Lo habían colocado en la puerta del Palacio de la Isla: José Ignacio García presentará el jueves 27 su novela El vuelo de los delfines, en diálogo con Alberto Marroquín. A ver si puedo ir, pensé, que pinta muy bien.
Y allí estuve, el autobús municipal me dejó a tiempo. Saludos, abrazos, pescar los delfines con la tarjeta y adentro.Tuve tiempo de leer dos páginas, antes de comenzar la presentación:
"La mayoría de los folios se sumergieron en los charcos, cono hojaldres en la leche, y la tinta de los apuntes empezó a correrse como el rimel que huye de unos ojos que se han puesto a llorar, arruinando una caligrafía que, afligida por la humedad, se había desvanecido hasta hacerse indescifrable." (Página 16).
Esos folios llorones por la lluvia ya me habían cazado.
Comienza el acto. El escritor nos hace participar de la gesta de El vuelo de los delfines, su primera novela, después de tantos y buenos relatos, de los que soy lectora. No estaba muy seguro de poder pasar de construir casas molineras o chalets adosados a un rascacielos. Se podía caer, por falta de estructura.
Sus editores, su mujer y el recuerdo de su buen amigo José Antonio Abella, siempre su foto junto al ordenador, consiguieron que arrancase, hasta hubo un perrillo gruñón que puso su parte.
Y aquí la tenemos, una novela de gente "normal" que encuentra una segunda oportunidad, que ya creía imposible. Podéis leer el artículo de Alberto Marroquín en El Correo de Burgos, os lo aconsejo para abrir boca. Y a por los delfines que vuelan sobre las nubes
Me despido de José Ignacio García: ya me contarás, ya te contaré. También han sido público con nosotros los escritores burgaleses Jesús Carazo y Enrique García Revilla, grata compañía, la suya y la de sus libros.
Me saluda la luna al salir por la puerta del jardín, de un palacio con mucha historia encima y, ahora, mucha buena literatura
Ya veis, leer y andar. Ya cumplo hoy con los diez mil pasos. Y más.
María Ángeles Merino Moya






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