domingo, 20 de octubre de 2024

De acebos de verdad y de hartazgos.







Tomado de "La arañita campeña", mi otro blog: 

Los acebos asoman al Paseo de la Isla, lucen los botones rojos y las hojas pinchonas, tan perfectas en su arquitectura, tan remedadas por el burdo plástico y el "brillo brilli". 

Los mostradores de los supermercados ya se aburren de tanto rojo y dorado, del turrón y el chocolate, a la espera de hartazgos. "Todo hartazgo es malo, pero el navideño, malísimo", parafraseo al doctor Pedro Recio de Tirteafuera cervantino. Aquí ni perdices, ni latín. Algún Sancho Panza sí.

 Recordáis del Quijote, en el capítulo 2,47: 

"Desa manera, aquel plato de perdices que están allí asadas y, a mi parecer, bien sazonadas no me harán algún daño.

A lo que el médico respondió:

—Esas no comerá el señor gobernador en tanto que yo tuviere vida.

—Pues ¿por qué? —dijo Sancho.

Y el médico respondió:

—Porque nuestro maestro Hipócrates, norte y luz de la medicina, en un aforismo suyo dice: «Omnis saturatio mala, perdicis autem pessima». Quiere decir: ‘Toda hartazga es mala, pero la de las perdices malísima’."

Que todavía estamos en octubre, otoño es lo que toca. Y pisar hojas, con las ramas que desgajó el viento. Ya no me acuerdo qué nombre le pusieron. Al viento quiero decir.

Ya veis, acebos de verdad. Y hartazgos navideños por venir.


No, no soy amiga del "Grinch" antinavideño, ése es un amargado. 

María Ángeles Merino

http://elblogdesoraustringiliana.blogspot.com/2024/10/acebos-de-verdad.html


miércoles, 2 de octubre de 2024

Llega octubre y los libros se cruzan.





 ¿Cómo era aquello de la escuela? Treinta días trae noviembre, con abril, junio y septiembre" Eso es, septiembre. Y sigo que "los demás traen treinta y uno, menos febrero el mocho que trae veintiocho y la vieja que los contó veintinueve sacó". 

¡Una vieja! Cuando aprendí esa retahíla, seguro que tenía una  idea peculiar de como era una "vieja": de negro y con pañolón, encogida, arrugada, algo siniestra, ay, los cuentos o la esperanza de vida, a saber. 

A lo que iba, el día treinta se acababa septiembre y  al día siguiente saludaba a octubre, con la hojita del calendario en la ventana y las campanulas moradas azuladas de ecos becquerianos  que lucen ahora su ropa bonita de primeros de otoño. Luego, adiós, hasta la próxima floración, en primavera creo recordar.

Empezamos octubre. Aparte de otras tareas de las que no se cuentan en los canalículos de Internet, dejo un libro y cojo otro. 

Terminé "Trampas de niebla" de José Antonio Abella, lo tomé prestado con el cariño de quien está despidiendo a un amigo. 

 En sus primeras páginas no conectaba, uy estas fantasías no van contigo ni conmigo ;  pero luego se abrió la puerta, entré y caí presa en las "trampas de niebla", unos relatos que cuentan mentiras, ficciones en un ficticio Eliambroz, pueblo del norte de Castilla, para poder contar magistralmente la verdad de las redes crueles en que viene envuelta  nuestra historia desde el mil setecientos y pico a nuestros días, con un Antiguo Régimen que no terminaba, o termina, de fallecer: esclavismo, caciquismo, guerras carlistas, guerra civil, persecución del maquis, represión obrera, los curas ay, fascismo, bolchevismo, antiecologismo, ultraderecha de nuevo pero viejo cuño... A todo eso se suman las redes de nuestra vida personal que también nos enredan. 

Los españoles, pájaros atrapados en redes invisibles. Pobres pájaros con sus corazones comidos en un revuelto. ¡Que pena terminar un libro así y ya no puedo hablar con su autor! ¿Qué cosas de tu propia vida, José Antonio, hay en este libro? Además de tu fecha de nacimiento, que incluyes en un listado cronológico. 

Tomé prestado otro libro completamente distinto, de un escrítor al que le estoy poniendo a prueba: Juan Manuel de Prada. No encontré en las estanterías el que buscaba, me llevé "Me hallará la muerte". Sí, suena el título a lo que suena. A ver, os dejo que tengo que hacer todo eso que no se cuenta en redes.

Ya veis, lecturas que se cruzan.

María Ángeles Merino

https://www.ediciones-valnera.com/?product=trampas-de-niebla

https://www.lecturalia.com/libro/74702/me-hallara-la-muerte

viernes, 27 de septiembre de 2024

"El vuelo del mirlo".

 










Esta mañana, a las once, en el Palacio de la Isla, sede del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, he disfrutado mucho con las palabras y la presencia del escritor Óscar Esquivias, el fotógrafo Asís G. Ayerbe y la viceconsejera y también escritora Mar Sancho. 

 Era la inauguración de la exposición "El vuelo del mirlo. Los primeros años de una revista que trina", con fotos y textos de la citada publicación que lleva desde 2022, 21 númetos, volando poéticamente entre nosotros y que sean muchos más. Antes fue "Calamar" por aquello de la tinta. 

El interior increíble de un submarino, pareidolias mil, mirlos cómo no, textos breves pero muy significativos como el de "Los niños ganadores" o "La golondrina". Habrá que visitarlo despacio, otro día. 

Aproveché para realizar mi visita habitual, en el jardín, a la foto que Asís G. Ayerbe hizo a José Antonio Abella, para Galaxia Crítica,  y el ramito de flores amarillas que dejó allí "una lectora" y  va reponiendo. A Óscar le gustó el detalle de "la lectora" y lo comentó, gracias escritor amigo de hace ya unos años, compañero de felices lecturas.  


Llovía pero poco. Allí estaban buenos periodistas y fotógrafos  que habrán recogido este acto, habrá que leer sus reseñas.

Ya veis, "el mirlo sale por lo verde y nis hace la vida suficiente", como dijo Juan Ramón Jiménez. 

María Ángeles Merino

https://www.ilcyl.com/actualidad/la-exposicion-poetica-y-fotografica-el-vuelo-del-mirlo-nace-en-el-palacio-de-la-isla-de-burgos/

https://www.burgosconecta.es/culturas/palacio-isla-acoge-exposicion-vuelo-mirlo-20240927135555-nt.html

viernes, 20 de septiembre de 2024

"Mil ojos esconde la noche"

  



Viene de "El blog de Sor Austringiliana": 

En el MEH, con el escritor Juan Manuel de Prada que nos ha presentado  su última novela "Mil ojos esconde la noche. La ciudad sin luz",  primera parte de una obra extensa que retrata la vida de artistas, escritores y periodistas españoles en París durante la ocupación nazi. 

El autor, tan grandón, sentado en "la silla de los enanitos", acompañado  por la consejera y también escritora Mar Sancho, su "Blancanieves",  nos ha dado una visión distinta a la habitual de aquel exilio: no tan resistentes, no tan de izquierdas, documentos que cantan, algunos villanos...

Un detalle humano: el "garbanzo" en el dedo corazón, señal inequívoca de quien escribe  a mano. Los artículos, sí, esos con ordenador. Y su padre que pasa los manuscritos.

Al final, venta y dedicatoria de ejemplares, como es habitual. 

Afuera llovía y yo pensaba en la situación complicada de aquellos exiliados entre dos fuegos

No compré el libro, tengo muchas lecturas pendientes. Tal vez más adelante lo coja de la biblioteca pública.

Este país está polarizado, quién lo despolarizará. 

Ya ve, Sor Austringiliana, mil ojos esconde la noche. 

María Ángeles Merino


viernes, 6 de septiembre de 2024

Enseñar a navegar

  A propósito de la entrada anterior: 

"No es importante poner motor.

Lo importante es enseñar a navegar.

Brújula y estrellas.

De los vientos y las corrientes.

Y qué puerto puedes y quieres alcanzar.

Un motor a veces solo es excusa cuando no hay gasolina.

Ser conscientes del barco que llevas y hacerlo más marinero."

(Agustín Merino)

Texto y pintura de Agustín Merino.

Gracias, hermano. Fue a propósito del poema "Educar" de Gabriel Celaya, nos ha traído a buen puerto. 

María Ángeles Merino



viernes, 23 de agosto de 2024

"...cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca..."


Leo un poema de Gabriel Celaya, en Facebook. Es "Educar". 

Me gusta mucho como maestra que fui y además me recuerda un día de Tamborrada Infantil, en San Sebastián.

 Vi a Gabriel Celaya muy viejecito ya y con el "tambor de oro", en el Ayuntamiento. Yo iba acompañada de unos niños que tenían el privilegio, bien merecido, de ver la fiesta desde el balcón, una imagen que no se me olvida, una imagen de oro. 

Un poeta muy grande. Gracias, Javi Ssntamariana, amigo de Facebook, por traérmelo aquí.

Ya veis, un poema me llevó al poeta y a mis recuerdos de maestra. Unos niños de los que llamaban "especiales", un cielo de niños, solo cuatro, una Tamborrada Infantil inolvidable, miles de tambores, miles de colores y un mar azul enmarcado en su Concha. 

Gabriel Celaya murió poco después y la televisión mostró a su Amparitxu, abrazada al bote triste de las cenizas, algunos gritaban, no sé lo que gritaban.

Como maestra, cometí algunos errores, lo confieso, pero confío en que las barcas hayan llegado tan lejos como hayan deseado y que, cuando duerma mi barca, quede un poquitirrín en barcos nuevos que surquen los mares. Sueños. 

Agustín Merino me envía estas barcas.

Una estrella apagada que todavía emite luz, el sueño del docente. 

Ya veis, ponemos música adecuada al recuerdo, una marcha de Sarriegui, la de Donostia San Sebastián.

María Ángeles Merino


sábado, 17 de agosto de 2024

El azul más azul

  



El azul más  azul

Google colorea mi foto de azul más azul, en vano, no le gana al azul del cielo de Castilla, el de Burgos en días como ayer. El andamio azul de una de las agujas de la Catedral quiere también competir. Recuerdo un verso que me enseñaron de niña, cito de memoria.

"¿No te he dicho que el azul no has de tocar? 

¡Que locura, qué capricho, el Señor se va a enojar!"

 Rubén Darío era muy amigo del azul, el color de la belleza. Ya sabes, Google.

Y la niña María Ángeles vio desfilar "cuatrocientos elefantes a la orilla de la mar"

Ya ve, Sor Austringiliana, el cielo azul, ayer.

María Ángeles Merino


Traído de "El blog de Sir Austringiliana", como suelo hacer cuando asoma la señora Literatura, mi mejor amiga en las soledades.