Crónica de la reunión del 25 de marzo de 2025, del Club de Lectura de La Acequia y Alumni UBU, sexta de este curso, en su formato presencial, dirigida por el profesor Pedro Ojeda Escudero. El libro comentado fue La malcasada de Carmen de Burgos.
La sesión comienza a la hora habitual, las cuatro y media de la tarde, en la Facultad de Humanidades y Comunicación, en el edificio del antiguo Hospital Militar.
Como en otras ocasiones, entramos hablando del libro,"real como la vida misma". Pedro Ojeda (P.O.) nos recibe y saluda. Disfrutamos de la reunión, no paramos de hablar, el tema es muy sensible...
El libro comentado fue la novela La malcasada de la periodista y escritora Carmen de Burgos (1867-1932), autora que practicaba la literatura realista, sin entrar en experimentos, para dejar muy claro el mensaje de sus textos, comprensible para todo el mundo, autobiográfico, trasladando a la literatura el problema de su propio matrimonio.
Comienza el diálogo de Pedro Ojeda (P.O.) con los lectores (L.) :
-(P.O.): Un libro prohibido en el franquismo.
-(L.): Por fin, un libro real como la vida misma.
-(P.O.): Carmen de Burgos. Innovadora por sus trabajos y su posicionamiento ideológico. Republicana. Primera mujer corresponsal de guerra del mundo, en la guerra de Marruecos.
Recordad a Chaves Nogales. Un poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Periodistas muy trasladables a lo de ahora, con la prensa de aquellos años, el nuevo periodismo nace aquí. La neutralidad española favoreció a la prensa de guerra española.
Carmen de Burgos cuenta lo que ella estaba pasando con su marido. La clase social alta, lo que pasaba. No está sola, en todo el siglo XIX hubo muchas mujeres en esa posición de batalla, a la defensiva.
Emilia Pardo Bazán muere más o menos en la publicación de su libro. Emilia publica una colección popular de estudios feministas.
Las "Sinsombrero" no aparecen de la nada. ¿De clase alta? El sector social de Clara Campoamor o Victoria Kent. También hay un grupo de escritoras proletarias como Luisa Carnés, la de Tea rooms.
Nos han hablado de las sufragistas inglesas o americanas. A la altura de 1923, cuando publica este libro, Carmen de Burgos era famosa, entrevistaba a grandes personajes. Como escritora es realista, practica literatura realista. ¿Naturalista, No, sería más crudo.
-(L.): Del principio más suave pasa a un final muy crudo.
-(P.O.): El naturalismo pone el acento en una sociedad corrupta, más que en las tragedias biográficas
¿Por qué lo hace?
Por su estética, no entra en cosas experimentales, quiere dejar muy claro el mensaje de sus textos, comprensible para todo el mundo, autobiográfico, en su propio matrimonio, lo que le pasa con su marido. Traslada a la literatura los problemas suyos. El problema de mujeres que van a juicio y tienen todas las de perder. Como María Teresa León que abandona a su marido y pierde a sus hijos. No se podían divorciar y la patria potestad solía ser para el padre. El reflejo literario de una sociedad machista descrita con mucha crudeza.
-(L.): La misma que pinta García Lorca, con una sensibilidad especial hacia los dramas de las mujeres. Imagino a Federico de pequeñito, rodeado de criadas, mujeres del pueblo, escuchando sus conversaciones.
-(P.O.): Pero Lorca lo lleva a la vanguardia.
La historia de Carmen de Burgos y su hija con Ramón Gómez de la Serna es apasionante, con un tema como para una serie televisiva. Carmen tuvo una relación con Ramón y la hija también, para sorpresa de la madre. La hija era una mala actriz pero la madre la ayudó mucho, a pesar de todo.
-(L.): ¿Qué os ha parecido?
-(L.) A mí me ha gustado la forma de escribir, unos textos para enmarcar. Exagerada o no exagerada, la situación de la vida de las mujeres. Forzada o no tan forzada, desde lo que sabemos de la época.
-(L.) Me ha gustado mucho esta periodista, muy realista.
-(L.) Acaba con la muerte del hombre.
-(P.O.): Lo mata con las tijeras, como en una película de Hitchcock.
-(L.): Se ha llevado la sorpresa ella.
-(P.O.): ¿ Por qué reacciona así, al final?
-(L.): Por miedo a la sociedad.
-(P.O.): Se queda espantada de la sangre. Grita de terror, le ha matado. Le habían obligado al crimen, iban a ir a prenderla, la llevarían a la cárcel, nadie iba a comprender, esta temblando.
-(L.): El abuso dentro del matrimonio no se entendía.
-(L.): El Código Penal trataba diferente al hombre y a la mujer en caso de adulterio
-(P.O.) Regía el Código Napoleón. Si la pillaba en adulterio y la mataba no tenía pena, nadie le condenaba, al revés sí.
-(L.): El adulterio era distinto para el hombre y para la mujer.
-(L.): Las leyes certificaban la inferioridad de la mujer.
-(L.): La sociedad es muy dura para la mujer.
-(L.): No solo los hombres, las mujeres también: la odiosa familia aneja, las "benditas" costumbres, la ciudad entera con su hermoso paisaje y su odioso paisanaje, la sociedad toda, esa España de los años veinte que negaba el divorcio e incluso la separación, los liberales iban contra la ley de Dios por proponerlo.
Tratar a un marido como a un igual, tamaña herejía para las esclavas del sistema patriarcal, sin educación, sin cultura, las "catequistas", las mujeres perpetuadoras del sistema, algunas de ellas más malvadas que los machos apaleadores.
-(P.O.): Tiene una estrategia narrativa, empieza costumbrista, dosifica la crueldad, introduce poco a poco al "otro".
-(L.): A Pepe, el de los pasos que ella oye y siente.
-(L.): Se va dando cuenta que ella creía en un marido que estuviera con ella, descubre que es un degenerado.
-(P.O): Le ocurrió a Carmen de Burgos, en aquella época parecía normal: "cosas de hombres", "qué majo es mi marido". Lleva dos semanas sin pegarme, qué majo es.
-(L.): Me está protegiendo, dice la mujer.
-(P.O.): Como es la vida, las mujeres también. El título hace referencia a una larga tradición. La malmaridada, la perfecta casada...
-(L.): Si tú eres buena, tu marido también.
-(L.): El mensaje: qué vale una mujer casada si no tiene la protección del marido.
-(L.): Descripciones olfativas como:
Olor a "biznagas", a jazmines que ocultan la podredumbre.
"Perfume de sandía y marisco".
-(L.): Descripciones visuales como la de una criada: "una mujer desgalichada con caderas de ánfora".
-(L.): Los dañinos cotilleos, el maltrato físico y psíquico, la maternidad malograda por los vicios maritales, la lucha de las solteras y sus mamás por encontrar un buen partido para la niña...
Y la pelea a muerte de los gallos, las cometas con cuchillas ocultas, la bota de vino que se vacía, la procesión de una muñecona cargada de joyas, lo más costumbrista que puede ser lo más revelador.
-(L.): El proceso que vivió con su marido. De amable a violento, putero, quién sabe si ella ha pensado en matarlo.
-(P.O.): Despertar conciencias como escribe Emilia Pardo Bazán. Las mujeres leían libros, podían ser un espejo de su propia vida. Era de clase alta se lo podía permitir. La mayoría no podía.
-(L.): Mujeres en soledad.
-(L.): Están todas solas en realidad.
-(P.O.): Hay muchas mujeres solas.
-(L.): ¿Sería ella capaz de matar a su marido?
-(P.O.): Carmen, Dolores, sufrió abusos. Tal vez lo pensó.
-(L.): Duele la lectura porque no es antigua, es solo vieja y son miserias que todavía colean.
-(L.) Sí, conocemos malcasadas, las tenemos cerca, algunas demasiado cerca.
Un tema todavía no resuelto, aunque se haya avanzado mucho, un libro que ha gustado a los lectores y lectoras que así lo han manifestado.
El membrillero japonés nos había recibido con sus primaverales flores rojas, en el jardín de la Facultad de Humanidades y Comunicación.
María Ángeles Merino Moya