Crónica de la reunión del 29 de octubre de 2024, del Club de Lectura de La Acequia y Alumni UBU, en su formato presencial, dirigida por el profesor Pedro Ojeda Escudero.
El libro que comentamos fue Cernégula de Enrique García Revilla y contamos con la valiosa presencia de su autor.
La sesión comenzó a la hora habitual, las cuatro y media de la tarde, en el pabellón 5 de la Facultad de Humanidades y Comunicación, en el edificio del antiguo Hospital Militar.
Pedro Ojeda nos presenta al autor, que nos saluda encantado de estar con " la gente buena". Nosotros, los lectores, también.
El curso pasado, por circunstancias, no pudimos disfrutar de nuestro querido club de lectura, ahora lo retomamos con más ilusión que nunca, en el formato presencial.
Comienza el diálogo entre Pedro Ojeda Escudero (P.O.), Enrique García Revilla (E.G.R.) y los lectores (L.).
- P.O. El mes que viene leeremos a la potente y joven escritora burgalesa María Velasco, autora de Los muertos no respetan el descanso. Es teatro, algo que "no suele gustar". Esperemos que guste.
Después leeremos a otro autor burgalés, Mateo Martínez Martija, con un tema que desafortunadamente está de moda: las enfermedades mentales. Contaremos también con su presencia. Tanto Mateo como Enrique son alumnos míos (dicho con orgullo).
Bienvenidos. ¿Dudas? Preguntas? Normalmente alternábamos autores vivos con autores fallecidos. Este curso es una excepción.
Un momento para el recuerdo. Ya sabéis que un muy amigo del club de lectura, José Antonio Abella, ha fallecido recientemente. Se van a reeditar algunos de sus libros: La sonrisa robada y La llanura celeste. En sus últimos meses de vida no ha hecho más que escribir, saldrán nuevos títulos. Estaremos atentos.
También tendremos aquí, a final de curso, a Emilio Gancedo, el autor de Barrio Húmedo.
Este curso lo iniciamos con Enrique García Revilla. Empezó aquí Humanidades, una carrera que la gente miraba mal y que era, y es, muy interesante.
Es doctor en Filología, Siguió Musicología, es músico, violista, y catedrático del IES "Comuneros de Castilla". Realizó su tesis doctoral sobre la estética musical de Héctor Berlioz. Cogió gusto a la escritura, tanto de temas literarios como musicales, los literarios también contienen mucha música.
Es también autor de la novela La cancion del Machichaco. Deberíais leerla si no lo habéis hecho, pone en pie a grandes de nuestra historia, en un buen trabajo con los personajes. Con ella fue finalista del Premio Ciudad de Sevilla. (A la que esto escribe la atrapó con el personaje Benito Pérez Galdós).
Musicalmente, tiene preparada una adaptación de una obra de Wagner.
Cernégula es un novela de las de antes, de temática burgalesa.
¿A que dedicas el tiempo libre?
-E. G. R. Ahora que mis hijos son mayores, tengo más tiempo. Antes, dormir poco era la clave, ahora duermo más y dispongo de tiempo libre para leer, escribir y hacer deporte.
-P.O. ¿Donde y cuándo escribes? ¿Tienes manías de escritor?
Creo que no. En el instituto hay muchas reuniones, se pierde mucho tiempo, los profesores hablan todos a la vez, me abstraigo y escribo.
-L. ¡Y lo consigues!
-L. ¡Increible!
-E.G.R. Me sirven de inspiración para algunos personajes el que habla mucho, el que usa muletillas, el que se queja de todo...Todo escritor lleva el bagaje de lo que ha vivido y lo convierte en suyo.
¿Puedes escribir en cualquier sitio ?
Ya no tanto, si se me ocurre abstraerme alguien al lado me lleva a conversaciones. A veces, hago como que leo un libro...
-P.O. ¿Tus padres tienen que ver con esa zona?
E.G.R. No, pero trabajé en Espinosa de los Monteros y conocí la zona.
-P. O. ¿Conocéis Cernégula?
-L. Yo iba en bici a Cernégula, una charca que tiene magnetismo.
-L. Cernégula pueblo de las brujas, de toda la vida.
-L. Conozco gente de Huidobro, es impresionante la soledad del páramo de Masa.
-L. Conozco Castil de Lences, un pueblo precioso lleno de agua.
-L. Estuve en Cernégula, junto a la charca sentada, aparecieron dos vecinos, te hablan de lo suyo y no te cuentan de las brujas.
-P. O. Te tropezaste con el sitio adecuado.
- E.G. R. Yo tenía idea de hacer una novela de estilo gótico, a partir de la cruz de piedra que encontré junto a la laguna de Venta la Perra, con la inscripción: "Aquí murió Pedro de la Iglesia, vecino de Cernegula y natural de Nidáguila...13 de marzo de 1868".
Por entonces, había una exposición sobre Delibes en el Palacio de la Isla y en un texto referido a las tierras del norte de Castilla, encontré la expresión "la bronca comarca intermedia". Me gustó mucho. Chispa de aquí, chispa de allá, seguí adelante.
--P.O.¿Por qué novela gótica?
-E.G. R. Trabajando en Espinosa, leí Frankenstein en una edición de El Mundo, una novela romántica preciosa, también Drácula, qué bonita, tenía ganas de escribir algo así. Tres meses de invierno, era el 21 con mascarillas, aprovechaba los minutos para escribir.
-L ¿Has pasado miedo? Me preguntaban.
-E.G.R. No quisiera que la gente pasara miedo.
-L. Un matiz que me interesa. Tú ya sabías, desde el principio tienes presente los personajes. El proceso creativo me interesa.
-E.G.R. Hay formas de escritura, hay quién hace esquemas y luego se ponen a redactar y a escribir. En mi caso, establezco mis hitos, tengo que empezar y llegar a otro, dejo que la novela se construya a sí sola. Quiero que este personaje llegue hasta aquí. Mejor todo abierto. No me siento capaz de construir una novela antes de escribirla. Ya veremos en el futuro.
-L. Me parece maravilloso que los personajes se vayan construyendo y que se desechen páginas
-E. G. R. Se cambia. Mi mujer es muy lista, me dio ideas y cambié.
-P. O. ¿Complicado de leer?
-L. Es la primera vez que voy a leer en un club de lectura. He tenido alguna dificultad.
-P.O. Ocurre que tras la reunión del club, se vuelve a leer y se hace la luz.
-L. Buscar palabras, en el diccionario, palabras en desuso.
-E.G.R. Mi estilo literario viene de las traducciones que he hecho de Héctor Berlioz. No concibo que mis personajes hablen como en el XX si son del XIX. Como en La canción del Machichaco, la protagonista era una mujer de los cuarenta que no podía hablar como una de ahora.
-L. Me ha llamado la atención los distintos nombres que le das al barro.
-E. G. R. El barro tiene muchos nombres.
-L. Son palabras de uso poco habitual, se entienden por el contexto, están en el diccionario.
-L. "Caer en rama". Me ha gustado.
- P.O. Es un libro que nos lleva a aprender, no me gusta si no tenemos qué aprender.
-L. El vocabulario nos lleva a otro sitio.
-P.O. ¿Sabíais qué tipo de novela teníais entre manos?
-L. No (en general).
-L. Transformaciones, metamorfosis, no esperábamos cosas así.
-L. Vuelve a contar lo mismo pero no es lo mismo.
-L.Variaciones, como en música.
-P.O. La novela gótica que se escribe, a finales del XVIII o del XIX, se desarrolla en palacios de tipo gótico, tratan temas de misterio con fantasmas y elementos que van más allá de la razón. Vampiros, demonios, nos llevan a lo sobrenatural.
Esta es novela gótica con otros tipos de novela: la sentimental, el retrato de época ...
Hay novelas góticas en las que todo se puede explicar por la razón, como Noches lúgubres de Cadalso. Y otras en que no todo no se puede explicar con la razón.
Trabajas como si fuera verosímil, un intento de explicar de forma racional. ¿Hubo intento de explicarla de forma racional?
-E.G.R. Luego te lleva, es algo normal y humano, a algo que está ahí y que creemos o no. No hubo intento de explicarlo. Esto va de brujas.
-P.O. Hay mucho de Delibes ahí dentro.
E.G. R. Cómo lo del cárabo. Me regaló mi madre Tres pájaros de cuenta, un libro de Delibes para niños donde aparece un cárabo. Cerca de mi casa, en la Isla, canta un cárabo. No es un búho, no es una lechuza, lo vi, es un cárabo.
-P.O. En los cementerios suele verse.
-L. En Bécquer
-P.O. El ulular del cárabo que te lleva a otro sitio.
-L ¿Existe la leyenda de las brujas de Cernégula?
E No hay nada, te pueden contar cosas que pueden haber ocurrido, que no van a ningún lado. Pereda escribía que a Cernégula iban las brujas de la Montaña y salían por la chimenea convertidas en cárabos, poco más.
Le falta una leyenda, quería hacer alguna cosa, la gente merece el libro.
-P.O. Un día conocerán tu historia y se convertirá en una leyenda.
-L. La ruta de Liszt es anterior, el regreso no fue por Burgos, fue por Levante.
-E.G.R. Estuvo en España, pasó por Burgos y vio la Catedral.
-P.O. Qué tipo de piano llevaba?
-E.G.R. Un piano moderno, vertical, del tamaño de esta mesa, un poco más alto, ni las mismas cuerdas ni el mismo mecanismo, tesitura un poco menos
-L Por aquellos caminos, pobre piano
-E.G.R. Iría bien protegido.
-P.O. ¿Cómo y cuándo introduces la música? ¿Cuándo decides mezclar brujas con lo de Liszt?
-E G.R. Ahí está el meollo del desarrollo de la novela.
Liszt, un tío muy guapo, con unas extraordinarias habilidades, al final toma los hábitos. Un personaje muy atractivo. Por él pasaban muchos compañeros y músicos, él siempre echaba una mano. Una superestrella, por encima de envidias. Hago aparecer a Liszt.
-P.O. Estaba Liszt en la historia siempre.
-E.G.R. Si estaba para desarrollar la locura, qué mejor forma que ese chico.
-L. Julio es tu alumno ideal
-P.G.R. Sí puede ser.
L. Autodidactismo impresionante.
P.O. Sainz Maza es un apellido muy común en la zona.
-E G.R. Había muchos Sainz Maza donde daba clase, en Espinosa. Sainz Maza y Sainz Aja. Cuatro apellidos que se repiten mucho. Me invento que es una familia numerosa.
-L No consigo entender que la relación sea romántica, que no se acuesten.
-P.O. ¡Qué se acuesten de una vez!
-E.G.R. Teresa distingue: es mi hermano pero no lo es, no es mi hermano, lo sabe desde pequeñita.
Enrique nos lee:
"-Si te desequilibras, yo seré el cayado que te proteja.
-Mejor me serviría ese cayado si con él me sacaras la locura a palos.
Él la observó como un perrillo culpable, casi rogando perdón. Ella, con ternura, le compuso los rubicundos rizos que le caían sobre la frente y le sonrió.
-Pues si loco te consideras: Ordeno a la Locura, desde este instante mismo...
Y, automáticamente, él completó la fabula:
-Que eternamente sea de Amor el Lazarillo."
-P.O. ¿Quién te dice que no se han acostado?
-L. No me interesa. Queda abierto, nadie lo sabe, el amor entre ambos queda abierto en la ancianidad.
-P.O. Mataría el interés de mala manera, en una novela sentimental se espera que pase algo. Esta es otra forma, una novela antigua que trabaja el interés del lector.
Empatizáis con el personaje, queréis que terminen juntos, el escritor consigue que comprendáis que no terminen juntos. Es muy interesante ese juego.
-E.G.R. Mi modelo son las memorias de Héctor Berlioz. Habla de un amor que tuvo a los doce años, se casó, enviudó y, al final de su vida, vuelve a ese amor de los doce años, le pide matrimonio, ella le rechaza, conserva sus sentimientos, es el amor en la ancianidad, le ha querido siempre, cuando muere un campo de narcisos.
-¿Qué simbolizan los narcisos?
-P.O. A Vargas Llosa le dicen que uno de sus personajes simboliza esto. Contesta: usted no ha entendido la novela.
-P.O. La estructura de la novela es una estructura musical, si me lo permites.
-E.G.R. Puede ser. Sé yo más de mi novela.
-L. Es el primer libro en que puedo escuchar la música. Me ha gustado Spotify.
-P.O. Hay un ritmo, nos lleva a la literatura de antes. Tenemos un listado de los personajes reales de la novela : los músicos Franz Liszt, Jesús de Monasterio, Juan María Guelbenzu y Enrique Barrera, con el mapa que todos desean en las novelas.
-L. Me dijeron que había otras lagunas.
-L. Me ha extrañado, nos lleva a tiempos atrás, cosas que habías oído antes. Familias que acogía a los huérfanos. En vez de irse con su abuela, Teresa se va con esa familia. Hoy no sería posible.
-P.O. Cosas muy de costumbres. Ese juego está muy bien.
-L. El mundo real para los que tenemos más de sesenta o sesenta y cinco. Cosas que has vivido.
-P.O. Estamos muy desconectados del mundo rural. En Alemania se mantienen costumbres que aquí hemos perdido.
-L. Leí todas las cartas, hay algún hilo conductor, la función de la abuela en el desarrollo de la novela, lo que pesa su opinión.
-E. G. R. El estilo epistolar es muy del XIX. La abuela escribe lo que va a decir la sociedad, lo que es de Dios es de Dios.
-L. Hay un nexo en la novela, dilata la relación de Julio con la abuela.
Po Es una novela sin prisas. Aquí. en el Club de Lectura, leímos La Estafeta Romántica de Galdós, un "Episodio Nacional" formado por cartas de mujeres. Antes de que Emilia Pardo Bazán descubriera en Insolación la intimidad de la mujer, las cartas transmitían sus emociones en la novela del XIX.
E.G.R. ¿Cómo escriben tan bien la niña y la abuela? La abuela es depositaria de la cultura de la época, la sabiduría popular. Recuerdo a mi abuela que escribía cartas y lo hacía muy bien.
-L. Me rechina cuando Teresita habla de su "madre biológica", en el siglo XIX. Madre que me parió, madre que me trajo al mundo.
-E.G.R. Sí, lo corregiré en la próxima edición. Madre de sangre tal vez.
(Nos lee de la página 246, sobre Castil de Lences, un vergel al pie del páramo.)
"Situada bajo la protección de la laderas que desciende del páramo, la villa ofrece la impresión de que toda bonanza hídrica que recibieran las tierras altas se filtra al subsuelo sin dejar rastro; queda acoplada en su interior del monte y, como si este fuese el saco horadado en su fondo en que un gran avaro acumula monedas, las aguas, abundantes y claras, escapan de la tierra en el esplendor de los hontanares del caserío.
Uno de los numerosos regatos que humedece sus huertas ubérrimas surte de una boca de piedra caliza construida en arco de medio punto...".
Y de la página 250:
"En unos minutos oteó sobre un mogote de la ladera el abside semicircular de la Iglesia románica de Abajas. Gruñia mientras atravesaba el pueblo, tan fecundo en torrentes, tan alegremente arroyos y tan ricamente bordado con manzanas, nogales y otros muchos árboles que el páramo mezquino nunca ofrecería a sus miradores."
Gracias a un puñado de lectores muy interesantes.
-Nosotros también te damos las gracias por tu libro y tu atención hacia nosotros, Enrique García Revilla.
Termina la reunión y nos despedimos, no sin que el escritor nos dedique algunos ejemplares.
Gracias por las palabras de la dedicatoria.
Estaremos de nuevo aquí, el último martes de noviembre, con "Los muertos no respetan el descanso" de María Velasco.
María Ángeles Merino Moya
Mi crónica está redactada, como otras veces, siguiendo mis rápidos apuntes tomados en la reunión, con la voluntad de acertar con su espíritu, ya que con la letra, toda la letra, es humanamente imposible.
Y nos metemos en un aquelarre, con la Sinfonía Fantástica de Berlioz.
2 comentarios:
Gracias por este trabajo, María Ángeles. Aquí queda, como certificado de lo acontecido, que permite recordarlo a los que estuvimos y conocerlo a los que no.
Aquí queda para la memoria del Club de Lectura, fue un placer u un privilegio estar de cronista. Gracias, Pedro Ojeda, Enrique García Revilla y compañeros lectores
Seguimos leyendo.
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