Comentario al poema "El Dios ibero", de Campos de Castilla, Antonio Machado.
Para la lectura colectiva de "La acequia", dirigida por Pedro Ojeda.
Igual que el ballestero
tahúr de la cantiga,
tuviera una saeta el hombre ibero
para el Señor que apedreó la espiga
y malogró los frutos otoñales,
...
Leo sentada junto a un trigal, “Campos de Castilla” sobre mi falda.
¿Qué es aquello que cruza el cielo azul?
Sueño dentro del sueño de un labrador ibero, un habitante de la piel de toro extendida, con sus festones de cabos y golfos.
Al pie del trigal, el campesino, con el ceño fruncido, sueña ser un ballestero y arrojar saetas blasfemas que lleguen al ignoto lugar donde habita el voluble ”Dios ibero”. Un sueño dentro de otro sueño.
Un viento suave mece las espigas, la esperanza dulcifica la mirada del labriego, el dardo volador ha desaparecido, en su lugar:
y un «gloria a ti» para el Señor que grana
centenos y trigales.
Mueve los labios, pronuncia con rabia palabras que arrasan con sus erres. Ruina, arranco, arrasa, helar tardío, bochorno, arrasa, muerde, turbión…
El hombre ibero reza y blasfema. ¿Quién es Dios para el hombre ibero? ¿Qué es Dios? Dios es el dueño:
»¡Oh dueño de la nube del estío
que la campiña arrasa,
del seco otoño, del helar tardío,
y del bochorno que la mies abrasa!
Dueño caprichoso, poco amigo de los débiles:
»¡Oh dueño de fortuna y de pobreza,
ventura y malandanza,
que al rico das favores y pereza
y al pobre su fatiga y su esperanza!
Dios es aire, es fuego, es una mano:
»tu soplo el fuego del hogar aviva,
tu lumbre da sazón al rubio grano,
y cuaja el hueso de la verde oliva,
la noche de San Juan, tu santa mano!
Dios es azar. Paternal o cruento, con faz de amor o de venganza. La simiente arrojada en la voltaria rueda; ahí va la oración del hombre ibero, blasfemia o alabanza, lo que decida el albur.
»¡Señor, hoy paternal, ayer cruento,
con doble faz de amor y de venganza,
a ti, en un dado de tahúr al viento
va mi oración, blasfemia y alabanza!»
El protagonista de mi sueño desaparece. Vuelvo a leer en este libro tan querido:
¿Quién ha visto la faz al Dios hispano?
Mi corazón aguarda
al hombre ibero de la recia mano,
que tallará en el roble castellano
el Dios adusto de la tierra parda.
Despierto y visito en una iglesia cercana a un "Dios adusto de la parda tierra”, tallado por una recia , y hábil, mano. Rezo con versos de Antonio Machado:
El Dios que todos llevamos,
el Dios que todos hacemos,
el Dios que todos buscamos
y que nunca encontraremos.
Tres dioses o tres personas
del solo Dios verdadero.
el Dios que todos hacemos,
el Dios que todos buscamos
y que nunca encontraremos.
Tres dioses o tres personas
del solo Dios verdadero.
"El Dios que todos hacemos"
Y esta también es buena oración:
"Anoche soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba"
(Campos de Castilla, XXI)
De Machado a Miguel Delibes. Como la próxima lectura colectiva girará en torno al novelista vallisoletano, quiero darle la bienvenida con un fragmento de "Las ratas", en sintonía con las preocupaciones de nuestro machadiano hombre ibero:
"-¿Dónde se ha visto que hiele por San Medardo?...
¿Saldrá el norte, Nini? ¿Tú crees que puede salir el norte? Mas el Nini no respondía. Miraba ahora la verja y la cruz del pequeño camposanto en lo alto del alcor y se le antojaba que aquel grupo de hombres abatidos, adentrándose por los vastos campos de cereales, esperaba el advenimiento de un fantasma. Las espigas se combaban, cabeceando, con las argayas cargadas de escarcha y algunas empezaban ya a negrear. El Pruden dijo desoladamente, como si todo el peso de la noche se desplomara de pronto sobre él: "El remedio no llegará a tiempo"
Abajo en la huerta, las hortalizas estaban abatidas, las hojas mustias, chamuscadas..."
Fragmento de "Las ratas" de Miguel Delibes extraído del libro "Castilla, lo castellano y los castellanos", de Miguel Delibes, 1979, colección "Espejo de España".
Echo el cierre a mi entrada con estas palabras de Miguel Delibes, extraídas del libro anteriormente citado:
"Si el cielo de Castilla es alto es porque lo habrán levantado los campesinos de tanto mirarlo".
Foto de Alberto Viñals, libro "Castilla, lo castellano y los castellanos"
Un abrazo de:
María Ángeles Merino
Textos tomados de:
www.rinconcastellano.com
http://www.poesi.as/amach101.htm
"Campos de Castilla", Cátedra.