Mis "zoraidas"
Comentario al capítulo 1,37 del Quijote, publicado en "La acequia", en la entrada titulada "Un poco de todo", correspondiente al día 22 de enero de 2009.
Un loco pregunta :¿Qué es lo que dices, loco?
En las primeras ediciones, este capítulo se tituló “Que trata donde se prosigue la historia de la famosa infanta Micomicona, con otras graciosas aventuras”.
Evidentemente sobran las dos primeras palabras, nos choca la mala redacción, pero entre los impresores y el escritor que no los repasa…No nos debe extrañar, repasemos su biografía más abundante en “saltos de mata” que en tardes plácidas junto al fuego.
Un loco pregunta :¿Qué es lo que dices, loco?
En las primeras ediciones, este capítulo se tituló “Que trata donde se prosigue la historia de la famosa infanta Micomicona, con otras graciosas aventuras”.
Evidentemente sobran las dos primeras palabras, nos choca la mala redacción, pero entre los impresores y el escritor que no los repasa…No nos debe extrañar, repasemos su biografía más abundante en “saltos de mata” que en tardes plácidas junto al fuego.
Aquí toca varios palillos., pero aventuras, lo que se dice aventuras, ni las graciosas ni las de Micomicona. Tal vez le gusta jugar con ese lector ávido de Amadises. Anda, hombre, lee esto que no tiene nada que ver ¿A que es mucho mejor? Olvídate de esas disparatadas historias.
Este capítulo remata el anterior, nos engancha de nuevo con la farsa de Micomicona, nos presenta a los protagonistas de un nuevo relato y remata con un discurso quijotesco como el que dedicó a los boquiabiertos cabreros.
Esta vez es el “afligido” Sancho, el quijotizado Sancho, el que ha visto sus gigantes convertidos en molinos. Su Micomicona, en quien había puesto sus esperanzas, se ha trocado en Dorotea y su gigante en Fernando. No hay color. A su lado, por el contrario, todos tienen un motivo de regocijo, desde el alto noble a la ventera.
Dorotea vuelve al lenguaje de sus novelas caballerescas favoritas, esas que casi no leía, con el beneplácito de Fernando que es ahora su dueño y señor y…dejar el papel a Luscinda, ni hablar. La del bello pie seguirá de actriz principal de esa representación que ha de llevar a don Alonso a su aldea.
Don Quijote despierta muy feliz, ha dormido como un bendito. Cortó la cabeza a un gigante y se enfada con Sancho que habla, a quién se le ocurre, de unos cueros horadados. Esta vez no habrá palos para el pobre escudero sino que la riña no estará exenta de cariño. “Sanchuelo” será “el mayor bellacuelo que hay en España”.
¿Qué es lo que dices, loco? ¡Un loco que habla de locos! Pero este loco, tan cuerdo a veces, encuentra enseguida una explicación, de acuerdo con sus coordenadas. No hay que extrañarse, todo es cosa de encantamiento. O tal vez haya sido el “nigromante” padre de Dorotea, temeroso de no recibir la necesaria ayuda. ¡Qué razonamientos los de este loco!
Todos se sorprenden al ver ahora a don Quijote, con un rostro “de media legua de andadura”, menuda hipérbole, vestido y armado de don Quijote, con sus desvencijados pertrechos. Recordemos que le han visto con una camisa demasiado corta por detrás.
Dorotea se mete de lleno en su papel de Micomicona, con su altisonante estilo. Tranquiliza al de la Triste Figura, asegurando ser la misma que era. Le anima a ponerse en camino, al día siguiente, para remediar su principesca desgracia. Fernando, le asegura que “todos acompañaremos al señor don Quijote, porque queremos ser testigos de las valerosas e inauditas hazañas”.Esto no nos lo perdemos…
Pero cuando parecía cerrado el capítulo, todos guardan silencio, entran en la venta los protagonistas de un nuevo relato que ocupará muchas páginas: el cautivo y la mora Zoraida. Preparaos paseantes, que llega el cautivo…no digo más.
Es un pasajero “el cual en su traje mostraba ser cristiano recién venido de tierra de moros”.La casaca, el bonete, los calzones, los borceguíes, el alfanje, el tahalí…posiblemente lo que lleva encima Miguel de Cervantes cuando regresa a España, después de su cautiverio en Argel. La hermosa mujer que le acompaña va “a la morisca vestida, cubierto el rostro con una toca en la cabeza; traía un bonetillo de brocado, y vestida una almalafa, que desde los hombros a los pies la cubría”. ¡Tantas mujeres vio así!
Ante la falta de aposento, las mujeres ofrecen su solidaridad a Zoraida, la mora cristiana que rechaza airadamente su nombre, prefiriendo que la llamen María. Ese “macange”, que quiere decir no, es de las palabras del Quijote que se recuerdan, no sé por qué… ¡Qué raro me resulta este episodio! Eso de la “mora cristiana” más parece un tópico literario que una realidad y Cervantes, qué le van a contar a él, lo sabe.
El ventero pone diligencia en poner una mesa,” como de tinelo”, y “aderezarles de cenar lo mejor que a él le fue posible”. Estos huéspedes tienen trazas de pagar muy bien.
Sientan en la cabecera a don Quijote que pronuncia un discurso paralelo a aquel que dedicó a los cabreros. Con el estómago más lleno que de ordinario, se le suelta la lengua y pronuncia discursos larguísimos como éste, tan largo que no le dará fin dentro del capítulo. Comenzará hablando de la paz. El escritor sabe muy bien lo que es la guerra de verdad, pero esa verdad no se puede contar. Pone en boca de un loco la defensa de una forma de vida que ha sido la suya, la compara con la del letrado, con la del estudiante…
Veremos cómo sigue esto.
Un abrazo para Pedro y los paseantes.
Un abrazo para Pedro y los paseantes.
María Ángeles Merino
14 comentarios:
en eso ando amiga...en eso...besos
¡Qué foto más oportuna!
Este año yo, tengo tres zoraidas. Una de ellas ha sido mamá y me invitaron a una fiesta paa conocer al bebé. Pude comprobar la complicidad que tienen entre ellas pues la fiesta era sólo para mujeres,los hombres ya lo habían celebrado. Estoy muy contenta con ellas y del interés que tienen en aprender el español
Un abrazo.
Manuel:iré a tu blog.Besos.
Pedro: leyendo el capítulo, me acordé de que tenía fotos de mis moritas. Elegí ésta porque apenas se les ve la cara.En realidad, no tenían nada en común con Zoraida, todo lo contrario, eran muy firmes en sus creencias y se hubieran escandalizado con la historia de la del cautivo.
Luz: en general,dar clase a los extranjeros es agradable porque te permite ver ,en vivo´y en directo, otros puntos de vista, otra forma de ver la vida. Eso que cuentas de la fiesta sólo para mujeres, también lo he vivido yo con alumnas marroquíes. Te extraña pero lo respetas.Besos.
Un beso
Anda que gracia, las Zoraidas, pues me parece muy raro que se dejaran hacer la foto, ya sabes que....., bueno veo que seguis con el Quijote pues para adelante, muchos besos abejita.
Abejita, como siempre me encantó tu análisis tan certero y gracioso. La foto con las "Zoraidas" que no "Marías" seguro... muy oportuna. Muchos besotes y gracias por tus visitas a mi blog. Muchos besotes, M.
Silvia: sí,accedieron a fotografiarse, ya ves que no se las ve apenas. No sé si te acordarás de estas chicas.Cuando me fui de Campo Real tres ya no vivían allí.De las tres hermanas una ya estaba casada y con niña y otra estaba prometida, aunque eran jovencísimas.Voy abriendo tus correos y lo paso muy bien.Un beso.
¡Hola Merche!
Efectivamente,aquellas chicas, de convertirse en "María" y perder su identidad islámica,como la Zoraida de Cervantes, nada de nada.Mi compi y yo, respetábamos su punto de vista aunque manifestáramos el nuestro.
Me encanta visitar tu blog y me da envidia sana ver como te manejas en inglés.Un beso.
Si, la que tiene la niña sigue viviedo en Campo Real, ha tenido hace muy poco otro niñ@.Me encanta que te rias con los correos que te mando, hoy te he mandado uno de animalitos, me gustaría que toda la humanidad se concienciara, y nadie comprase prendas de piel, ni abrigos, ni nada que ponga en peligro y mate a ningún animal.muchos besos Marian.
Hija, lo de mi inglés no tiene ningun mérito ya que me eduqué en Canada (Toronto) desde los diez años... El castellano sí que lo tiene más porque lo estudié solo hasta los nueve...ja,ja. Pero, gracias por el piropo. Besotes, M.
Silvia: espero que le vaya muy bien a mi "zoraidita", la de los dos nenes. Y a las demás, también, claro.
Tienes razón en lo de la piel de los animalillos.Eres un cielo.
¡Qué tal tus cosas?
Mercheee,en Canadá,envidiaaaa me das. Ese país tiene lo bueno de Estados Unidos sin lo malo. ¿es así?
Besos a las dos
ABEJITA, veo que no has buceado por mi blog... ¡Si cuento toda mi vida! Desde el dia que llegué a Canada. Y sí, Canada, por lo menos cuando yo vivi allí tenía lo bueno de los USA y no lo malo pero, no sé, no sé hoy en dia... Besotes, M.
Bucearé en tu blog, Merche.
Por lo que dices, ya ni Canadá se salva...
Un abrazo
Publicar un comentario