viernes, 10 de febrero de 2012

"Sonata de primavera": "esa vaga y romántica tristeza que encanta los enamoramientos juveniles"


¿Serían las "Sonatas" de Valle Inclán un buen argumento para una serie de televisión? En 1982  RTVE lo hizo  posible; aunque, tal vez,  pocos lo recuerden. Sólo he podido encontrar este fragmento de la "Sonata de Primavera". La desaparecida Inma de Santis fue María Rosario, junto a Manuel Sierra, como marqués de Bradomín. Fue dirigida por Miguel Picazo y el guión fue de Enrique Llovet.

Comentario a mi lectura de las páginas 53 - 68 de "Sonata de primavera", de Valle Inclán, colección Austral, edición de 1999, para la lectura colectiva de "La acequia", dirigida por Pedro Ojeda.

Tras la de otoño y la de estío, y a estas alturas de la de primavera, ya no miramos al protagonista con buenos ojos y solo confiamos que algo pare su implacable acoso.


Ya pasaron las honras fúnebres y lo encontramos, tan a gusto, junto a la enlutada Princesa y las princesinas. ¡Cómo huele a cera!



La Princesa le pregunta cuándo ha de volver a Roma. Xavier se estremece, ha de regresar mañana. A María Rosario la vemos "encendida como una rosa".



Su madre apoya la frente en la mano, con cierta coquetería, para preguntar si le sería posible quedarse unos días. Como el joven capitán necesitaría un permiso, la Princesa decide por su cuenta escribir ella misma al camarlengo. Así que pide, más bien ordena, a su hija mayor que redacte la carta; ella la firmará.


Al leer estas líneas, encontramos  dos personas en María Rosario. La que tiembla con ojos asustados y  boca "intensamente pálida, que parecía entreabierta por el anhelo de un suspiro". Y la que pregunta a su madre con "serena dulzura"si desea que la carta se escriba ahora mismo. Así lo hará, dice. Se lamentará de su soledad, esperando de la  bondad del Monseñor un permiso para el marqués de Bradomín.

De aquí

María Rosario pasa a su lado, al salir. El marqués  proclama audazmente en voz alta: "¡Me quedo, porque os adoro!" La Princesa le mira. El atrevido marqués  pregunta, aparentando indiferencia, cuándo toma el velo María Rosario. Las respuestas de la madre son frías y contundentes. No hay fecha, no se retrasará por la muerte de Monseñor y no será ningún disgusto: su hija será feliz y es lo que siempre ha deseado.

De aquí

¿Vocación de Santa? Sí, y no sería la primera en la familia, que en la cripta de la capilla tienen a Santa Margarita de Ligura, una Gaetani tan incorrupta que parece dormida. El marqués puede bajar a hacerle una visita, está muerta pero no se nota.

Santa Bernardita
La Princesa calla y el de Bradomín envía sonrisas a las  cuatro niñas, sonrientes, alegres y algo burlonas. Tras abrir  una ventana que da al jardín, la brisa "alegre, perfumada y gentil como un mensaje de primavera" alborota sus angelicales rizos. "Cabezas adorables" que poblarán los  sueños pecadores del marqués, en nada semejantes a los de los ermitaños, tan celestiales...

Ángeles de Murillo.
Tras una tarde de conversaciones lánguidas y beatas, viene una noche de Primavera, "silenciosa y fragante". Xabier baja a dar un paseo por el jardín, el espejo de su mundo interior. Siente el aire que agita los árboles y contempla la luna que los  ilumina apenas un instante, descubriendo sombras y misterios.

De aquí
 Como el jardín de Concha,  el del convento mexicano donde se aloja con la Niña Chole. "Mirtos seculares", "oscuros arrayanes" o "mirtos y laureles", qué más da.



Luego todo queda "en esa amorosa paz de las noches serenas". ¿Gozar de la quietud del jardín? ¡Imposible!
Temblor de una estrella
No hay tal serenidad. Las estrellas tiemblan y el mar exhala su queja.


Sendero orillado por floridos rosales,  brillo de luciérnagas, aire fragante, soplo que deshoja las rosas marchitas, "esa vaga y romántica tristeza que encanta los enamoramientos juveniles", herida que no tiene cura. Así siente el  amor "romántico" el joven Bradomín. ¿Amor?


Siguiendo al joven Werther, sueña "superar a todos los amantes que en el mundo han sido". Algo que el viejo marqués de Bradomín  califica en sus memorias de  "locuras gentiles y fugaces". Toda una vida de suspiros y sonrisas  por aquellos romanticismos que " nunca fueron otra cosa que un perfume derramado sobre todos mis amores de juventud". ¿Amores es el plural de amor?

Las penas del  joven Werther

Dan las doce, vuelve al salón, con las luces apagadas. Cree distinguir las manos blancas de una mujer. Pero, al acercarse, la sombra femenina se pone en pie, se aleja y desaparece. Un sollozo y un "pañuelo perfumado de rosas y húmedo de llanto". Lo besa. El fantasma es María Rosario y sufre.



Al día siguiente, en medio de  una conversación con el misterioso Polonio acerca de sus habilidades artísticas , oye un "murmullo de juveniles voces". Al marqués  le interesa muy poco el Paso de las Caídas, con sus "judíos vestidos a la chamberga", esculpidos en cartón por el mayordomo. ¡Qué agradable  invasión la de las cinco "princesinas"!

                                                http://blogtobarra.blogspot.com/2010/01/caida-de-jesus-alejandro-martinez-ramon.html

María Rosario aparece triunfante con el  blanco hábito de monja, sus hermanas  la rodean "como si fuese una Santa". La Princesa, muy pálida, lucha por retener las lágrimas. Estrecha amorosamente a su hija,  la contempla y no puede contener un grito de angustia. ¿Quién entiende a esta mujer?


El marqués está tan conmovido que le llega, como en sueños,  la voz del mayordomo que sigue hablando de "esa pobre obra de sus manos pecadoras". Parece  no percibir la ironía y el escaso interés  del de Bradomín. ¡El "nieto de Miguel Ángel"!

En la terraza, contempla a las cinco, bajo la luna, "como las hadas de los cuentos". En el salón, las señoras conversan y sonríen " al oír las voces juveniles que llegaban en ráfagas perfumadas con el perfume de las lilas que se abrían al pie de la terraza".



Intenta varias veces acercarse a María Rosario. Ella adivina sus intenciones y se aleja “con las manos cruzadas sobre el escapulario del hábito monjil que conservaba puesto”. Sus temores halagan “su orgullo donjuanesco”.


Cruza del salón  a la terraza una y otra vez, sólo por turbarla y hacerla huir. Disfruta  jugando con ella  al gato y al ratón. En un momento de descuido, mientras habla con una marquesa, “la Santa” desaparece.

Contempla el jardín desde la terraza. Canta un ruiseñor acorde con “la voz de las fuentes”. Luna, sendero, rosales, aire suave, suspiros y ondulaciones el agua del estanque. ¿Que está pasando dentro de Xavier?



El rostro de ella y un único pensamiento:



“¿Qué siente ella?... ¿Qué siente ella por mí?”


Baja hacia el estanque. Las ranas saltan y rompen el cristal del agua.



Se sienta y se sumerge en “confusos recuerdos de otros tiempos y otros amores”. Tristeza y remordimiento. Ahora su juventud le parece “mar de soledad y de tormentas”.



Vuelve a preguntarse:


“¿Qué siente ella?... ¿Qué siente ella por mí?”


Nubes blancas siguen a la luna, la cubren, la dejan sumida en sombras. Se levanta una brisa que trae “el aroma de las rosas deshojadas”.



Vuelve al Palacio. Sus ojos se detienen en una ventana iluminada, abierta, con el aire ondulando la cortina. Le parece ver una sombra blanca. Quiere acercarse pero le detiene el rumor de unas pisadas. Es el misterioso Polonio.

http://leyendoaenriquevilamatas.wordpress.com/2011/06/20/ventanas-iluminadas-enrique-vila-matas/

Quiere volver a su ensueño, pero le interrumpe el canto de un sapo. Recuerda que en sus lecturas de niño “el Diablo solía tomar ese aspecto para turbar la oración de un santo monje”.




Está convencido: “el Diablo tienta siempre a los mejores”. Y “aquella noche el cornudo monarca del abismo encendió mi sangre con su aliento en llamas y despertó mi carne flaca, fustigándola con su rabo negro”.


"Una ráfaga violenta" alza "la flameante cortina” . Ante la visión angelical de  María Rosario arrodillada...no puede decir lo que pasó: “Un impulso ardiente”, “una sacudida fría y cruel”.




 Llega a la ventana y salta dentro. Ella grita, se dobla “como una flor cuando pasa el viento” y cae al suelo. La toma en brazos y la lleva a su lecho.



 Receloso, apaga la luz. Camina en la oscuridad y cuando “ya tocaba el borde de su lecho y percibía la blancura del hábito monjil”el rumor de unos pasos en la terraza heló mi sangre”. Unas manos invisibles, la cortina, la claridad de la luna...¿Quién es esa sombra oscura?

Cae la cortina, los pasos se alejan. Sus ojos vuelven “a distinguir el cándido lecho y la figura cándida que yacía como la estatua en un sepulcro”.





Tiene miedo y se acerca a la ventana. Canta el sapo, el jardín “húmedo”, “sombrío” y “susurrante” parece su reino.


Salta a la ventana y anda a lo largo de la terraza. Le parece sentir un leve rumor...

 “Un aliento jadeante” roza su cuello y “ la punta de un puñal” le desgarra el hombro. Un hombre se oculta en el jardín. Le reconoce,  pero desiste de seguirle, “para evitar todo escándalo”. Le duele dejar de castigarle pero siente “el calor tibio de la sangre correr por mi cuerpo”. Acude Musarelo, su criado que se cuadra militarmente.



 
Así lo dejamos por hoy.

Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:

María Ángeles Merino



"Excelente la entrada última de Mª Ángeles Merino sobre Sonata de primavera. No os perdáis el rescate de una serie de televisión sobre la obra."

 

12 comentarios:

Delgado dijo...

En punto interesante dejas la historia, por cierto toda una noticia lo de la serie. Sobre esos años más o menos también salió la película de Luces de Bohemia, y es que nuestros clásicos estaban más de moda entonces que ahora. De todas formas estaría bien que TVE recuperara esa serie en DVD como ha hecho con otras tantas.

pancho dijo...

De nuevo elevas el listón de tus resúmenes con voluntad lírica, fiel reflejo de las intenciones de Valle que tan pronto nos eleva al cielo o nos expone a lo más tenebroso del ser humano.

Me ha encantado esa oportuna referencia a la rana que quiebra la fragilidad del agua y el humo blanco de la nube negra (Sabina)porque es de noche en el alma de Bradomín.

Buen hallazgo televisivo. Esa toma primera en picado presagia la tragedia, que contrarresta con los jarrones llenos de rosas...

Un abrazo, o dos, por todo el trabajo de estas entradas.

Myriam dijo...

ajjj... jajajajaja y yo que creía que esa foto era un ombligo en un abdomen... ¿de cera?

Myriam dijo...

Y sobre lo de filmar las Sonatas, la verdad que no lo veo. Se perdería el magnífico lenguaje de Valle-Inclán. Además no es lo mismo, fantasear e imaginar a través de la lectura que ver las escenas ya masticadas y simplificadas...

Besos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué magnífica entrada. Pienso que es la mejor que has hecho sobre las Sonatas -y ya habías dejado el listón muy alto-. Me ha gustado mucho lo de las dos personas en María Rosario: en realidad hay dos personas en todos los que aparecen en la S. de primavera y Valle sabe marcar las contradicciones.
Y gracias por el rescate de la serie televisiva, que no recordaba.

Paco Cuesta dijo...

Leer tus comentarios supone vivir dos veces las Sonatas y por tanto disfrutar en mayor medida de ellas

Merche Pallarés dijo...

Excelente. Me han entrado ganas de acabar esta Sonata y ¡muy buen hallazgo la serie televisiva! TVE debería recuperarla como dice DELGADO. Besotes, M.

Humberto Dib dijo...

Hola, vengo de un blog que trata un tema parecido, estoy interesado en la sonata de primavera, me gustó lo que subiste.
Con tu permiso me quedo como seguidor.
Un cariño.
HD

MIMOSA dijo...

Como bien sabes, no sigo esta lectura, pero el echo de poner ese pequeño trozo de la serie me hace situarme un tanto en lo que se maneja en la lectura.
Me quedo en una frase...un sollozo y "un pañuelo perfumado de rosas y húmedo de llanto".

Besos.

Gelu dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:
Te superas en cada entrada. Y en todas pones ‘una guinda’ de humor que obliga a una sonrisa, entre tanto trabajo bien hecho.
Me costó adivinar el misterio de tu fotografía nº 3. Me ocurrió como a Asun.
Tu ilustración del suspiro de una estrella, me ha demostrado lo ignorante que soy en Astrofísica, -¡y en tantas cosas más!- en un principio pensé que era broma.
Qué bien que hayas traido el enlace de la serie, que no había visto. ¡Qué buenos actores!. Procuraba no perderme ninguna obra de teatro de las que hacían por televisión. Berta Riaza, estupenda actriz, ( Princesa Gaetani) , aunque aquí no se parece a la que me había imaginado con la descripción que nos hace Bradomín al compararla con la pintura de María de Médicis de Rubens. Pero el vídeo me ha gustado.
Si lo hicieran así, respetando el texto, sí estarían bien las Sonatas; y si además se leen pues miel sobre hojuelas.
Algo que me ha llamado la atención, es tu enlace de las Reliquias incorruptas.
Y muy bien tu comentario a la invitación al Marqués a bajar a la cripta.
Abrazos

P.D.: He mirado si tenía algún programa de cine de la película de Enrique Llovet de ‘Los últimos de Filipinas’ del año 1945. , y sí, la pusieron en el Gran Teatro. Te dejo la canción: Yo te dire 67 años después de su estreno, en una versión actual, que habla de lo que sienten los enamorados de todos los tiempos.

Abejita de la Vega dijo...

Delgado: nuestros clásicos tenían su sitio en aquella televisión única. Ahora no superarían niveles de audiencia convenientes y se las cargarían antes de su emisión completa.

Pancho: unos micrómetros de listón, gracas Pancho. Lo más lírico y lo más tenebroso, así es. La rana, la nube...toda la Naturaleza colabora con el objetivo de Valle que no es otro que crear belleza. Esa toma en picado está muy lograda y el jardín es tal y como lo imaginamos. Tres abrazos o cuatro.

Myriam: es verdad, parece un ombligo; aunque mi intención no fuera esa. Las películas son iguales para todos, las lecturas son miles, una para cada lector; pero no estaría mal que los del cine intentaran traducir la belleza lingüística a imágenes.

Pedro: contradictorios los persnajes, contradictorio el escritor, contardictorios los lectores, contradictoria humanidad. Mas la pobre Rosario tiene dos personas enemigas entre sí.

Paco: enriquecemos nuestras lecturas porque tú ves lo que yo no veo y viceversa.

Merche: tal vez circulen por ahí en DVD, no lo sé. Te animo a terminarla, aunque el final...

Humberto: encantada de tu visita y de que me sigas. Te visitaré en tu blog.

Mimosa: es un fragmento muy significativo, ese pañuelo húmedo tiene su miga...y su corteza.

Gelu: se me contagia el humor de Valle, que lo tiene, a pesar de todo. Sí, la foto de la vela parece un ombligo, por casualidad. Podría encajar en esta historia...aunque yo quise expresar olor a cera y no otra cosa más erótica.

Yo de astrofísica ni idea y te diré que no es sino una foto de Venus con la cámara movida; ya sabes que aunque sea planeta parece estrella; si algún astrónomo me ha pillado la trampa que me lo diga. El temblor de una estrella es el temblor de mi mano disparando contra Venus.

Los actores son buenísimos, Inma de Santis está genial tan gazmoña y mística. Berta Riaza no es la sensual Princesa Gaetani comparable al retrato de María de Médicis; también lo pensé yo así.

Las reliquias incorruptas son impresionantes, algunas más que otras; la de Santa Bernardita es increíble...otras parecen mojama.

Invité al marqués a la necrofilia, qué idea tan diabólica...Gracias por el romántico enlace, ay.

Un abrazo a todos, gracias amigos.

Anónimo dijo...

Pudiera estar muy retrasado con la novedad, pero aquí está el vídeo completo en YouTube:
https://www.youtube.com/watch?v=ypmFk4Qdm-U