lunes, 6 de febrero de 2023

Crónica de una reunión en torno a "Solo triste de oboe" , treinta y dos relatos de Yolanda Izard. Tristes y hermosos, como la música del oboe.


Crónica de la reunión del 31 de enero de 2023, del Club de Lectura de La Acequia y Alumni UBU, dirigida por el profesor Pedro Ojeda Escudero. El libro que comentamos fue Solo de oboe, treinta y dos cuentos de Yolanda Izard. La sesión comenzó a la hora habitual, las cuatro y media de la tarde, en el pabellón 5 de la Facultad de Humanidades y Comunicación, en el edificio del antiguo Hospital Militar. 


Pedro Ojeda comienza anticipando algunas próximas lecturas, asegurándonos que este curso "vamos a leer cosas raras". En marzo leeremos la obra de teatro El solitario de Concha Méndez, recientemente publicado por Cátedra, y en abril los aforismos de Dios nunca pide disculpas de Álvaro Medina del Toro

A continuación, pasamos a hablar de la autora de Solo triste de oboe, a la que los lectores del Club de Lectura ya conocemos por la novela La hora del sosiego. Yolanda Izard, nacida en 1959, en Béjar, vive en Valladolid. Es profesora universitaria de Filología Hispánica, imparte un taller de escritura y las publicaciones le han llevado a ganar premios. Recibe el premio Cáceres de novela corta en 2003, el Carolina Coronado en el mismo año por La mirada atenta, el Andrés Quintanilla de Poesía en 2013, el de Poesía Miguel Hernández  en 2019  y es finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León en 2020. Con Lumbre y ceniza llega a la madurez en la escritura, fuera del ámbito de las grandes editoriales. 

Yolanda Izard y Pedro Ojeda. 

-Abre el diálogo nuestro profesor, Pedro Ojeda (P.O.). 

-(P.O.) Algunos de los relatos ya fueron publicados. Solo de oboe es heterogéneo, alguno baja con respecto a los demás. 

Cultiva la poética del dolor y de la muerte, una vía mística sin lo espiritual de Dios. Al final, es la paz espiritual, el sosiego, a través del sufrimiento. La vía interior, el yo profundo, el aislamiento interior. Dibuja, pinta, sus dibujos, entre el surrealismo y lo naif, revelan su mundo. Encontramos unos personajes casi niños, seres muy frágiles a los que es fácil hacer daño. 

Es la misma estética de sufrimiento, de dolor, de Zambullidas otro libro suyo. 


Predomina el mundo de los sueños, el lado onírico, los recuerdos de la infancia, el paraíso perdido en un contexto muy duro, un refugio a pesar de todo, al que aspira a volver. 

-(L.) ¿Es autobiográfica?

-(P.O) No, solo algunos elementos, como cuando habla de la casa de su infancia.

-(L.) ¿El del coche? ¿El del Cuatro Latas amarillo?

-(P.O) El del coche, "Habitación propia", es distinto, pertenece a un certamen organizado por marcas de coches. Una escritora con problemas psicológicos que convierte un coche en una habitación propia para escribir, liberarse, separarse de la familia. No es totalmente distópico, algunos sí lo son. 

Es una recopilación de cuentos de estructura muy dolorosa. 

-(L.) Nostalgia, añora el antes, con mucha pena.

-( L.) Baja la moral, no lo he terminado de leer, muy bien, escribe muy bien pero me deja encogida. 

-(P.O) La mayoría, recuerdos recuperados a través del dolor.

-(L.) Pesimismo, con sus referentes filosóficos, con mucha profundidad, es la mística de la vida. Pensamiento profundo con dos niveles, reflexión que va más allá de la tristeza, interesante. Como son cortos, se lee más fácil, bueno a ver qué nos cuenta el siguiente. 

-(P.O) Son situaciones que podemos reconocer. Abandono, ancianidad, hay quien prefiere dejar estos temas. 

-(L.) Si buscamos los "hilos" a estos relatos encontramos: sufrimiento, abandono, muerte, vejez, infancia, madre, padre, relaciones familiares conflictivas, fantasmas, muertos, literatura, mundos distópicos con paisajes áridos y prohibiciones...Incide especialmente en el tema de la madre, que puede ser un padre con sentimiento maternal o una no madre al que le toca ejercer de ello. ¿Es madre la escritora? Sí, ya veo en la dedicatoria que tiene tres. 

-(L.) Formas variopintas con nostalgia, me ha encantado.

-(L.) Todos lo mismo, giran sobre la misma idea. 

-(P.O.) Cuentos distópicos. Nostalgia al revés. El misterio del agua, como en "La charca". 

-(L.) Cita inicial de Rainer María Rilke:

"Pues lo hermoso no es otra cosa que el comienzo de lo terrible en un grado que todavía podemos soportar."

-(P.O.) Es ascetismo a través del dolor, el camino ascético. El sosiego, la paz desde la infancia.

-(L.) Termina con la nada.

-(P.O.) La nada es el todo. 

-(L.) Heterogéneo. Unos más, otros de relleno. Me gustó más la anterior (La hora del sosiego)

-(P.O.) Mejores los de la estética de La hora del sosiego.

-(L.) Algunos son muy impactantes, destaca el de las notas en la nevera.

(P.O.) El último es el más autobiográfico, donde más está ella. 

-(P.O.) El de "El barranco" es terrible. 

-(L.) Es como lo del anciano abandonado en una gasolinera, en este caso es apeado por su yerno en una paisaje inhóspito junto a un barranco. El coche arranca y el viejo a medida que va cayendo vive rápidamente pasajes duros de su vida, lo del "túnel" en el momento de la muerte. Al final, es un niño en brazos de su madre que le acaricia la coronilla. 

-(P.O.) La vida es sufrimiento, abandonas la familia y la infancia, eres expulsado de la casa, todo es sufrimiento, solo los afortunados a través de ese sosiego final pueden volver a su infancia. Lo bueno es la infancia, incluso en infancias duras. 

-(L.) Los libros de autoayuda estarían en contra. 

-(L.) La infancia es un recuerdo positivo. 

-(P.O.) En Naufragios, tenemos el pueblo inundado por el agua de un lago o un pantano, gente que ha perdido su infancia, tema tratado por Unamuno o Llamazares. Van a ver su pueblo, a recuperar su infancia. Un hombre se sumerge con su padre y le oye cantar con sus abuelos que hablan y ríen. Entonces, siente una nostalgia que sabe que no es suya, pero que también le pertenece.

-(L.) Soledad, en la mayoría están solos.

-(P.O.) Personajes solos. Soledad impuesta. Encuentro en soledad. Solos pero buscan el encuentro. 

"Partitura en blanco" el que a mí me ha impactado. Nos ponemos de parte del protagonista, el músico,  lo bello: dice que tiene que proteger al bebé, dejó sola a la mujer, la partitura está en blanco...Lo que no queremos ver es que es un maltratador, nos ha engañado. Nos ocurre como con el Lazarillo, el marqués de Bradomín de Valle Inclán o el escritor con patología de la película El resplandor. La mujer le miraba aterrorizada...

-(L.) El niño le estorba. A mí no me ha engañado.  

-(P.O.) Hay distopías, como en "Notas encontradas en una nevera". Un mundo más parecido al nuestro, todo está controlado. Por medio de las notas en la nevera se recuperan palabras prohibidas que no se pueden pronunciar: golondrinas, abetos, niños, pájaros, perro, canciones...¿Por qué? Al final, nombres de árboles, el último: árbol del amor. 

-(L.) ¿Por qué ahora tantas distopías? 

-(P.O. Porque vivimos e un mundo sin esperanza, en los ochenta había esperanza, las épocas de cambio son de distopías. Un mundo feliz en 1932 o el apocalipsis de ahora, muy condicionado. Tendencia a lo negativo: no tienes derecho, es un lujo ser feliz. Qué triste el relato que da nombre al libro "Solo triste de oboe", el más original. El niño a través del río se cree su tatarabuelo y lo trae a su presente. 

Las distopías funcionan si se parecen a nuestro mundo. Las redes sociales nos están separando, los jóvenes hablan con el teléfono en la mano, no se miran a los ojos. 

- (L.) Yo no lo he entendido. 

-(P.O.) Es una cosa genial. Nos lo cuenta después de que su nieto lo vuelva a ver. El niño es el último ser humano, es un cuento terrible, de una originalidad increíble, rescatado a través del sueño. 

 En "Y si la noche es larga y larga la ceguera", ya no hay comida, hay sufrimiento físico. Encuentra a un hombre que le puede conducir a otro lugar, con comida pero sin sosiego, tiene que elegir. 

-(L.) Me extrañó el final: "Sigamos".

-(P.O.)  Pregunta para cada uno de nosotros: qué eliges, ser feliz o tener mucho. 

-(L.) Feliz es distinto para cada uno de nosotros. 

-(P.O.)  Las distopías han interesado, no las habíamos trabajado. 

En "Cantar" nos da su definición de literatura:

"Yo vi a la Virgen en un salón de caoba y quizá allí registré mi primera experiencia poética: palpar la extrañeza de vivir en un mundo sin tiempo, sin espacio, sin límites. La conciencia arrebatada por el misterio".

Y su definición de perro:

"Un perro es un alma con patas, un alma solo para ti...Sea como seas, te dice, serás amado y conocerás la ternura que habita en los recónditos pliegues de sus entrañas y de tus entrañas."

En "Entre una y otra enormidad del yo", leemos:

"Incluso desde el otro lado de la vida echo de menos respirar"

"Incluso yo, que he sido mujer y mil veces he deseado la muerte, echo de menos respirar,"

"...las cadencias de mis pies buscando el mapa donde se entierran las certezas."

Certezas no hay. 

"Deseé morir. Preparé la soga". 

Tremendo. Un momento brutal. 

-(L.) Unas lágrimas rotas. Terrible. 

-(P.O.) Vamos con uno que termina bien. "Clac, clac, clac". ¿Quién de vosotras se ha puesto alguna vez los zapatos de su madre? (Varios brazos levantados).

-L.) Yo me acuerdo más de cuando mis hijas se ponían los míos. 

-(P.O.) Su madre no ha vuelto a casa. La niña se ha quedado sola. 

-(L.) ¿Por qué hay sangre? 

-(P.O.)La madre se autocastiga, se ha clavado el tacón, se aterroriza y se va por no hacer daño. La niña se construye su mundo, va al colegio, hace su vida, hace la compra con un poco de dinero que le ha dejado. Nadie  le pregunta excepto un abuelo, se encuentran dos soledades. La niña le adopta, tú vas a ser mi abuelo. La autora no se plantea problemas legales, necesita construir, es su cuento. La dureza es inicial, llama la atención la personalidad de la niña, muy lista. Termina bien.

Los cuentos tradicionales, antes de Disney, eran terribles. Los padres abandonaban a sus hijos porque no podían mantenerlos...

-(L.) Como en Pulgarcito y había canibalismo, el ogro y la bruja se comían a los niños...

Seguimos hablando de los cuentos que leíamos de niños. Se nos ha hecho muy corto, aunque llevamos dos horas hablando. Termina la reunión y Pedro nos recuerda la próxima lectura, para febrero: El rigor de los signos. Notas para Pedro Aizpurua. 2019-2020, del músico y escritor Diego Fernández Magdaleno, con quien inauguramos el curso 2015-2016. Sus palabras en El tiempo incinerado la música de su piano, inolvidables.


Mi crónica está redactada, como otras veces, siguiendo mis rápidos apuntes tomados en la reunión, con la voluntad de acertar con su espíritu, ya que con la letra, toda la letra, es humanamente imposible.

Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:

María Ángeles Merino

Solo triste de oboe. 2022 Yolanda Izard. Cuentenario narrativa. Castilla ediciones.