Comienzo el día con una buena lectura para la fecha de hoy, 8 de marzo. En el Club de lectura de La Acequia, dirigido por Pedro Ojeda Escudero, estamos leyendo "La malcasada" de la periodista y escritora Carmen de Burgos (Almería, 1867-Madrid, 1932), una abanderada de la lucha a favor de los derechos de la mujer.
El título ya dice mucho y el nombre de la protagonista, Dolores, también. Es la obra más autobiográfica de su autora, el retrato de una sociedad machista cruel, con una mentalidad patriarcal, entonces muy viva.
Aquí y en nuestros días, se resiste a morir. Persiste en buena parte del mundo, hay culturas...Vivimos un retroceso, ahora van y dicen que el feminismo se ha pasado. Incluso lo piensan jovenzuelos imberbes.
Duele la lectura porque no es antigua, es solo vieja y son miserias que todavía colean.
Sí, conocemos malcasadas, las tenemos cerca, algunas demasiado cerca.
El marido, las mujeres, la odiosa familia aneja, las "benditas" costumbres, la ciudad entera con su hermoso paisaje y su odioso paisanaje, la sociedad toda, esa España de los años veinte que negaba el divorcio e incluso la separación, los liberales iban contra la ley de Dios por proponerlo; todo asfixia a Dolores, una esposa que comete el delito de la igualdad.
Tratar a un marido como a un igual, tamaña herejía para las esclavas del sistema patriarcal, sin educación, sin cultura, las "catequistas", las mujeres perpetuadoras del sistema, algunas de ellas más malvadas que los machos apaleadores.
Carmen Burgos nos ofrece un relato maravillosamente escrito, con una pintura magistral, con olor a "biznagas", a jazmines que ocultan la podredumbre.
El cuadro es impecable: los dañinos cotilleos, el maltrato físico y psíquico, la maternidad malograda por los vicios maritales, la lucha de las solteras y sus mamás por encontrar un buen partido para la niña...Y la pelea a muerte de los gallos, las cometas con cuchillas ocultas, la bota de vino que se vacía, la procesión de una muñecona cargada de joyas, lo más costumbrista que puede ser lo más revelador.
Sin terminar la lectura, esto va a acabar mal. Dolores oye "unos pasos", puede ser su libertador. He dicho lectura, Antonio ha prohibido los libros, se los suministra la peinadora. No quiere una mujer con alma.
Es leer a Carmen de Burgos y sentirme combativa. Además, esta mañana leo en la hoja del calendario una cita de Jackson Katz:
"Calificar a la violencia de género como un asunto de mujeres es parte del problema. Da a una enorme cantidad de hombres la excusa perfecta para no prestar atención."
Por cierto, la que esto escribe es soltera y no se casó nunca.
¡Feliz Día de la Mujer! Feliz día también para los hombres que nos prestan atención.
Carmen de Burgos vive.
María Ángeles Merino
https://es.wikipedia.org/wiki/Carmen_de_Burgos