miércoles, 3 de mayo de 2017

"Media vida" de Care Santos y casi una vida entera (2)


Exposición "De hombres y mitos" Muñecas de trapo precolombinas.

Comentario en torno a la novela Media vida, de Care Santos, para la lectura colectiva de La Acequia, dirigida por Pedro Ojeda.

Sigue a la entrada: "Media vida" de Care Santos y casi una vida entera (1).

Mi amiga Austri y yo, tan curiosas, seguimos con el oído pegado a la conversación de aquellas ancianitas tan arregladas. Mientras destapaban su pasado y su presente, no dejaban de darle al güisqui, se iban a poner malas. Todo coincidía con lo que habíamos leído en la novela Media Vida de Care Santos. Olga, Marta, Nina, Lolita y Julia: las adolescentes del internado de monjas en 1950, las mujeres que se reunieron en julio de 1981, a la mitad de su vida.



Una Olga , tan arrugada como pintorreada, abría y cerraba las oxidadas tijeritas una y otra vez, chas chas, hasta romper a llorar. El rimmel comenzaba a empañar el falso color de las mejillas. El güisqui hacía su efecto, sin duda. Julia y Olga repetían, como autómatas, una y otra vez, la misma pregunta y la misma respuesta:

-¿Por qué no me odias? Lo que hice no tiene perdón.

-"Por eso. Precisamente por eso".

Marta agarró a su hermana del brazo, ya no aguantaba más:

- (M) Cálmate, Olga. Julia no te odia. Fue muy lista y muy fuerte y dio en diputada de las Cortes, hubiera sido una amargada Sor Julia.

-(O) Mamá, pobre mamá.

-(M) ¿Ahora sales con lo de la pobre mamá? Se casó con nuestro padrastro, que era un muermo, para dejar de pasarlas canutas. La pobre mamá no conocía otro oficio que el de "señora de", tú hiciste otro tanto. 

Exposición "De hombres y mitos". Cerámica precolombina.

-(J) Marta, deja a tu hermana, a ver si se le pasa el berrinche. Y no bebas, que no quiero verte con la cara de desenterrada de aquella vez. Ya te dije, Olga, hace muchos años, que no te odio, que limpié a fondo los cajones.

-(O) Sí, Julia. Yo era una abusona, no me aguantaba a mí misma, comía y comía para no llorar, no soportaba el abandono de mi madre. Dime lo que quieras, desahógate.

-(J) Te lo dije en julio del ochenta y uno, que ya llovió.  La vida nos transforma y cambia los roles. Ya dejamos todo cerrado y, además, ahora somos unas dulces ancianitas recordando el pasado sin amarguras.

Vayamos con dulzuras. ¡Qué sabrosa la cena que preparaste, Marta! Angulas con su salsita de nata, rollitos de rape sin una espina, pastel de berenjenas tan cuadradito y profiteroles lustrados con chocolate y nata. Lo pude degustar porque, cuando  estuve recuperada, me faltó tiempo para ir a tu restaurante, en compañía de Ramona y con mi...


Exposición "De hombres y mitos". Cerámica precolombina.

-(M) ¿Con tu qué?

-(J) Con...un amigo. Pedí el mismo menú, delicioso. El que me perdí, por el accidente, sería todavía mejor; pues lo hiciste tú, personalmente, para nosotras. 

-(M) ¡Posiblemente! Aquel día llegó Alex, mi ex, y me amargó la tarde. Menos mal que contaba con la ayuda de Lidia, mi fiel ayudante. No os extrañe que bebiera tanto, compulsivamente. Pensaba que mi rival sería una secretaria minifaldera y era Ni... Peras ¿Te gustó el pato con peras?

-(J) ¡Ah, sí, el pato! Me salté el pato, nunca me gustó esa carne, sabe a humedad y a berraña. No me cabía, además.


Exposición "De hombres y mitos". Cerámica precolombina.

-(N) El pato aquel del 29 de julio no lo comió nadie. El que yo tenía en mi horno, tampoco. Alex Baudet no fue ni para Marta, su legítima esposa, ni para mí, su ilegítima amante ocasional. El pato, aunque le endulcen las peras, pato se queda. ¡Qué chivato  el paraguas de lunares! ¡Fue todo un personaje!

(M) Ya estaba yo muy harta de ese pato tan recalentado. Julia, tú no sabrás de qué va lo de los patos y los paraguas.

-(J) Algo me contó Nina, un día en que quedamos para tomar un café. ¿Recuerdas?

(N) Sí, te puse al día de mis patos...quiero decir hombres. De vez en cuando, tocaba cambio y así he llegado a la vejez que todavía alguno hace cua cua, trás mis faldas de algodón indio. 


Exposición "De hombres y mitos". Cerámica precolombina.

-(O) (Sigue llorando). ¡Nina, mentirooosa! El doctor Pardo y yoooo...

-(M) Ya andabais escasitos de actividad sexual en 1981. Noooo, que no te lo digo para que llores. Toma el pañuelo y límpiate esa cara. 

-(O) Tú tampoco haces cua cua. ¿Verdad hermanita?

.(M) ¡A ti qué te importa lo que hace tu hermanita! Noooo, no llores más. Eso, límpiate los mocos.

(L) Marta, ¿no se te pasó nunca por la cabeza volver a casarte?

-(M) Ni loca, me dediqué a mi restaurante, "Media vida", mis libros de recetas y mis programas de radio. Ahora solo escribo. Y lo mejor: ¡he escrito y publicado una novela! No me han faltado editores, después de vender tantos libros de cocina.

-(L)¡Qué calladito te lo tenías! Vas a ser más famosa que Care Santos, la del Nadal de este año.

Exposición "De hombres y mitos". Cerámica precolombina.

 -(J) Conozco la novela de Marta, ya está a la venta y la compré. Me la tienes que dedicar. Todavía no la he leído ¿No te habrás inspirado en nosotras cinco?

-(M) No, la mía va de una mujer reconvertida por su marido.

-(O) Ya, ya conocemos esa histooooria, hermanita. Venga, Lolita, cuéntanos lo tuyo. ¿Qué tal la niña? Sí, ahora me acuerdo de que fue una preciooooosa niña. ¡Qué casualidades nos llovieron aquel día, en el hospital! El accidente de Julia y Lolita va y se pone a parir, digooo, a dar a luz.

-(L) Ya va para los treinta y seis. Afortunadamente, recibió una educación que nada tuvo que ver con la nuestra, laica laica. Monjas ni hablar.

-(O) Las monjas dan oootra finuuura, otra educacióooon! No son todas como la madre Rufiiiiina ni como las que  ponían a fregar a Juliaaa con soooosa cáustica. Ni las de la prisión de Corps, cose que te cose. Es que clavar unas tijeras a un guardiaaaa se las traeee.


Exposición "De hombres y mitos"Útiles de costura precolombinos

-(L) Tan finas y tan educadas como tú, Olga. Pues mira, salió bien preparada. Da conciertos de piano por todo el mundo, pero todavía no se ha decidido a casarse con su novio, también músico. No tienen tiempo con tanta gira. 

-(N) ¿Qué tal está Andresito? Tu hijastr..., digo tu pareja. ¿Sigue tan guapo?

-(L) Sí, dilo Nina, era mi hijastro y yo acababa de enviudar. Pero no pude evitar enamorarme y seguimos juntos. Me conservo bastante bien, con la ayuda de la cirugía, que para eso está. Andrés guapísimo, ya lo veréis. Ha sido un gran padre para su media hermana. ¿Y tus cinco hijos, Olga?


Exposición "De hombres y mitos". Cerámica precolombina.

-(O) No tan bien casados como yo querría. Las nueras y los yernos, ya se sabe. Asas de calderooo mal pegaaadas. Ya son padres y madres y yo soy bisabueeela. Los chicos son médicos en el quinto pinoooo y no los veoooo nuncaaa. Me entra la melancolíaaa y le echo la culpa de todo al doctor Pardo. Solo me aguanta la dulce Juanita, mi ecuatoriana. Me habla bonito y jugamos a las cartas. Y la aaartrosis ¿qué me decís de la artrosis?

-(J) Como todas, Olga, como todas. Aguantamos el temporal. 

-(N) ¿Os acordáis? Yo ya era abuela en 1981, con cuarenta y cinco años. Corrí demasiado. Abandonada de mis padres, madre sola, encontré un buen trabajo, me puse al mundo por montera. ¡Qué pazguatas erais! Casi me caigo cuando descubro que lo del orgasmo ni lo conocíais. Bisnietos, creo que tengo unos cuantos, viven muy lejos. ¡Cómo nos traga el tiempo! ¡Camarero, otro güisqui! Cua, cua, cuaa. 



Exposición "De hombres y mitos". Cerámica precolombina.

-(J) Está empezando a llover. Mirad, ahí viene Vicente, lo trae su enfermera en una silla de ruedas. ¡Vicente, saluda a mis amigas! Tranquilo, que no te van a cortar el pelo. ¿Te acuerdas de Olga, Marta, Nina y Lolita? 

Un Vicente muy viejito sonreía con malicia. Se oyó un tremendo trueno. Olga guardó apresuradamente las tijeras. Las cuatro quedaron inmóviles. 

Como decía Pedro Ojeda, en la reunión que tuvimos con Care Santos,en el MEH: 

"La novela va a continuar en la mente del lector, este se ve implicado, necesita cerrar esa historia, la novela se tiene que terminar, cada uno tiene su continuación. "

Un abrazo de María Ángeles Merino que tal vez algún día continúe con esto.

Otro abrazo de Austri.

Nota: No, los objetos precolombinas no tienen nada que ver con Media vida; pero me serví de ellas por estar muy relacionadas con la mujer y la sexualidad. Son de la Exposición "De hombres y mitos".

6 comentarios:

La seña Carmen dijo...

¡Cómo me ha gustado! Si non è vero...

Genial lo de que sea Marta, reconvertida en novelista, la que haya contado la historia. La novela dentro de la novela que se mezcla con las lectoras en El Espolón.

¡Pobre Vicente!

Ele Bergón dijo...

Efectivamente la novela tiene su continuación y la tuya la completa muy bien. Sabemos del después, pero también apuntas al antes.

Besos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Y seguirá, sin duda, más tiempo...
Me ha gustado que hayas introducido la propia novela y a Care Santos en el asunto...
Vaya cinco.

Paco Cuesta dijo...

Llego con retraso a tu aventura pero llego, espero no perder el siguiente tren.
Besos

Bertha dijo...

Hasta donde has llegado estupendamente como siempre!

Un fuerte abrazo a las dos

Myriam dijo...

¡Divertidas tus viejitas! y lo de que continúa la novela en la mente del lector, a estas pruebas me remito.

Besotes