miércoles, 29 de diciembre de 2021

Reunión de lectores en torno a "Mil amaneceres" de José Luis Alonso de Santos. Cojamos el remo.



El Club de Lectura presencial de La Acequia y Alumni UBU, dirigido por Pedro Ojeda Escudero, se reunió el martes, día 21 de diciembre, a las cuatro y media de la tarde, en la Facultad de Humanidades y Comunicación, para comentar la obra de teatro "Mil amaneceres" de José Luis Alonso de Santos, un mago de la escena. Un libro adecuado para el placer lector y la reflexión. 


¡Qué desastre! La cámara de mi móvil se llenó de niebla, algo que solucioné más tarde de la forma más pedestre... Lo siento. Bueno, lo importante es que disfrutamos de una reunión lectora de diez. Para los que paséis por aquí y no la hayáis leído, os cuento un poco. La acción se sitúa en Castilla, en el siglo XVII.  El actor Antón Toledo ha muerto; para despedirse de él acude Benjamín quien, a sus 30 años, se ha convertido en un autor de éxito. Ante el féretro, como homenaje al fallecido, recuerda sus andanzas y vivencias durante los mil días de condena en galeras, donde lo conoció siendo un adolescente.

Comenzamos. Pedro Ojeda nos pregunta:

-(P.O.)¿Os ha sido fácil la lectura?

-(L.) En general, ha gustado.

-(L.) A mí no me ha dicho nada. Me recuerda la picaresca, el siglo XVI. Me ha dejado plano.

-(L.) (Sorprendida) ¿No te has reído?

-(L.) A mí me ha gustado mucho, dos veces, más la segunda. Es una obra de madurez, muy bien escrita, el personaje de Antón me parece ejemplar. Lo he disfrutado mucho. 

-(L.) Entretenida, peripecias con un lenguaje popular. 

-(L.) Me ha gustado la escritura, frases hechas antiguas, refranes, palabras antiguas que en Galicia se siguen usando. 

-(L.) Me gusta el redondeo del final, aquí estoy yo que he escrito esta obra.

-(L.) Los versos, el capítulo del muerto.

-(L.) Una obra que entretiene con mensaje. 

-(L.) Me he divertido con ello, te engancha, me gusta mucho el teatro. 

-(L.) La pena a Antón como consentidor, a galeras, me parece excesiva, tal y como lo plantea el autor. Creo que el cornudo era azotado por su mujer que era a su vez azotada. 

-(L.) Nos habla un poco de la actitud ante la vida. La obra es entretenida con un giro interesante. 

-(L.) Por fin, una obra optimista en la negrura de la vida. Lo primero que me llamó la atención es el bululú: un único actor hace todas las voces. También la lección de la alegría como obligación ética, ser felices y al mismo tiempo hacer felices a los demás,  el sentido cómico de la vida, el goce de la palabra, el homenaje al teatro y a la literatura clásica, el mismo paisaje del Quijote, las cancioncillas populares, la picaresca, Lope de Vega, el no de Antón al final...Seguir adelante siempre. 

-(L.) El que nos cuenta la historia es pesimista. 

-(P.O.) ¿Dónde estás tú? ¿Con qué personaje te reconoces más? ¿Eres Antón o eres Benjamín?

-(L.) A ratos soy uno u otro. 

-(L.) Yo me identifico más con Antón que es lo positivo. 

-(L.) Antón es un personaje ejemplar. 

-(L.) ¿Por qué se niega al final? ¿Por qué dice no?

-(L.) Ha estado engañándose a sí mismo. Decide quedarse, ha sido su estrategia de supervivencia. 

-(P.O.) No sé si José Luis Alonso de Santos estaría de acuerdo. 

-(L.) Benjamín es pragmático, no pesimista. Consigue su futuro. 

-(L.) Insiste en el hambre, qué hambre, la libertad y el hambre. Qué hambre se pasa en España. Hambre de todo tipo, no solo de pan. 

-(L.) Me gusta la historia de la abadesa, qué tía más buena. 

-(P.O.) La abadesa es independiente, juega con el sistema y les salva, les busca un refugio. Apunta el mundo de cordura en un mundo de locos. 

-(L.) No entiendo por qué elige el teatro para una obra para prosa. 

-(L.) Antón le enseña un oficio, es una relación paterna. Es como un padre. 

-(L.) Es más que un padre, es un educador, la educación y su valor (esta lectora ha sido docente y arrima el ascua a su sardina).

-(P.O.) ¿Habéis visto La vida es bella? algo así es el personaje de Antón, toma aspecto de bufón. Hasta que llega un momento en que dice no, yo renuncio, aquí me dan de comer y tengo la  seguridad de que no vendrá la Inquisición contra mí. Deja de tener sentido para él el construirse un mundo . El otro es joven y tiene que salir al mundo, o aceptas las normas o no las aceptas. 

¿Qué es la vida? ¿Qué es el teatro? No se puede explicar lo que es el teatro, qué vida puede ofrecer el teatro de la vida. 

-(L.) Un pasaje inolvidable es el del muerto y la reacción de la mujer. 

-(P.O.) Reflexionando me ha parecido curioso, todo el mundo acepta reírse de las desgracias ajenas, excepto que le toque hablar de alguien que tiene poder, como la mujer del alcalde, en el pasaje del badajo. Nos reímos de todos, pero cuando tocas el poder no te puedes reír. Hacemos comedias porque no hay cosa más humana que reírnos de la desgracia ajena. 

La ilusión para encontrar a su mujer, ella se va con otro, lo cual le machaca la vida pero reacciona con la filosofía del seguir adelante. Va a la iglesia y llora, se conforma con lo que dice el cura. El cura está encubriendo una bigamia, un pecado.

-(L.) Mátala, como es tu obligación. ¡Dice el cura!

-(P.O.) Atención, es un escritor actual. Qué tanto es antiguo, qué tanto es actual, es difícil hacer una obra así.  Juega entre lo que hubo y lo que hay, identificamos las capas sociales de ahora y de antes. Hace una distinción entre los que están protegidos por la instrucción y los que no. La abadesa aparece en un momento clave, está protegida por la instrucción y hace que cada uno encuentre su decisión.

José Luis Alonso de Santos es nuestro mayor dramaturgo vivo, es el creador de la nueva comedia en España. Margarita Piñero, su mujer, es la autora de la introducción.

-(L.) Muchos saben de La estanquera de Vallecas o de Bajarse al moro pero desconocen el nombre de su autor. Es una pena.

-(P.O.) Teatro independiente a finales del franquismo, teatro universitario. En Mil amaneceres enlaza con su primera obra ¡Viva el Duque, nuestro dueño!  donde aparece el personaje de Carcoma. Cierra el círculo, vuelve a sus inicios, es una obra de madurez. Esta obra le nace muy de dentro. Su última obra fue Los conserjes de San Felipe (la Constitución de 1808 va a ser destruida y la salvan unos conserjes), fue escrita coincidiendo con el debate sobre nuestra constitución. En el pasado hay notas del presente. Nos enfrenta a cuestiones muy presentes, las pone encima de la mesa  en todas sus obras desde el 70, es la lectura de la postmodernidad. Las grandes ideas matan, las grandes creencia matan. Esa gran historia el pueblo lo sufre, no lo vive, no lo protagoniza. Pone el foco en gente normal que no va a protagonizar la historia sino que la va a sufrir. Que le dejen vivir quiere la gente normal. 

En todas aparece el tema de la relación con el poder, cómo actuar ante ese poder, si cedes tu libertad, transiges o chocas contra el poder. José Luis Alonso de Santos propone una especie de pacto, cierta independencia, que te dejen en paz, con ideas claves de respeto al otro. Esta obra se escribe consciente de que es su última obra, se había retirado del teatro. Había sufrido una operación muy fastidiosa, en los ojos, tumbado boca abajo, le provocó pensar esta obra, ante el dolor. Vuelve al origen, a ¡Viva el Duque, nuestro dueño!, a los años setenta, con las compañías de teatro independiente. Reflexión sobre el teatro, el actor en su relación con el poder.

Rompe con el teatro convencional, rompe con la cuarta pared. Benjamín deja la caja y se dirige al público. Volver a los orígenes al teatro de los años setenta y al de los siglos XVI y XVII, la metateatralidad, rompe con el teatro burgués,vuelve al Barroco. Cierra el círculo con todo lo que ha aprendido. Vuelve a los monólogos, es un género que tiene hoy mucho éxito, llega, no exige una compañía grande, menos problemas económicos, el monólogo rompe la rigidez del teatro, esto es teatro y soy el personaje, formato muy típico. Si le quitas las acotaciones esto podría ser una novela picaresca como el Lazarillo de Tormes. El Lazarillo era una carta, aquí nos lo cuenta a nosotros. Hay otro formato que está rompiendo, es teatro y es una novela picaresca. 

El bululú, imaginad un actor que va pasando por todos los registros, ahora puede hablar con todos los registros. El bululú rompe con todas las estructuras del género, no es un drama, el final no es cómico, es reflexivo. El teatro actual no es cómico ni trágico, va pasando por todas las situaciones, como la vida. Ante situaciones duras como las galeras, una estrategia de supervivencia: tomar todo de una forma cómica. Hasta que llega un momento que dice hasta aquí. Como la vida, ante una misma situación distintas perspectivas, unos días con humor y otros no.


Una característica de esta obra, algo importantísimo es la reflexión del artista en el poder. Un artista en relación con el poder, cómo puede actuar, como Antón o como Benjamín. Una decisión nuestra, transigimos o nos negamos, pactamos con el poder. En la dictadura de Franco, por ejemplo, hay artistas que se oponen y otros se acomodan .Apelando a los artistas, entendiendo su relación con el poder, dos opciones.

Ninguna moraleja, esto es bueno, esto es malo, este es un idiota. Por eso, la abadesa es parte del poder pero es instruida, libre, intenta cambiar las cosas desde dentro.

Enfrentados con el poder, están en galeras, en una situación tremenda. Al principio, actúan de una manera distinta que al final. El autor los va poniendo en situación frente al pueblo, en situaciones cómicas o trágicas, lo del badajo es genial.También es poder el del pueblo, el poder de las masas, el público es un poder más, lo vas manejando, no es malo ni es bueno. El final es el comienzo, cuando se separa es lo que permite que Benjamín entre a hablar a su amigo como en Cinco horas con Mario. 

-(L.) Más divertido. 

-(P.O.) En esta obra se habla al público.

Cuando empieza, Benjamín es un gran actor. Tenemos un joven y un mayor, pareja que funciona en literatura. Alguien está enseñando a vivir a un joven, eso es la obra, hasta que le suelta de la mano. Ha encontrado un refugio que le permite no ejercer de bufón.

-(L.) Ese "no" no se lo explica. 

-(P.O.) Para que él decida, yo ya no voy a enseñarte más, tú toma la decisión. 

Benjamín quiere conocer el mundo más allá del hambre. Quiere probar esto porque es joven, no comprende hasta que vuelve y habla con el muerto. 

En el teatro moderno no se explican las cosas, en la vida no se explican las cosas. En el teatro convencional se explican las cosas, al final hay un personaje que explica ves esto es así porque en la escena final te lo explica. Aquí la obra tienes que explicarlo tú. 

La abadesa le dice que salga y se vaya con el rey. Antón ya no tiene semilla de futuro. Hay un momento en que tienes que matar al padre, Benjamín tiene que hacer su vida. Comprendemos esa rebelión. Es mi vida, es mi momento. Años después: qué razón tenía mi padre, qué razón tenía mi madre. Eso es Mil amaneceres. La estructura de poder cae a plomo, son los de abajo. Habla de la piedad, la amistad, el compañerismo, mucho de teatro. 

-(L.) Mérito del sentido del humor, sin él sería más árido. 

-(P.O.) La obra sería dramática. Ante la vida unos utilizan el humor, el humor ante un mundo hostil para sobrevivir. Permite terminar la obra con una sonrisa, qué risa, pero qué carga de profundidad tiene.

Es un monólogo que nos tiene en cuenta. El personaje ausente, gente que no está en escena, sitios ausentes. En el teatro  más importante que lo que vemos es lo que no vemos. 

(L.) El lector va entrando en esos escenarios, nos imaginamos el campo, los convictos. Es una obra de buenos, la desgracia es propia de la época que viven. Tradición española no tener héroes, son personas comunes con sus desdichas y sus alegrías. 

-(P.O.) José Luis Alonso de Santos cree en la bondad humana. El hombre es bueno por naturaleza, el poder le hace malo, corrupto. Si eres corrupto es por sobrevivir. Obsesión por el hambre. Si no tienes hambre no interesas al poder.

-(L.) Benjamín es un hombre bien vestido, ha triunfado socialmente, a partir de cómico.

-(P.O.) Al final no hay moraleja. La "Máscara de Plata" se la da a Antón porque supo fingir en la vida. Va al cesto y coge el remo, se lo lleva, la necesita para remar en la vida.

Obligación moral, sobrevivir. Sobrevivir, gracias Antón amigo. Se reconcilia con él, comprende que ya había llegado a su puerto, sin hambre, tranquilo, había remado mucho. 

¿Qué va a pasar? Va a seguir remando. Nos apela. 

Una excelente obra que nos lleva a la picaresca. El poder pesa mucho, es el poder de las estructuras de educación, de lo políticamente correcto, el poder de las redes sociales, el qué dirán...el poder diluido como el de ahora. 

Me alegro de que os haya gustado. Obtuvo el Premio de la Crítica de Castilla y León, 2020, ex aequo con Fábrica de prodigios de Pablo Andrés Escapa.

-(L.) Hay que seguir remando. 

Gustó mucho, animo a todos a leerlo. Se habló mucho y bien. A eso de las seis, nos despedimos y nos deseamos Feliz Navidad. Hasta el último martes de enero, con Insolación de doña Emilia Pardo Bazán.  

Mi crónica está redactada, como otras veces, siguiendo mis rápidos apuntes tomados en la reunión, con la voluntad de acertar con su espíritu, ya que con la letra, toda la letra, es humanamente imposible.


Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:

María Ángeles Merino

4 comentarios:

Bertha dijo...

Me llama mucho la atención ,el papel de la abadesa : en una época tuvieron mucho poder, con el derecho que se les otorgaba en su cargo ,con excepciones siempre.

"Mil amaneceres": un título apropiado para estos personajes ,con tantos sufrimientos o desventuras , mejor tomar el lado de la esperanza...Es, lo último que se pierde.

Nunca te acostarás sin aprender algo nuevo,me ha encantado estas reflexiones , muchas gracias por tu tiempo Maria Ángeles.

Que en el 2022 no decaiga estas estupendas entradas, mucha salud y mucha unión

Un abrazo con mis mejores deseos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

NI la niebla de tu cámara puede empañar tu magnífico trabajo de resumen de estas reuniones, tan útiles especialmente para aquellos que no pueden acudir. ¡Muchas gracias!

La seña Carmen dijo...

Pedazo crónica, María Ángeles.

La verdad es que, una vez más, con los comentarios de los demás nos damos cuenta de las otras visiones.

Obra fácil de lectura, valor añadido, que entretiene, hace pensar, levanta el espíritu...

Voy por la tercera lectura, y sacando nuevos detalles. Ahora estoy con los refranes, aunque ellos sean un poco espejismos. ¿Por qué repetirá tanto "Dicho y hecho"? ¿Tan interiorizada tenemos los españoles esta expresión que hasta en una obra, relativamente corta, aparece varias veces?

A más de uno nos gustaría tener un poco de Antón y llegar a ese ¡NO!, casi mejor antes que después.

Que nos regales muchas más crónicas en este nuevo año lleno de patitos.

¡A por el 2022!

Ele Bergón dijo...

Como siempre una gran crónica de lo que pasa en la reunión de los lectores en el el Club Presencial. Lo que no sé a la velocidad que debes escribir para poder abarcar lo más importante de lo que allí se dice. Enhorabuena por ello.

Besos