jueves, 30 de octubre de 2025

Ala de cisne

 

El martes, al final del día, escuché al poeta Luis Alberto de Cuenca, en Cajacírculo, con su  último libro, Ala de cisne, alusión al apodo que recibió en vida Andersen, el de los cuentos, siempre "Patito Feo". 

Guardaba el recuerdo de su Cuaderno de vacaciones, con un poeta que se puede, y se debe leer. ¡Se le entiende! "Hola, mi amor, yo soy el lobo" es bien conocido, aunque se desconozca quién lo escribió, que no fue el gran Gurruchaga. 

Versos de amor, impecablemente trazados, y sentidos, más la cultura en su sentido más amplio: Tintín o Loquillo, un cuadro de Mantegna, el romance de doña Alda, Beowulf y Géndel, qué será eso, Boecio...su biblioteca de 50000 libros le ha expulsado de su casa, en la RAE no le han querido, es demasiado Luis Alberto. Y su lado humano, con un admirador muy grande y en silla de ruedas, a él  se dirigió en primer lugar. 

Diálogo de poetas, Luis Alberto de Cuenca y Ricardo Ruiz. Nos leían. 

Aquel amor con despedida en el tren y ya no volvió a verla. Familia, esposas, un nieto, el recuerdo al padre, una noche de Reyes con una gacela, tengo que leer y releer, qué placer tan grande es releer. 

Es un buen libro para llevar en el bolso y leer paseando, como un cura antiguo con su breviario.

 "Ala de cisne" de Luis Alberto de Cuenca, una buena compañía.

Ya veis, un poeta, culto y se le entiende. Amplía nuestro mundo. Cuaderno de vacaciones lo leímos con el Club de Lectura de La Acequia y Alumni UBU.

María Ángeles Merino



miércoles, 29 de octubre de 2025

Olía a otoño y nos reunimos en torno a El verano de Cervantes de Antonio Muñoz Molina.

  

Introducción a la crónica de la reunión del 28 de octubre de 2025, del Club de Lectura de La Acequia y Alumni UBU, primera de este curso, 2025-2026, en su formato presencial, dirigida por el profesor Pedro Ojeda Escudero. El libro comentado fue El verano de Cervantes de Antonio Muñoz Molina. 

La sesión comienza a la hora habitual, las cuatro y media de la tarde, en el aula 5.1 de  la Facultad de Humanidades y Comunicación, en el edificio del antiguo Hospital Militar.

Una tarde de otoño, soleada y agradable, con olor a hojas caídas. Nos juntamos a la entrada del pabellón 5, donde unos alumnos jovencillos escuchan, más o menos, las indicaciones de un profesor, para una actividad donde "lo van a pasar muy bien". Los chavales nos miran curiosos, a dónde van estos, parecen preguntarse. A aprender vamos todos, toda la vida. 

Llega Pedro Ojeda, abrazos y saludos y todos al aula. Me siento cerca para tomar notas. 

Comienza: 

El verano de Cervantes de Antonio Muñoz Molina es volver al origen del Club de Lectura que nació con la lectura del Quijote, con los recursos de la web. 2. 0. Todo el Quijote, capítulo a capítulo, infinidad de lectores con sus comentarios: una aventura lectora que terminó en Ibeas de Juarros, en torno a una olla quijotesca. 

¿Cómo lee el Quijote Antonio Muñoz Molina? ¿Cómo hemos leído nosotros la lectura de Antonio Muñoz Molina?

 

Pedro Ojeda nos lo presenta como una guía personal del Quijote tejida con historias personales. A. M. M. lo empezó a leer en un verano, un verano eterno. También nuestro profesor disfrutó de su primera lectura completa del Quijote en verano y, como A.M. M., en un ejemplar de la colección Austral que todavía conserva y no podría leer ahora sin gafas. No estamos ante una guía filológica sino personal, su forma de leer el Quijote, enlazando con cosas personales. 

Conocemos al autor por algunos de sus libros y artículos, alguien comentó la entrevista reciente, en la Sexta, donde cuenta su reciente "depresión de caballo", con la ayuda, para contarla y superarla, de su mujer Elvira Lindo. El estrés del Instituto Cervantes, aceptar la edad, miedo escénico, a saber...Sencillo y humano en su expresión. 

A lo que íbamos, Antonio lleva diez años releyendo el Quijote para el libro, pero lleva leyéndolo desde niño. Pedro Ojeda lo ve como uno de los escritores más cervantinos que tenemos en España, así su primera novela Beatus ille gira en torno a un manuscrito encontrado a la manera cervantina, en la Sierra de Mágina, su sierra, donde nos encontramos con personajes sacados del Quijote. También en Beltenebros tenemos una referencia directa a Cervantes: es el nombre de Amadís de Gaula cuando se pone a hacer locuras; pero A. M. M. lo toma de la cita de Amadís de Gaula que hace don Quijote. Es un autor de ideología progresista que ve a  Cervantes como persona tolerante, similar a él mismo. Decididamente progresista, llega un momento en que escribe un libro como éste.

A continuación, los lectores, en vivo diálogo. El libro gustó y mucho. Os recomiendo su lectura. La de Muñoz Molina y el Quijote, por supuesto, siempre a mano. 

Como en otras ocasiones, queda pendiente la publicación de una crónica, siguiendo mis rápidos apuntes, con la mayor fidelidad posible.


Olía a otoño, sí; pero era el verano del Quijote que no termina nunca. 

María Ángeles Merino Moya




martes, 28 de octubre de 2025

Una rosa color de fuego y un libro "mortal y rosa".

 


Ayer, en el paseo, una rosa color de fuego y un libro triste.

En Mortal y rosa,  sobrecogedora y tierna elegía de la infancia, Francisco Umbral evoca la muerte de su hijo. Un libro que nunca me atreví a leer por triste, ahora me atrevo. Mejor así, en 1975 no me hubiera gustado.

Comienza el libro, tras unos versos de Salinas:

"...esta corporeidad mortal y rosa 

donde el amor inventa su infinito"

(Pedro Salinas)

Y arranca: 

"Cuando me arranco al bosque de los sueños, a la selva oscura del dormir, y me cobro a mí mismo, me voy lentamente completando. Porque he dejado de interesarme por mis sueños. A la mierda con Freud." 

(Francisco Umbral, Mortal y rosa) 

El autor y la tremenda belleza del dolor de las palabras. He tenido que llegar a 2025, cincuenta años después, para poder entrar. Ni es una novela ni habla solo del niño, me hubiera defraudado.

Ya veis, dolor y escritura. 

María Ángeles Merino Moya

sábado, 25 de octubre de 2025

Así comencé El verano de Cervantes de Antonio Muñoz Molina.

 

Para el Club de Lectura de La Acequia y Alumni UBU, dirigido por Pedro Ojeda, curso 2025-2026. 

Así comencé la lectura, un poco quijotescamente, cómo si no, valga como introducción. 

Ahí tenéis una marciana, no sé si de Ganimedes o de Reticulí. Lee y saca fotos, en su cabeza unos extraños papeles de aluminio, tal vez le sirvan de antenas.

Bromas aparte, cuando un libro nos lee, nos metemos de cabeza en él y no lo dejamos ni a sol ni a sombra, ni en la peluquería. 

Estoy con El verano de Cervantes de Antonio Muñoz Molina. El Quijote lee al escritor de Úbeda y el de Úbeda me lee a mí, doble lectura. 

De nuevo con el gran libro que me lleva leyendo ni sé cuántos años, el muy malandrín.

 Siempre en verano, aunque sea invierno. Y aquella lectura colectiva del Club de lectura de La Acequia, dirigida por Pedro Ojeda Escudero, qué verano aquel, duró más de dos años. 

No hace frío en el Quijote, nunca. O casi nunca. Lo podemos consultar en este trabajo de Wikipedia: La meteorología en el Quijote. De otros fríos tampoco 

Y ahora recuerdo que tengo que ir a la peluquería. Y, qué despiste, he tenido que corregir varias veces el título del libro: El verano de Cervantes, que no "El verano del Quijote'. Disculpe, don Antonio Muñoz Molina. 

María Ángeles Merino Moya



viernes, 24 de octubre de 2025

Las croquetas de Galdós

  

El comienzo de Montes de Oca, octava novela de la tercera serie de los Episodios Nacionales, tal vez pilló con hambre a don Benito Pérez Galdós y nos conduce, sin mas, a una fonda madrileña decimonónica; pero no una cualquiera sino a la llamada "Fonda Española", de "éxito tan rápido como lisonjero", "por el módico estipendio de doce reales", al alcance de "empleados y militares de mezquino sueldo, de calaveras sin peculio, o de familias que empezaban a gustar la vanidad de comer fuera de casa en días señalados o conmemorativos". 

Estamos en 1840 y pasamos del abrazo de Vergara, militar y traumático, a uno culinario. No nos extraña, sabemos que Galdós era de "buen diente". Comienza destacando algunas reformas, "no baladíes" de los cocineros italianos Perote y Lopresti que regentaban la citada fonda: "el sustituir la lista verbal, recitada por el mozo, con la lista escrita, "la introducción del precio fijo y la regla económica de servir buen número de platos por el módico estipendio de doce reales".

¿Innovadores? No, sino divulgadores de "aquel arte precioso en la vida de los pueblos". ¡Arte precioso! Seguimos leyendo y se nos abre el apetito:

"Ya Genieys había dado a conocer las croquetas, los asados un poquito crudos, las chuletas a la papillote y otras cosillas...los arroces a la valenciana y milanesa, así como en el bacalao en salsa roja; era maestro en el cordero con guisantes, en el besugo a la madrileña, en la pepitoria, en los macarrones a la italiana, y principalmente en los guisotes de pescado y mariscos a estilo provenzal o genovés".

¡Las croquetas! Sabemos que entraron en España en la Guerra de la Independencia, con los franceses. Para don Benito, no son "asunto baladí", seguro que le gustaban. Y aquí estoy yo friendo mis croquetas, un gran invento francés, sin duda, crujiente por fuera y blandito por dentro. 

Merece la pena leer y paladear este primer capítulo de Montes de Oca. También, aunque el tema sea militar y no gastronómica. el resto de la novela, dedicada a unos hechos ocurridos en Madrid, Vitoria. Pamplona y otros puntos de la geografía española, entre 1840 y 1841.

¡Ay que se me queman!  No, las croquetas, tengan el relleno que tengan, yo prefiero las de jamón, no son cosa "baladí". 

Ya veis, las croquetas, algo bueno vino con Napoleón. Galdós nos muestra que pueden andar entre los pucheros de la Literatura y también entre los de la Historia.

María Ángeles Merino

https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/montes-de-oca--0/html/ff403840-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html#I_1_

lunes, 6 de octubre de 2025

Mataron a un ruiseñor.

 El 9 de octubre de 1936 mataron, en Estépar, a un ruiseñor: Antonio José Martínez Palacios, músico de Castilla, víctima de los odios de la guerra incivil.

 Ayer, las flores lo recordaban en la escultura homenaje, esos tubos, junto al antiguo convento de las Bernardas, donde los niños burgaleses de hoy aprenden música.

 Las flores se marchitan, oigamos algo de su obra, por ejemplo "El mozo de mulas" que, además, es de tema cervantino. Va del novio de doña Clara, la hija del "oidor", una ilustre compañía que coincide con don Quijote en el camino. Se oye una bella voz, es el novio de Clarita que sigue a la comitiva, camuflado como humilde " mozo de mulas". Una historia de amor adolescente, a la que el músico burgalés quiso convertir en ópera. No la pudo completar, lo hizo Alejandro Yagüe. 

Ya veis, un ruiseñor. Y yo que aprovecho cualquier ocasión para traer el Quijote. 

María Ángeles Merino Moya 

jueves, 2 de octubre de 2025

Un ciclamen y un "erizo". Y releer el Quijote.

  




Vamos entrando en la nueva estación. Ayer, compré una maceta de ciclamen y, a mis pies, caía el primer "erizo" con la primera castaña de los de Indias, la guardo en el bolsillo. 

Releo el Quijote en este dispositivo que me pone fácil leer y pasear. Voy entrando en la edad de releer:

"Con todo eso, te hago saber, hermano Panza —replicó don Quijote—, que no hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que muerte no le consuma."

Memoria, tiempo, dolor, muerte. 

Ya veis, sigo releyendo. 

María Ángeles Merino Moya