miércoles, 28 de febrero de 2018

"El hombre pez" de José Antonio Abella: una historia inverosímil pero cierta.


Al final de la entrada anterior convoqué a mi compañera habitual de comentarios y lecturas, mi amiga Austri que siempre anda al quite por si la llamo.

-¡Hola, aquí me tienes! Junto al tritón de la cascada del Paseo de la Isla, el lugar ideal para hablar sobre El hombre pez de José Antonio Abella. 


José Antonio Abella (Foto de Amalia Trujillo tomada de La acequia).

-¿Lo has leído? 

-¡Cómo no! hace ya tiempo que te acompaño en todas y cada una de lo que tú llamas, pomposamente, aventuras lectoras. Si te parece, vamos al punto de partida: 

"En el año 1679 unos pescadores de Cádiz capturaron en sus redes a un hombre desnudo que nadaba en alta mar con un grupo de delfines. Llevado a tierra, el hombre marino fue interrogado y sometido a exorcismo por el Santo Oficio, pero nada logró saberse de su vida. De sus labios sólo salió una palabra: Liérganes."

Dijiste que es un libro que cruza la leyenda, la realidad documentada y la ficción, con mucho cuidado de dar verosimilitud a lo que precisa ser inventado. ¡Y de no aburrir a fuerza de erudición!


El hombre pez se cuela en mi cocina, al olor de las potas.

-Sí, como explica el mismo autor: «Podemos considerarla una novela histórica, muy documentada, pero a la vez amena. Cantabria, Bilbao y Cádiz son el escenario de muchas de sus páginas». 

-Tal vez conocía desde niño esa leyenda. 

-Recuerdo que en la presentación de la Feria del Libro de Burgos nos mostró un ejemplar de esa primera edición. Tras leerlo, tuvo muy claro que tenía una novela por hacer. Entre la documentación que ha consultado, el único libro monográfico dedicado por completo al hombre pez de Liérganes lo publicó José María Herrán Valdivielso en el año 1877. También el doctor Gregorio Marañón le dedicó un estudio en 1934, donde proponía que Francisco de la Vega  padecía cretinismo, una enfermedad que se caracteriza por detener el crecimiento mental y físico, pérdida de pelo y protuberancias en pecho y espalda. 

-E ictiosis, una enfermedad cutánea que provoca que la piel se vuelva seca y escamosa, como la de un pez. Según Marañón, su capacidad para resistir en inmersión se explicaría como consecuencia de una insuficiencia tiroidea que disminuiría la necesidad de oxigenar las células, algo frecuente en personas con ictiosis.

-Un diagnóstico médico estudiado y rechazado por José Antonio Abella, doctor en Medicina. Así nos lo dijo en mayo, en la presentación de la Feria del Libro. 

-Su personaje es solitario, retraído y se vuelve casi mudo; pero no es un deficiente mental. "Tardo pero no lerdo"opinaba el cura que intentaba enseñarle la doctrina. 

"Toda la agilidad que demostraba en el líquido elemento se transformaba en torpeza sobre la tierra, especialmente en el trato con la gente"

Aparte de no ser de sentido común que una viuda sin recursos enviara lejos de casa a un hijo deficiente mental para aprender un oficio. 


Liérganes

-Le pareció que "estaban todos los ingredientes para una novela perfecta". ¿Real?

-J.A. Abella se fiaba de Feijoo, un espíritu combativo contra la superstición y la ignorancia, "para desengaño de errores comunes". 




-La partida de nacimiento de Francisco Casar, el testimonio de muchas personas que lo conocieron..."Le costaba creer tan fabulosa historia, pero todas las indagaciones llevaban a la misma respuesta: la historia era inverosímil, pero cierta..."

-Imaginamos al escritor en los archivos. Se nota que estamos ante el fruto de muchas y minuciosas investigaciones, tanto para lo real, llamemos así a lo documentado, como para lo ficticio. El espíritu científico no le resta belleza literaria porque: 

«El lenguaje es el gran desafío de toda obra literaria. A mí se me hace insufrible la lectura de cualquier libro que no respete esa premisa, lo que no significa caer en la trampa de las florituras lingüísticas. Todo lo contrario: en la literatura, como en la vida, la belleza y la sencillez suelen ir de la mano».

-Una historia inverosímil para una novela verosímil. Aquí hay historia, leyenda, evocaciones clásicas, biología, náutica...para modelar literariamente la historia de Francisco Casar, un hombre bueno que encontró en el mar lo que le negaba la tierra. 

-¡Hay tanto en El hombre pez! Veamos unas pinceladas sueltas: 

El desgraciado siglo XVII en nuestro país: pobreza del pueblo, frío y decadencia política. Superstición, ignorancia y pensamiento mágico. Los guiños al Lazarillo de Tormes, también nacido en el agua y convertido en atún en una segunda parte bajo sospecha. Liérganes, una aldea cántabra. Trabajos arriesgados como el de los carboneros. Hambre en "la pequeña edad de hielo". Oro que dora retablos pero no llena estómagos. El menú de los reyes y el de una pobre viuda con tres hijos. Lucha por la supervivencia. Niños educados con zurcidos de vara. ¿No te mordió el "ojáncano"? Incapaz de distinguir entre pecado y pescado. Lázaro tragado por el mar y convertido en atún, la historia favorita de Francisco, leída por un antiguo soldado. "Quiero aprender el oficio de hacer barcos". 


-"Bilbao le pareció la capital del mundo". Calafate por no poder ser carpintero de barcos. La buena y mala compañía de un mendigo. El trabajo y el dinero nada tienen que ver. Imposible el amor por ser pobre. Palabras que queman por dentro, golpes y venganza. ¿Por qué se dejó ir hacia la mar aquella noche de San Juan? 



-El refugio de las cuevas de la costa cantábrica. La vida en compañía de los delfines amigos. La supervivencia a la deriva. El sueño de "Cádiz, barcos, oro". El castigo de pasar por la quilla en un barco holandés. La pesca del hombre pez con trozos de pan. "Pan, vino, tabaco". Al exorcismo por orinarse en el agua bendita. El funcionamiento de las fuerzas oscuras de la Inquisición. Dominicos versus franciscanos. El atormentador atormentado. El hombre pez viaja por tierra con un franciscano. "Éste es mi hijo Francisco, que perdí en Bilbao." ¡Hay tanto en El hombre pez!



 ¿Todo es real real?

-Quieres decir si en la novela hay lugar para lo mágico, lo fantástico, lo sobrenatural...No me atrevo a escribir "realismo mágico", me dirían que después de entrar en la Comala de Pedro Páramo...Buscamos:

Nos asomamos a los ojos de Francisco Casar, "unos ojos azules como el mar y tristes como la lluvia", como lo hizo la  Bibiñe: "zure begi urdinak gustoko ditut".  

"Su mirada, sí, tenía un don...un mar cálido y profundo anegaba el alma de quien se hallara frente a él, entonces una brisa de azahar templaba el aire y lo llenaba de sosiego, entonces se producía el milagro de la comunión de las almas y del amor a todas las criaturas del cielo, de la tierra, de los mares."

-Nos adentramos en un mar que anega nuestra alma, los ojos del amor a toda criatura. Sosiego y una brisa imposible de azahar. Soñamos con naranjos marinos. Poesía.



-Todo lo contrario a ese sosiego lo encontramos en el exorcismo del hombre pez, aunque no podemos evitar sonreír ante la desesperación del esquelético dominico que ruge sus latines: "¡Quis sicut Deus, nemo sicut Deus!", ¡Quién como Dios, nadie como Dios! Compungido, comenzó a cuestionarse las causas de su fracaso: si le ha faltado la fe, si ha seguido el ritual, no parecía un diablo fiero...El prior se atrevió a decirle que "si ningún demonio tiene dentro, ningún demonio puede salir fuera..."



-Y al retorcido exorcista se le hizo la luz. Este "diablo de mar" estaba acostumbrado al agua y a la sal y unas gotitas bendecidas ni le afectan. Era precisa más agua bendita, "un calderillo y un hisopo no son suficientes". Mandó buscar una tinaja enorme, del tamaño de un hombre.  Se la trajeron de un mesón frecuentado por prostitutas y "gentes de mal vivir", hubo que vaciarla de vino y veinte frailes la cargaron a su espaldas. Subieron allí al presunto "endemoniado" que saltó de improviso en la tinaja llena a rebosar, con ciente veinte arrobas de agua bendita que se desbordó en grandes salpicaduras. 

-Nos mojan las salpicaduras, no nos queman, nos refrescan; empatizamos con el hombre pez que chapotea feliz, mientras al dominico se le llevan los demonios, nunca mejor dicho:

"...la nube de vapor que comenzó a emanar del cuerpo del exorcista, retorcido por la quemazón de las salpicaduras que hervían en su hábito blanquinegro y en su piel desollada. Y lo más sorprendente, con ser esto bastante, era que la nube de vapor producida por el agua que lo había escaldado-y estaba fría de la noche al raso, como habían sentido los alcanzados por las salpicaduras-tomaba irisaciones verdes y amarillas a poco de elevarse de su cuerpo, girando en volutas lentas que se esparcian en el aire del claustro y todo lo llenaban con olor de azufre, de alquitrán, de cuerno quemado."

-Y los lectores vivimos una escena infernal con agua hirviendo y nubes en volutas verdes y amarillas que esparcían olores demoníacos. Sentimos alivio, el agua está fría, sólo quema al exorcista. No nos dolemos de sus quemaduras, le oímos gemir y no por los males del cuerpo sino por "el mar de pesadumbre que anegaba su espíritu": 

"¿A cuántos inocentes condené?" "¿Cuál es la causa de mi ceguera?" 

¡Ahora cae en la cuenta! Todavía nos espera la visión del dominico tras su suicidio en la tinaja:

"Sobre la superficie del agua, como una pequeña isla en medio de un lago, emergía su cabeza tonsurada, bordeada de pelos amarillos que flotaban como algas a la deriva."

-Volvemos a la realidad, nos produce repugnancia esa tonsura, esos pelos flotantes. Nos sentimos como en un capítulo de El nombre de la rosa.

-¿Realidad, fantasía? José Antonio Abella nos sumerge, circunstancialmente, en un mundo mágico, con unos guiños a la condición anfibia del protagonista, desde antes de nacer:

"María del Casar nota un burbujeo en el estómago, más parecido al aliento de los peces que a las náuseas que han acompañado su embarazo."

-Cuando nace en el río, en un vahído de su madre que ha ido a lavar:

...Y ya está sacando la ropa del cesto cuando siente que la cabeza le da vueltas...todo se nubla en torno a ella y sólo acierta a notar una humedad cálida y dulce entre las piernas, como si se hubiera orinado sin sentir. Luego, por unos minutos, todo es silencio. Nada le duele, nada piensa, nada sueña...

-Tendida, con las piernas en el agua, hay un reguerillo de sangre pero María no se mueve, no habla ni se queja. 

...hay un cordón gelatinoso que se adentra en el agua como la amarra de un barco...Y al otro extremo del cordón, bajo el hilo de sangre, bajo el agua, con las piernas y los brazos abiertos e inmóviles como una rana muerta, ve Modesta Calirio a un recién nacido de color azulado, que ni llora ni respira. 

-Modesta lo zarandea y consigue que un vómito de agua salga de la boca del niño "que rompe a llorar con un berrido agudo y desesperado...como el maullido de los gatos durante la cúpula..."


-Cuando llega la partera, "María sigue viva, desmayada pero viva. Tiene al niño en el regazo y los ojos entreabiertos, mas le ha vuelto el vahído...El niño boca abajo está agitado. En vano trata de encontrar el pecho de la madre...Mueve ambas manos como si tratara de nadar, patalea, llora sin que nadie lo atienda..."

Pone al niño en su pecho y la espabila con unos cachetes y agua fría. Cuando llega el cura, la parturienta tiene los ojos abiertos, un parto muy extraño:

"Ha parido sin sentirlo, como si estuviera dormida, o como si hubiera muerto justo antes de parir y la criatura que ahora mama de su pecho la hubiera devuelto al mundo de los vivos."

-Como una ranita, como un pececillo muerto, así lo contaba Modesta la molinera. Para aumentar aún más las habladurías, aquel mismo día lo bautizaron y tanto berreó y pataleó que al padrino se le escurrió, cayendo en la pila bautismal. Cesó el llanto "y comenzó a chapotear como un batracio". 

-El lector, después de leer esto, ha visto, con sus propios ojos, los de su imaginación, a un recién nacido metamorfoseado en rana, como los lierganeses que no estuvieron aquel día en el puente del Miera y en la ermita de San Pedro Advíncula...pero alguien se lo contó con pelos y señales...tal vez un poco exagerados. 



El escritor nos conduce desde allí a la realidad documentada: 

"De ser cierto el incidente, y de tan poca importancia, no se entienden las causas por las que el Santo Oficio, años más tarde, prohibiera hablar del asunto, salvo que algún oscuro inquisidor lo relacionara con el posterior proceso de herejía que se le hizo a un pariente del bautizado, Fray Juan de la Vega, provincial de los carmelitas descalzaos que fue acusado de molinosista y condenado a reclusión perpetua en el convento soriano de Duruelo, donde murió poco después."

-Y sigue con los prodigios de sor Águeda de Luna, monja carmelita también molinosista y con fama de santa, amante carnal de Fray Juan de la Vega, con quien tuvo cinco hijos. Uno de los prodigios de la Sor Águeda era orinar piedras milagrosas capaces de curar todo...acusada de pactar con el diablo, murió a consecuencia del tormento...



-Y desde la cárcel donde muere la desdichada monja, nos lleva de nuevo a María del Casar, en 1679, dando el pecho a su hijo, tras el bautismo. Su hijo José, ahora el hombre de la casa con diez años, le pregunta por lo que cuentan, entre otras cosas oyó "decir en la iglesia que eso era un mal augurio". ¿Quién lo dijo? La gente. María replica que "La gente no sabe nada, sólo habla por hablar." Y que si su padre viviera le daría en las nalgas con la vara...El hijo mediano, Tomás, el que será cura, escucha medio en sueños la conversación de José con su madre. Tal vez no lo olvide nunca, aunque su hermano le diga que no pasa nada. 


-El autor cierra el capítulo con "el chupeteo del recién nacido y el lejano chisporroteo lejano de las brasas". Pensamos en cómo suenan esos ruidillos tan familiares, tan dulces, nos parece oírlos. 

-Prodigios, monjas que orinan piedras milagrosas, pactos con el diablo, augurios... José Antonio Abella nos hace viajar por un tiempo de pensamiento mágico, el que vivió el hombre pez de Liérganes. Aunque algunos espíritus privilegiados, como Feijoo, intentarán alumbrar, un poco después, un siglo ilustrado combatiendo s
upersticiones, milagrerías, ignorancia, "errores comunes". Y sin embargo se sentirá atraído por la historia del hombre pez de Liérganes, atracción que contagiará a José Antonio Abella, por medio del discurso octavo del tomo sexto de su Theatro Crítico Universal. Y de ahí a nosotros. 

Lo dejamos aquí, ahora queda pendiente la crónica de la reunión que el Club de Lectura de la Acequia y Alumni tuvo ayer, por la tarde, en el Salón Rojo del Teatro Principal con José Antonio Abella. Iré pasando a limpio las notas tomadas en el cuadernillo.

Como veis, llegué la primera:



Un abrazo de María Ángeles Merino y de Austri. 


miércoles, 21 de febrero de 2018

Presentación de "El manuscrito de fuego" de Luis García Jambrina







Ayer, por la tarde estuvimos con Pedro Ojeda Escudero y Luis García Jambrina en la presentación en Burgos de la novela de este último: El manuscrito de fuego, "una obra entre la literatura histórica y la novela de misterio".
Han hablado, como ya nos anunció Pedro Ojeda Escudero "de la novela, de sus protagonistas, de una España que fue y otra que pudo ser, de literatura y de vida. También de cómo los bufones son necesarios para los poderosos y prescindibles cuando se hacen peligrosos."
Leemos en la portada:
"Béjar, 2 de febrero de 1532, don Francés de Zúñiga, antiguo hombre de placer del emperador Carlos V, es asesinado. La emperatriz Isabel de Portugal le encarga las pesquisas al autor de La Celestina, un Fernando de Rojas ya crepuscular"
¡Con un pesquisidor así la novela promete! ¡En una época apasionante de nuestra historia! Muy recomendable para los apasionados de la historia y la literatura del Siglo de Oro. Un loco lúcido que dice verdades, Francés de Zúñiga, Francesillo, un irreverente bufón al que Valle Inclán consideraba "padre del esperpento" y al que Francisco Umbral otorgó el título de "santo patrón maldito de los periodistas españoles". ¡Y "autor" de refranes!
Fue en el Palacio de la Isla de Burgos, a las 19:30.
Mi amiga Yolanda Delgado captó muy bien el espíritu de la interesante reunión en estas fotografías que publico.

Un abrazo de María Ángeles Merino


miércoles, 14 de febrero de 2018

Introducción a la lectura de "El hombre pez" de José Antonio Abella. Encontró en el mar lo que le negaba la tierra.


Comentario como introducción a la novela El hombre pez de José Antonio Abella, para la lectura colectiva de La acequia, dirigida por Pedro Ojeda.

Este mes de febrero nos reencontramos con José Antonio Abella, el autor de la novela que recibió el Premio de la Crítica de Castilla y León en 2014: La sonrisa robada que tanto disfrutamos. Y, como escribía Edelgard, su inolvidable protagonista, personaje real y ficticio a la vez:

"Así sucede con todas las cosas hermosas: se van volando como un sueño dejando en nosotros un ardiente Schnsucht".



Aquella lectura y aquella reunión en el Museo del Libro volaron y nos dejaron un sentimiento grato y nostálgico a la vez. Con el recuerdo de un buen comunicador y un buen libro, recibimos ahora con ilusión a El hombre pez. Aunque muchos de los que me visitáis ya sabéis quién es José Antonio Abella, no estará de más presentarlo a los que se incorporan como nuevos lectores.

José Antonio Abella con Pedro Ojeda, en la presentación de El hombre pez en la Feria del Libro 2017, de Burgos (24-5-2017)

"José Antonio Abella nació en Burgos en 1956..."

En aquella reunión de 13 de enero de 2015, agradecía nuestra presencia en :"esta ciudad que es su ciudad de infancia y adolescencia. Algo suyo hay en Burgos, tal vez alguno de nosotros nos hayamos encontrado con él, en nuestros paseos juveniles de ida y vuelta por el Espolón. Ahora le cuesta reconocerla, hay una relación agridulce con la ciudad que le vio crecer. Vive en Segovia, pero tampoco Segovia…se considera apátrida. Mucho tiempo podía estar hablando de Burgos…".


Espolón (Burgos)

Como dijo Pedro Ojeda: "J.A.A. es un médico humanista de los que ya no hay, de los de antes, siguiendo la tradición de grandes escritores como Baroja o Marañón"

Sabemos que "durante muchos años compaginó su trabajo como médico de familia con la literatura y la escultura en hierro y bronce, aunque en la actualidad se dedica por completo a la creación literaria..."

Estábamos, estamos ante "un escritor de largo recorrido":

"En 1992 fue publicada su primera novela Yuda, reeditada en 2006 y en 2014, así como un breve ensayo: La realidad posible (hacia un compromiso del arte). Fue coordinador y coautor de la obra Segovia, ecología y paisaje (1993). Siguieron las novelas La esfera de humo (1995) y Crónicas de Umbroso (2001, y reeditada en México al año siguiente). En 2003 se publicó su guía segoviana Balcón de la mirada.


Una vez presentado el escritor, vamos con  El hombre pez, una novela que parte de un  hecho documentado:

"En el año 1679 unos pescadores de Cádiz capturaron en sus redes a un hombre desnudo que nadaba en alta mar con un grupo de delfines. Llevado a tierra, el hombre marino fue interrogado y sometido a exorcismo por el Santo Oficio, pero nada logró saberse de su vida. De sus labios sólo salió una palabra: Liérganes."

Vamos a conocer a  Francisco de la Vega Casar, un hombre que va a encontrar en el mar lo que le niega la tierra: 

"Y entonces, en uno de esos instantes luminosos que dan sentido a la vida de los hombres, supo que el mar era al mismo tiempo la pregunta y la respuesta...Él sería transportado por el mar, como hace con las algas...

Y se sintió inmensamente feliz en medio de sus penurias y sus tribulaciones. Hasta ese instante todo había sido un oscuro deseo de huida, una nebulosa en la que se mezclaban los recuerdos y los sueños...Pero a partir de ese momento comprendió que el mar sería su refugio en el mundo, no un camino de paso hacia otro sitio, abierto a la rosa de los vientos, sino el destino concreto para el que había nacido, al que le habían llevado todas sus penalidades, por el que había sido marcado en la piel con el signo del agua."



El llamado "hombre pez", pobre y analfabeto calafate de origen campesino, creería entender a Juan Ramón Jiménez en aquellos versos, escritos en el viaje que hizo girar la poesía española. Olas o palabras.


En ti estás todo, mar, y sin embargo,
¡qué sin ti estás, qué solo,
qué lejos, siempre, de ti mismo!


(Juan Ramón Jiménez, Diario de un poeta recién casado, 1 de febrero)



 José Antonio Abella los eligió como lírica introducción, junto a dos líneas del Theatro Crítico Universal de Benito Jerónimo Feijoo, fraile ilustrado que dio a conocer y defendió la veracidad de la historia del hombre pez, a pesar de salirse del "regular orden de las cosas".Verso y prosa, sentimiento y racionalidad. Y en la primera primera página, la dedicatoria del escritor a su nieto Arturo "que nació mirando al mar". Sentimientos. 

¿Que si leí ya la novela? Sí, la leí en mayo del año pasado, cuando fue presentada en la Feria del Libro de Burgos,  de la mano de Pedro Ojeda. 

La había comprado ese mismo día por la mañana, 24 de mayo, y, tras escuchar a su autor, me dispuse a devorarla hasta las raspas. Era martes y, antes de pasar por la librería "Luz y Vida", pasé por la pescadería, donde compré un cabracho, el pescado de color naranja que aparece en la fotografía. De vuelta a casa, las dos bolsas se rozaban y algo de olor a mar se contagió al libro. Afortunadamente la novela salió indemne, no me apetecía leer en un libro con olor a pescado y llevárselo al autor para la dedicatoria...Bueno, pensé, tratándose de El hombre pez...Ahí queda la anécdota tontorrona. ¿El hombre pez colándose entre las páginas dejándonos su rastro? Deja en paz el realismo mágico, María Ángeles, que ahora no estamos con Juan Rulfo.

Pedro Ojeda nos lo presentó, en la Sala Polisón, aunque para muchos era ya un viejo amigo. José Antonio Abella nos abrió el apetito lector, mostrándonos un libro que cruza la leyenda, la realidad documentada y la ficción, con mucho cuidado de dar verosimilitud a lo que precisa ser inventado. ¿Cómo sobrevivir en ese largo recorrido marítimo? ¿El agua? ¿Cómo se vivía en la mísera y fría España del XVII, en Cantabria, en Liérganes, en Bilbao? ¿Cómo funcionaban las fuerzas oscuras de la Inquisición? ¿Cómo se fabricaba un barco en esa época? Una novela fruto de una minuciosa investigación: leyendas, Feijoo que defendió racionalmente su veracidad, el doctor Marañón que lo diagnosticó como cretino, diagnóstico con el que el doctor Abella no está de acuerdo...Francisco de la Vega Casar como un nuevo Lazarillo, guiños literarios, cuántos ingredientes apetitosos. Y no falta el amor, ay la Bibiñe. 



Aquella noche me puse a leer El hombre pez y el cabracho terminó convertido en pastel. Ahora a leerlo otra vez, que la segunda lectura de un buen libro es mejor que la primera. 




¡Hasta las raspas! Voy a llamar a mi amiga Austri para que me acompañe en la lectura y en los comentarios. Seguro que le gusta el relato de El hombre pez. Os animo a leerlo, amigos que pasáis por aquí.

Un abrazo de María Ángeles Merino


sábado, 10 de febrero de 2018

Pequeña crónica de la reunión del club de lectura en torno a "Pedro Páramo" de Juan Rulfo. (2)




 Recordáis que:

El pasado martes, 6 de febrero de 2018, a las cuatro y media de la tarde, los lectores del Club de Lectura presencial nos encontrábamos en la Facultad de Humanidades y Comunicación, de la Universidad de Burgos. Teníamos por delante el comentario de Pedro Páramo de Juan Rulfo. 

Tras conocer y comentar las últimas noticias del club, Pedro Ojeda (P.O.) nos presenta la obra y comienza un interesante y vivo diálogo con los lectores. 

Viene de la entrada anterior:

-(L) El término realismo mágico lo utilizó por primera vez un crítico de arte  para describir una pintura que mostraba una realidad alterada. Hoy, precisamente, en la radio han dicho: "volvamos al realismo mágico de España y Cataluña"(sonrisas y alguna risa). Se ha convertido en un término cotidiano.



-(P.O.) ¿Por qué es tan difícil de entender?

-(L) Un hijo va a ver a su padre, en cuanto da dos vueltas, dices: esto es de locos. Lee: "La cama era de otate cubierta con costales que olían a orines, como si nunca los hubieran oreado al sol; y la almohada era una jerga que envolvía pochote...".

-(L) Es un libro que necesitas una introducción, a pelo lo tienes que leer dos veces...por lo menos.

-(P.O.) El problema no es el vocabulario.

¿Por qué lo hace Juan Rulfo? La literatura anterior no utilizaba palabras hispanoamericanas. Es una forma de escribir como hablan. ¿Por qué los narradores hispanoamericanos deciden abandonar ese lenguaje comprensible, canon de escritura culto que se podía escribir en España y en América? Deciden construir su propia identidad. ¿Como americanos, qué somos? Se empieza a notar la presencia de lo norteamericano y la reacción no es tanto ante lo español como ante lo norteamericano. Autores como Rulfo, García Márquez, o Vargas Llosa empiezan a descubrirse a sí mismos, a escribir novelas sobre la  identidad americana: qué somos, cuál va a ser nuestro futuro. La de Rulfo es una forma de reinterpretar lo mexicano.

-(L) El cura es muy interesante, se confiesa con su superior, no está dispuesto a perdonar. El papel de la religión...



-(P.O.) Es difícil de entender desde nuestra mentalidad. Su culto a los muertos es propio de su cultura sincrética. El cura no nos debería extrañar , es como los curas carlistas de nuestras novelas realistas.

Es la estructura. No nos cuenta la historia de una forma lineal. Cuenta la historia después de su muerte.

-(L) Por muy irreal que sea...¿Quién habla aquí?

-(P.O.) Una novela en la que se exige esfuerzo, es magnífico. Novela que está dialogando contigo.

-(L) He estado esta noche pensando en el hijo imaginario de Dorotea. ¿O no era tan imaginario? Me están calando estas historias tan fúnebres, qué locura. 



-(L) Aquí en la universidad, en un club de lectura como este, sí...Pero el lector "normal"...

-(P.O.) Para leer novelas de éxitos, "best sellers", ya hay otros clubs de lectura.

-(L) O no hace falta ninguno.

-(L) Leerse la novela, dice el autor de la edición de Cátedra, precisa varias lecturas.



-(L) Ves cuadros realistas.

(P.O) ¿Por qué decide contarlo así , a través de voces de muertos? ¿Por capricho? ¿Por qué cambia las normas del juego?

-(L) Para complicar un poco. Un pueblo mexicano en decadencia.



(P.O) En la sierra de Burgos hay pueblos así.

-(L) El pueblo no respeta su dolor y el que manda va a destruir el pueblo, en venganza, como una imagen bíblica.

-(L) Leemos por el tratamiento, no por las historias.

(P.O.) ¿Por qué lo hace así? Llega un momento en que hay que contar una historia diferente. Llevamos siglos contando historias así. La historia es la de siempre, la historia del hijo es una historia mil veces contada. 

El mundo ha cambiado, en el siglo XX se produce un cambio de pensamiento. Cómo reconstruimos una identidad destruida, se elabora el concepto de búsqueda de identidad perdida, la de la tragedia clásica con un formato moderno. Es Juan Preciado pero es Comala y Comala es México. 
¿Qué somos? ¿Cómo nos contamos? 

En el pasado hubo otras formas, recordamos al Lazarillo que era una forma de contar la propia biografía. El mundo ha cambiado, ha venido el psicoanálisis. Una novela realista no puede servir para contar los problemas de identidad del yo. Hay que buscar una forma apta para nuestra época. Recordáis como nos contó José Antonio Abella la historia de La sonrisa robada, es una novela de ficción a través de la investigación. 

En el fondo hay cuatro historias ¿cómo las contamos?

(L) Mira que la que contó Don Quijote en Manhattan...

(P.O) Esa era una alegoría.

(L) ¿Hay influencia de otros escritores? 

(P.O) Mezcla novela de tipo anglosajón, novela mítica desde Miguel Ángel Asturias, novela psicoanalítica, novela de vanguardias. Anterior a esto es Wenceslao Fernández Flórez  con "El bosque animado" en el que un bandido se encuentra con un alma en pena. En el folklore español abundaban las historias de animas.

Coger todo eso y aplicarlo a la identidad americana. Ya han fusionado lo precolombino con lo español y lo francés, ahora con lo anglosajón. ¿Qué somos? Aplicar esto para decir qué es América, contarlo de una forma diferente, reflexionando con herramientas modernas sobre su propia identidad. García Márquez, Vargas Llosa, Isabel Allende...Juan Rulfo. 




(L) Recomiendo El llano en llamas.

(L) En cuanto acabe la segunda lectura de Pedro Páramo.

(P.O) A una persona que llega a un sitio e investiga sobre su padre...se lo van contando a trozos. Como en Soldados de Salamina: uno le cuenta una cosa, otra le cuenta otra..

(L) No tiene interés que sea una cosa detrás de otra.

(P.O) Defecto de lectura tradicional.

(L) Es un pueblo fantasma, ves el pueblo, la aridez.

(P.O. ) Como un pueblo castellano, de Burgos.


(L) O de Valladolid.

(L) ¿Quién es Pedro Páramo? "Un rencor vivo"

Hay que terminar la reunión. Como dije al principio, ha sido un interesante y vivo diálogo entre lectores. Sonrientes como el perrito colimote.

Un abrazo de María Ángeles Merino a todos los que pasáis por aquí.


miércoles, 7 de febrero de 2018

Pequeña crónica de la reunión del club de lectura en torno a "Pedro Páramo" de Juan Rulfo. (1)



Ayer, martes, 6 de febrero de 2018, a las cuatro y media de la tarde, los lectores del Club de Lectura presencial nos encontrábamos en la Facultad de Humanidades y Comunicación, de la Universidad de Burgos. Teníamos por delante el comentario de Pedro Páramo de Juan Rulfo. 

Tras conocer y comentar las últimas noticias del club, Pedro Ojeda (P.O.) nos presenta la obra y comienza un interesante y vivo diálogo con los lectores (L): 

-(P.O) Pedro Páramo de Juan Rulfo es una de esas novelas clásicas que unos habréis leído, otros no, algunos sabrían que era una novela que había que leer. Era el momento. Leer libros como Pedro Páramo o Cien años de soledad...son retos de lectura o de relectura y mejor leerlos acompañado. 

Es la puerta del boom hispanoamericano, la literatura ya no vuelve a ser lo mismo, la literatura española y la literatura en general. Un formato nuevo, un salto cualitativo a la novela de vanguardia que hay que acometer. Una novela de pocas páginas, no más de ciento y pocas páginas, que ha planteado tantas formas de verla. 


¿Cuántos la habéis leído? Algunos habréis pensado: me la tengo que leer.




-(L) Paco Cuesta, en el papel de abogado del diablo, discrepa:

Es un reto si lo lee alguien que tiene interés en el realismo mágico, en caso contrario resulta áspera. Si no la entiendes, es un peñazo.

-(P.O.) Luz del Olmo dice que hay que leerla tres veces. A la tercera ya la has entendido.

-(L) En 1977, Juan Rulfo, en una entrevista a un diario de Caracas, dice que fusiló cien páginas y que ni él mismo entendía su libro. 

-(L) No es una obra lineal sino que lo cuenta con ondulaciones, es una línea quebrada, hay dos voces: una en primera persona de Juan Preciado, otra en tercera persona que cuenta la vida de Pedro Páramo. Es la historia de un cacique enamorado de una mujer, Susana, que no le acepta, y tres hijos: uno que intenta saber de su vida, uno que muere y otro que lo mata.

-(L) Paco Cuesta opina, como abogado del diablo, que en cuanto a lo de cambiar el chip, lo cambia la persona que está preparada para ese tema. El lector "normal" no cambia el chip, la mayoría piensa que es complicada. 

(L) Mi nieta, muy lectora, me está cambiando. Es el lenguaje de nuestro pueblo, causa emoción.

(L) A mí siempre me han encantado los clásicos hispanoamericanos, mi marido no los podía ni ver, ya de entrada le repelía. Vaya tristeza y vaya angustia la de esta novela, pero leyendo lo paso bien, como si estuviera recordando algo bonito. El gusto de cada uno por un determinado género.

(P.O.) Alguien la puede rechazar por la estructura, hay quien no le agrada encontrarse con un sueño  o con lo fantástico o con la peculiaridad del lenguaje, aunque algunas de esas palabras se usaban en nuestros pueblos.

(L) Pero hay palabras mexicanas que no se entenderían en Castilla.

(P.O.) Si siempre leemos lo mismo...

(L) No es tan difícil, hay saltos, mezclas...Es cuestión de hilar un poco. 

(L) Me ha gustado mucho la primera parte.

(L) Mejor al final que al principio, le coges el hilo.

(L) No me ha entusiasmado. 

(L) Yo pensaba que era una novela normal, luego habla con los muertos, lo leeré otra vez.



(L) Me ha gustado, es impresionista, va de una cosa a otra y muy bien escritas todas, escrito fabulosamente.

(L) Frases cortas muy expresivas.

(L) No es fácil de leer porque tiene saltos.

(L) Entender que todos están muertos.

(L) Me ha gustado mucho la segunda vez, el lenguaje es lo que me ha gustado.

(L) He disfrutado la ambientación, la poesía, la belleza. No me he enterado de muchas cosas, que los personajes se me escapaban. Desolación de México. 

(P.O.) La historia no puede ser más sencilla. Juan Preciado llega a un sitio buscando a su padre, su viaje es un viaje hacia la locura, es un viaje a la manera de la tragedia griega. Todas las personas con que se encuentra son muertos, él muere a la mitad y desde la tierra escuchan las voces que componen la historia de un cacique de la época de la revolución, cruel, ladrón y asesino, un hombre infeliz porque se enamora de una niña con la que no va a poder estar. La búsqueda del padre: uno de sus hijos conocidos le asesina. Muere Pedro Páramo, muere Comala. 

Es una historia facilísima, cruda, desolada, dura, fuerte. Es una historia contada desde la antigüedad: la búsqueda de su propia identidad. Juan busca a su padre y descubre que es un asesino y un ladrón. Una historia mil veces contada, la grandeza está en la forma de contarla. 


(L) ¿En la primera parte están vivos y él muere?

(P.O.) ¿Es un viaje a su propia locura? ¿Se encuentra con todos o es producto de su propia imaginación? ¿Es producto de la locura de Juan Preciado o se encuentra realmente con muertos? ¿Ve fantasmas porque está loco? ¿O enloquece y muere porque ha visto fantasmas? 



(L) Yo creo que está loco.

(L) ¡Hemos leído catorce Pedros Páramo!

(P.O.) Es lo bueno de las obras buenas. 

(L) Lo he leído en tres tiempos distintos de mi vida.

(L) (Paco Cuesta) Desde el punto de vista del lector normal habitual esto es como un cuadro cubista. ¿Soy tonto porque no lo he entendido?

(L) Un cuadro cubista es más difícil de entender que Pedro Páramo.

(L) La diferencia en que esté o no esté loco señala el género. ¿Novela fantástica o novela verosímil?

(P.O.) Es el punto de partida. ¿Todo es producto de la alucinación de Juan Preciado? Es verosímil.
¿O es fantástica? Lo tiene que decidir el lector.

Como podéis comprobar, la reunión estuvo muy animada y se habló mucho. Y lo pasamos muy bien. ¿Catorce Pedros Páramos, uno para cada lector presente en la reunión?

Seguiré con la crónica. Hay que ver lo que pude escribir ayer, o más bien garabatear. Intento ser lo más fiel posible; pero muchas cosas se me pueden escapar. 

Un abrazo de María Ángeles Merino Moya

Mis caóticos apuntes