A LOS QUE HEMOS TRABAJADO CON MUJERES DE CULTURA ISLÁMICA, NOS PUEDE CHOCAR ESTE FRAGMENTO DEL QUIJOTE.
Por favor, contadme lo que veis extraño.
Aparece por primera vez el personaje de Zoraida, una mujer argelina enamorada del protagonista, en la novela morisca "Historia del cautivo".
Aparece por primera vez el personaje de Zoraida, una mujer argelina enamorada del protagonista, en la novela morisca "Historia del cautivo".
Un pasajero… entró en la venta, el cual en su traje mostraba ser cristiano recién venido de tierra de moros….Entró luego tras él, encima de un jumento, una mujer a la morisca vestida, cubierto el rostro, con una toca en la cabeza; traía un bonetillo de brocado, y vestida una almalafa , que desde los hombros a los pies la cubría…
Pidió en entrando un aposento, y como le dijeron que en la venta no le había, mostró recebir pesadumbre y, llegándose a la que en el traje parecía mora, la apeó en sus brazos . Luscinda, Dorotea, la ventera, su hija y Maritornes, llevadas del nuevo y para ellas nunca visto traje, rodearon a la mora, y Dorotea, que siempre fue agraciada, comedida y discreta, pareciéndole que así ella como el que la traía se congojaban por la falta del aposento, le dijo:
—No os dé mucha pena, señora mía, la incomodidad de regalo que aquí falta , pues es proprio de ventas no hallarse en ellas; pero, con todo esto, si gustáredes de pasar con nosotras —señalando a Luscinda—, quizá en el discurso de este camino habréis hallado otros no tan buenos acogimientos.
No respondió nada a esto la embozada,... Llegó en esto el cautivo, que … viendo que todas tenían cercada a la que con él venía, y que ella a cuanto le decían callaba, dijo:
—Señoras mías, esta doncella apenas entiende mi lengua, ni sabe hablar otra ninguna sino conforme a su tierra, y por esto no debe de haber respondido ni responde a lo que se le ha preguntado.
Pidió en entrando un aposento, y como le dijeron que en la venta no le había, mostró recebir pesadumbre y, llegándose a la que en el traje parecía mora, la apeó en sus brazos . Luscinda, Dorotea, la ventera, su hija y Maritornes, llevadas del nuevo y para ellas nunca visto traje, rodearon a la mora, y Dorotea, que siempre fue agraciada, comedida y discreta, pareciéndole que así ella como el que la traía se congojaban por la falta del aposento, le dijo:
—No os dé mucha pena, señora mía, la incomodidad de regalo que aquí falta , pues es proprio de ventas no hallarse en ellas; pero, con todo esto, si gustáredes de pasar con nosotras —señalando a Luscinda—, quizá en el discurso de este camino habréis hallado otros no tan buenos acogimientos.
No respondió nada a esto la embozada,... Llegó en esto el cautivo, que … viendo que todas tenían cercada a la que con él venía, y que ella a cuanto le decían callaba, dijo:
—Señoras mías, esta doncella apenas entiende mi lengua, ni sabe hablar otra ninguna sino conforme a su tierra, y por esto no debe de haber respondido ni responde a lo que se le ha preguntado.
Estas razones puso gana en todos los que escuchándole estaban de saber quién fuese la mora y el captivo, pero nadie se lo quiso preguntar por entonces, ... Dorotea la tomó por la mano y la llevó a sentar junto a sí y le rogó que se quitase el embozo. Ella miró al cautivo, como si le preguntara le dijese lo que decían y lo que ella haría. Él en lengua arábiga le dijo que le pedían se quitase el embozo, y que lo hiciese; y, así, se lo quitó ...
Preguntó don Fernando al captivo cómo se llamaba la mora, el cual respondió que Lela Zoraida ; y así como esto oyó...dijo con mucha priesa, llena de congoja y donaire:
—¡No, :no Zoraida: María, María! —dando a entender que se llamaba María y no Zoraida.
Estas palabras , el grande afecto con que la mora las dijo hicieron derramar más de una lágrima a algunos de los que la escucharon, especialmente a las mujeres, que de su naturaleza son tiernas y compasivas. Abrazóla Luscinda con mucho amor, diciéndole:
—Sí, sí, María, María.
A lo cual respondió la mora:
—¡Sí, sí, María: Zoraida macange —que quiere decir no."
Preguntó don Fernando al captivo cómo se llamaba la mora, el cual respondió que Lela Zoraida ; y así como esto oyó...dijo con mucha priesa, llena de congoja y donaire:
—¡No, :no Zoraida: María, María! —dando a entender que se llamaba María y no Zoraida.
Estas palabras , el grande afecto con que la mora las dijo hicieron derramar más de una lágrima a algunos de los que la escucharon, especialmente a las mujeres, que de su naturaleza son tiernas y compasivas. Abrazóla Luscinda con mucho amor, diciéndole:
—Sí, sí, María, María.
A lo cual respondió la mora:
—¡Sí, sí, María: Zoraida macange —que quiere decir no."
1 comentario:
Hola Abejita. Creo que es mejor que hagas tú el experimento de Kety con la novela morisca, pues yo, aunque estoy de vacaciones, tengo menos tiempo para estos menesteres. Intentaré seguirte e ir a esta novela. Ya te haré con más calma el comentario que pides.
Besos.
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