martes, 16 de diciembre de 2025

Novela policíaca parece, reflexión sobre nuestra sociedad es.






 Esta tarde hemos tenido la reunión del Club de lectura de La Acequia y Alumni UBU, dirigido por Pedro Ojeda Escudero. El libro comentado ha sido la novela "Las Leyes de la Caza" de Pilar Fraile. 

¿Una novela policíaca? No, sino que se construye con los tópicos del género policíaco para profundizar en problemáticas actuales de esta sociedad

Sin embargo, se puede leer con el argumento, la intriga y demás. Supera lo argumental: un niño ha desaparecido en el monte, su madre tras un traumático divorcio se ha integrado en una secta, acude el padre con su nueva pareja, interviene la policía, acuden los periodistas, los del campo chocan con los de la ciudad, los cazadores con  los animalistas, hay una cacería de lobos...

Pilar Fraile profundiza en la problemática del ser humano, lo lleva más allá, al retrato de una sociedad. La ciudad es hostil, el campo es hostil, el modo en que vivimos es peligroso, sin embargo se idealiza el mundo rural. Es una novela llena de símbolos a estudiar. ¿Solución? 

El estruendo del río, los aullidos de los lobos, el frío...

Y la pregunta de toda novela del género: ¿quién es el asesino? Si lo hay. Porque sí, hay muertos. Y no hay mayordomo. 

Una amena reunión lectora, el libro no dejó indiferentes. Tomé muchas notas, me pondré con la crónica, a ver qué tal me sale. Salimos de noche, nos deseamos Feliz Navidad.

Ya veis, novela policíaca parece, reflexión sobre una sociedad es. 

María Ángeles Merino Moya






domingo, 14 de diciembre de 2025

Crónica de la reunión lectora en torno a "Luces de bohemia" de Valle Inclán.

  

Crónica de la reunión del 25 de noviembre de 2025, del Club de Lectura de La Acequia y Alumni UBU, segunda de este curso, 2025-2026, en su formato presencial, dirigida por el profesor Pedro Ojeda Escudero. El libro comentado fue la obra de teatro de Ramón del Valle Inclán:  Luces de bohemia

Como ya os comenté, en entrada anterior, la reunión tuvo un carácter especial y , en lugar del aula de la Facultad de Humanidades y Comunicación, nos reunimos en la Cofradía de la Buena Cocina, donde nuestro compañero Fernando nos preparó unos platos nacidos de su creatividad:  salmón de bohemia, así lo bautizamos, con una salsa de champiñones y mantequilla que nunca soñó  Max Estrella y una "lágrima", no de llanto, sino de cerdito rico rico. La compañera Pilar nos trajo un delicioso pastel de receta persa, con sabor a mazapán, flores, naranja y agua de rosas. 

 Y después de la comida, la reunión lectora, más o menos a la hora habitual de las cuatro y media de la tarde. 

Pedro Ojeda (P.O.) dialoga con los lectores (L.).


-(P.O:) Luces de bohemia. ¿Por qué es un clásico? 

Valle Inclán va a México, la gente le pregunta por qué había perdido el brazo; contesta que le atacó un puma y le dio con el machete. En realidad, fue en una pelea, le van a dar un bastonazo, se le clava el gemelo y le tienen que cortar el brazo. 

En Sonata de Invierno tenemos al marqués de Bradomín en una corte de opereta, la carlista. Tiene que ir a Estella y una bala perdida le da en el brazo, Habla con la novicia que le cuida después de la operación. Lo cuenta en medio de la batalla: la seduce. Nos enteramos después de que es hija suya. Veis que no hay que creer lo que cuenta. 


Luces de bohemia es un clásico creado en aquel pazo gallego donde se refugió, huyendo de la  epidemia de gripe de 1918, la mal llamada "gripe española". 

Valle Inclán ya era famoso, deja su trabajo en Madrid y confinado, sin tratar con nadie, lejos de la presión de las escuelas, escribe varias obras importantes. Se dedica a experimentos agrícolas, le va mal, pierde el pazo y tiene que vivir en otro sitio. Lo deja abandonado,  pero existe todavía. 

Evoluciona y se le ocurre  el "esperpento": los héroes clásicos reflejados en espejos deformes, como los de la Calle del Gato, como los que vemos en las ferias. 

La historia de España no es una tragedia, es un esperpento, donde vemos a los personajes desde abajo, extremando las situaciones, deshumanizados, caricaturizados, con toda su verdad, exagerada pero verdad. 

En Ruedo ibérico encontramos la visión más cruda de la corte española, los Borbones. Son varias novelitas juntas, si las lees ahora puedes comparar y encontrar similitud con lo de ahora.  ¿Odiaba Valle Inclán a Galdós? Esto es Galdós pero llevado al esperpento, unos episodios nacionales del siglo XX. 


Y así, en Luces de bohemia, lo aplica a la realidad española,  basándose en dos personajes reales: el anarquista Mateo Morral autor del atentado contra Alfonso XIII, en 1906, al que aplican la ley de fugas y el escritor bohemio Alejandro Sawa. Del primero nace el personaje del anarquista catalán, un idealista, y del segundo el desdichado  Max Estrella, un creador de belleza. 


En Barcelona se mataban por las calles, los anarquistas y los matones de los empresarios. La Ley de Fugas estaba al corriente. Es lo que narra Eduardo Mendoza en La ciudad de los prodigios. 

Lo mezcla con algo que ocurre después : la muerte de Alejandro Sawa, un escritor bohemio que malvivía, era alcohólico, abandonaba a las mujeres. Juan Manuel de Prada lo retrata en Las máscaras del héroe. Muere ciego por la sífilis, en las casas de prostitución le fiaban. Muere en 1909, su mujer y su hija no acaban tan mal, el velatorio es lo que cuenta aquí, escribe una carta a Rubén Darío. 

Alejandro Sawa con su mujer e hija

En el pazo, Valle mezcla y elabora todo eso y retrata a una sociedad que no premia el talento ni la belleza, que no merece la pena. No hay solución.

Max Estrella va a pedir dinero al ministro, le da dinero porque le conocía, pura corrupción. Latino le roba a él, no quiere dar la propina a la prostituta, el tabernero quiere engañarlo...En ese mundo está el que vive en el culto a la belleza y el anarquista que vive en el ideal, hermoso, pero no es la solución. 

Una obra que además no se estrena, él de sobra sabía que no se iba a representar, no solo por censura, es una cuestión mayor, un teatro irrealizable, un montaje imposible. La primera vez fue en Francia y en francés, en 1963. En España, Tamayo iba a los ministros, uno de ellos Fraga, imposible, hasta que consiguió que solo le suprimieran dos palabras, no sabemos cuáles. Le pusieron de condición que no lo estrenara en Madrid, lo estrenó en Valencia, en 1970, luego en Madrid. El actor primero fue Rodero en Madrid, uno de los grandes. Estuvo en el cajón casi cincuenta años, tampoco encajaba por la forma. Lo que piden las anotaciones es imposible. Anotaciones literarias que están pensadas en imágenes cinematográficas, muy de cine.


Fue publicada dos veces: en 1920 sin las escenas del anarquista catalán, en la revista España, fundada por Ortega y Gasset. En la edición de 1924 se recuperan. No han perdido interés, es el retrato de una sociedad cruel y despiadada. ¿Habéis disfrutado? 

-(L.): Sí, con el texto leído.

-(L.): Lo primero que he disfrutado son las acotaciones, anotaciones, palabras que dicen en Traspinedo como "estás quinchando", localismos...He disfrutado con ellas, es una forma de leer. También palabras del ámbito penitenciario o de los gitanos. Me he reído con el soneto del enano: "un fantasmón tan arrogante". Genial.

-(P.O.): ¿Hay algo que no hayáis entendido? No entender puede provocar un rechazo.

-(L.): Te ayuda mucho los comentarios a pie de página, en esta edición (Cátedra).

-(L.):  La influencia de los Caprichos de Goya.  Grabados y pinturas negras. Caricatura, realidad deformada y lo entiendes. 


-(P.O.): Al deformar lo entiendes. Parodia política, fuerte crítica paródica con respecto a los literatos, los movimientos artísticos como "el pollo" del personaje modernista. Muy a la moda, pero no hay profundidad, no hay calado, no solucionaron problemas, seres frágiles, salen todos los estilos de la época. Tiene muchas capas de lectura. Es el Madrid de Galdós, al que le quiere apuntar el costumbrismo, hablan en la jerga. 


-(L.): España es así. 

-(L.): Humor negro, muy decepcionante. 

-(P.O.): Don Latino es el primero que le traiciona. 

-(L.): No hay amistad verdadera. 

-(P.O.):  Aparece el marqués de Bradomín, su alter ego. Valle Inclán es un carlista estético, un mentiroso compulsivo al que no se puede creer. También está Rubén Darío como personaje, muy interesante, no para de hablar de literatura. son personajes que no están en la realidad. 

-(L.): El movimiento dadaísta por entonces.

-(P.O.): Más que eso, él parte del expresionismo alemán. 

-(L.): No lo conozco. 

-(P. O.): Lo que ves, te impacta. Tiene una estructura similar a la revista: un personaje que va pasando por diferentes ambientes. Muy fragmentario, no ofrece un mundo único. Max pasa por todos. Hay unidad de tiempo, de lugar y de acción. Las respeta. Hay algo que está en el ambiente. Es un personaje como el irlandés Ulises de Joyce, un viaje épico, un hombre que pasea por Dublín. Max Estrella no va a volver, está ciego, hace frío y le han robado. Sale porque necesita dinero, no puede volver. Tiene la lotería que le puede sacar de pobres, pero no. Se hace la víctima, no es un personaje que caiga bien. 

¿Qué acción es la parte más desagradable?

-(L.): La muerte de la madre con el niño. Deshumanizado.

-(L.): Un episodio deshumanizador, el mayor, la impotencia.

-(L.): La del ministro, sale a medio vestir. Le pone un sueldo, una "paguita".

-(L.): El ministro estaba en un momento dulce y una persona desesperada puede crearle problemas, lo conoce.

-(L.): Me lo quito de encima, tiene poder. 

-(P.O.): Puede ser positiva, pero es negativa, no se lo da por méritos. 

-(L.): Es lo que hacen los ministros. 

-(L.): Me parece que ahora también. 

-(L.): Me he divertido mucho en la decisión de los escenarios, el ratón que se colaba por las estanterías, imposible. Que llame "negro" a Rubén Darío, se lo dice a la cara. 

-(P.O.): Maeztu lo llamó "indio con plumas". 

-(L.): La jerga hasta que te metes dentro.

-(L.): No hay una jerga, cada personaje no habla igual, cada uno tiene su propia jerga

-(L.): De los guardias o de los borrachuzos. 

-(P.O.): Un valor de la obra, el estilo deformante por acumulación, abrumadora.

-(L.): Expresiones populares castellanas. 

-(P.O.): Referencias un montón, a pequeñas anécdotas que suceden en la época.

-(L.): Para pillarla, hay que saber muchas cosas que te explican a pie de página. 

-(L.): Capas: yo me quedé en la primera o en la segunda. Tienes que volver para terminar de entenderlo.

-(P.O.): En el teatro, con el movimiento o con los gestos. Hay obras en que el autor no sabe lo que está diciendo. 

-(L.): Me da pena que le diga que es el poeta del siglo y lo ha abandonado.

-(P.O.): Abandonado por todos y van hablando de Hamlet. Abandonan a la mujer y a la hija. Ni un pelo de humanidad.


-(L.): La vida no vale nada.

-(L.): Don Latino de Híspalis es un impresentable. 

-(L.): Canallas épicos, canallas con derecho a ser canallas. 

-(L.): Lo leí con quince años, los libros te aportan en cada momento de tu vida. Me pareció un rollo, ahora una tragedia contada con humor, me ha encantado, una lección de vida.

-(L.): Muy actual. 

-(P.O.): No es tragedia, tampoco drama. Valle Inclán necesita cambiar, no sale, se mete en el pazo, teme contraer la gripe española, como el miedo al COVID, lo podemos entender, mató a mucha gente, sabemos la gente que mató. Él necesita intensificar su retrato de la sociedad española. 

La tragedia necesita héroes, catarsis, la sociedad ve depurados sus pecados, mejora. Aquí no sirve, no hay héroes como los antiguos, no hay fatum o destino, no hay catarsis, está degradada, corrompida. No puede haber drama romántico, una conmoción con lo que le pasa al héroe, un héroe histórico. 

Hay mucha parodia de Hamlet, la justicia social no puede existe este mundo roto, desagregado, desunido por sectores. Valle Inclán lo ve desde arriba, como si fueran títeres; son técnicas de alejamiento y de ahí viene el esperpento. A ver si os enteráis, él no tiene esperanza, en el fondo tiene una idea de regenerar la sociedad. Lo exagero para que tú lo veas. Exagera y verás las carencias de la sociedad. 

-(L.): Caricaturas. 

-(L.): A un político las caricaturas tal vez le hacen pensar. 

-(P.O.): Peridis cuenta que hay políticos que se enfadan si no tienen caricaturas. 


-(P.O.): No has hablado.

-(L.):  No tengo más que aportar.

-(P.O.): ¿Qué os parecen las ideas del anarquista?

-(L.): Me parece necesario. 

-(L.): Se lo cargan los propios anarquistas (en la película que ha visto).

-(P.O.): No hay pruebas pero el caso es que le hacen la ley de fugas. Había una teoría de que lo escribió después, hoy sabemos que se escribió desde el principio, no lo escribió después. 

-(L.): ¿Qué añade? 

-(P.O.): Un grupo social nuevo, la rebelión de un paria, catalán porque allí fue más fuerte. Un tipo de trabajador nuevo. 

-(L.): Humaniza a Max. Toma conciencia social, aquí dialoga, escucha, le abraza.

-(L.): Valora al anarquista. 

-(P.O.): Hay un verdadero diálogo, por primera vez se escuchan. 

-(L.): Mueren los dos, sin esperanza. 

-(P.O.): ¿Por qué mueren los dos en la obra?

-(L.): El anarquismo pasó de Italia a Barcelona, por proximidad.

-(P.O.): España es el único país en que arraigó el anarquismo en el campo. 

-(L.): El anarquista catalán se llama a sí mismo "nuevo Saulo", como convertido a la nueva religión. 

-(P.O.): Es el cumplimiento de un destino trágico, no puede volver a casa, la sociedad no lo merece, está helado de frío, ciego, abandonado, le han robado el décimo. 

-(L.): Con el anarquista muere esa parte de España.

-(P.O.): No es la solución, ese tipo de anarquismo no es la solución. 

-(L.):  ¿Había debate en España sobre el anarquismo? 

-(L.): No había debate.

-(P.O.): Sí. En momentos de la trilogía de Baroja aparece el debate entre grupos anarquistas. 

-(L.): Los intelectuales estarían más cerca de ese tipo de ideas.

-(L.): Es gallego.

-(L.): Es contradictorio. 

-(P.O.): Introducimos en el esperpento al personaje del anarquista, sus ideas quedan deformadas. No hay solución posible.

-(L.) (María Ángeles) Comento y leo parte del artículo de Manuel Vicent sobre la existencia hoy, en el periodismo, de "Otras luces de bohemia".

"Están aquí otra vez aquellos periodistas patibularios de antaño que han hecho de la comunicación un negocio sucio y de la lucha política un espectáculo intestinal...".

-(L.): El esperpento lo tenemos hoy en la política y los medios de comunicación. Más esperpénticos que algunos y algunas, de uno y otro lado. 

(Nombramos a algunos y algunas)

La obra gustó y le sacamos jugo, todavía más con las explicaciones de nuestro profesor. Al final, nos condujo a esperpentos muy actuales, por todos conocidos, otras luces u oscuridades. Un clásico va más allá de su tiempo. Bueno, nos reímos y sin acritud.

Foto cortesía de Ángel Alonso. Gracias, Ángel.

Aquí termina mi crónica de la reunión, siguiendo mis rápidos apuntes, con la mayor fidelidad posible. 



Un clásico al que siempre podemos y debemos volver. 

La lectura de diciembre será Las leyes de la caza de Pilar Fraile. 



Un abrazo para los que pasáis por aquí de:

María Ángeles Merino Moya


sábado, 13 de diciembre de 2025

Leo en un jardín. "Las leyes de la caza" de Pilar Fraile.

 





Entramos en Las leyes de la caza de Pilar Fraile, el libro que estamos leyendo en el Club de lectura de La Acequia , dirigido por Pedro Ojeda Escudero.

Me llegué a visitarla, a la autora,  en la foto de Galaxia Crítica, de Asís G. Ayerbe. en el jardín del Palacio de la Isla

Pilar Fraile fue Premio de la Crítica de Castilla y León en 2021, por su obra Días de euforia. Por eso disfrutamos de su foto, en el jardín del Instituto castellano y leonés de la Lengua. Subida a un árbol, una foto que casi se funde con las hojas otoñales, una obra de arte también. 

La Naturaleza es un personaje en Las leyes de la caza. Y una amenaza. El estruendo de un río y los lobos que aúllan. ¿Está en la vuelta a la Naturaleza la solución? ¿O eso es una falacia? 

¿Qué está pasando con nuestros niños? ¿Les quitamos las pantallas y ya está? 

Encontramos a una mujer perdida que busca a su hijo perdido y a sí misma. ¿El mundo está perdido y rigen las leyes de la caza? Un libro duro y sin florituras literarias. 

Leo, no lo he terminado. 

Al mismo tiempo, estoy terminando la crónica de la reunión lectora colectiva anterior, la de Luces de bohemia de Valle Inclán. Mañana sale. 

María Ángeles Merino Moya lee y lo cuenta un poco, a su manera. 

Ya la conocéis 

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Por la mañana y machacando el móvil. Comentando Luces de bohemia.

  


Antes de publicar mi crónica de la reunión del Club de lectura de La Acequia y Alumni UBU, dirigida por Pedro Ojeda, modalidad presencial, quiero recoger mi lectura virtual, un racimo de comentarios sobre Luces de bohemia, en el blog La Acequia.

Veis que me repito un poco, cosas del otoño,  pero quiero guardar, tal cual, la espontaneidad de las palabras que escribo inmediatamente después de leer a Pedro, tan buen comunicador como profesor. 


Por la mañana y machacando letras, escribía: 

He comenzado la lectura y echo de menos los mirtos seculares y los jardines decadentes. Ay, aquella Concha moribunda, rosa marchita y bellísima. 


Aquí nos encontramos con un Max Estrella, en un mísero "guardillón', que no ve más salida que el suicidio e invita a su mujer, la niña Claudinita también incluida. 

Y van apareciendo personajes, a cual más "esperpéntico". Un mago del lenguaje, pero qué tristeza esa España de los veinte.

Años veinte que conocieron mis abuelos.

Esperpento, una palabra que pasó al lenguaje cotidiano, la seguimos utilizando fuera de la literatura, al menos los "boomer". Seguimos.


Aquella aventura lectora quijotesca, inolvidable...

Y del Quijote y Muñoz Molina pasamos a Valle Inclán que también posee su punto quijotesco, cómo no. Cervantes buscó inteligentemente la manera de contarnos, sin contar, la realidad que le tocó vivir y Valle Inclán inventa el esperpento para la suya. 


Te decía que, leyendo "Luces de bohemia", echaba de menos los "mirtos seculares" de las Sonatas, pero pensándolo bien...¿No era acaso esperpéntica aquella Concha moribunda, en su pazo decadente?


Ay, que España más triste, la que vio nacer a mi madre, en 1923. 


Y Valle nos la pinta magistralmente, con las pocas horas que le quedan de vida a Max Estrella, el deambular desesperado de un escritor sin trabajo que ya tiene pensado su suicidio y el de su familia. 


Le salen al encuentro unos personajes indeseables, algunos escritores reales con su nombre tal cual, le roban, le engañan y el mismo cae en la corrupción, no hay remedio para Max, no lo hay para la mísera España de los años veinte. 

Esperpento, espejos de feria que, a veces, son los más reales. Los capítulos del anarquista catalán sobrecogen, una osadía publicarlos. El carlismo y tradicionalismo de Valle debió romperse en pedazos. Estética y ética, ética y estética.


Seguimos, en algunas versiones teatrales ponen al muerto al principio. Pobre Max, pobre país. Leemos.


Ay, hay lecturas. En medio del frío de Burgos, leía del frío de los personajes de Luces de bohemia. Sí, esas son las escenas que dan más frío.


Max Estrella atrapa los billetes del ministro, hambre obliga, de poco le van a servir, ni a él ni a su familia; a su lado el Latino no pierde ocasion, una alimaña.

El anarquista catalán sabe que lo van a matar por la espalda. 

Mucho frío, mucha mugre, miseria moral y física, ni belleza ni justicia, solo el esperpento puede contarlo, no lo contarán los modernistas de la chalina, qué animales, darwinismo al revés. 


Y como vivo pegada a mi madre, pienso en aquel lejano 1923 en que nació, cuando nacía Luces de bohemia, el año de la dictadura de Primo de Rivera, no había esperanza, años después ya sabemos lo que pasó, seguimos arrastrando esperpentos de antaño, ya momificados. 

Nos vemos el martes (nos vimos)




Nada tiene arreglo, cada uno va a lo suyo y a quién le importa el mérito. Estaba cantado, solo la muerte esperaba, ya al comenzar la obra, a Max Estrella, mujer e hija.


Ni Dios, ni patria ni rey, todos esoerpénticos, terrible conclusión para un carlista estético como fue don Ramón.

 Al final, las prisas del cochero de los muertos y las dudas de un "enterao" que plantea la duda de  sí está muerto o cataléptico, el marqués de Bradomín que resucita de los libros, un Rubén Darío también de papel, la calavera shakespeariana del pobre Yorick y todos a olvidar, la taberna es el mejor lugar para ello. 

Todo es esperpento y la vida en España esperpento es. Los años veinte en España desembocarán en tragedia en los treinta y suma y sigue. No sé por qué no dije que Max era ciego, lo era, el país también sufría ceguera.

Después de llegar al "¡Cráneo privilegiado!" del fin, aconsejo volver a leer el libro concentrándonos en las anotaciones de cada escena e imaginar las dificultades escénicas de, por ejemplo, representar "un andaluz  hiperbólico", "una escoba retozona" o un "ratón que saca un hocico intrigante por el agujero". Puro cine. 


La crónica del día 25  va saliendo, fue una jugosa reunión lectora y gastronómica. Poco a poco iré desentrañar los rápidos apuntes 

Seguimos leyendo. Sigo comentando , mi móvil no se queja de momento, mis dedos tampoco. Mi cráneo, sesera en absoluto privilegiada, aguanta los embates de la edad,

Un abrazo a los que pasan por aquí. 

María Ángeles Merino Moya

https://laacequia.blogspot.com/search/label/Luces%20de%20bohemia



viernes, 28 de noviembre de 2025

Luces de bohemia y Otras luces de bohemia.





El 26 de octubre de 2O25, comenzaba a leer "El País". Es, para mí, el último reducto de la lectura de periódicos y revistas en papel. Lo compro solo el domingo, junto al suplemento, y la vendedora del quiosco, de los pocos que quedan, me lo entrega sin más, sin que yo abra la boca. Echo un vistazo a la portada  y, sin abrirlo, me dirijo a  la siempre magistral columna de Manuel Vicent, casi siempre con olor a mar, hoy no. Aquel día iba de periodistas y comenzaba así:

 "A principios del siglo pasado, en el mundo del periodismo, junto a los grandes nombres que han perdurado en la memoria, Azorín, Julio Camba, Josep Pla, Chaves Nogales, se movían unos seres famélicos, bohemios, confidentes de la policía, alimentados por el fondo de reptiles, que también decían llamarse periodistas...Eran unos seres tronados que no pretendían otra cosa, salvo la de seguir vivos. Sus querellas las resolvían personalmente a bastonazos en los cafés. Valle-Inclán reflejó aquel mundo sórdido en la obra Luces de bohemia."

No había reparado en el título: Otras luces de bohemia. Ahora me doy cuenta. ¿No es ese el libro que vamos leer en el Club de Lectura? Muy bien, estas palabras de Manuel Vicent serán, sin duda, una buena introducción, pueden orientarme para entrar en la obra. Sigo: 

"No obstante, la dignidad de este oficio siempre estuvo a salvo...y durante la dictadura, aunque fueran amordazados, hubo muchos que lucharon por abrir alguna grieta de libertad en el muro jugándose el pellejo...sus nombres, sin los cuales no podría entenderse el espíritu de la Transición. El periodismo que durante los primeros años de la democracia fue una fiesta de la Inteligencia ha ido derivando hasta caer en un albañal... La verdad y la basura se expanden juntas".

"Están aquí otra vez aquellos periodistas patibularios de antaño que han hecho de la comunicación un negocio sucio y de la lucha política un espectáculo intestinal..."

¡Han vuelto! Manuel Vicent escribe con tristeza: "Pero de creer que este, el de periodista, era el mejor oficio del mundo, uno empieza a sentirse humillado de pertenecer a una profesión totalmente degradada. " 



Sí, como decía en mi anterior entrada, estamos "expuestos al esperpento". Nunca hubiéramos pensado en volver a algo comparable a los míseros periodistas de Luces de bohemia:"seres famélicos, bohemios, confidentes de la policía, alimentados por el fondo de reptiles, que también decían llamarse periodistas". Sí, podemos pensar en quiénes son los periodistas "patibularios" de ahora, patibularios de patíbulo, quienes convierten la comunicación en "negocio sucio" y la  lucha política en "espectáculo intestinal", intestinal de caca. No nos costará mucho.

 El esperpento está muy de actualidad. Tenemos buen "fondo de reptiles" en nuestro "dramatis personae". Famélicos no precisamente, o es otra su hambre, tronados de trueno sí. 


No nos faltan "Latinos de Hispalis", ni "Ministros de la Gobernación", para desgracia de los Max Estrella. De todo lo demás, pensad un poco, no hay nada nuevo bajo el sol, aunque la España de 2025 poco tenga que ver con la de 1920, afortunadamente. Los niños no mueren, los anarquistas no arrojan bombas, no se practica la "ley de fugas"...La diferencia principal, aparte del nivel de vida, estaría en la velocidad y cantidad con que ahora se difunden tanto las noticias como los bulos.  

Hubo y hay buenos periodistas, todavía. 

Ya veis, Valle Inclán y Manuel Vicent. ¡Cráneos privilegiados! ¡Naturaca! 

María Ángeles Merino Moya


José Ignacio García nos presentó sus "delfines".






 Lo habían colocado en la puerta del Palacio de la Isla: José Ignacio García presentará el jueves 27 su novela El vuelo de los delfines, en diálogo con Alberto Marroquín. A ver si puedo ir, pensé, que pinta muy bien. 

Y allí estuve, el autobús municipal me dejó a tiempo. Saludos, abrazos, pescar los delfines con la tarjeta y adentro.Tuve tiempo de leer dos páginas, antes de comenzar la presentación: 

"La mayoría de los folios se sumergieron en los charcos, cono hojaldres en la leche, y la tinta de los apuntes empezó a correrse como el rimel que huye de unos ojos que se han puesto a llorar, arruinando una caligrafía que, afligida por la humedad, se había desvanecido hasta hacerse indescifrable." (Página 16). 

Esos folios llorones por la lluvia ya me habían cazado. 

Comienza el acto. El escritor nos hace participar de  la gesta de El vuelo de los delfines, su primera novela, después de tantos y buenos relatos, de los que soy lectora. No estaba muy seguro de poder pasar de construir casas molineras o chalets adosados a un rascacielos. Se podía caer, por falta de estructura. 

Sus editores, su mujer y el recuerdo de su buen amigo José Antonio Abella, siempre su foto junto al ordenador, consiguieron que arrancase, hasta hubo un perrillo gruñón que puso su parte. 

Y aquí la tenemos, una novela de gente "normal"  que encuentra una segunda oportunidad, que ya creía imposible. Podéis leer el artículo de Alberto Marroquín en El Correo de Burgos, os lo aconsejo para abrir boca. Y a por los delfines que vuelan sobre las nubes 

Me despido de José Ignacio García: ya me contarás, ya te contaré. También han sido público  con nosotros los escritores burgaleses Jesús Carazo y Enrique García Revilla, grata compañía, la suya y la de sus libros. 

Me saluda la luna al salir por la puerta del jardín, de un palacio con mucha historia encima y, ahora, mucha buena literatura 

Ya veis, leer y andar. Ya cumplo hoy con los diez mil pasos. Y más. 

María Ángeles Merino Moya