"Leonarda y su criado Urbán , Jorge Roelas y Aitana Sánchez Gijón" |
Cuando Pedro Ojeda nos propone esta obra, me dirijo a una biblioteca pública en busca de un libro que contenga el texto impreso en letra cómodamente legible. No lo tienen pero me muestran algo que lleva el mismo título. Es el cuaderno número 5 de "Cuadernos escénicos de teatres de la Generalitat"*. Me lo llevo a casa con cierto escepticismo, por si me sirve para algo, aunque no contenga el texto de la comedia, aunque sea otra versión.
De aquí. |
Antes de leer su contenido, copio algunos titulares del cuadernillo:
"Una comedia urbana y de enredo", " Drama de afectos", "Una comedia divertida, Verdaderamente divertida", "Una intriga continua", "Picante y graciosa", "Desenfado y picardía", "Una obra descarada", "La búsqueda del placer","Alegre, divertida y viva". "Una dramaturgia del deseo".
Sí, todo eso puede definir a "La viuda valenciana", una deliciosa y sorprendente comedia. La versión en vídeo para Estudio 1 cada vez me gusta más, no echo ya de menos el libro. Me he colado en el escenario , me siento en los lujosos almohadones de su estrado. Paseo con ella, y con la simpática Julia, entre las naranjas del mercado y la arena de la playa. Soy testigo del flechazo, de la mirada de Aitana, de la sonrisa de Fran Perea. Mientras tanto las redondillas bailan en mi oído.
Recordáis que , en la entrada anterior, le dediqué unas palabras que quedaron interrumpidas. Me dirijo a la "viuda valenciana" otra vez:
Salúdola, señora Leonarda, personaje de ficción de don Lope de Vega:
Me es muy grato dirigirme a vuestra merced, personaje femenino excepcional en relación a la mayor parte de las que protagonizan las comedias clásicas: mujeres que sortean dificultades sociales y familiares hasta conseguir su objetivo: el matrimonio por amor. En vuestro caso, Leonarda, el súbito enamoramiento no cambia vuestra decisión de continuar libre e independiente. ¿Os permitirá Lope de Vega manteneros así?
Vuestros días transcurren en encierro voluntario, entre libros piadosos y visitas a la iglesia. Tres mil ducados de renta que vuestra merced puede administrar, todo un aval de libertad. No queréis ” ni más ni menos que seguir las exigencias morales de una sociedad que ve con malos ojos las segundas bodas, indicio de irrefrenables deseos, mal vistos en la mujer”. Esto último lo escribe Teresa Ferrer, una profesora universitaria de este siglo XXI, estudiosa de vuestra historia; una “bachillera” dirían en 1600, con un tonillo despectivo.
De aquí. |
A pesar de la advertencia, “tío, si es de casamiento, ni se miente ni me hable”, Lucencio trata de convenceros con el argumento de la previsible murmuración: joven, bella y rica, las malas lenguas sugerirán que os gozáis con algún sirviente. Una higa os importa, ciertamente.
Tres lúgubres galanes asedian vuestro castillo inexpugnable: Valerio, Otón y Lisandro. Consiguen entrar fingiendo ser vendedores de libros, estampas o perfumes. Tres amigos que han de pelear entre sí por vuestra atención, aunque parezcan uno solo. Ninguno la consigue, los despedís sin más. Como dice la “bachillera” Ferrer, representan “el mezquino juicio de la sociedad respecto a la mujer. Por ello, carecen de individualidad propia y actúan siempre como un personaje colectivo”.
Pero el Amor os llega y el Amor es fuerza que todo lo arrasa. Y ante Camilo os convertís en “río detenido que va, suelta la presa, más furioso”. Tal es la insospechada fuerza del Deseo, algo sobradamente conocido por Lope de Vega, vuestro creador. “Quien lo probó, lo sabe”, deja escrito en inolvidables versos.
Ya nada será igual para ti, Leonarda. ¿Cómo harás para disfrutar de la pasión y no perder tu fama y tu honra? ¿Cómo podrás hacer tu voluntad por encima de los usos de tu época? ¿Cómo te las arreglarás para “nadar y guardar la obra”?
Despliegas una estrategia para encontrarte con él sin ser reconocida, la actuación de tu fiel criado Urbán es la clave. También Julia es una gran ayuda, quiere verte feliz. Ambos son más que criados, son amigos depositarios de tus más íntimos secretos.
Urbán convence a Camilo para una cita a ciegas. Camilo tiene miedo de caer en una celada. ¿Y si es una bruja? ¿O tal vez "alguna cuitada herida del mal francés”? Y duda. ¿Podrá o sabrá gozar a oscuras? ¿No es la vista parte importante del goce? ¿No sería un deleite puramente animal?
Y tú, Leonarda, te harás servir en tu propia casa el amante, tras marearlo por los laberintos de la ciudad, asegurándose Urbán de que la capucha no le deje ver. Como es Carnaval, una máscara más no llamará la atención de los valencianos.
Llega al momento más importante de la obra, Camilo entra en la alcoba y me siento sumergida en la escena, soy como Julia o como Urbán, cómplice de vuestro ciego encuentro.
De aquí. |
Está desorientado, oye voces, pregunta, tantea, os habláis, os tomáis de las manos, tu cuerpo, su cuerpo, una fruta compartida, los anillos...Os dejo solos.
Seguiré hablando contigo, Leonarda.
Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:
María Ángeles Merino
Bibliografía:
*Cuaderno número 5 de "Cuadernos escénicos de teatres de la Generalitat", editado por la "Conselleria de Cultura i Esport" de la Generalitat Valenciana. Su contenido gira en torno a la versión de "La viuda valenciana", dirigida por Vicente Genovés, estrenada en el Teatro Rialto deValencia, el 4 de diciembre de 2008. Las palabras tomadas directamente del cuaderno están en color verde.
La viuda valenciana de Lope deVega o el arte de nadar y guardar la ropa. Teresa Ferrer.
La comedia: El juego de la ficción y del amor. Joan Oleza. http://www.uv.es/entresiglos/oleza/pdfs/comedia.PDF
Pedro Ojeda dice en "La acequia", a propósito de esta entrada:
"Mª Ángeles Merino sigue ejerciendo su papel de confidente de la protagonista. Sabio acompañamiento y consejos, sin duda alguna..."
6 comentarios:
Magníficos consejos, desde luego. En el fondo, ejerces un papel muy teatral: el de confidente de la protagonista...
Ay, Abejita, ¡lo que he disfrutado con tu relato! Eso de que al final "les dejas solos" me ha llegado al alma. Ya veo que en esta historia, al contrario de lo que piensa nuestro profe, eres más bien la criada lorquiana que silenciosa toma nota de todo lo que acontece porque la confidente "Poncia" a mi parecer es más bien Julia ¿no? Besotes, M.
jajajaja menos mal que los dejas solos, ya te veia a ti adentro en la tina o despatarrada en la alfombra frente al fuego quitándole a Leonarda el galán....
Besos
Mi querdia Abejita, tu ya sabes bien lo liada que ando metida en verenjenales que debería dejar. Casi ni tengo tiempo de hablar contigo por teléfono.
Así que espero disculpes el no pasar por aquí.
Ya te cuento.
Un abrazo
Luz
haces bien en dejarlos solos que creo que tienen mucha tarea por delante.
tremendo trabajo de investigación.
biquiños,
Aldabra: no quiero sujetar la vela, les dejo solitos.
Luz: corrijo, a petición tuya, lo de los berenjenales; pensabas en vergeles, qué palabra más poética, y te salieron unas berenjenas algo extrañas, con uve. No te metas en demasiados berenjenales.
Myriam: no, la dejo con su Camilo, cada uno a lo suyo...Muy buen comentario, je,je.
Merche: no sé si Julia o Poncia, pero confidente. Solos,solos...
Pedro: me gusta esepapel que dices. Yo la aconsejo y no sé si se da cuenta de que va a tener que nadar vestida. Se impondrá el orden.
Besos, amigos.
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