Comentario de introducción a la lectura de la novela "El río que nos lleva", de José Luis Sampedro. Para la lectura colectiva de "La acequia", dirigida por Pedro Ojeda.
"Al otro lado del agua, sólo una franja de tierra y una vertical pared de roca, metalizada por la luna"
Tierra, agua y madera. Murallas de roca, agua brava o en calma y troncos de árboles cortados empujados por los ganchos de los gancheros. Se atascan, se amontonan, obligan a arduos equilibrios, a veces hay que cortarlos, pueden sepultar a un hombre...es preciso pelear con ellos, desde la Serranía de Cuenca hasta Aranjuez.
Es “El río que nos lleva”, aguas en la que solo nos bañamos una vez, nuestras vidas que van a dar a la mar que es el morir, un eco repite a Heráclito y a Manrique. Y"nos" lleva, verbo teñido de fatalidad, pronombre que nos incluye.
A los rudos gancheros del Alto Tajo, con el Americano de capataz, realizando un trabajo a extinguir que desaparecerá con el fin de la obra del embalse de Entrepeñas. La maderada tiene los días contados, sus hombres son más pobres que los labradores pero no conciben otra vida.
A Roy Shannon, irlandés, excombatiente de la Segunda Guerra Mundial, marcado por la crueldad humana , vagabundo circunstancial en España. Se enrola en la ganchería por casualidad.
A Paula, mujer misteriosa y fugitiva que focaliza toda la novela, una ninfa diferente a las de Garcilaso.
A otros personajes del libro que viven en la España mísera de los años cuarenta...
A José Luis Sampedro que en un borrador de sus memorias, "Sala de espera", se denomina a sí mismo como "El río José Luis". Y comienza con un hermoso y fluvial nacimiento:
"El niño nace como el río. Emerge de lo profundo; una vida de carne, una vida de agua. Unas veces con violencia, con desgarro, como el agua se despeña brotando en la barrancada. Otras con esfuerzo, abriéndose paso por la carne, por la tierra. A menudo con natural empuje, manando del hondón como agua que rebosa y empieza a ocupar su lecho."
(José Luis Sampedro, "Sala de espera", Plaza y Janés, abril 2014)
Y a todos nosotros, que también somos río. El río ¿O somos la maderada?
Un abrazo del río María Ángeles Merino
"Al otro lado del agua, sólo una franja de tierra y una vertical pared de roca, metalizada por la luna"
Tierra, agua y madera. Murallas de roca, agua brava o en calma y troncos de árboles cortados empujados por los ganchos de los gancheros. Se atascan, se amontonan, obligan a arduos equilibrios, a veces hay que cortarlos, pueden sepultar a un hombre...es preciso pelear con ellos, desde la Serranía de Cuenca hasta Aranjuez.
A los rudos gancheros del Alto Tajo, con el Americano de capataz, realizando un trabajo a extinguir que desaparecerá con el fin de la obra del embalse de Entrepeñas. La maderada tiene los días contados, sus hombres son más pobres que los labradores pero no conciben otra vida.
A Roy Shannon, irlandés, excombatiente de la Segunda Guerra Mundial, marcado por la crueldad humana , vagabundo circunstancial en España. Se enrola en la ganchería por casualidad.
A Paula, mujer misteriosa y fugitiva que focaliza toda la novela, una ninfa diferente a las de Garcilaso.
A otros personajes del libro que viven en la España mísera de los años cuarenta...
A José Luis Sampedro que en un borrador de sus memorias, "Sala de espera", se denomina a sí mismo como "El río José Luis". Y comienza con un hermoso y fluvial nacimiento:
"El niño nace como el río. Emerge de lo profundo; una vida de carne, una vida de agua. Unas veces con violencia, con desgarro, como el agua se despeña brotando en la barrancada. Otras con esfuerzo, abriéndose paso por la carne, por la tierra. A menudo con natural empuje, manando del hondón como agua que rebosa y empieza a ocupar su lecho."
(José Luis Sampedro, "Sala de espera", Plaza y Janés, abril 2014)
Y a todos nosotros, que también somos río. El río ¿O somos la maderada?
Un abrazo del río María Ángeles Merino
8 comentarios:
¡Qué introducción a la lectura más bonita!, M. Angeles Yo ya lo he leido hace tiempo y me preparo ahora para la segunda lectura.
Besos y muchas gracias por tu bienvenida en casa
Jose Luís Sampedro:un hombre, con una dignidad aplastante.Me encantaba escucharlo es todas sus intervenciones:ademas de un excelente economista, un pensador innato.
Un beso enorme nos leemos.
Comenzamos la lectura de uno de los libros que mejor nos explican el interior del pensamiento y las emociones de Sampedro. Un libro, además, que sigue actual aunque las circunstancia parezcan haber cambiado.
Buenas noches, Abejita de la Vega:
Qué bien descritos los trabajos:
...”Lucas, el avispado muchacho de poca estatura, a pesar de sus dieciséis años”...
...”era yo muy mocete pa entrar de hachero; como mi padre”...
...”de los que tumban el pino, no de los que cortan a menudo pa vender o carbonear. Por eso se mató. Le cayó un árbol en falso.”
...”¡Pero me gustaría saber de letras, como usté! A mi este oficio no me tira –confesó.”
...“Shannon se quedó pensando cuánto le gustaría enseñar a aquel chico avispado, pero no había tiempo”
¿A que cuándo has encontrado alguien así, has tenido el mismo pensamiento que Roy?
Un abrazo.
Me gusta mucho este dedo que has metido en El río que nos lleva, dan ganas de seguir frecuentando sus agua hasta sumergirse de lleno en ellas.
Un abrazo
Luz
A veces río a veces maderada, eso es lo que, probablemente, somos. Muy de agradecer tu entrada sobre el libro.
Un abrazo
Hola, MªÁngeles, es admirable el ritmo que llevas con las lecturas, y tus entradas correspondientes, estupendas siempre.
Este libro no lo he leído, pero está entre esos títulos que tienes pendiente,es posible que sea este verano. Pero sin fecha.
Abrazos
José Luis Sampedro es uno de los mejores broches para un curso de lecturas.
Besos
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