jueves, 27 de septiembre de 2012
"El lector de Julio Verne". Nino todavía no sabe lo que quiere ser de mayor.
Esta entrada pertenece a la lectura colectiva de "La acequia", dirigida por Pedro Ojeda. Es un comentario acerca de algunos contenidos de la novela "El lector de Julio Verne", de Almudena Grandes.
Las paredes son de papel y Nino oyó las palabras preocupadas de su padre. El chico está "canijo" y no va a dar la talla para ser guardia civil. Por si acaso, "lo mejor es que aprenda a escribir a máquina" ; así podrá hacer oposiciones, trabajará en el Ayuntamiento o en la Diputación.
Aquella noche Nino no pudo dormir, recordaba el frío de unas esposas atenazando su mano izquierda. Fue en el tren, a un guardia joven le urgió hacer pis y el cabo Macario tuvo la ocurrencia de colocarle a él, "tan formalito, tan obediente" en el lugar de su compañero. Esposado a un prisionero herido y temblón, así se "foguea" un niño nacido en una casa cuartel que de mayor, sin duda, será guardia civil. "¿O no?"
No, Nino no quería viajar esposado a un prisionero, dar miedo, llevar preso a sus vecinos, que le hagan la pelota y tener que hacerla, vivir en un cuartel, compartir el retrete con "todos los culos de otras siete familias". Melones, patatas, fútbol, toros, cine, montar en los cacharritos, "menuda suerte, tenerlo todo gratis". No, Paquito, ni hablar.
Aquella noche se sintió culpable del sufrimiento de su padre. Pero la amargura "vino envuelta en la certeza de su amor", un "intrincado hallazgo", "una llama secreta"que le calentó la cama. Por fin se duerme, menuda helada la de esa noche.
No iba a dar la talla y él no podía decepcionar a su padre dos veces seguidas, "tendría que trabajar en una oficina aunque no quisiera". A los nueve años, "quería conducir coches de carreras". Aterriza, Nino, piensa en algo más real.
"Y, si no, vivir como Pepe el portugués, tener una casilla pequeña, al pie de la sierra, una huerta, un caballo, unos pocos animales, unos pocos amigos y estar lejos...y no volver a casa de madrugada, con la capa tiesa de hielo..." Nino quería ser como el misterioso forastero que vivía en el molino viejo, donde nunca había nadie y se podía gozar de la soledad.
Su amistad nació el mismo día en que se conocieron. Estaba bañándose con Paquito en la poza del molino. Pepe les apuntaba con una escopeta, su amigo salió pitando; él no, él no era un "cagado" y así se lo hizo saber. Después de estrecharle la mano, Nino pasó dos horas feliz de ayudarle a arreglar la casa, mientras Pepe le hacía hablar aunque...él poquita cosa contaba de si mismo.
"Pasarse los días en el huerto, trabajando sin camisa en el huerto, en los olivos, o andando por el monte". Nino no desea parecerse a él, sino ser él, instalarse dentro de su vida. Vivir en el molino, con todo ordenado para no tener que limpiar y las camisas bajo el colchón para no plancharlas, sonriendo con el diente partido y fascinando a la gente, soltando aquello de "Los hombres como yo no nos casamos nunca".
Y Nino, está en la edad, experimentará otra fascinación , la provocada por el mítico maquis"Cencerro", uno de "los del monte", convertido en símbolo:
"Yo admiraba a Cencerro... porque era el más poderoso, el más listo, el más valiente de todos los hombres que conocía...porque todas las mujeres de la Sierra Sur suspiraban por él...porque hacía lo que le daba la gana...porque los guardias no podían con él...porque su cabeza era la más cara...y él, en lugar de achantarse, acusaba el incremento de su precio subiendo lacantidad de sus propinas..."
Porque el verdadero Cencerro, Tomás Villén Roldán, murió pero "seguirá vivo mientras haya alguien en el monte que lleve su nombre".
Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:
María Ángeles Merino
Las palabras en letra color naranja están extraídas directamente de la novela "El lector de Julio Verne", de Almudena Grandes, editorial Tusquets, primera edición, marzo 2012.
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11 comentarios:
Estupendo como siempre. Me ha encantado el pequeño guardia civil que te has agenciado, je,je... Besotes, M.
Este trozo en concreto sí lo he leído y luego lo dejé, pero no porque no me interesaba que sí, lo que pasa es que ahora tengo que volverlo a leer desde el principio. Tengo ganas de volver al pueblo para poder empezar a leerlo
Besos
Luz
Está extraordinariamente conseguida esa parte de la novela, en la que conocemos al protagonista. Consigue, a partir de ahí, una sólida base sobre la que contarnos lo que va a ocurrir.
Qué gracioso el guardia civil inicial.
Es muy interesante como Nino experimenta eso de cuidar al prisionero en el tren.
Besos
Pd- Muy buena la ilustración.
Se nota que es un niño querido y, que a su vez quiere a sus padres.Ahora estamos en el punto álgido de la lectura.
Que guapos estos guardias jejej;)
Besos
Los niños no debieran pasar por determinadas pruebas que les obligan durante las mismas a ser mayores. deben ser niños, ya hay tiempo para lo demás.
En aquel entonces, los niños maduraban antes de tiempo, a la fuerza, queriendo y no queriendo.
Me encantó leer tu exposición.
Un saludo
No sabe lo que quiere ser, pero sí sabe lo qué no quiere ser, y no me extraña con las cosas que veía y oía.
Besos
Leyendo el libro no pude evitar hacer comparaciones entre Nino y mi hijo de diez años (que hace unos días ha cumplido ya los once).
Podía perfectamente introducirme en sus sensaciones, en ese urdir de pensamientos, en su propia lucha por querer ser. Pero claro, esos eran otros tiempos, ¿o no?
Besos!
No falla, los padres siempre con lo mismo; quieren para los hijos un trabajo fijo de funcionario.
Qué bien te las arreglas para buscar ilustraciones.
Un abrazo
Merche: y no veas cómo anda, je, je.
Ele: no importa, se puede leer y releer, no cansa.
Pedro: Nino es un personaje muy bien trazado, nos cae bien desde el principio. El muñeco guardia civil me miraba desde una vitrina.
Myriam: ese frío del hierro de las esposas...se siente.
Bertha: el cariño le ayuda a superar el horror.
Paco: que los niños sean niños es un buen objetivo.
Mj: eran malos tiempos de madureces prematuras.
Asun: así es, sabe muy bien lo que no quiere.
Mimosa: a esa edad se empieza a tejer la personalidad. Tu hijo tiene una madre observadora.
Pancho: sobre todo en tiempos de crisis.
Gracias por entrar aquí. Besos,amigos.
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