lunes, 30 de marzo de 2009

El Alonso está como un cencerro

elblogdeayoo.blogspot.com
Ele Bergón dijo...
¡Ay! Cada día me hacéis trabajar más.
Vosotros os liáis a escribir y luego yo tengo que leer porque si no leo os pierdo el hilo y ya que he empezado…¡Con las ganas que tengo de que vengan las vacaciones y encima he estado de exámenes! Menos mal que he sacado un notable en Lengua. Es la primera vez en toda mi vida que veo uno. Claro que con el trabajo que me ha costado no sé si merece la pena.

Bueno, no sé como no os queréis dar cuenta, pero El Alonso está como un cencerro, inventa cosas y además se las cree. Dice mi madre que mi padre está todavía más loco que él, porque además le sigue en sus delirios y paranoias sabiendo cómo es ( al igual que hacéis vosotros)

Oye tú, Abejita y ¿qué es eso que dices que dice mi padre de las tocas honradas o tocadas honradas? Que mi padre es bruto, pero formal y eso del hociqueo me suena porque cuando mis padres están contentos y no tienen bronca tiene un juego con esa palabrita que me va sonando. Lo que no hay que nombrarle a mi padre es lo del manteo, eso, en cuanto lo oye… se le pone una leche…que prefiero no estar cerca.

Al final al Alonso cuando se pone a desvariar y desvariar lo engañan como a un niño. Veis eso sí me da pena y lo de la jaula, pues que no me gusta nada. Me pongo triste y yo no quiero que lo encierren pues hasta ahora él está con sus locuras, pero al menos no ha hecho mal a nadie, así que no. Además mi padre y él se hacen mucha compañía y en el fondo son dos muy buenos amigos.

Adiós Troncos. El Sanchico

sábado, 28 de marzo de 2009

La venta parece el camarote de los hermanos Marx


Han pasado dos días y la venta parece el camarote de los hermanos Marx. No cabe un alfiler y es tiempo de partirse ¿en cuántos trozos?

Bromas aparte, la ilustre compañía, la de la venta, decide que ya es tiempo de llevar a don Quijote a “procurar la cura de su locura en su tierra”. Con la Psiquiatría de entonces…

Echan mano de la farsa micomiconil; pero Dorotea y don Fernando no se toman la molestia de llegarse hasta la aldea. ¡Faltaría más!

Por casualidad, pasaba por allí un carretero de bueyes y conciertan con él. Oiga buen hombre, cuánto nos lleva por transportar a este loco que tenemos aquí, no se escapa, no se preocupe, le hemos preparado una jaula de palos enrejados. La aldea no está lejos, se llama…dejémoslo que Cervantes no quiso acordarse.

El cura es , ahora, el director de orquesta, Don Fernando con sus camaradas, los criados de don Luis, los cuadrilleros y el ventero, todos se cubren el rostro y se disfrazan y se ponen en marcha para realizar una lúgubre visita al de la Triste Figura. Atado de pies y manos por sus misteriosos visitantes, piensa que aquellas figuras son fantasmas de aquel encantado castillo. No se puede mover, luego ya estaba encantado, deduce.

Sancho es el único que es el que es, aunque no le falta mucho para tener la enfermedad de su amo. Reconoce a “aquellas contrahechas figuras”, no está tan tonto o tan loco. Y se calla, a ver en qué para todo aquello.

Mientras lo sacan del aposento, se oye la voz temerosa, como dando miedo, del barbero maese Nicolás. Lo que dice es digno de figurar en una antología de parodias. No tiene desperdicio, destaquemos:”el furibundo león manchado con la blanca paloma tobosina yoguieren en uno, ya después de humilladas las altas cervices al blando yugo matrimoñesco; de cuyo inaudito consorcio saldrán a la luz del orbe los bravos cachorros, que imitarán las rumpantes garras del valeroso padre”.

Estas palabras-pronóstico, empapadas del arcaico y alambicado estilo de sus queridos libros, hacen muy feliz a nuestro caballero.¡ Casado con Dulcinea de la que nacerían los hijos del yugo matrimoñesco! Don Quijote, oyendo esto, se deja hacer lo que sea. Se derrite de gusto y contesta al fantasma con otra parrafada muy en la misma línea : “¡Oh tú, quienquiera que seas, que tanto bien me has pronosticado…” Si lo pronosticado se cumple tendrá” por gloria su cárcel “y la dura jaula se convertirá en “cama blanda y tálamo dichoso”.

Y, entre tanta felicidad, no se olvida de Sancho y su salario. Tendrá su ínsula o similar o, por lo menos, su salario no se perderá, puesto que lo ha dejado indicado en su testamento. ¡Cuánto sentido común para un loco! Agradecido Sancho le besa las dos manos atadas ¿Hay en el mundo otro amo que se pueda comparar con el mío?

Las “visiones” toman la jaula en hombros y la acomodan en el carro de los bueyes.

Un abrazo, otra vez, para Pedro y los paseantes.

María Ángeles Merino Moya

Pedro Ojeda Escudero. dijo en este blog:

¡Bien por el comentario! Muy bien visto lo de tocas-tocadas. Cervantes jugó con las palabras y algún editor cayó en la trampa y quiso ponerlo todo políticamente correcto y corrigió para que no se dijera...

¡BIEN POR PEDRO! ¡SIGAMOS APRENDIENDO CON ÉL Y CON TODOS LOS QUE NOS VISITAMOS!

jueves, 26 de marzo de 2009

Tanto les supo el cura decir, y tantas locuras supo don Quijote hacer...

Foto tomada en el paseo del Espolón (Burgos).

Esta vez el comentario lo divido en dos partes. Lo de la jaula lo dejo para luego.

A uno de los cuadrilleros, el pateado por don Fernando, se le refresca la memoria acerca de un pergamino con el mandamiento contra don Quijote, por haber liberado a los galeotes, con la orden de llevarle preso.

Recordamos aquel discurso quijotesco del final del capítulo anterior, que se dirige a esa gente, “soez y mal nacida”, concluyendo con los cuatrocientos palos que cualquier caballero andante propinaría, él solito, a cuatrocientos cuadrilleros que se le pusieran delante.

El cura persuade al cuadrillero, haciéndoles ver la inutilidad de apresar a quien luego han de soltar por loco. Leemos, además, que “tantas locuras supo don Quijote hacer, que más locos fueran que no él los cuadrilleros si no conocieran la falta de don Quijote”.Las locuras las imaginaremos porque… no nos precisa Cervantes en qué consisten esas últimas locuras tan oportunas. Sólo sabemos que fueron muchas. Nuestro caballero andante se librará de ser apresado, gracias al cura y a él mismo.

Los cuadrilleros no sólo se apaciguan sino que hacen de medianeros entre Sancho y el barbero. Ambas partes quedan satisfechas “porque se trocaron las albardas y no las cinchas y las jáquimas”. En lo que toca al yelmo de Mambrino, todo queda saldado con los ocho reales que paga el cura “a socapa”.

Queda ahora una pendencia no sosegada, lo del señorito don Luis que, de momento, no quiere volver a la casa paterna. Uno de los criados le acompañará a los dominios de don Fernando y doña Clara como unas castañuelas.

Después de esto, como un Guadiana, reaparece Zoraida que no entiende ni jota; pero se alegra o se entristece “a bulto”, o sea a ojo. Mi español, ese morenazo al que yo eché la caña, muestra alegría, pues yo no voy a ser menos. Ahora parece que pone mala cara, yo hago lo propio.

Los ocho reales que recibe el barbero espabilan al ventero que pide lo de sus cueros y su vino. El cura pone el apaciguamiento y don Fernando los dineros. Ya no estamos en el campo de Agramante sino en la paz “octaviana”. Poderoso caballero…

Libre ya de pendencias, don Quijote decide que es tiempo de ponerse de camino y acabar el contencioso de Micomicona; que la diligencia es madre de la buena ventura, no vaya el enemigo a adelantarse, sabiendo que vamos a por él. Se pone de hinojos ante Dorotea que, inmediatamente adopta su papel favorito de princesa y el lenguaje grandilocuente de las novelas de caballerías. ¡Qué bien conoce estos libros la lectora de libros piadosos! Agradece el deseo de favorecerla en su gran cuita y no tiene más voluntad que la del señor caballero. A restaurar señoríos se ha dicho. En marcha.

Mas… ¿qué le pasa a Sancho que menea la cabeza? Responde con unas palabras misteriosas que ni su señor entiende, ni nosotros tampoco: “¡Ay señor, señor, y cómo hay más mal en el aldegüela que se suena, con perdón sea dicho de las tocadas honradas!”

¡Tocas honradas o tocadas honradas? ¿Qué le pasa a Sancho? ¡Qué mal puede haber en la aldea? ¿Por qué maliciosamente convierte las tocas en tocadas? El escudero no concibe una reina que hociquee, vaya verbito con sus dos es, como una criatura terrenal, con varón nacido de mujer. Por cierto, voy a buscar el verbo hociquear en el diccionario de la RAE, aunque me imagino a qué se refiere… ¡Vaya, vaya! ¡Uno de los significados de hocicar u hociquear, figurada y familiarmente, es besar! La conclusión que saca Sancho: esta reina “no lo es más que mi madre”.Que se enteren las testas coronadas: las reinas no besan.

Se sonroja la del bello pie “porque era verdad que su esposo don Fernando…había cogido con los labios parte del premio que merecían sus deseos”. ¡Mira el grande de España!

Dama cortesana, puta… ¿a dónde va a ir a parar este deslenguado? Don Quijote lanza “vivo fuego por los ojos”, es el basilisco que mata con la mirada. Diez adjetivos, diez, uno detrás de otro, sin respirar: “bellaco villano, mal mirado, descompuesto, ignorante, infacundo, deslenguado, atrevido, murmurador y maldiciente “. No para ahí la cosa, todavía faltan estas lindezas :” monstruo de naturaleza, depositario de mentiras, almario de embustes, silo de bellaquerías, inventor de maldades, publicador de sandeces, enemigo del decoro”. Sancho no sabe en qué rincón meterse.

Pero la discreta Dorotea va a arreglarlo. Como de costumbre, todo es fruto de un encantamiento y debe perdonarlo. Don Quijote está encantado, nunca mejor dicho, con esta explicación. Sus cejas y carrillos vuelven a su posición normal, jura por Dios que “ha dado en el punto”, “alguna mala visión se le puso delante”, Sancho solo no es capaz…

Don Fernando dice que debe perdonarle realizando una regresión hacia el momento anterior al encantamiento. Y lo expresa con la fórmula que empleaba la Inquisición:” reducille al gremio de su gracia”.Y añade “sicut erat in principio” como reza, nunca mejor dicho, la oración Gloria Patri. ¿Por qué esta alusión al Santo Oficio? ¿Casualidad? No sé, Cervantes es de los que no dan puntada sin hilo…

Don Quijote expresa su voluntad de perdonarlo y el cura va por Sancho; el cual viene muy humilde, y, hincándose de rodillas, pide la mano a su amo; y él se la da, y, después de habérsela dejado besar, le bendice. Todo es encantamiento en este castillo, Sancho lo cree así, pero lo de la manta, no. Lo de la manta, que le pregunten a mis huesos, sucedió por vía ordinaria.

El ventero cuenta a los presentes lo de la volatería de Sancho que es celebrada con muchas risas .Cervantes quiere precisar “que jamás llegó la sandez de Sancho a tanto, que creyese no ser verdad...lo de haber sido manteado por personas de carne y hueso”.

María Ángeles Merino

Que seguirá comentando el capítulo, a la mayor brevedad. Iré a buscar la jaula, pobre don Quijote. Un saludo para Pedro y los paseantes.

miércoles, 25 de marzo de 2009

De sobra sabía mi padre que era una albarda




Ele Bergón dijo...
Querida Abejita.

No había leído la carta porque me entraba pereza hacerlo en la pantalla. La he sacado por impresora y me has dejado embrujada.¡Qué bien te ha salido!. Enhorabuena. Ya sabes lo que te vaticiné.


El Sanchico dice que está de acuerdo con “es gran bellaquería que tanta gente principal como aquí estamos se mate por causas tan livianas”. Y luego dicen que los adolescentes somos violentos y bla..bla..bla..pues anda que esta panda se las trae y todo por ná. Discutir que si es bacía o yelmo o albarda o jaez . De sobra sabía mi padre que era una albarda pero, " A río revuelto, ganancia de pescadores".


La verdas es que yo también a veces discuto con El Richi, La Vanesa ( no, no quiero hablar de ella), mi Churri, El Pelos y en fin los de la pandi y es por cosas tontas, pero ten enzarzas, te enzarzas, notas que te va el rollo y no siempre sale todo bien.


Tranquilos Troncos.El Sanchico y la Ele.

lunes, 23 de marzo de 2009

Energía piramidal

Por petición de la Abejita, que me llegó por parte de Ele Bergón, y me recordó la Arañita, el video que tanto gusta a Sor Austringiliana

domingo, 22 de marzo de 2009

Una venta con mucha leña



Esta vez hago el comentario, en forma epistolar, el barbero de la bacía escribe una carta, pidiendo ayuda, al barbero Maese Nicolás.

Discúlpeme, don Miguel, por inventarme esta carta y salirme un poco de su relato.

Carta de un barbero a otro barbero.

Señor Maese Nicolás, barbero de profesión:

Espero de vuestra merced, escuche mis cuitas y tenga en cuenta nuestro mismo gremio y oficio. Con toda verdad os digo que estoy en trance de convertirme en un loco, mucho más loco que ése que llamáis don Quijote. Posiblemente, ay, mis últimos días tengan, como escenario, a uno de esos terribles asilos para alienados, donde encadenan y amordazan a los pobres desgraciados que pierden el juicio.

Siguiendo mi camino, fui a dar a aquella endemoniada venta. Llevaba mi jumento a la caballeriza cuando me encontré ¡al ladrón de mi albarda! Reconocí al criado, o escudero o lo que sea, de cierto endemoniado que me enristró con el lanzón y me robó la bacía, aquel malaventurado día de lluvia en que perdí ambas cosas. Al reconocer mi albarda, arremetí contra él, reclamando mi propiedad y me encontré con sangre en la boca.

Me dirigí a aquellos señores y señoras, algunos muy principales, otros simples villanos, para preguntarles su opinión acerca de lo que porfiaba el extravagante caballero que llamaba yelmo de Mambrino a mi bacía , la misma que tantas barbas y tanta sangre ha visto.

Confiaba en el buen juicio de vuestra merced, mas me quedé con la boca abierta cuando escuché vuestro discurso en el que os declarabais barbero examinado, con más de veinte años de ejercicio y conocedor de todos los instrumentos barberiles. Asimismo relatabais vuestra mocedad soldadesca, no pudiendo tener dudas en lo que toca a yelmos, morriones y celadas. Creía estar soñando cuando manifestabais:” esta pieza… no es bacía de barbero… está tan lejos de serlo como está lejos lo blanco de lo negro”.Confirmaron lo que decíais un cura y dos caballeros a los que se dirigían con los nombres de Cardenio y Fernando, más los acompañantes de este último.

Aquel loco, atribuía las dudas a los encantamientos que continuamente ocurrían en aquel lugar, que en sus delirios, llamaba castillo y no venta. Menuda sarta de majaderías que desgranaba, que si un moro encantado, que si los secuaces, que si lo colgaron del brazo. ¡Ah! Y los encantamientos afectaban, únicamente, a los caballeros armados como tales, por lo que confiaba en el juicio de los presentes, libres de esa condición.

Aquel noble caballero, don Fernando, decidió someter a votación la solución de este caso. Para los que seguían la burla, era “todo esto materia de grandísima risa”. Para los que no estaban en ella: don Luis, los cuatro criados de don Luis, tres cuadrilleros y mi modesta persona…estábamos ante el mayor disparate del mundo.

Yo estaba desesperado, la bacía, ante mis ojos, se me había vuelto en yelmo de Mambrino, y tenía que soportar sus risas y palabritas al oído. Aquel don Fernando, después de tomar los votos de los que conocían a don Quijote, me informó de que mi albarda era jaez de caballo castizo. ¡Mi burro y yo sin saberlo! Me resigné, qué remedio, si me lo dice un señor tan alto… Dije aquello de “Allá van leyes donde van reyes”. No estaba borracho, ni siquiera había desayunado. ¡Cuántas risas! En esto, don Quijote sentenció:

“Aquí no hay más que hacer, sino que cada uno tome lo que es suyo, y a quien Dios se la dio, San Pedro se la bendiga.”

Me sentí muy aliviado cuando uno de los cuatro criados de aquel jovencito, don Luis, manifestó su disconformidad “con hombres de tanto entendimiento”, afirmando que no era bacía ni albarda. ¡Por fin hablaba la voz del sentido común!

Uno de los de la Santa Hermandad perdió la paciencia ante una pendencia tan absurda, obviando la alta condición social de algunos burlones enfadado declaró:”Tan albarda es como mi padre; y el que otra cosa ha dicho o dijere debe de estar hecho uva.”. Don Quijote no pudo soportar que le trataran de mentiroso y borracho y tras “un mentís, bellaco”, arremete con su lanzón, contra el cuadrillero. El golpe iba a ser tremendo, gracias a cielo puede dar de que se desvió, evitando caer muerto allí mismo. El arma se hizo pedazos y se oyeron voces pidiendo favor a la Santa Hermandad. El ventero, dada su condición asimismo de cuadrillero, los venteros suelen poseerla aunque hayan sido de manos ligeras, fue con presteza a buscar su varilla y su espada, para socorrer al compañero.

Vuestra merced ya conoce la confusión y la leña que reinó en la venta, a partir de ese momento.
Los cuatro criados rodearon a su joven señor, yo aproveché para atrapar mi albarda al mismo tiempo que el Sancho de mis pecados, don Quijote propinaba espadazos a los de la Santa, don Luis voceaba, Cardenio y don Fernando favorecían al loco, el cura daba voces, la ventera gritaba, las mujeres lloraban, se desmayaban…Yo aporreaba al ladrón de mi albarda que hacía lo propio conmigo, don Luis dio una puñada a un criado, el oidor empeñado en defender al muchacho, don Fernando pisoteando a un cuadrillero...

En medio de aquella batalla campal, nuestro loco Quijote recordó la discordia del campo de Agramante , donde cada uno peleaba por una causa diferente y nadie se entendía , trasladándola a nuestro caso por afinidad. Decidió que el oidor fuera el rey Agramante y el cura fuera el rey Sobrino. Añadió, muy cuerdamente, que “es gran bellaquería que tanta gente principal como aquí estamos se mate por causas tan livianas”.

Los cuadrilleros no sabían nada de orlandos furiosos ni de carlomagnos, ni entendían ni querían sosegarse. El ventero reclamaba un castigo para el loco que le alborotaba la venta. Por mi parte, no me quedaba más remedio que tomar sosiego, mi bacía-yelmo no vería ya peos de barba ni lanceta, mi asno no llevaría nunca tal albarda-yelmo.

Confío en que vuestra merced me conceda la gracia de contarme la verdad –verdad ¿Bacía o yelmo? ¡Albarda o jaez? Se preguntará su merced ¿es que todavía no la conoce? Aunque parezca mentira, me están entrando dudas…Vienen a buscarme, creo que son los guardianes del asilo de alienados.

Aquí termina la carta del sobrebarbero al barbero Nicolás. La presente nunca fue cursada, fue encontrada, muchos años después, en un cajón secreto.

Un abrazo Pedro, espero que te estés curado y que no hayas tomado los escaramujos , ésos de Fierabrás.

Un saludo a todos los visitantes.

María Ángeles Merino

Pedro Ojeda Escudero dijo en http://laacequia.blogspot.com/

ABEJITA: qué buena perspectiva para el comentario, me gusta mucho y la creo muy acertada.De cada uno de los pasajes del Quijote sería posible hacer un contrarrelato. Es más, siempre nos quedamos con las ganas de saber más de ellos.
Merche Pallarés dijo también en http://laacequia.blogspot.com/

MERCHE: en efecto, estupenda. Cualquier día de estos aclararé lo de los escaramujos, que iba en clave. La gripe, no, que es bien cierta. Ay.

GRACIAS A PEDRO Y A MERCHE.

sábado, 21 de marzo de 2009

El cerezo de tu jardín ¿está en flor?


Felicidades a Luz

Hoy, 21 de marzo.

El cerezo de tu jardín está en flor.

El año pasado era Viernes Santo, el domingo siguiente sería la primera luna llena de la primavera. Este año es sábado y no es Semana Santa.La abejita revolotea ahora con otro brío, gracias Luz por tu ayuda.

Es el cumpleaños de mi amiga Luz que, en este momento, está paseando ¿por dónde?

Que sigas, por mucho tiempo, siendo la luz de todos los que te queremos.
EL TIEMPO ES CIRCULAR , PERO O COINCIDENTE, COMO TÚ DICES.


Un abrazo desde las orillas del Arlanzón.

viernes, 20 de marzo de 2009

“Son tantas y tan estrañas las cosas que en este castillo, en dos veces que en él he alojado, me han sucedido…”

Como anticipo al comentario del capítulo XLV del Quijote, aquí tenéis el castillo más cercano a mi casa. Creo que , en él, no hay encantamientos, aunque nunca se sabe...

La primavera besaba

Paseo de esta tarde.

La primavera besaba

suavemente la arboleda,

y el verde nuevo brotaba

como una verde humareda.

(Antonio Machado)
Silvia Camacho me ha enviado otro poema del mismo autor, del mismo tema. Bello como todos los de Antonio Machado.Gracias, Silvia.
La primavera ha venido
Nadie sabe como ha sido.
Ha despertado la rama,
El almendro ha florecido.
En el campo se escuchaba
El “gri-gri” del grillo.
La primavera ha venido
Nadie sabe como ha sido

martes, 17 de marzo de 2009

Adivina, adivinanza.

Sancho Panza según Mingote.

Kety dijo...


Para Sanchico:



Adivina, adivinanza:

va montado en un borrico

es bajo, gordo y con panza,

amigo de un caballero

de escudo y lanza,

sabe refranes,

es listo.

Adivina, adivinanza...

Gloria Fuertes
¿Quién es?

PD. Luego te quejas que no se menciona a tu padre.

lunes, 16 de marzo de 2009

¿Os gusta la palabra baciyelmo?


Ele Bergon dijo:


¿Os gusta la palabra baciyelmo? A qué sí. A mí me suena muy bien y es que la inventó mi padre Sancho. Mi hermana Sanchica dice que nuestro padre es más listo de lo que pensamos y de cómo le retrata El Cervantes. A su manera, pero a veces sabe hacer las cosas muy bien y en más de una ocasión saca las castañas del fuego al Alonso, aunque este loco al final, le promete, le promete pero luego no cumple. Así siguen ahora con esto de la furgoneta, que mucho mucho y luego ná de ná. Mi madre Teresa está también muy de acuerdo con todo esto que acabo de escribir.

Baciyelmo, ni es bacia ni es y yelmo, pero son las dos cosas juntas.

-Mira Sanchico, dice mi madre, con el asentimiento de mi padre- las cosas son lo que nosotros queramos que sean.

Yo eso lo tendré que pensar algo más, porque este lío que me traigo entre mi Churry y la Vanesa, por más que me empeño en que sea de una forma luego es de otra así que no sé, no sé.

El Sanchico

domingo, 15 de marzo de 2009

¿Hay baciyelmos en nuestra vida?




Comentario al capítulo 1.44 del Quijote, publicado en "La acequia", en la entrada titulada "Mucho barullo y un baciyelmo", correspondiente al día 12 de marzo de 2009.

Comienza el capítulo con los gritos de dolor de don Quijote. Pobre hombre, como si estuviese colgado de una cruel “garrucha”, gracias a la ocurrencia de Maritornes y a la rijosidad excepcional del rocín pachorrón. Pero, aunque le debía de doler todo el cuerpo, cabalga muy digno, con su adarga, su lanzón y, a medio galope, reta y desafía a “cualquiera que dijere que yo he sido con justo título encantado”.

Los cuatro nuevos, “los caminantes”, se quedan con la boca abierta ante el reto y desafío, al arcaico estilo de las novelas de caballerías. Don Quijote está en su salsa. Pero el ventero echa un jarro de agua fría: ni caso, es un loco. Ellos a su labor de encontrar al señorito don Luis y hacerle volver a casa, por las buenas o por las malas; tres rodearán la venta y uno vigilará la puerta. Reparan en el coche, lo conocen, es del vecino oidor, ese es el rastro que sigue don Luisito.

Nuestro hidalgo ya no puede más y agarra una rabieta casi infantil, desea recuperar la atención perdida, muere y rabia de “despecho y saña”.Si las ordenanzas de su caballería le dieran permiso de emprender una empresa sin acabar la anterior, iban a ver éstos lo que era bueno, tal vez “embistiera”. ¡Embestir! ¡Socorro, un toro!

Ya aclara el día, están todos despiertos, especialmente doña Clara y Dorotea, cuánta claridad; “la una con sobresalto de tener tan cerca a su amante, y la otra con el deseo de verle, habían podido dormir bien mal aquella noche”.Uno de los cuatro, encuentra al hijo de su señor, falso mozo de mulas, durmiendo al lado de uno auténtico. El criado está encantado de poder cumplir con la misión encomendada y devolverlo a casa; mas la tarea es delicada. Tiene que evitar que escape; pero con todos los respetos y don Luis por aquí, don Luis por allá. Por si acaso, le traba el brazo y se dirige al soñoliento adolescente con ironía:“Por cierto, señor don Luis, que responde bien a quien vos sois el hábito que tenéis, y que dice bien la cama en que os hallo al regalo con que vuestra madre os crió.”

El tono se vuelve autoritario y ya sabe el señorito de lugares las dos opciones: por las buenas o por las malas. Aún así se resiste y se pone gallito: “Eso será como yo quisiere, o como el cielo lo ordenare”. Intentan ablandarle, su padre dará la vuelta al otro mundo si él no da la vuelta, se morirá de pena…Pero el quinceañero enamorado no se achica y, a pesar del cuatro contra uno, les replica:” yo soy libre, y volveré si me diere gusto, y si no, ninguno de vosotros me ha de hacer fuerza”.No es el primer personaje del Quijote que proclama su libertad, algo muy apreciado por el ex cautivo Miguel. Recordemos a la pastora Marcela: “Yo nací libre”.

El oidor está allí, recordemos que va vestido con sus ropajes largos de mangas arrocadas, y habla, deformación profesional, con la jerga del oficio:”Sepamos qué es esto de raíz”.Tras la información, reconoce al vecinito. ¡Es que estos papás antiguos no se enteraban de nada! Bueno, los modernos tampoco… Luis se confiesa ante el padre de su Clara, llorando: “Por ella dejé la casa de mi padre, y por ella me puse en este traje, para seguirla dondequiera que fuese, como la saeta al blanco, o como el marinero al norte.”No son niñerías las de alguien que se expresa así.

Recordemos el capítulo LXII, el oidor nunca había sido tan oidor. Pues, ahora abre las orejas todavía más, es su hija… alta nobleza, fortunón, de título, me interesa…El jovencísimo señor de lugares se humilla, besando las manos del oidor y bañándolas de lágrimas. El corazón del oidor no es de mármol sino de mantequilla. Piensa cuán bien le estará a su hija aquel matrimonio, siempre que se realice con el beneplácito del padre de don Luis, claro, Clara.

Y mientras, en la venta, llueven palos. Dos huéspedes ven a la gente distraída con la búsqueda, aprovechan e intentan irse sin pagar .El ventero pide su paga, y le responden con los puños. La ventera, la venterita y Maritornes piden socorro a don Quijote que, con mucha flema, declara no poder atender su petición porque no le está permitido entremeterse en aventura distinta, teniendo pendiente el asunto de Micomicona. Que el ventero se vaya entreteniendo ¿Cómo se entretiene uno cuando está recibiendo puñetazos? Pedirá licencia a la princesa, para socorrer al “castellano”. Se planta de hinojos ante Dorotea, para pedírselo con “palabras caballerescas y andantescas”.

Pero, a pesar de la licencia concedida, cuando acude a la puerta de la venta, vaya cuajo, se está quieto. Quizás en un ataque de sensatez, decide que corresponde a Sancho la defensa venteril, puesto que no le es lícito poner mano a la espada. Sólo puede hacerlo con caballeros. Puñadas y mojicones recibe el ventero, ante la desesperación de su mujer, su hija y su criada. Y, por primera vez en esta obra, aparece la palabra cobardía aplicada a don Quijote. ¡Un caballero andante cobarde!

Cervantes, que visitó y sufrió desde niño muchas ventas, no es amigo de venteros, es evidente y leemos: “Pero dejémosle aquí, que no faltará quien le socorra, o si no, sufra y calle el que se atreve a más de a lo que sus fuerzas le prometen, y volvámonos atrás cincuenta pasos”. Y enlaza esto con la confesión de don Luis ante el oidor.

No explica Cervantes, los detalles de cómo, al final, “por persuasión y buenas razones de don Quijote, más que por amenazas” los huéspedes pagaron todo. ¡Milagro!

Como el demonio no duerme, aparece, cuando no había terminado la plática del oidor, aquel barbero al que don Quijote quitó el yelmo de Mambrino y Sancho Panza los aparejos del asno. Reclama ambos objetos de su propiedad, arremete a Sancho, llamándole “don ladrón”.Cada uno agarra la albarda por donde puede, un mojicón ,el barbero con los dientes bañados en sangre, gritos de “¡Aquí del rey y de la justicia!...salteador de caminos…mentís, en buena guerra ganó mi señor don Quijote estos despojos…"

En este momento, cambia el concepto que el caballero andante tenía de su escudero, a la vista de lo bien que se ha defendido. Es un hombre de pro y, en cuanto pueda, lo armará caballero. Sigue la discusión, el barbero propone pruebas que avalen sus propiedad.

A don Quijote no le importa la albarda, pero no consentirá de ninguna manera que se llame bacía al yelmo de Mambrino y a que se discuta su propiedad, ganada en buena lid, “con ligítima y lícita posesión”.La albarda es expuesta como objeto contencioso. Pero Sancho se resiste a traer la bacía. Su señor le advierte que lo haga, “que no todas las cosas deste castillo han de ser guiadas por encantamento”. Sancho trae la bacía y don Quijote jura, por la orden de caballería que el yelmo es el mismo que le quitó en buena guerra.

Sancho no quiere irritar más a su señor y salva la situación con la palabra baciyelmo. Les recuerda que, con los encadenados, les salvó de asaz de pedradas. Ni bacía ni yelmo, baciyelmo. ¡Una gracia de Sancho? ¿Perspectivismo?¿Hay baciyelmos en nuestra vida cotidiana? Haberlos haylos y nos ayudan a vivir. Pensemos en ellos.Seguiremos, en el próximo capítulo, con el litigio.

Un abrazo para Pedro y los visitantes de la acequia.

María Ángeles Merino Moya.

En "Noticias del Quijote" , la abejita explica:

En el comentario del capítulo, al final, sostengo que en nuestras vidas cotidianas hay baciyelmos. Nos ayudan a vivir, a salvar dificultades. Sospechas que en el fondo bacía de barbero es y de las corrientuchas; pero actúas como si fuera el valioso yelmo de Mambrino. Has puesto ilusión en la bacía y la bacía mejora. No llegará a yelmo pero...

Pedro Ojeda Escudero. dijo en http://laacequia.blogspot.com/

ABEJITA: bien señalados, con gracia, además, los aspectos esenciales. Y conforme a la relación con Marcela: la libertad personal, la libertad de amar, una de las constantes de Cervantes. Y no veas la gran cantidad de baciyelmos que hay en la vida cotidiana... Un abrazo.

Gracias, Pedro. Sigamos adelante con nuestros yelmos de Mambrino. A quien nos diga que son bacías, ni caso.

viernes, 13 de marzo de 2009

El baciyelmo de mi perro ¿Se creerá can andante?

Como adelanto al comentario al capítulo XLIV, aquí tenéis a mi Curry, perro andante, con su pequeño yelmo de Mambrino, o... Can-brino. Cogió un recipiente para entremeses, se lo puso en la cabeza y no quiere quitárselo. Dice que, de ahora en adelante, tomará el nombre de don Curricote de Burgos.


jueves, 12 de marzo de 2009

Gracias, mi otro profesor, por las cosas tan majas que me dices


Imagen simpática tomada de http://www.isaacperal.org/portal/content/blogcategory/119/597/ Es la web del Instituto Isaac Peral de Torrejón de Ardoz. Un saludo a los colegas.

Ele Bergón dijo...
Ahora sí que estoy enfadado con esta máquina. Acabo de escribir unos comentarios para todos vosotros y va la máquina y los borra. AAAAAAAAAAAAgGGGGGGGGGBrrrrrrrrrrr.¿Dónde van los comentarios que se pierden? Lo voy a intentar otra vez.Hola coleguis. ¿Puedo llamaros así?Bueno si no os gusta ya protestareis.Hola Tucci, me gusta llamarte así aunque no sé lo que significa y creo que esa palabra no vendrá en el diccionario de mi profe.Bueno a lo que íbamos, no entiendo mucho eso de que te gustan muchas y sólo eres fiel a una. Eso debe de tener alguna trampa. Por cierto te pareces a mi padre con los refranes. En el fondo todos los mayores os pareceis.Nos debemos una play. Hasta otra Tucci. (Choque de manos)Hola Silvi. Me alegro que me comprendas, pero no me gustas eso que dices que mi Churry también puede que le pase como a mi con La Vanesa. No, no eso no me gusta. Otra con los refranes y después os reis ¿qué os hace gracia? Algo me ocultáis. Adios, colegui Silvi.Hola Sr. Profesor Don Pedro. Así que todo no es tan seguro, luego hay algo que sí debe de ser seguro. ¿Podría ser eso del amor y el enamoramiento? Estaría bien.Asñi sabríamos qué hacer. Gracias, mi otro profesor, por las cosas tan majas que me dices. Hola Kety. Qué bien que hayas venido por aquí. Tú eres la culpable de que ahora yo esté aqui escribiendo, pasando un corrector, volviendo a escribir lo que ya he escrito (brrrrrrrrr) Y ahora me dices como Silvi que las mujeres sois brujillas, si lo decis vosotras....pues será verdad ¿ o tampoco esto es seguro? Mi pibita también me lo ha dicho alguna vez. Lo que no me gusta es eso que dices de aprende, aprende. Ahhhh todos los mayores decis lo mismo y yo ya estoy harto de aprender ¿Tengo que seguir así todoa la vida? Pues vaya rollo.Kety, mi madre Teresa dice que eres su Dulcinea particular. Ella sabrá por qué. Hola cuentoquenoes cuento, también pancho. No es por nada pero deberías aprender a separar las palabras o pasar el corrector como hago yo y no te enfades a no ser que sea otra cosa porque por aquí siempre hay más intenciones. No sé lo que cuentas de un tal O. Esquivias. Debe ser para la Abejita. En lo que dices que soy un peligro. Estás muy pero que muy equivocado. Si soy un pánfilo. Eso me lo dice todo el mundo. El Richi siempre está diciéndome: Reacciona, Sanchico, reacciona, que parece que estás alelao. Mi Churry también me grita de vez en cuando y dice que no me entero de nada y luego se enfada y la verdad es que no sé por qué. En mi familia, ni te cuento las veces que me lo repiten. Así que no te preocupes. Ya veo que tú eres de los forofos esos de los que leen las aventuras y desventuras del Alonso y mi padre., pues a leer toca. Pásate por aquí cuando quieras nuevo colega. A ver si ahora.......




El Sanchico

martes, 10 de marzo de 2009

¿Acaso no sabes que las mujeres se lo cuentan todo?


Ele Bergón dijo...
Se me olvidaba

La Clara duerme y la despierta La Dorotea. ¿No sabes por qué? Esta tan claro como La Clara porque la tiene que contar muchas cosas. ¿Acaso no sabes que las mujeres se lo cuentan todo? Yo por si acaso, no voy a decir ni mu de la Vanesa. El Sanchico otra vez

¡Qué sabrá El Cervantes de lo que nos pasa a los pringadillos de los adolescentes!


¡Ele Bergón dijo...


Vaya, vaya, vaya.Así que El Cervantes escribe sobre el amor adolescente entre la Clara y el mozo de mulas que se ha ido detrás de ella disfrazado. ¡Qué ganas tiene de hacer el tonto! ¡Qué sabrá El Cervantes de lo que nos pasa a los pringadillos de los adolescentes.Que yo a mi pibita la tengo en el bote y no necesito disfrazarme de ná. Ella está por mi, yo por ella, pero tengo un problema y es que hay otra peluquera que también me mola y sin darme cuenta empiezo a pensar en La Vanesa sin acordarme de mi churri y me pongo colorao si me mira y además son muy amigas las dos. No sé no sé esto de estar enamorado me parece que se complica y ahora estoy hecho un lío y a veces sufro mucho y yo no quiero.Lo del Alonso y la Dulcinea no os lo creáis que ya me ha contado mi padre que es todo mentira que se lo imagina y que si él hablara. Si ya me parecía a mi.Como hoy es el ocho de marzo, mi madre y mi hermana me han dado la brasa y dicen que os tengo que felicitar a todas las mujeres por serlo, pues bueno Felicidades a todas, pero yo digo que también a los hombres que os comprendemos. Faltaría más. No os cuento más.El Sanchico.

lunes, 9 de marzo de 2009

Felicidades, Aitana,la niña de Alejandro.


Aitana,niña Aitana
fuera yo quien moviera
para ti eternamente
las auras más dichosas
quien peinara más luces
y alisara más rosas
en tus pequeñas alas
de brisa mensajera.


Rafael Alberti

Rafael Alberti dedicó estas palabras a su Aitana.
Yo se las tomo prestadas para dedicárselas a la mía.

AITANA CUMPLE UN AÑITO.
Hace un año nació la niña de Alejandro, que no de Rajoy.
FELICIDADES

sábado, 7 de marzo de 2009

Doña Clara duerme ¿por qué la despierta Dorotea?



Ahora leo el Quijote aquí, en la edición de Francisco Rico.





Una doncella está durmiendo plácidamente, alguien la despierta para que oiga una bella voz. ¿Quién canta? Le comunican el posible origen del cántico, pero no, no es eso… la joven reconoce inmediatamente el tono de su enamorado. ¿Qué me recuerda esto? …¡Ya está! ¡El romance del Conde Olinos! Doña Clara, la hija del rey, Dorotea, la reina-madre de la princesa, el mozo de mulas y la sirenita del mar.

Madrugaba el conde Olinos,

mañanita de San Juan,

a dar agua a su caballo

a las orillas del mar.

Mientras el caballo bebe

canta un hermoso cantar:

las aves que iban volando

se paraban a escuchar.
...

Desde la torre más alta

la reina le oyó cantar:

-Mira, hija, cómo canta

la sirenita del mar.

-No es la sirenita, madre,

que esa no tiene cantar;
es la voz del conde Olinos,

que por mí penando está.

...

Hemos visto, en muchas ocasiones, a Cervantes, beber en la fuente del romancero .La última, cuando el cautivo cita a la Cava de don Rodrigo ¿Tendría ahora, en su pensamiento, una de las múltiples versiones de este conocidísimo romance viejo? El esquema es el mismo. Un jovencísimo “señor de lugares”, que no mozo de mulas, se acerca a la venta, entonando armoniosamente una canción. Un marinero navegando en un piélago profundo, guiado por una “estrella”…Clara, la hija del oidor, duerme profundamente y Dorotea la despierta porque ¡no quiere que la jovencita se pierda el oír tan buena voz! ¿No queda esto un poco forzado? ¿A santo de qué se despierta a una muchacha a la que se acaba de conocer? …

Y en cuanto oye el cantar, se pone a temblar como si tuviera fiebres de las que se repiten al cuarto día, padecimiento muy habitual en aquellos tiempos, en los cuales cierto mosquito campaba por sus respetos. Pero no se trata de mosquitos sino de moscones, o mejor dicho, de noble moscón cantor.

Clara se abraza a una Dorotea, confidente de una muchacha sin madre y, ay, perdidamente enamorada .El señor de lugares tiene el mejor lugar en su alma. Y, ante lo imposible de su amor, mejor no ver, ni oír para no sufrir. La del bello pie se solidariza con la adolescente, ella ha vivido algo semejante, y se admira de la discreción mostrada, a pesar de sus dieciséis años no cumplidos. Un amor juvenil nacido entre lienzos y celosías, recordemos aquello de “madre la mi madre guardas me ponéis, mas si yo no me guardo, no me guardaré”. Manifiesta la hija del oidor: “yo no sé lo que fue, ni lo que no, que este caballero, que andaba al estudio, me vio, ni sé si en la iglesia o en otra parte”. Un amor prohibido por las distancias sociales, Clara lo ve muy claro: “¿qué fin se puede esperar, si su padre es tan principal y tan rico que le parecerá que aun yo no puedo ser criada de su hijo, cuanto más esposa?”.

Él la seguirá cuando ella parta, con su padre, hacia Sevilla, donde tomarán el camino de las Indias. El estudiante la sigue en hábito de mozo de mulas, de venta en venta; pero estamos ante una hija obediente que no se casará jamás “a hurto” de su padre. Dorotea, experta en estas lides, ríe al oír las palabras de una niña inexperta que expresa no saber “por dónde se ha entrado este amor que le tengo, siendo yo tan muchacha y él tan muchacho”.

En la venta se impone el sosiego pero las dos “semidoncellas”, Maritornes y la venterita, tienen ganas de oír los disparates de don Quijote que está fuera de la venta, armado y a caballo. Y si pueden gastarle una broma… El discurso de nuestro caballero andante no tiene desperdicio, tras declarar la perfección absoluta de Dulcinea en todos los ámbitos, se dirige a la luna y al sol. A la luna, luminaria de las tres caras, para que le dé nuevas de su enamorada. Al sol, para que salude a la del Toboso, pero ojito con acariciarla, que nuestro hidalgo es muy celoso.

La hija del ventero cecea para que el buen hombre se acerque al agujero de sacar la paja, lo más parecido a una ventana que posee la venta. Se le representa que una hermosa doncella, vencida de su amor, le solicita .y, aunque no puede traicionar a Dulcinea, no ha de ser descortés. Siempre que no pida amor, aunque sean las guedejas culebreras de la Medusa…Así lo manifiesta, pero Maritornes, en el papel de dueña, le informa de que su señora sólo necesita su mano” por poder deshogar con ella el gran deseo que a este agujero la ha traído”.Don Quijote accede, no es para besar sino… para que la dama, palpando nervios, músculos y venas considere la fuerza de su brazo. Nuestro hidalgo no es de piedra y un favorcillo de nada, tratándose de una dama…

La pícara moza lo ata por la muñeca con el ronzal del burro de Sancho y lo deja de pies sobre Rocinante, sin poderse mover. Otra vez, piensa, ha sido víctima de un encantamiento y considera que ya debería haber escarmentado. Qué juiciosos es, a ratos, este hombre. Se alternan en su cabeza los pensamientos propios de un hombre normal y los de un loco que delira. Allí…allí…allí…allí. La espada de Amadís, dónde está Sancho, los sabios en mi auxilio, voy a estar atado eternamente….Bramaba como un toro.

Pero al amanecer llegan a la venta unos hombres a caballo y con escopetas que se burlan de este estrafalario personaje, atado y colgado de un brazo, que denomina castillo a una vulgar venta. ¡Y le llaman ventero! Y la rechifla es mayor cuando les asegura de que, dentro, hay personas con corona y cetro ¡Con corona! ¡Será gente del teatro ambulante!

Una de las cabalgaduras de los visitantes coquetea con Rocinante, que se mueve y tira de su señor, provocándole un tremendo dolor, similar al de la tortura llamada “garrucha”. Cervantes, tal vez, la conocía por algo más que de oídas, ya que nos lo explica así:” puestos a toca, no toca, que ellos mesmos son causa de acrecentar su dolor, con el ahínco que ponen en estirarse, engañados de la esperanza que se les representa, que con poco más que se estiren llegarán al suelo”.Así cantaban lo que hiciera falta, más que el mozo de mulas.

A ver qué pasa con Clara y su “señor de lugares”. Será en el próximo capítulo.

Un abrazo para Pedro y todos los que visitan “La acequia”.

María Ángeles Merino Moya

 Pedro Ojeda dijo en "La acequia":

Pedro Ojeda Escudero dijo en este blog:

De tu comentario me gustan, especialmente, dos cosas. En primer lugar, toda la orientación que marca el título de tu entrada y que habla de la perspectiva original de tu lectura. Lo segundo, la forma extraordinaria de aludir a los referentes tradicionales del pasaje. Tienes razón, aunque muy entreverado de literatura, ahí está el origen.Veremos dónde nos lleva en el próximo capítulo.

GRACIAS, PEDRO.

viernes, 6 de marzo de 2009

"Árbol mujer", Kety Morales.

Un día de sol
Un día de lluvia

POEMA DE KETY MORALES

De nuevo alzó sus brazos para dar gracias


a esa primavera que se anunciaba.


Traía ilusiones de bellos colores,


el frío del invierno quedaron atrás.


Kety Morales http://reflexiomes.blogspot.com/2009/03/arbol-de-mujer.html


Tu poema, otra vez, coincide con mis sentimientos y los expresa a las mil maravillas. La primavera va llegando a mi vida poco a poco, tras aquel largo invierno. ¡Un beso Kety!

Gracias, amiga

jueves, 5 de marzo de 2009

Nieve de marzo en Burgos, aunque ya nacieron las violetas.

Vista desde mi ventana hace unos minutos.


Violetas en el paseo de la Isla , en Burgos. Finales de febrero.

Sanchico, más contento.

Un típico pueblo manchego que me recuerda a Campo Real, antes de la llegada de las grúas.

Ele Bergón dijo...


¡Cuánto honor! ¡Cómo os acordais de mi!

Por fin consigo no ser invisible.Ya, ya me han soplado que la calle de Sancho Panza está por Vallecas, pero me fastidia un poco que no esté a la orilla de Don Quijote. Ya sé Silvia que por la Mancha muchas calles de muchos pueblos se llaman así y bueno, en eso estoy contento.


¿A qué si Manuel, a qué es bonito el nombre de Sancho Panza? Tú sí que sabes. Cuando quiera jugamos a la play.Es verdad mosca que está también muy cerca de Cuatro Caminos, pero yo la encontré cuando bajaba por Raimundo Fernánde Villaverde hacia la Castellana. Saludos a Marivi.


Lo de Lerma y los bizcochos lo dejo para el anterior comentario que ahora como muy bien dice Silvia me voy con mi churri (por cierto, no sé si se escribe así o como dice Silvia churry, pues lo miro en el diccionario y éste churry no está y el otro churri dice que es garrulo, enfadoso y sin sustancia y mi peluquera no es eso) bueno pues a dar un voltio. Ya estoy más contento.Adiós coleguis.

lunes, 2 de marzo de 2009

¡Mira, Sanchico! Llevan el nombre de tu padre.

Aquí tienes, Sanchico a tu padre, menuda rebanada se va a comer. La escultura está en Alcalá de Henares. Me la manda mi buena amiga, Silvia Camacho.
Me recuerda que , en el callejero de Madrid, está la calle de Sancho Panza (28053, Madrid). También hay calles con este nombre en Villarejo de Salvanés y en Leganés, ambas en la provincia de Madrid.¡Hasta en Canarias!

¿Ves como se acuerdan del nombre de tu padre?

No son de la Mancha sino de Lerma, un bello pueblo de Burgos.

Sanchico y el oidor.


Ele Bergón dijo...
Hola.
Estoy enfadado y podrás ver su porqué en El Acorde AZul.Bueno a lo que íbamos.
¡Qué gracia me hace eso del oídor! Oir oía, pero ¿escuchaba? Eso me dice mi madre que yo oigo, pero no escucho. Y luego lo de los nombrecitos de la oreja se las trae. Ja, ja, ja, vaya palabrejas que se utilizan y dicen que el lenguaje de los adolescentes no hay quién lo entienda, pues anda que la de los que estudian estas cosas. Por cierto, en Natu ¿yo voy a tener que estudiar todas esas majaderías? A mi me sobra con saber lo de las las trompas de Falopio,¡ah que no, que esa trompa es de las mujeres, es la de Eustaquio. Vaya nombrecitos...Como estoy enfadado no os digo más.

Adiós.
Sanchico