sábado, 11 de septiembre de 2010

"...soy Tosilos, el lacayo del duque mi señor, que no quise pelear con vuestra merced sobre el casamiento de la hija de doña Rodríguez"

Tercera parte del comentario al capítulo 2.66 del Quijote, publicado en "La acequia".


Al día siguiente, siguen su camino y ven que viene hacia ellos un hombre con alforjas y chuzo, como era propio de los correos de a pie.

Vaya, mi ordenador ya está haciendo tonterías, algún personaje secundario otra vez. Tal vez sea aquella intrépida muchacha enamorada, la vestida de arráez, o aquel galeote de la capitana. A ver, no...¿Quién eres?


Me presento, aunque vuestra merced ya tiene el gusto de conocerme. Soy Tosilos, lacayo de mi señor, el duque. Acabo de despistar a esa bella mujer que vuestra merced acaba de citar. Le he dicho que su don Gregorio preguntaba por ella y ha salido a toda priesa.

Soy aquel "valeroso combatiente", el que no quiso pelear con don Quijote sobre el casamiento de la hija de doña Rodríguez. Debía vencerle, según instrucciones de mi señor, sin matarle ni herirle, mas no quise.

Y ocurrió desta manera porque el niño cegato, ése que llaman Amor, o Cupido, atravesó mi corazón, con una de sus flechas. La Rodriguita ya no era la mocosa estirada que yo conocía. Ay, qué ojos, ay qué boquita de fresa. Caí rendido al amor y ésa fue mi falta.


"Yo pensé casarme sin pelear, por haberme parecido bien la moza..."


Dos meses después, me envía mi amo a Barcelona, a llevar un pliego de cartas al virrey, como cartero pedestre, con chuzo y alforjas. Voy por el camino y, para mi sorpresa, veo venir, en sentido contrario, al loco de don Quijote de la Mancha con su Sancho Panza.

Me acerco, le abrazo por el muslo y le muestro la gran alegría que me da el verlo. Pienso que, tal vez ,regrese al castillo del duque, mi señor. Le expreso el mucho contento que tendrá al verlo de nuevo y así lo manifiesto. Con esta noticia,sueño, tal vez recupere el favor de mi amo.

Don Quijote no sabe quién soy, he de decírselo. Me presento y le recuerdo que me negué a pelear sobre el casamiento de la hija de aquella dueña. Muestra su asombro y me pregunta si es posible que sea aquel que los encantadores transformaron en lacayo, para despojarle de la honra de la batalla ganada.

¿Encantadores? ¿Sigue creyendo en encantamientos? Le replico que no hubo encanto, ni mudanza de rostro ninguna, sino que entré en la estacada como lacayo Tosilos y como tal salí.

La moza me pareció bien y pensé casarme sin pelear. Todo sucedió al revés. Recordará vuestra merced que me enviaron al calabozo, a ver si se me pasaba el “encantamiento”.

Pero no terminó ahí el castigo infligido , bueno es mi señor para tolerar que alguien contravenga sus ordenanzas. Todavía tengo el cuerpo dolorido de los cien palos que me dieron,con una gruesa vara, en cuanto don Quijote salió del castillo.



"...el duque mi señor me hizo dar cien palos por haber contravenido a las ordenanzas..."

Y me quedé sin esposa, que la muchacha fue enviada a un monasterio y ya es monja, con una enorme vocación religiosa.


"...todo ha parado en que la muchacha es ya monja..."

La dueña Rodríguez, muy contrariada, volvió a su castellana aldea.


"...doña Rodríguez se ha vuelto a Castilla"

Y, en cuanto a mi persona, ahora sirvo al duque como correo. Gozo así de más libertad y entretenimiento que como lacayo, no falta gente en el camino…


Ofrezco a don Quijote un traguito de vino de lo caro y unas rajitas de queso de Tronchón, para despertar la sed. El escudero se adelanta y me pide que escancie, les parezca o no les parezca bien a los encantadores.


"Si vuestra merced quiere un traguito, aunque caliente, puro, aquí llevo una calabaza llena de lo caro..."

Su amo le llama glotón e ignorante porque no se persuade de la falsedad de un Tosilos encantado. Le anima a que se quede conmigo un rato y se harte, mientras él se va adelante, muy despacito, esperándole.


"...con no sé cuántas rajitas de queso de Tronchón"


Me río mucho con él, bebemos el vino y comemos pan con queso, sobre la verde hierba. Acabamos con el repuesto de las alforjas, nos sabe tan bueno que lamemos el pliego de las cartas porque huele a queso.



"...y, sacando un panecillo, él y Sancho se sentaron sobre la yerba verde..."

Sugiero al amigo Sancho que su amo “debe de ser un loco”. Me contesta, con gran discreción, que no debe nada a nadie, “que todo lo paga, y más cuando la moneda es locura”. Bien se lo advierte él, pero de nada sirve. Ahora, al parecer, va más loco que nunca, que ha sido vencido por un caballero llamado no sé qué de la Luna.

Le pido que me lo cuente, mas no quiere hacer esperar a su amo. Otro día, no sé cuándo, me lo contará. Se sacude las migas y me deja con mi curiosidad no satisfecha. Me dice “a Dios” y alcanza a su amo.

Yo también me despido. Quede con Dios vuestra merced.

Desaparece y ya sólo me queda decir lo del título, un tanto perogrullesco:
“LO VERÁ EL QUE LO LEYERE O LO OIRÁ EL QUE LO ESCUCHARE LEER”

Un abrazo para todos de María Ángeles Merino

Pedro Ojeda dijo en "La acequia":

"Abejita de la Vega, en su primera entrada sobre el capítulo, analiza la diferente actitud de los protagonistas ante la derrota. En la segunda, el nuevo juicio sanchopancesco. Finalmente, Tosilos viene a cobrar voz. Os recomiendo que os fijéis en el divertido y acertado juego entre imágenes y texto en sus entradas."

12 comentarios:

Paco Cuesta dijo...

Le salió cara la negativa a Tosilos, primero apaleado y luego maratón con alforja incluida.

Asun dijo...

Aquí reparten palos hasta al apuntador. Como la herramienta utilizada sea como esa de la imagen que has puesto, ¡anda que no tienen que doler!

Antonio Aguilera dijo...

Estupenda la galería de imágenes que montaste. El Tronchón tiene muy buena pinta, y con un trago de "lo caro" ahora que estoy sin merendar me vendría fortalecedor.
Pero Sancho sí que come, de mayor glotón del mundo lo trata su amo. Rocinante en el diálogo con Babieca le dijo que estaba metafísico porque no comía. Inversamente proporcional a Sancho.

Antojadiza, ciega y borracha: vaya calificativos que le da Sancho a la Fortuna. Reflexiones sobre sí mismo, estoy de acuerdo contigo; Sancho si agarra una bota de vino no la suelta hasta que le exprime la última gota.


Don Quijote lo trata de filósofo; supongo que sobre los hombros de Sancho descansa ahora gran parte de la responsabilidad para ultimar la novela: recursos que usa Cervantes según el superprofe Ojeda.

Bueno, lo de descolgar un ahorcado para colgar la ferralla, no le hace gracia ninguna al hidalgo.

Debes de poner unos filtros con biocidas ( pero cuidado con tu condición de Abejita)en la pantalla del ordenador, no vaya que un día se te cuele un bicho malo. Ahora fue el Tosilos, aquel que no quiso luchar con don Quijote porque "el niño cegato", el tal Cupido. Pues tenemos cegata a la Fortuna y al Cupido; Cervantes necesita poner una óptica con urgencia.

Grande, largo y enjundioso tu comentario. Es un gusto vello y leello.

Un abrazo

Antonio Aguilera dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Merche Pallarés dijo...

¡Qué divertido tu Tosilos! Y las imágenes... El comentario de ANTONIO AGUILERA, también tiene mucha enjundia, como todos los suyos... Besotes, M.

Myriam dijo...

Porbre TOnsilos que mal que fué a parar y su enamorada, ni se diga.

YO también quiero Vino y queso Tronchón... ' Dónde es el picknik y cuando?

Besos

PD Y la canción que me dejaste es preciosa. Mil gracias.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Esta aparición de Tosilos culmina este divertido y acertado juego tuyo entre texto e imagen. Impagable.

Ele Bergón dijo...

Hola coleguis
Esta clarisimo ,el vencido es el Alonso y no mi padre que desde que fue gobernador habla como un libro abierto y es verdad lo que dice ¿ Por que tiene que pagar el los desaguisados en los que se mete el larguirucho? Que cada palo aguante su vela y se castigue el si quiere, pero que a mi padre lo deje en paz.

Otra vez anda por aqui el tal Tosilos. Ja, mi padre le deja con dos palmos de narices , despues de haber comido el famoso queso Tronchon que tanto le gusta a mi padre y es que ultimamente esta de un listooooooo.


Ya falta muy poquieto para todo y no digo mas.

Choque de manos

Kety dijo...

Muy bien acompañado de fotos tu comentario.
¿Se librará Sancho de los azotes?

Besos

Abejita de la Vega dijo...

Paco: se le quedarían los pies hechos polvo, el duque no le dio ni un mal asno, qué tacaño.

Asun: menudos palos más dolorosos, carabí.

Antonio: el Tronchón que compré en Mercadona es algo sosillo, mucha vaca y poca cabra. El queso de Burgos que puse con el pan, es mejor...
Metafísico porque come, que de la panza sale la danza y, por qué no, las reflexiones sobre uno mismo.
Qué fuerte suena eso de borracha,pero es que algunas imágenes de Fortuna la pintan con una copa en la mano.

Se me cuelan y no me vale el Macafi ...Óptica Cervantes para diosecillos del amor y fortunas...

Merche: enjundiosos comentarios los del de Priego. Mi Tosilos no pierde el buen humor a pesar de sus doloridos lomos.

Myriam: pobre Rodriguita, en el convento a la fuerza, peor que Tosilos.

La canción de la doncella guerrera, en diferentes versiones, dice mucho de lo que se valoraba al mujer...pocoooo.

Pedro: Tosilos tenía que aparecer porque ya le di vida en otra ocasión, menudos palos le he buscado al pobre.

Ele Sanchico: tu padre ya no será nunca el de poca sal en la mollera.

Kety: se azotará, tal vez, de paripé...


Un abrazo a todos y gracias por la visita.

Alatriste dijo...

Jejeje, saludos de nuevo, menuda merendola quijotera, lástima que esa marca no fuera muy buena, yo he probado tronchones por ahí muy buenos.

Las fotos muy acertadas, me llama la atención el de los mejores vinos de España, y es que nuestro don Quijote sigue siendo requerido para nuevas empresas, en defensa de nuestros vinos ;D

Abejita de la Vega dijo...

Alatriste: espero que tus oposiciones vayan bien, suerte.
Don Quijote sirve también para promocionar vinos, en la Vuelta Ciclista. Su imagen está en el vino, en el membrillo, en el queso...en to.
Encantada de que, cuando puedas, te pases por aquí.
Un abrazo