martes, 28 de octubre de 2025

Una rosa color de fuego y un libro "mortal y rosa".

 


Ayer, en el paseo, una rosa color de fuego y un libro triste.

En Mortal y rosa,  sobrecogedora y tierna elegía de la infancia, Francisco Umbral evoca la muerte de su hijo. Un libro que nunca me atreví a leer por triste, ahora me atrevo. Mejor así, en 1975 no me hubiera gustado.

Comienza el libro, tras unos versos de Salinas:

"...esta corporeidad mortal y rosa 

donde el amor inventa su infinito"

(Pedro Salinas)

Y arranca: 

"Cuando me arranco al bosque de los sueños, a la selva oscura del dormir, y me cobro a mí mismo, me voy lentamente completando. Porque he dejado de interesarme por mis sueños. A la mierda con Freud." 

(Francisco Umbral, Mortal y rosa) 

El autor y la tremenda belleza del dolor de las palabras. He tenido que llegar a 2025, cincuenta años después, para poder entrar. Ni es una novela ni habla solo del niño, me hubiera defraudado.

Ya veis, dolor y escritura. 

María Ángeles Merino Moya