los niños al colegio, a misa de ocho...Hay trabajo, se compran alimentos, los niños están escolarizados y las beatas pueden ir tranquilamente a misa de ocho. Pero muchos tienen que recurrir al comercio ambulante para sobrevivir y algunos son niños que no podrán ir al colegio. O a la mendicidad, vemos al cieguecito instalado con su tarrito de limosnas, como "desde tiempo inmemorial".
 
Vendedora de chifles o chips de plátano
 
Pero Felícito Yanaqué ha recibido una carta extorsionadora y el sargento Lituma dice tranquilamente: "Estas son las cosas del progreso, don...Cuando Piura era una ciudad pobre, estas cosas no pasaban...la culpa la tienen los ecuatorianos...el puta que escribió esto tiene buena ortografía". Felícito piensa: "Venir a sentar una denuncia era una pérdida de tiempo. Este cachaco no haría nada. Además ¿no decían que la policía era la más corrupta de las instituciones públicas?"
 
En la comisaria no hay fotocopiadora, Felícito sale a buscar un comercio donde le fotocopien la carta, está desolado, sólo le queda Adelaida, la santera adivinadora. Ella nunca le falló. Policia indolente, desmotivada e ineficaz, tal vez corrupta, falta de medios, mentalidad mágica. "Como desde tiempo inmemorial".
 
Después de averiguar qué es la canchaca, las melcochas y los chifles, creo tener claro qué prenda es una guayabera, me parece que se la puso Gabo para recoger su Nobel.




No sé en qué trabaja un pulpero, no creo que tenga que ver con los pulpos. Lo de "el puta" está claro, también lo del colerón y la cojudez, dado el contexto. El cachaco será un militar o un poli, dicho sin mucho aprecio. La cremolada de frutas debe ser cosa exquisita si es de El Chalán. Y lo de "che guá" parece una muletilla del lenguaje de por allí. Che guá. ¿Vale?

 
Los churres son los niños tengan o no churretes, el tamal debe de ser una especie de empanadilla de maíz y busco lo del "potito de chicha", que me suena a bebida alcohólica de por allí.


Cerraré el ordenador y enrumbaré hacia la calle, que tengo que comprar el pan. No me treparé en ningún coche, que está cerca la panadería. No creo que en el supermercado haya botellas de "Inca Kola", junto a las cocas y pepsis de toda la vida. Esta novela es una oportunidad de conocer la riqueza del léxico peruano.
 
En mi próxima entrada, cederé la palabra a dos personajes que me han caído bien. Para contar lo de don Felícito Yanaqué, vendrá su fiel  y atractiva secretaria, la señora Josefita. Para lo de don Ismael, tendrá la palabra al niño Fonchito, el angelical hijo de don Rigoberto, la persona de mayor confianza del señor Carrera, el de la aseguradora, él ve lo que otros no ven. Ya sabéis mi gusto por dar voz a los secundarios. 
 
Un abrazo de María Ángeles Merino que sigue leyendo "El héroe discreto", haga calor o haga frío, en el campo o en la ciudad, dentro o fuera de mi casa. El libro me ha atrapado, palabra. Y yo era de las que decía que Vargas Llosa no era mi debilidad.
 
Foto tomada una tarde heladora de marzo




12 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Te veo incorporando a tu conversación habitual las palabras aprendidas aquí...
Qué buen inicio para ponernos en el Perú tan reconocible y también nuevo de esta novela de Vargas Llosa. Y gracias por las ilustraciones, tan certeras.

Ele Bergón dijo...

¡No te lo vas a creer, pero he perdido el libro que mandaste como regalo! No sé si lo podré encontrar. Lo perdí el lunes y creo que fue en el Instituto Cervantes. Ya te lo contaré y haré la entrada como pueda.

De momento, me ha servido mucho el leer tu entrada para ir recordando a los personajes.

Me gusta mucho todo lo que cuentas en relación a cómo utiliza las palabras y su sonido el Premio Nobel.

Besos

Kety dijo...

Esperaremos las palabras de Fonchito.

Luz, deseo que encuentres tu libro.
Según una frase célebre, "El libro tiene su orgullo, cuando sale de casa, ya no regresa".
Pero queda el consuelo, que se puede reponer.

Besos

Pamisola dijo...

Me encanta el principio de tu entrada. Enseguida sabes donde hay que pellizcar, para "encontrar petroleo". Yo soy muy lenta.
Me gusta Vargas LLosa, la última que leí ya hace tiempo, fue "Travesuras de la niña mala"
Este libro parece interesante, lo buscaré en la biblioteca.
Gracias.
Besos.

Bertha dijo...

Ole mi niña esto es, un trepar por el vocabulario madre del amor hermoso que riqueza de vocabulario o mejor dicho cuantos tropezones para llegar al mismo lugar.

-En cuanto a "Lituma en los Andes" del mismo autor: no es, precisamente un libro que me haya dejado una buena impresión.

En cambio este que nos reflejas parece que tiene mucha sustancia.

Un fuerte abrazo.

María Pilar dijo...

Esta novela precisamente no la he leído y por tanto todo lo que lea sobre ella me es nuevo. Me encanta este autor. Buscaré la novela. Te felicito por la entrada y es solo el principio un buen aperitivo para lo que está por venir.
Besos

Myriam dijo...

Jajaja veo que te metiste con todo en la novela!!!! Buenísimo me alegro mucho!!!

Cierto, hay una gran riqueza léxica peruana. Ĺos tamales en realidad no son empanaditas, sino hojas de palma o de plátano a las que se les pone un relleno que se envuelve como un paquete y así se cocina. Él tamal es lo de adentro , ahora estoy en la cama con el móvil, pero mañana te busco una receta y te la mando. Obvio que para comer se desenvuelve y se come sólo el relleno. Los tamales se comen en Peru, Colombia,VEnezuela, Méjico,etc

Che guá, me parece que según lo explica en la pag. 51 es una muletilla, que con connotación triste como diciendo: " qué pena!!!! ". Así lo interpreto.

La guayavera es una camisa bordada de hilo generalmente de manga corta , cuello y botones, que se usa por encima del pantalón, es fresca, ideal para los calores de clima tropical.

Besotes

Myriam dijo...

Digo gusyabera, con b de burro ;-)

Paco Cuesta dijo...

Tu introducción nos hace peruanos de hecho con o si guayabera.
Besos

Rita Turza dijo...

MªÁngeles este comentario es para comunicarte que te he nominado para los premios Black Wolf Blogger Award, un premio que se da entre bloggeros reconociendo la calidad y el trabajo de otros compañaeros. Si aceptas la nominación las bases están en la entrada de hoy 25/3 de mi blog.

Un beso muy fuerte

para jovenes escritores dijo...

Hola, Mª angeles, soy Eva Zamora y te conozco a través de Rita Turza, una gran amiga. Te he nominado para los premios Black Wolf Blogger Award. Si aceptas la nominación puedes ver las bases en mi blog:evazamora72.blogspot.com.es
Besos.

DORCA´S LIBRARY dijo...

De Vargas Llosa leí hace tiempo "Lituma en los Andes" y "Elogio de la Madrastra". Es un escritor que a mí se me hizo un poquito difícil, precisamente por el lenguaje.
De tu comentario, me quedo con el buen consejo que el padre de Felícito le dio.
Me ha gustado como has ido descifrando el significado de las palabras.
Un abrazo.