jueves, 25 de abril de 2024

El momento de abrir un libro.

  




Viene de "El blog de Sor Austringiliana": 

El momento de abrir un libro nuevo y apetecible es un gran momento, y carambola si es en Día del Libro, aunque para los lectores todos lo pueden ser, 23 de abril u otra fecha. Bueno, sigamos la tradición. 

Esta mañana no tenía muchas ganas de andar, ahí detrás de una rodilla hay un "ay", pero quería dar una vuelta por las casetas que montan los libreros y comprar un libro que tenía en mente: "El niño" de Fernando Aramburu. A la pierna ni caso y salgo de casa mirando al cielo, recuerdo el violento chaparrón de hace dos años.

Andar, ando poco, el Espolón está casi vacío y la gente se concentra en la Plaza Mayor, en torno a las casetas, alegra la vista ver libros y posibles lectores alrededor, como abejas a las flores. Flores, también las rosas son tradición, aquí no tanto. 

 La mañana ha sido buena dice la librera, encuentro enseguida el libro, voy a tiro hecho; lo compro con el correspondiente descuento y no me detengo a mirar otros, hay demasiada gente para andar curioseando, mejor en la librería.

Todavía doy un paseo por el Espolón, comentando incidencias, librescas o no, con una amiga por el móvil. Después me encuentro a una vieja compañera de clase y un ratillo de pegar la hebra al respecto. En el camino, compro el pan y, ya iba mordiendo algún pedacito, cuando me encuentro a un antiguo alumno del centro de adultos que hacía mucho que no veía y... En fin, está claro que además de leer me gusta hablar.

Esta tarde, leo un poco de "El niño": el dolor y la ternura de un abuelo que ha perdido a su nieto. Algunos recordaréis una explosión de gas en una escuela de Ortuella, cerca de Bilbao, con treinta y nueve niños y tres adultos muertos, en 1980. Yo lo recuerdo muy bien, con mis pequeños alumnos del Colegio Domingo de Aguirre, en una misa en la iglesia parroquial de Legazpi, en recuerdo de los fallecidos en Ortuella. Y, como aquel curso, una frase repetida en clase era " seño, que huele a gas". No, las modestas estufas catalíticas de aquellas aulas provisionales no provocaron ningún accidente, pero los niños de Legazpi no olvidaban a los niños de Ortuella. 

Feliz Día del Libro, majos. Sí, también es el día de Castilla y León, feliz día a los castellanos y a los leoneses.

Ya ve, Sor Austringiliana, lectora y charlatana.  

María Ángeles Merino

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