lunes, 18 de septiembre de 2023

La llamada de los libros de José Ignacio García

 



El viernes 15 de septiembre, en la Biblioteca Pública de Burgos, disfrutamos de "La llamada de los libros", con el escritor y crítico literario José Ignacio García.

Escucharlo es respirar literatura, junto al imprescindible aire. En el Club de Lectura de La Acequia y Alumni UBU, dirigido por Pedro Ojeda Escudero, disfrutamos con Algunas historias no sirven para escribir canciones de amor. Lo conocimos más tarde, en persona, en la presentación de la antología Cuentos pendientes, 43 voces del cuento castellano y leonés del siglo XXI y virtualmente a través de las redes sociales. Comprobamos siempre que los libros son su aura. En su casa, nos cuenta, no caben más, ha de estudiar la forma de colocarlos; porque quién habrá dicho que el saber no ocupa lugar. 


 La  respuesta no podrá ser otra que ir localizando los títulos que no conocemos de su propuesta, qué inmenso y apetecible es el mar literario castellano y leonés, qué breve es la vida. Y a leer se ha dicho.



Esa misma tarde, casi terminaba El corazón del cíclope de José Antonio Abella pero dejé la carta titulada "querido hijo" para degustarla despacito. Sí, tiene razón José Ignacio, es increíble que un escritor como Abella sea tan poco conocido, tan grande, sí, en el aspecto humano también.

 Y qué decir de nuestro Óscar Esquivias  que todavía nos mantiene inquietos a los burgaleses. Quedan lectores ávidos, lo podemos comprobar cuando acudimos a actos como éste. 

Ya veis, tanto por leer. Mirad la lista, son dieciséis. Conocía ya los de Abella, Esquivias, Noemí Sabugal y Ángel Vallecillo, todos a través de La Acequia. Elena Santiago, que en paz descanse, será la primera, me cautivó hace tiempo con un cuento navideño y la tenía apuntada. Y el zamorano que fue Premio de la Crítica de Castilla y León, lo tengo pendiente desde que estuvo en la Feria del Libro y luego...

Fue una reunión extraordinaria, con mujeres mayores que tomaban nota a mano, un periodista que sabía de libros, dos niños que se portaban como ángeles lectores, lectores adultos de distintas edades y un músico escritor del que algún día os hablaré, cuya presencia no se hizo notar.  

Un abrazo, José Ignacio. 

 María Ángeles Merino