sábado, 21 de abril de 2012

Y la mosca se fue a...

A ver si adivinais donde ha estado la Mosca Viajera. Os doy varias opciones porque es extremadamente difícil de acertar:

A) España

B) Estados Unidos

C) Japón

D) A un poblado galo que resiste a la ocupación Romana

E) A la Estación Espacial Interacional

El que haya dicho de la B a la E, lo siento, ha fallado. Quien haya dicho la A, entonces le concedo minipunto, porque he estado en tierras en las que antaño puso un poco de orden un tatara-tatarabuelo de la Duquesa de Alba. Hasta que le echaron, claro. Como seguro que nadie ha adivinado dónde era, ha sido Bruselas, lugar donde ya estuvimos hace un par de años. El que haya acertado, ha hecho trampa, porque esa opción no la he listado.

Me ha tocado volver por cosas del trabajo, para variar, pero ya sabéis que esas cosas son lo menos importante. Lo importante son las fotitos bonitas, como esta de un aterdecer sobre las nubes:

Llegué a eso de las 22.15 al aeropuerto de Bruselas, y mientras iba buscando la salida, tenía la sensación de estar en un "aeropuerto fantasma". Nadie por los pasillos (excepto los que salíamos), nadie haciendo cola para pasar el control de entrada, muy poca gente esperando en la puerta de salida a los viajeros. Cogí el tren, y me fui a la estación de brusel nor, que en flamenco se dice BRUSEL NOR!! (ya os dije una vez que allí el lenguaje es cuestión del tono), donde estaba mi hotel: Enfrente del Hilton, escoltado por el Plaza, y ladeado por el Sheraton, me dieron como habitación un cuchitril del último piso el ático de un hotel tirando a modesto. Y siendo las horas que eran, me fui a cenar lo que pudiera donde pudiera encontrarlo, porque en Europa no entienden que es mejor irse a dormir con el estómago lleno. Destino final: McDonald's.

El paseo nocturno me dejó la sensación de que no había apenas gente. Comparado con la otra vez, recordaba más bullicio, pero también es cierto que en aquel entonces era el comienzo de las navidades. En todo caso, una vez terminada la jornada laboral al día siguiente, pude acercarme a ver algunas cosillas que no había visto aún. Entre ellas, el museo de la ciudad, que se encuentra en la granplás (o GROTEMAR), justo enfrente del ayuntamiento.

Sabes que estás en un museo cuando ves las alfombras colgando de la pared. Los entendidos las llaman tapices. Y también cuando te encuentras mil mapas de distintas épocas de la ciudad. Por lo visto, el germen de Bruselas fueron tres pueblos colindantes, de cuyo nombre no me acuerdo, pero creo que la granplás venía a ser el centro de las tres. Luego creció, y le pusieron una muralla de la que aún hay algún resto. Y en algún momento de la historia pusieron una fuente con un niño meando.

Entonces llegaron los franceses, allá por el siglo 16 y "bombardearon" la ciudad. Con catapultas, o algo así, porque los aviones todavía no existían (afortunados ellos, que no sufrían las huelgas de Iberia). Y robaron al niño meón. Luego, en algún otro punto de la historia se lo devolvieron, o lo recuperaron, y entonces Maximiliano de Baviera le regaló su primer traje, uno típico de Baviera, dando así origen la tradición de vestir al Manekenpis.

Ese fue el primer traje, pero el más antiguo que se conserva resulta ser de "caballero francés", regalado por los mismos franceses que algún siglo atrás habían bombardeado la GROTEMAR. Incluso, el traje tiene sus medallitas, y su espada, lo que le acredita como caballero, y ante el cual los soldados franceses debían inclinarse, o mostrar respeto cuando desfilaban frente a él. O algo así. El caso es que los franceses están como chotas. Que si te robo la estatua, que si le pongo traje, que si ahora le hago reverencias.

Y esa es la última parte de la exposición, los trajes del meón. Un fondo de armario que tiene el chaval, que sería la envidia de la Arañita. Y para aquellos que no habéis sufrido compartir armario con ella, os puedo decir que no es que lo compartamos, es que estoy arrinconado.

Ahora llegamos a la epopeya de este viaje, que es la vuelta a casa. Por si alguno no se ha enterado aún, en Iberia andan de huelga. Los Lunes y los Viernes nada más, pero en Viernes es cuando me toca volver. Se convocó la huelga una vez tenía ya el billete sacado. Que yo quería volverme a las 12, pero hete tú aquí que no. Que me cambian el vuelo a las 7 de la tarde, lo que significa toooooooda la mañana y la tarde para pasear por Bruselas con una mochila y una maleta. Que no es que no me guste pasear, pero si vas cargado no mola tanto. Y encima conociendo ya la ciudad. Algún rinconcito más he podido ver, como esta plaza de los mártires:

donde he podido descansar 5 minutos. Exactamente lo que ha tardado en comenzar a llover, con lo que he tenido que buscar refugio mientras me comía un gofre. Posteriormente, he decidido hacer contrabando de chocolate. Es lo que tiene Bruselas: buena cerveza, buen chocolate, y mal tiempo. Hablando de chocolates, espero que esto no fuera alguna indirecta:

(Entre el elefante, y el disfraz del Rey de la Cadera del niño meón..., igual nos censuran el blog por injurias a la Corona. Ya sólo falta alguna referencia a pegarse tiros en el pie... ¡Ups! ¡Al final se me escapó!)

He comido en un japonés (aunque sospecho que las camarareras eran chinas), y me he ido al aeropuerto con tiempo. A las 3 he llegado. He ido a sacar la tarjeta de embarque en la máquina automática, pero la máquina también estaba de huelga y no ha querido sacarme la tarjeta, y me ha mandado a la ventanilla. Pero la ventanilla no habría hasta las 5. Así que me he colocado el segundo en la cola. ¡Sí, increiblemente había alguien que había llegado antes que yo!.

Después de varios sudokus, por fin han llegado las empleadas de Iberia a abrir el chiringuito. Me han dado mi tarjeta de embarque, pero, iluso de mí, me han obligado a facturar la maleta. Que en principio es pequeña, y podría pasar como bulto de mano, pero como también llevo la mochila, me han obligado a facturar una de los dos.

Entramos al aeropuerto, llegamos a la puerta de embarque... y no hay avión. El avión ha llegado a las 7, es decir cuando tendríamos que estar saliendo. El caso es que mientras estábamos esperando, empiezan a decir por megafonía que sólo se permite un bulto de mano. Que quien lleve dos, debe dejar uno para que se meta en la bodega de carga. Pues nada, la gente tranquilamente lo ha hecho, sin sospechar lo que pasaría a continuación.

Llega el avión, y todo lo rápido que se ha podido, hemos subido a él. Gracias a que había menos bultos de mano, nos hemos colocado relativamente rápido en los asientos (alguna ventaja tenía que tener facturar el equipaje. El caso es que soy de la opinión de que se abusa mucho (yo el primero) del equipaje de mano, y la gente mete varias maletas, algunas de tamaños considerables. Esto siempre provoca jaleo y esperas largas al entrar y salir del avión. Así que no me parecería mal que se pusieran estrictos con este asunto. Cierro paréntesis). Y entonces ha hablado el Capitán de la aeronave

Ding Dong Ding

- Señoras y señores, bienvenidos a bordo. Lamentamos el retraso, debido en parte a que el avión ha llegado tarde desde Madrid... y también porque estamos solventando un pequeño problema técnico...

¡Huy, mal vamos!

- ... Tenemos un fallo en el detector de humos de la bodega de carga, que no nos impide volar, pero debemos hacerlo sin el equipaje, que se quedará en tierra. Mañana será enviado a Madrid, y de allí se les enviará a casa. Muchas gracias, y disculpen las molestias.

A lo que ha seguido un murmullo con aire de protesta y referencias a la pobre madre del piloto de medio avión. Otro cuarto de avión ha murmurado básicamente lo mismo cuando el Capi lo ha dicho en inglés, y el cuarto restante lo ha hecho cuando el compañero de asiento le ha explicado la situación. Así que ahí tienes a la azafata zafándose de los pasajeros como podía, porque claro, ha habido mucha gente que no había facturado y les han obligado a dejar maletas que podrían haber entrado perfectamente en el avión.

Había algún caso muy problemático, como aquellos que luego hacían conexión para ir a otro lado, porque a ver cómo les hacían llegar la maleta. Y luego había otros que realmente se lo merecían por tontos. A ver: sabiendo que si facturas el equipaje corres el riesgo de que te pierdan la maleta... ¿Para qué c-piiiiiiiiiii- metes las llaves del coche, o de casa en ella?

Ante el revuelo organizado, el Capi ha dicho que bueno, que las maletas que se habían retirado en la puerta de embarque se cargaban en el avión. Lo cual no solucionaba el problema de los de las llaves. Y como no parecía ser suficiente, entonces ...

Ding Dong Ding

- Señoras y señores, les habla el Capitán. Por fortuna, nuestros técnicos han sido capaces de solucionar el problema técnico con la bodega de carga, y vamos a proceder a cargar de nuevo las maletas facturadas. Gracias por su comprensión, y ruego disculpen las molestias.

¡San Fumígeno Bendito, patrón de los Malos Humos, ha obrado un milagro! Risas y aplausos de medio avión, y luego del resto según se han ido enterando. Uno al final se queda con la impresión de que le toman el pelo. ¿Tanto celo por facturar maletas, y dejar un sólo equipaje de mano... se estropea la bodega de carga y hay que sacarlo... y luego se arregla y hay que volver meterlo? Me disculpen si me aflora la vena escéptica, y no me considero conspiranoico, pero no puedo evitar ver la mano negra de la huelga detrás de tanto lío. Entre pitos y flautas, hemos salido hora y media más tarde de lo que debíamos.

En fin, que por desdepirme, dejo aquí esta foto dedicada a la Arañita Campeña. En esta tienda de Bruselas me tuvo 3 o 4 horas comprando ropa la otra vez mientras yo ya no sabía que cara de desesperación poner. Estoy seguro que si llego a entrar me hubieran reconocido.

(Que sepais que esta entrada es con diferencia las más larga que he escrito nunca. Básicamente, porque la empecé en el aeropuerto en Bruselas, la he terminado en el avión, y la colgaré cuando tenga tiempo desde casa. Es larga, por kilómetros recorridos )

9 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Es larga pero muy amena como siempre. ¡Qué de aventuras te pasan, Mosca! Por cierto que al ver las primeras fotos de tanto Manneken pis disfrazado, ADIVINÉ que estabas en Bruselas... No es por nada... :) Besotes, M.

Ele Bergón dijo...

Pues sí si es larga la entrada, casi tanto como tu espera en los aeropuertos, pero también la he leído con mucha atención y cariño, como no podía ser de otro modo.

Ya no hace falta que la me cuentes de palabra.

Besitos

Tu mami

Paco Cuesta dijo...

Se un lugar donde se compra el mejor chocolate de... (por lo menos Bruselas)

Asun dijo...

Pues a mí no se me ha hecho larga. Será que, como a MERCHE, se me ha hecho muy entretenida.

¡Qué oportuno el elefantito! jajajaja

Besos

Abejita de la Vega dijo...

Me apunto a safaris con elefantes de chocolate. Espero, yo también, que no me censuren el blog por alusiones.
Como dice Merche, estaba muy fácil, el meón ese no da lugar a dudas.

Un buen reportaje que te agradecemos, entre Urtain y Quijote, Bruselas. Me guardo las fotos, encajarán en alguna próxima entrada, seguro.

Esa tienda de ropa debe estar muy bien, ya me contará Esthercita.

Besos, mosca. Otros más para la arañita.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

¡Qué buenas las primeras imágenes! Elvis no tiene precio...

matrioska_verde dijo...

¡que trajín!, menos mal que al final toda ha sadido bien.

biquiños,

Myriam dijo...

jajajajajajjajajajjajajaja ¡¡Excelente!!

Y eso que no te paso lo que a un profesor mio de psicología: que estando con tiempo para una reunión, entró en una tienda de Bruselas para comprar unos libros. Resulta que pagó en efectivo con un billete de 100 Euros. El dueño de la tienda dijo que eran falsos y llamó a la policía. Total que este Sr, perdió la reunión, terminó declarando en comisaría, no compró los libros y el billete no era falso.

Un abrazo y, espero que la Arañita no te comprima tanto en su ropero.

Televisores dijo...

Woou!! que hermoso recorrido cultural. Maravilloso.