domingo, 12 de junio de 2022

Reunión de lectores en torno a "Pájaros en un cielo de estaño" de Antonio Tocornal. ¿Realismo mágico andaluz?

 

Crónica de la reunión del 31 de mayo de 2022, del Club de Lectura de La Acequia y Alumni UBU, dirigida por el profesor Pedro Ojeda Escudero. El libro que comentamos fue Pájaros en un cielo de estaño de Antonio TocornalLa sesión comenzó a la hora habitual, las cuatro y media de la tarde, en el pabellón 3 de la Facultad de Humanidades y Comunicación, en el edificio del antiguo Hospital Militar. 

Como otras veces, redacto la crónica de la reunión. Esta vez no saqué fotos al profesor, tan ensimismada estaba en recoger todo lo que allí se decía. Cielos, qué ambiente entusiasta. En lugar de ello, publico fotos del jardín de Humanidades, el del antiguo hospital militar. Y del café que me tomé antes de la reunión, en la terraza de la cafetería. Seguía releyendo, es un libro que admite la relectura, no cansa.

Para los que no conocéis el libro, os echo una mano con la sinopsis que nos ofrece el mismo autor en su página web:

"Un domingo por la mañana llega a Las Almazaras, un pequeño pueblo andaluz en algún momento de la postguerra, una furgoneta desvencijada y abarrotada de bártulos. En su interior, un extranjero pelirrojo con dos de sus hijos y una jaula con un pájaro pinzón.

Se instalan en una vieja granja, un cortijito en estado ruinoso en la misma linde del pueblo, que reconstruyen con sus propias manos y con escasos medios. Más tarde hacen llegar al resto de la familia: en total, un matrimonio con doce hijos y una hija.

El padre, ayudado por sus hijos, emprende todo tipo de negocios y cambalaches para mantener a su familia. Poco a poco se integran entre gente poco acostumbrada a lo foráneo mientras intentan conservar algunas de sus costumbres extranjeras y, de alguna forma, llegan a transformar Las Almazaras y a sus gentes."

Tras los saludos, Pedro Ojeda comienza con un balance positivo de las lecturas de este curso 2021-2022: 

-(P.O.) Todos los libros de este curso han tenido éxito entre vosotros. El último, el de Rosa Chacel, un clásico. Espero que éste os haya sorprendido.

-(L.) Te ríes un montón.

-(L.) Hay cada cosa en el libro...

-(P.O.) Podéis buscar un vídeo de Antonio Tocornal conmigo, donde me cuenta su trayectoria. Hizo Bellas Artes y vivió de su obra artística. Se fue a París y se desilusionó del mundo del arte. Ahora vive en Mallorca con su mujer, en el campo, con sus gallinas y sus tomates. Empezó a mandar cuentos a todos los concursos y los ganó todos. Tenéis su obra en la solapa. En Bajamares, prodigioso de imaginación, tenéis a un farero, una persona que siempre hace lo mismo. Con Pájaros en un cielo de estaño ha ganado el premio más importante de los independientes. Malasanta acaba de ganar un premio, está ahora circulando, es más dura; prostitución, personas mayores, LGTBI...De no poder respirar en toda la novela. 

Una característica de Pájaros en un cielo de estaño es la cercanía, la proximidad al realismo mágico. Como García Márquez contó las historias de su pueblo. Como la de la mujer que hacía la cama y sabía quien se moría, era una tía suya, historias de su familia. ¿De dónde las saca? De cosas que le han contado. Un humor no muy normal en la literatura española. Domina las técnicas narrativas, sabiendo situar cada episodio en el lugar adecuado. Que le sigáis la pista, antes o después tendrá su oportunidad, el siempre ha sido muy independiente, dará el salto. Su última obra ha sido publicada por Planeta.

Él sabe que estamos leyendo la novela. 

¿Qué os ha parecido?

-(L.) Muy fácil de leer, entretenido, no sé a quién mandó la carta, a ver si podía ser un escritor famoso, alguien conocido. ¿Él mismo? Un tal Antonio Tocornal...

-(P. O.) Como Rosa Chacel, cuenta lo que ha vivido de pequeño y entra en ese realismo mágico. Él se menciona a sí mismo, con él va todo el asunto.

-(L.) Reciben la carta y la guardan sin leerla. ¿No hay curiosidad?

-(L.) El escritor había muerto. 

-(L.) Era un escritor ya en declive. 

-(L.) La editora es hija de la "Pajarita". 

-(L.) Ese final, cuando lo leí, quise leer más, me metí en Amazon y compré Bajamares. 

-(P.O.) Él suele jugar a la autorreferencia, es un juego metaliterario. Se nos ha ocurrido el nombre de Antonio Tocornal, un pseudónimo. Sin duda, hay poca probabilidad de que haya un escritor con ese nombre y, de haberlo, tenía que ser irrelevante. Esto nace en el Quijote, Cervantes destruye la confianza en el narrador que no sabe como termina su obra. Un juego sobre la autoría, un guiño, está destruyendo la confianza. ¿Quién es el autor? 

El personaje del cartero Picatoste ha salido en la prensa, un cartero real que existió.

No importa a quién, llega a la editora y lo publica.

-(L.) Hay mucha ironía que nos provoca una sonrisa.   

-(L.) El personaje del topo me recordaba mucho al personaje de La Trinchera Infinita. El guardia civil que se aprovecha, como se había engendrado ese hijo, un emparedamiento total.

-(L.) Hubo muchos topos muchos años después de la Guerra Civil. Cuando murió Franco, recuerdo que todavía salieron algunos. 

-(L.) Demasiada fantasía, lo del niño con un hormiguero en el oído, la de la niña con duplicidad genital...

-(P.O.)  La historia principal, la de la familia, es real. En este caso, no salen de Bélgica. En el libro, el padre coge a su familia y se trasladan con la nube encima. Parte de un elemento extraño, una familia determinada, y a ver lo que pasa. Está todo concentrado, puede parecer exagerado. Se aprecia su similitud con el realismo mágico. Juega con un mundo que ya no es el de la tecnología, si recordamos que en nuestro barrio ocurrían historias extrañas, lo que les ha pasado y lo que ellos piensan que les ha pasado. Él hace que esas cosas tengan su lugar, absolutamente fantástico.

-(L.) Las hay más familiares, otras más extrañas. La costumbre de sellar la puerta cuando un hijo se va no es española, evidentemente. 

-(P.O.) La personalidad de esa familia, tan emprendedores, cada cosa que hacen lo aprovechan y lo anuncian en el vehículo, como un resumen del libro, una lista genial. Globos negros ¿a quién se le ocurre?

-(L.) La mujer como guarda el dinero, un ladrillo que se mueve detrás de una tinaja. La carta que les da para la persona que se va a morir.

-(P. O.)  ¡El reloj! La relación tan especial con el paisaje y con los alimentos. No se sabe cuál es el límite de lo real. El señor que pinta la luz, el niño sentado detrás de él, seguirá con la misma tarea. Es una delicadeza.

-(L.) Es el que más me gusta, los colores, la luz distinta cada día. Y el niño quieto y mudo, aprendiendo.

-(P.O.) Leemos cosas como que Rosamunda odiaba la manteca colorada pero la comía dando la vuelta al pan para no verla. Demasiado concentrada, tenéis razón. ¿Dónde termina la frontera entre lo real y lo no real? ¿Situaciones inverosímiles? Todo ocurre en un pueblo, se pasa de una historia a otra, todo está documentado. La realidad no existe, la verdadera realidad es la que recuerdas. Es tu realidad.

-(L.) Me ha llamado la atención de dónde viene la palabra flamenco.

-(P.O.) Le gusta jugar con las palabras, de hecho "me ha robado" la palabra japonesa "hanami" de mi libro La metáfora del mirlo. Hanami, una palabra para definir la acción de contemplar la belleza de las flores. 

La historia del cartero, un vinito, otro vinito...Es real la historia del cartero que no entrega las cartas y las almacena. Está aquí...

-(L.) Al cartero del libro le fue bien.

-(P.O.)  En mi barrio recuerdo que también había familias que tenían una cuenta en la tienda, el tendero apuntaba y ellos pagaban cuando podían. 

Cada uno ha vivido la realidad de una manera, la puedes cambiar, la memoria engaña, está denostada. La autobiografía es una ficción, un pacto con el lector, tú lo crees, el autor lo transforma en una novela.  Cada uno construimos nuestra realidad objetiva, es una realidad de consensos. La Historia cambia, no siempre se ha contado igual. 

A la pregunta por qué escribe, Tocornal contesta: ¡Qué sé yo! Escribo para terminar de construirme. Al escribir nos vamos completando. 

Don Tarcisio tenía un perro viejo y ciego llamado Cicerón...Es una historia de oralidad, como si estuviéramos escuchando. No podemos dejar de leer.

"San Antonio" propuso al ebanista que fabricara reclamos para los pinzones, una cadena de producción.

Leemos y cualquier situación te lleva a seguir leyendo. Un gran escritor.


-(L.) La historia del maestro latinista es tremenda, no puede superar que sus alumnos vean su prenda interior rosa, se va para siempre. Llama la atención que supiera tanto latín, tal vez estuvo en un Seminario como muchos entonces. Había mucho maestro inculto también, ex combatientes que solo sabían dar hostias (golpe contundente, no sagradas formas). 

-(P.O.) Situaciones extrañas pero no tanto. La mujer que no sale nunca de casa con los jabalíes que la acompañan, el camaleón librepensador, el loro Napoleón tan viejo, el hormiguero en el oído de un niño. Son cosas que existen, podemos buscarlas. Las concentra en un pueblecito andaluz.. 

-(L.) Me traen a la memoria la canción popular de San Antonio y los pajaritos que le obedecían: "Lleno de alegría San Antonio estaba y los pajaritos alegres cantaban". 

-(L.) Camilo José Cela sacaba nombres de las esquelas. Eso lo hace también Tocornal: Abundio Nepomuceno de los Tres Clavos. 

Malasanta es más duro, también ha ganado peso, está editada por la editorial Planeta.

-(l.) Se ha metido en el circuito. 

-(P.O.)  No se lo cree mucho. 

¿Hay algo que no os ha gustado?

-(L.) El personaje del "mamón" me ha producido alguna arcada, cuando se escribe con tanto realismo es lo que pasa. En contraste, me gusta muchísimo la delicadeza del relato del pintor que siempre pinta el mismo paisaje, la luz, los colores y el niño silencioso detrás. 

-(L.) Me gusta cuando se juntan dos lluvias.

-(P.O.) Él lo ata, es lo que vemos en nuestro barrio, incluso las personas más formales acaban haciendo cosas sorprendentes. Remite a una nostalgia de otro tiempo, no había tantas urgencias, Una medida del tiempo como la del reloj de horas dobles de aquella casa.. Ahora todo es más uniforme, los jóvenes son cada vez más iguales y viven más deprisa. Antes cada uno tenía su peculiaridad. 

-(L.) Yo quería tener catorce años para subir en ascensor. 

-(L.) Ahora a los once años quedan con un clic en varios lados a la vez. 

-(P:O.) Teníamos opciones para llenar el tiempo, ahora cualquier chaval de doce años no tiene momento de pausa. Productos que ellos ven, películas que ellos ven, una aceleración del tiempo vital. La gente se sentaba en un banco y empezaban a hablar, se contaban historias. Ahora están con los móviles. 

-(L.) Ahora también se percibe soledad, te sientas en un banco y se sientan contigo personas con ganas de hablar, con cualquier pretexto: el tiempo, las pensiones, lo cara que está la vida...

-(P.O.) Ahora ha cambiado el espacio de información, antes era el entorno. Los jóvenes viven su tiempo, las historias de los abuelos no interesan. 

"Una gota de agua salada resume todos los océanos. Un soplo de brisa en la cara sintetiza la devastación de los huracanes venidos y por venir, y un puñadito de tierra encontrado en el fondo del bolsillo explica toda la masa del sistema solar.

La primera vez que sospeché de la existencia de una misteriosa perfección en las leyes que equilibran el universo, fue a raíz de un hecho en apariencia sencillo...

La niña Rebollo era una rareza, un capricho de la naturaleza...dos vulvas y dos vaginas con todos sus complementos : la izquierda y la derecha..." (Página 131)

Cualquier cosa te la encuentras por extravagante que sea. No es una colección, es construir la nostalgia de un tiempo en que la hora duraba 120 minutos. Metido en una estructura metaliteraria, todo eso acaba en la mesa de una editora (hija de la "Pajarita"). 

-(L.) El cacique del pueblo con sus refranes. 

-(L.) A "Elias el Motivos" se le dormían las piernas, qué bien descrito como vivía escondido dentro de la chimenea. 

-(P.O.) Recordamos a las personas mayores sentadas hablando, cuando éramos pequeños. No solo en Andalucía, mis padres hablaban de las personas del barrio. 

-(L.) Se ponían apodos que se heredaban, como en el libro. 

-(L.) Mi pasaje favorito es el de las aceitunas: los olivos, la rebusca, la almazara, el aliño...

-(L.) La lista del tendero, la familia de los "Pájaros iba pagando, muchas veces en especie. 

-(L.) El carpintero que construyó dos ataúdes. conectados y comunicados, para él y su mujer...

-(L.) ...que pintaba todo de blanco, estaba loca, se levantaba y daba brochazos a todo. 

-(L.) El pintor alemán que luego viene la policía, lo detienen, desaparece, nadie sabe por qué. 

Acaba la sesión y nos quedamos algunos de los lectores hablando sobre los relatos más chocantes, los más divertidos. 

Mi crónica está redactada, como otras veces, siguiendo mis rápidos apuntes tomados en la reunión, con la voluntad de acertar con su espíritu, ya que con la letra, toda la letra, es humanamente imposible.


Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:

María Ángeles Merino

https://antoniotocornal.com/sobre-mi/

https://antoniotocornal.com/publicaciones/

https://antoniotocornal.com/bajamares/

https://antoniotocornal.com/pajaros-en-un-cielo-de-estano/

https://antoniotocornal.com/malasanta/

https://www.youtube.com/watch?v=RM19zj1uN1g


2 comentarios:

La seña Carmen dijo...

Como siempre nos has hecho una excelente crónica para los que no pudimos estar en esas tertulias y en esos café.

Interesantes los comentarios sobre un escritor para mí totalmente desconocido.

¿Se puede vivir de ganar concursos de relatos?

Sor Austringiliana dijo...

Antonio Tocornal sorprende, no deja indiferente. Vivir de la escritura pocos... Besos, Carmen.