viernes, 20 de noviembre de 2009

Dice Pedro Ojeda que el capítulo XXIV "es un zurcido"(1)


Pedro Ojeda Escudero dice en "La acequia", en su entrada de ayer, acerca del capítulo XXIV, que "es un zurcido". Por eso, para ilustrar el comentario "cuelgo" aquí uno auténtico y ...muy viejo. El bordado tiene más de sesenta años, el zurcido unos veinte menos.

Comentario al capítulo 2,24 del Quijote, publicado en "La acequia"

Sigo siendo el primo, aunque esto del perspectivismo complica la cosa...

Vuestras mercedes ya me conocen: soy aquel que se me identifica como “el primo del licenciado”, el que guió a don Quijote, hasta la mismísima entrada de la cueva de Montesinos.

Poco tiempo después de acompañarle en la aventura, llega a mis manos una pequeña parte de cierto libro, el autor es Miguel de Cervantes Saavedra, de quien tengo algunas referencias, no muchas. Os cuento cómo tuve la oportunidad de leerlo.

Visito la imprenta de Juan de la Cuesta, en el taller de la calle San Eugenio, cerca de la madrileña calle de Atocha, para ultimar la impresión de uno de mis transcendentales y humanistas libros. Esperando al maestro impresor, me entretengo en ojear unos folios depositados encima de una mesa. Se trata de unos capítulos señalados con los números XXII y XXIII, que alguien ha dejado allí. ¡Ah y el inicio del XXIV!

Cuál sería mi sorpresa cuando tropiezo con nuestra aventura, la de la famosa cueva. Disfruto con su lectura y vuelvo a ver al caballero andante internándose en una tenebrosa cueva, con mi valiosa y valiente ayuda. Las zarzas, los cuervos… Y qué me dicen de la fabulosa descripción de sus visiones allá abajo, la incredulidad de Sancho y mi fe en tan noble caballero. Todo, tal y como sucedió…y allí estaba yo. Lo devoré, digo que lo leí todo. Ya recuerdan vuestras mercedes: un Montesinos abrigado con su barba, un Durandarte yacente y parlante, una Belerma menopáusica y ajada, con el corazón de su amante en salazón…

Cervantes, en el título, nos anuncia que vamos a tropezar con mil zarandajas, impertinentes pero necesarias. ¿Zarandajas? Consultando mi biblioteca, he llegado a la conclusión, tras varias consultas, de que se trata de tonterías. Bueno, si las tonterías son necesarias, ya no lo son tanto.

Mi lectura va como la seda pero, al llegar al comienzo del XXIV, el traductor morisco de esta “grande historia” dice que su primer autor, el moro Cide Hamete, dejó escritas, en el margen, unas objeciones sorprendentes. Este Cide no se puede creer que al valeroso don Quijote le ocurra lo escrito. Don Quijote es incapaz de mentir y, además, en una hora, no pudo fabricar tal cantidad de disparates. El moro se cura en salud y nos advierte que, si esta historia parece apócrifa, no es culpa suya. Deja al lector prudente para que juzgue por sí mismo. Por si el asunto es poco complicado, se da la circunstancia de que, poco antes de morir, Hamete se retractase de ella, confesando que la había inventado porque cuadraba bien con las aventuras que había leído en sus historias.

Como era sencillo el asunto de los narradores, aquí estoy yo, el primo, sumándome a ellos para complicar más el juego de espejos.*

Sigo con la historia y tengo que manifestar que no sé lo que me maravilló más, si fue el atrevimiento de Sancho o la paciencia de su amo. Es un momento dulce para don Quijote, ha visto a Dulcinea, aunque encantada y pidiendo prestados unos míseros reales. De eso se aprovecha Sancho…

La verdad es que doy por bien empleado el tiempo gastado y así se lo quiero manifestar al caballero andante. Sólo el hecho de conocer a un andante resucitado, es una gran felicidad. Muy útil, para mi Ovidio español, es el haberme revelado el secreto de la cueva de Montesinos, con las metamorfosis del río y las lagunas. Por no hablar de dos grandes descubrimientos, ni más ni menos que la verdadera antigüedad de los naipes y el verdadero nacimiento del río que aparece y desaparece. Durandarte, resignado, pronuncia las palabras clave: “paciencia y barajar”, de lo que se deduce que ya se usaban en tiempos de Carlomagno. Aprovecho esta averiguación para mi otro libro, el de la invención de las antigüedades. Lo del río es algo desconocido por la gente, esto también me sirve para otro libro, se titulará…

Don Quijote quiere saber a quién voy a dedicar mis libros, si Dios me ayuda y consigo la licencia. Pienso que no faltan en España señores y grandes de España a quien dirigirlos. Y este caballero que de todo entiende, incluidas impresiones, licencias y dedicatorias, me advierte que muchos no quieren admitir dedicatorias. No se van a tomar la molestia de agradecer una cortesía…pero, aunque haya grandes tacaños, hay un príncipe que suple la falta de los demás. Lo tendré en cuenta, dedicaré mi libro al de Lemos, como Cervantes, y no al de Béjar…

Tras aludir a la envidia de algunos, corta la conversación porque hay que buscar alojamiento, que se hace de noche.

*El autor, el traductor, el narrador y el personaje narrador protagonista se desmienten entre sí. El perspectivismo es aquí muy complejo.

Continúa




Pedro Ojeda Escudero. dijo en este blog:

"Qué giro más ingenioso que el primo pase de personaje a lector."

El giro tuvo sus dificultades. pero salí adelante, después de leerte.

Abrazos.

16 comentarios:

pancho dijo...

Te has puesto el listón muy alto, pero la perspectiva desde el primo no decepcionará, seguro.
Sabes cómo tramar el zurcido con perpectivismo o sin él.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Esas labores son joya de familia.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Artesania pura, joyas autenticas, ya lo creo que si.

Besos...!

Martine dijo...

¡Me gusta tu "Zurcido", Marian!
Y las 4 cosas relevantes que nuestro "Primo" ha sacado de las aventuras no tienen desperdicio...
Besitos, Marian!

Merche Pallarés dijo...

Espero al primo. Besotes, M.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

aún conservo unos bordados que hizo mi bmadre, de niña...bueno más que bordado es una joya del arte del bolillo...saludos

Antonio Aguilera dijo...

Aquellas mujeres lo mismo estaban para un remiendo que para un zurcido.
Coincido con Pancho en que te marcaste un listòn muy alto.
Nosotros ganamos en "varietè" con tu particular y rico perspectivismo.

No tardes Abejita, liba ràpido jajaja

Merche Pallarés dijo...

¡Qué bueno, Abejita! Sobre todo tu párrafo final... ¡Es que es un lio entre el narrador, el escritor, el traductor y la madre que los parió! el gran CERVAN era un genio sin lugar a dudas. Besotes encantados pero confusos, M.

Merche Pallarés dijo...

En este caso, más bien el padre que los parió... Besotes de nuevo, M.

Antonio Aguilera dijo...

Sumaste uno más al laberinto de autores, sscritores, traductores: ahora el primo, coautor de esta verdadera historia.

Pues el primo va a la imprenta del señor Cuesta para imprimir sus libros inútiles..., qué bien relatas cómo se pone a leer los folios que haya por allí. Un espejo para él, que le devuelve su propia imágen y avatares de la Cueva, en aquellos capítulos. ¿Pero qué hago yo aquí?? diría el coleccionista de datos obsoletos.

Entonces fue el Hamete el que se retracta al final de su vida del cap. de la Cueva. Pues yo lo entendí mal, creí que fue don Quijote el que hizo apostasía de aquel episodio: mal entonces lo escribí en mi blog, aunque nadie me dijo nada; he de mirar a ver...

Bien haces primo en elegir como mecenas al de Lemos, como hizo Cervantes; el de Béjar no le compensaba ni para comprar leña con que alimentar el hogar.

Sé abejita en el "berenjenar" que te has metido para pasar por primo. Pero el resultado salta a la vista: BRILLANTE.

Un abrazo

Abejita de la Vega dijo...

Pancho:el zurcido era dificil, con tantas voces que había, yo puse una más.
Pedro y Cornelius: gracias en nombre de mi madre que es la autora del bordado cuidadoso y el zurcido chapucero.
Selma: cuatro puntos, cuatro. Lo que ha aprendido, amenaza con otro libro.
Merche: el primo cumplió, como ves, a pesar del lío perspectivista.El traductor y el Cervantes que los parió..
Manuel: ahora las mujeres no tenemos tiempo de esas labores de artesanía, eran tiempos difíciles y con pocas opciones de ocio.
Antonio: libé despacio pero libé.Me inventé la visita a la imprenta para salvar la primera parte. ¿Cómo sabía el primo lo que decía el Quijote? Encuentra unos folios espejo...En cuanto a la apostasía , el texto es bastante confuso y se presta a confusiones. Con vosotros, merece la pena meterse en un "berenjenar".
Besos a todooos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué giro más ingenioso que el primo pase de personaje a lector.

pancho dijo...

Hay que haber leído muy a fondo El Quijote para hacer un comentario como éste, enhorabuena.

Además se lee de maravilla.

Abejita de la Vega dijo...

Muchas gracias, Pancho.

Anónimo dijo...

Buenos días, Abejita o Arañita:

El comentario, estupendo y divertido.
Pero el zurcido, ¡ay, el zurcido!. ¡Dios mío, Señor!. Qué lástima, qué manera de destrozar la labor. ¡No puedo verlo!.

Saludos. Gelu

Abejita de la Vega dijo...

Ya sabía yo que la foto iba a llamar la atención de las entendidas o entendidos, si los hay.Tienes razón.
Mi madre bordó primorosamente el pañito, para un examen de Labores,en la Escuela Normal.Muchos años después,encontró un roto,la tela es malilla...Como tenía dos niños, una tienda y el tiempo escaso; echó rápidamente un zurcido con el mismo hilo que servía para los calcetines. Y así lo dejó...Puso el florero encima y ya está.
Era la idea que yo quería transmitir : un zurcido chapucero al lado de un bordado primoroso. Cervantes había bordado primorosamente su capítulo, apareció el de Avellaneda y tuvo que cambiarlo y zurcirlo. Según dice Pedro Ojeda, tuvo que volver sobre sus pasos...
Un beso