sábado, 3 de febrero de 2018

"Pedro Páramo": un poco de su estructura más las interpolaciones de doña Doloritas con su Comala soñada.

-Recuerdas, Austri, que dediqué  la entrada anterior a mis dificultades para entrar en la abrasadora Comala.

-Sí, entraste como lectora desprevenida y te hiciste un lío con los fragmentos. En unos, Juan Preciado habla en primera persona y pensaste que te lo estaba contando a ti, como lector cómplice. No tuviste paciencia para llegar a cuando Juan dice: 

"Es cierto, Dorotea. Me mataron los murmullos. Aunque ya traía retrasado el miedo. Se me había venido juntando, hasta que ya no pude soportarlo. Y cuando me encontré con los murmullos se me reventaron las cuerdas."

-Y a cuando la mendiga Dorotea le dice:

"Después que te encontraron a ti, se resolvieron mis huesos a quedarse quietos...Soy algo que no le estorba a nadie. Ya ves, ni siquiera le robé el espacio a la tierra. Me enterraron en tu misma sepultura..." 


Una tierra cualquiera

-Y a desvelar por ti misma que lo que Juan relata desde el principio es, en realidad, el diálogo con su compañera de tumba. 

"Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo..."

Y a diferenciar ese diálogo de los fragmentos con escenas que se corresponden con el tiempo de Pedro Páramo. ¡Con el de Pedro que no con el de Juan! ¡Con el padre y no con el hijo!

"El agua que goteaba de las tejas hacía un agujero en la arena del patio...

-¿Qué tanto haces en el excusado, muchacho?
-Nada mamá.
-Si sigues allí va a salir una culebra y te va a morder.
-Sí, mamá.
"Pensaba en ti, Susana..."

 -Y pasamos a una segunda parte en que ambos personajes, bajo tierra, perciben la existencia de otros enterrados y van a ser testigos de sus monólogos. Como aquí Susana San Juan:

"Estoy aquí, boca arriba, pensando en aquel tiempo para olvidar la soledad. Porque no estoy acostada un rato. Y ni en la cama de mi madre, sino dentro de un cajón negro como el que se usa para enterrar a los muertos. Porque estoy muerta."



La estructura es un poco enrevesada, Juan Rulfo no quiso hacer una novela convencional, la historia del principio al final de un desalmado cacique mexicano, Pedro Páramo, con muchos hijos bastardos y un amor imposible. Como escribe Pedro Ojeda, "la estrategia narrativa de Juan Rulfo nos propone la indagación de Juan Preciado -el narrador-, que viene a Comala para saber de su padre, Pedro Páramo".



-¿Y ahora vamos a contar...toda la indagación? 

-No, se me ocurre que podemos comentar las interpolaciones.

-¿?

-Se refiere a los pensamientos y recuerdos de algunos personajes que se reconocen por el entrecomillado. Hay tres series de interpolaciones.  En la primera, se refieren al idílico recuerdo de Comala que Doloritas, la madre de Juan, transmite a su hijo y que contrasta con la desolación que éste observa. La segunda se centra en los recuerdos que Pedro Páramo va desgranando de su relación con Susana San Juan. En la tercera, Susana recuerda su amor por Florencio.

Comenzamos con los de Doloritas, una Comala idílica. Leemos y comentamos. 

(2-74) "Hay allí, pasando el puerto de Los Colimotes, la vista muy hermosa de una llanura verde, algo amarilla por el maíz maduro. Desde ese lugar se ve Comala, blanqueando la tierra, iluminándola durante la noche."


Pintura de Agustín Merino Moya.
Un pueblo soñado cualquiera.

-Lo que Juan pregunta a Abundio: 

"¿Y por qué se ve esto tan triste?"

-(3-78) "Allá me oirás mejor. Estaré más cerca de ti. Encontrarás más cercana la voz de mis recuerdos que la de mi muerte, si es que alguna vez la muerte ha tenido alguna voz."

-En el silencio, se oyen mejor las voces que lleva dentro de su cabeza. ¿Murmullos? Lo matarán. 

-(9-88) "Llanuras verdes. Ver subir y bajar el horizonte con el viento que mueve las espigas, el rizar de la tarde con una lluvia de triples rizos. El color de la tierra, el olor de la alfalfa y del pan. Un pueblo que huele a miel derramada."

-Rizos amarillos, marrones y verdes. Los peinados del viento. 

-Y olores que dan de comer. Sabores. Los muertos no comen. 


Unas espigas cualesquiera

(9-89) "...No sentir otro sabor sino el del azahar de los naranjos en la tibieza del tiempo."

Un naranjo cualquiera con un añadido navideño cualquiera

-Ella siempre odió a Pedro Páramo, dijo que "quisiera ser zapilote para volar adonde vive mi hermana" y él que "No faltaba más, doña Doloritas...Se fue de la Media Luna para siempre."

-Ya tenía lo que quería, no le faltaría quien le encendiera el nixtenco. Por eso:"El abandono en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro."

(29-114) "...Todas las madrugadas el pueblo tiembla con el paso de las carretas. Llegan de todas partes, copeteadas de salitre, de mazorcas, de yerba de pará. Rechinan sus ruedas haciendo vibrar las ventanas, despertando a la gente. Es la misma hora en que se abren los hornos y huele a pan recién horneado. Y de pronto puede tronar el cielo. Caer la lluvia. Puede venir la primavera. Allá te acostumbrarás a los "derrepentes", mi hijo."

-El pueblo tiembla con las carretas, a la hora del olor a pan.

Horno .Monasterio de Rioseco (Burgos)

-Ahora las carretas están vacías y sólo se oye el eco de las sombras. 

Puede tronar y caer la lluvia de la primavera, el agua "derrepente".


Pintura de Agustín Merino Moya.
Lluvia en un sueño.

(36-125) "Allá hallarás mi querencia. El lugar que yo quise. Donde los sueños me enflaquecieron. Mi pueblo levantado sobre la llanura. Lleno de árboles y de hojas, como una alcancía donde hemos guardado nuestros recuerdos. Sentirás que allí uno quisiera vivir para la eternidad. El amanecer; la mañana; el mediodía y la noche, siempre los mismos; pero con la diferencia del aire. Allí, donde el aire cambia el color de las cosas; donde se ventila la vida como si fuera un murmullo; como si fuera un puro murmullo de la vida."

-Una hucha de sueños, un lugar verde para vivir siempre, donde el aire cambia los colores, donde los murmullos son de vida. Doña Doloritas quería que Juan siguiera su querencia, mas ya sabemos lo que pasó:

-Vio nubes espumosas haciendo remolino sobre su cabeza y se perdió en su nublazón. ¿Le mató el ahogo?

"Es cierto, Dorotea. Me mataron los murmullos."

-Quizás sigamos con los pensamientos de Pedro Páramo hacia Susana y Susana hacia Felipe. Poesía. Poéticas interpolaciones.

Entramos en Comala, Austri, no sé si podremos salir. 

-Si es la Comala idílica soñada por doña Doloritas...


Un abrazo de María Ángeles Merino y de Austri.

Palabras en rojo tomadas de Pedro Páramo de Juan Rulfo, edición de José Carlos González Boixo, Cátedra, Letras Hispánicas, 29 edición, 2017.
En las interpolaciones, indico entre paréntesis el número del fragmento y la página en dicha edición.

13 comentarios:

la seña Carmen dijo...

Demasiado coloridos los cuadros de Agustín para tanta negrura. Por lo demás gran equipo el que formáis Austri y tú.

Abejita de la Vega dijo...

Los colores del sueño de doña Doloritas, su Comala idílica que nunca existió. Gracias por visitarme de mañanita. Besos, Carmen.

Bertha dijo...

Allá hallarás mis querencia, donde los sueños me enflaquecieron y que solo el aire cambia el color de las cosas...-Doloritas,a su Comala idealizada.

-El abandono que nos tuvo mi hijo ,cóbraselo caro...

-Esto se esta poniendo interesante, sobre todo, estos monólogos entre iguales : nunca mejor dicho que la tierra nos sea leve....

Un abrazo a partes iguales feliz finde guapas:)




Bertha dijo...

... felicitar al autor de estas pinturas tan representativas.

pancho dijo...

Hay momentos desesperantes con esta novela, cuando parece que le coges un poco el hilo, te saltan con el diálogo de los dos metidos bajo la tierra. Yo en ese momento cerré el libro y lo dejé para después. Creo que eso fue hace tres días y no he vuelto a él. En una lectura por encima prefieres no hacerle caso, como si no lo hubieras leído. Creo que me has dado una pista con el diálogo, "El vine a Comala..." y "porque vamos a estar mucho tiempo enterrados." (Está esto mas liao que el moño un loco)
Vas a salir experta en Pedro Páramo...
Un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...

Ay, Pancho, cómo te agradezco que digas que hay momentos desesperantes. Ya me estaba yo preocupando, que por ahí dicen que se lo leen de un tirón. La primera vez esta novela desconcierta, luego cuando se llevan varias lecturas, por lo menos una, ya el burro va ligero, como dije yo.
Pistas, nos vamos dando. Gracias. Un abrazo, Pancho.

Abejita de la Vega dijo...

Gracias, Bertha, en nombre del pintor, mi hermano Agustín. Las puse porque son un pueblo soñado, como el de Doloritas, la pobre. Sueños y realidad, contraste brutal.
Los monólogos tienen mucha carga lírica, para mí es lo mejor.
Un abrazo, Bertha.

Ele Bergón dijo...

Ya te dije que el autor la había escrito para que fuera leída,al menos tres veces, y ahora compruebo que tanto Austri como tú, os habéis metido de lleno en esta lectura tan aparentemente caótica que es, cuando se lee pro primera vez.

Ahora sí, ahora os habéis metido de lleno y muy bien por cierto. Las interpolaciones de Doloritas, me encantan, en las de Pedro Páramo, son las únicas que le salvan un poco.

Besos

Myriam dijo...

Jajajaja

Myriam dijo...

(Me causó gracia tu comentario Abejita, a Pancho)

Myriam dijo...

Luz dice que Rulfito quiere que leamos la novela ¿tres veces? ¡ni de coña, chica, que ahí si se me pegarían los fantasmas!... Jajajaja

Besos a todos y todas

Abejita de la Vega dijo...

Un tirón de fantasmas.
Tienes razón Myriam. Besos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

¡A por la segunda lectura! Ya verás cómo la estructura se aclara.
Me gusta esta entrada tuya, tan llena de cosas, como cuando se descubre un continente...