miércoles, 11 de marzo de 2015

"Entre visillos": De la insatisfacción nace el que todos estén atentos a la vida de todos.


Ayer, martes, 10 de marzo de 2015, nos reunimos en la Biblioteca Central de la UBU, para nuestra lectura colectiva presencial, dirigida por el profesor Pedro Ojeda. Siguiendo mis notas, hago aquí una reseña, a mi manera, de lo que salió en una hora y media muy corta, interesante y amena.

 “Entre visillos “nos pinta una sociedad casposa llena de situaciones sin salida. ¿Existe hoy en día algo así? Parece ser que algo de todo eso permanece, que no ha desaparecido del todo. Alguien habla de barrios, de pueblos...incluso de la televisiva "vieja del visillo".
Nos ha llamado la atención la desesperación de estas chicas cuya única preocupación es casarse. Pedro Ojeda señala una insatisfacción general de los personajes que no se limita al género femenino. Y en una ciudad provinciana, al estilo de la película “Calle Mayor” de Bardem.

 
Una ciudad en la que no puede faltar un “tontódromo”, se solía llamar así, para verse y dejarse ver. Algo familiar para los que vivimos en Burgos, con nuestro Espolón y sus paseos de ida y vuelta desde el Morito al arco de Santa María. Y desde el arco al Morito y vuelta...Y lo más importante, el saludo en el encuentro con los chicos que interesan y que van en sentido contrario: ¡hasta luego!


Vista actual del Espolón, antiguo tontódromo burgalés. Ya no es lo que era.

Todos los presentes lo hemos vivido, más o menos, lo cual condiciona nuestra visión, tan distinta de la de un joven lector actual. ¿Empatizaría con la lectura de esta novela? Tal vez la lea y le parezca que “aquí no pasa nada”. Es una España muy oscura, difícil de entender con los valores actuales de libertad y vida propia.

Porque aquí se impone el “irse de casa” para poder hacer tu vida. Nos encontramos con un buen estudio de los estereotipos provincianos, la joven burguesía provinciana, con escasa representación de las clases populares. Y, dentro de ese ambiente, son los personajes “más raros” los que se dirigen a nosotros en primera persona: Natalia,  Pablo y Elvira, en su carta.

 
De la insatisfacción nace el que todos estén atentos a la vida de todos. En las mujeres es mayor pues son totalmente dependientes de los hombres.  Además, todo está prohibido. Son apenas tres meses en una ciudad provinciana, desde la vuelta del veraneo a un poco antes de Navidad. Nadie está satisfecho, impera la vulgaridad, las ideas comunes, la conversación vacía.



Los espacios son los propios de la burguesía: las casas con sus "fragmentos de interior", el Casino, el club del Aeropuerto, el Instituto aunque haya mucha "mezcla". Quedan excluidos los ambientes de las clases sociales bajas, aunque Elvira llegue al Barrio Chino en sus escapadas.

 
Hay que casarse, como Julia, como sea, no puede perder la oportunidad, aunque su novio Miguel muestre un autoritarismo intolerable, todos hemos conocido tipos como ése. Asoma el machismo, el “yo mando” de los hombres que aparece, todavía hoy,  en cuanto raspas un poco, como manifiesta con acierto nuestra compañera Carmen. Que el mundo ha cambiado desde que la mujer puede decir: “te vas con tu mamá”. Y que todas conocemos a novios como el de Julia...aunque no hayan sido los nuestros, afortunadamente. O como el de Gertru, Ángel, un tipo que ya ha volado y va a seguir volando, en sentido real y figurado, y se busca una chica jovencita y sumisa para someterla y poder seguir haciendo lo que quiera.
 
Julia está dispuesta a irse con su novio a Madrid y a romper con su familia. ¿Por amor o por necesidad psicológica, o física, de casarse?Y su hermana Mercedes, con disimulo, intenta robárselo, que la mujer no podía realizarse fuera  del matrimonio. La patética Mercedes ya se está convirtiendo en una solterona amargada que va soltando su hiel por doquier, la pobre.
 
 
¿Aparece aquí la Iglesia? Sí, ¡cómo no!, recordamos los pasajes de los seminaristas que han de retirarse cuando toca la campana del Instituto, para no ver a las chicas. Y el de Julia en el confesionario, ay Julita, Julita.
  



Julia y sus cartas a Miguel

Julia romperá el círculo. ¿Y Elvira? Elvira es un personaje contradictorio. Es una mujer diferente, atractiva y conflictiva. Necesita ser el centro. . Es muy teatrera, muy dramática. Se besa con el uno y con el otro.


 
Aparece Pablo y va por él; le escribe una carta de amor tremenda, cuando sólo le conoce de una ocasión, en el pasillo de su casa. Enrabietada porque Pablo no le hace caso, coge a Emilio y le propone matrimonio. Sabemos que le va a destrozar la vida. Nos habíamos puesto de su parte pero nos decepciona. Y decide integrarse en la sociedad provinciana, de la cual no va a salir nunca, cae en su propia trampa.
¿Nos gusta Pablo? ¿Es majísimo Pablo? Nos va a decepcionar. Aconseja a Natalia que estudie una carrera, en un discurso estereotipado que, sin embargo,florece, hace efecto, no por él sino por Natalia. Después comprobamos que ni se acuerda quién era Natalia, una alumna más. Porque a Pablo le importa todo tres pimientos. Es un profesor que comienza con una forma de dar clase muy abierta, sin exámenes, método que abandona en cuanto le llaman la atención. Es un intelectual frío y distante, que no empatiza. Quiere rescatar para sí la Salamanca de sus recuerdos de infancia; pero no va a ser feliz, es de otro ambiente. Aunque todos le abren las puertas, llega con cierto prestigio, de la mano del director fallecido; mas él no se encuentra a gusto.

Pablo con Alicia la chica pobre y con Natalia la chica rica y lista.

¿Y su alumna Natalia? Es el personaje más interesante porque es la única cuya felicidad no depende de su relación con un hombre, sino de sí misma. Es la gota de esperanza, todo lo demás es mediocre. Es una nueva generación, desde las primeras líneas está en contra del plan de vida que le pinta su amiga Gertru.
 
 
 
Reflexiona muy bien, percibe los cambios en su padre, el ídolo paterno se le ha caído, ahora es ella misma la que tiene que tomar las decisiones. La única manera de realizarse es la de quedarse soltera. No quiere pasar de la tutela del padre a la del marido, como era habitual.
 

Natalia con su padre

¿Y otros personajes?  El más humano es Rosa. A Pablo Klein le da igual que le vean con ella, le importa un rábano el qué dirán, pero no se enamora de ella, sólo busca tal vez compañía.

Rosa , la vocalista, hace de su vida lo que quiere, aunque sea dando tumbos, de pensión en pensión, de actuación en actuación. Sabemos que va a ir cayendo. Muestra las fotos de cuando era feliz, en el río de su pueblo donde se bañaban…¿El Jarama?
 
Un personaje que se nos había pasado por alto, la hermana casada de Gertru. Se ha casado por amor, ha roto con la familia, tampoco es feliz. Nadie está satisfecho en “Entre visillos”.  Volvemos a la insatisfacción general.  En realidad, no son muy desgraciados, viven una vida mediocre, pero no se dan cuenta. Los más infelices son los que saben que hay otro mundo.
Otro personaje del que nos preguntamos qué pinta es Alicia, la amiga pobre de Natalia. Sí, pinta mucho, porque Alicia tiene un proyecto personal de vida,  a pesar de las dificultades, todo un ejemplo para Natalia que la ha escogido sólo porque le falta Gertru. Alicia no puede estudiar una carrera, ni siquiera se puede plantear ser maestra de pueblo, lo cual sería su sueño; ante las dificultades económicas se propone hacer unas oposiciones a Correos o a la Renfe. Huirá de su ambiente, de su madrastra, de ese cuarto con ruido de secadores y olor a laca.  El pueblo está acostumbrado a tomar atajos.
Nos preguntamos si era triste aquella época. Lo triste hubiera sido vivir un ambiente así con conciencia crítica. Al no conocer otra cosa, no era tan triste como nos puede parecer a nosotros.  Y desde 2015, nos puede parecer más o menos triste, según nuestra forma de enfocar la vida.
 
La crítica nos puede parecer suave. Aparte de tener en cuenta la censura tan presente en aquella época, nos lo puede parecer por la forma tan acertada de contárnoslo. Pero no es suave en absoluto. Es la técnica de “poner un micrófono”, como en la novela “El Jarama” de Rafael Sánchez Ferlosio, Es la estética de un fragmento de vida, de un espejo.

Resulta inevitable comparar “Entre visillos” con “Nada”. Pedro Ojeda nos señala la atención y el estudio de “Nada” realizado por Carmen Martín Gaite. Carmen juega intertextualmente con la obra de Carmen Laforet. Las dos novelas comienzan con alguien que llega en un tren y nadie le está esperando. “Nada” es más truculenta: las referencias a la guerra civil, el primo loco, el hambre, las cucarachas. Y está focalizada en Andrea, la protagonista.

 
En "Entre visillos" ya no hay guerra ni hambre; pero la mayor diferencia está en la técnica del perspectivismo. “Entre visillos” es una novela coral, una “colmena”, la realidad nunca la vemos a través de un solo personaje, el mismo momento se nos cuenta desde distintas perspectivas y los lectores construimos la realidad. Algunos personajes nos ponen de su parte, tal vez luego cambiemos de opinión.


Por último, nos planteamos la universalidad de “Entre visillos”. Porque vemos claro que a un joven de hoy, o a alguien de otra cultura, le podría parecer que no pasa nada, que no cuenta nada. Pero la insatisfacción ante la vida es universal, “Entre visillos” tendría su papel, cumpliría su función de expresar un sentimiento compartido por muchos seres humanos.
¿Estamos satisfechos con nuestra vida? ¿Vivimos en un círculo cerrado o abierto? ¿Nos gustaría salir del círculo en que vivimos? ¿Nos atreveríamos?
“Entre visillos” nos ha llevado a la reflexión y al placer lector. Una buena lectura. Gracias a Carmen Martín Gaite que sigue vive en nuestro recuerdo.
Un abrazo de:

María Ángeles Merino

6 comentarios:

Bertha dijo...



Las insatisfacciones y sobre todo en las mujeres de provincias.Donde la moral estaba observada con lupa.

La autora lo borda.

Un abrazo feliz finde.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Excelente resumen. Lo pasamos bien y se nota en tu texto. Gracias.

María Pilar dijo...

Cómo os lo curráis, qué maravilla. He empezado a leer el libro y tus comentarios creo que enriquecen mucho la lectura.
Besos

Gelu dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:

Veo que me ha ocupado demasiado el comentario para contestar todos los puntos de tu estupenda entrada.
Lo revisaré y volveré a dejarlo en horas más propias de visita.
Si un día publico un libro, me gustaría que fueses mi lectora, como ya te dije en otra ocasión.

Abrazos.

P.D.: Reconozco que me encantaba el Espolón y esas rutas de nuestra ciudad.

Kety dijo...


Por suerte para la mujer, muchas cosas han cambiado.
"Tontódromo" no conocía esa palabra. ;-)
Besos

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:

Algo que me molestó leer en la novela -por lo bien reflejado-, es la competencia entre las mismas jóvenes y el critiqueo entre malas amigas.
Y el llegar a la riña entre hermanas por un posible novio, como en el caso de Mercedes y Julia.
En la página 195, (cap.12-segunda parte): [Manolo Torre y Yoni, refiriéndose a Federico Hortal]...”es que a él le divierte deshacer noviazgos”.
¿Qué divertido, verdad?
Seguiré con los personajes.

Un abrazo.

P.D.: Enlazo la entrada que el profesor Ojeda dedicó a ‘Calle Mayor’.