miércoles, 8 de mayo de 2019

Los amores equivocados: "Si los amores suelen ser equivocados, amar no es equivocado" .




Comentario en torno a la lectura de Los amores equivocados de Cristina Peri Rossi, para la lectura colectiva de La Acequia, dirigida por Pedro Ojeda Escudero. 

 "Si los amores suelen ser equivocados, amar no es equivocado" afirma la autora de este libro de relatos. 

Los árboles no dan libros; aunque, para hacer una foto, una tarde de primavera, colocara Los amores equivocados en la uve donde empiezan a nacer las ramas. No se cayó; pero el lugar era, sin duda, equivocado. Muy poco duraría si lo dejara allí, indefenso ante el agua, el viento, los pájaros, los insectos o los seres humanos. Refugio erróneo, como los amores que relata Cristina Peri Rossi, nacidos en circunstancias equivocadas, protagonizados por personajes a los que el espejo devuelve espejismos. ¿Amar es acaso equivocado? No, no nos equivoquemos nosotros también, la autora nos lo afirma contundentemente: " si los amores son equivocados, amar no es equivocado". 


Los amores equivocados y las primeras violetas de la primavera. 

Estamos ante una colección de once cuentos breves, con más encuentros puramente sexuales que amor del bueno, del de verdad, del que nunca es equivocado. Encuentros nada convencionales, como nos dijo Pedro Ojeda: "Muy juguetona, rompe las convenciones sociales, algo que a los jóvenes les puede parecer natural, pero que no lo era tanto para una mujer nacida en 1941, de otra época". Un tipo de relatos que exploran el deseo sexual, narraciones rompedoras, muy habituales en las publicaciones de la "Movida". Cristina Peri Rossi llegará a España en 1972, huyendo de una dictadura, y nadará en esas aguas. 

El primer relato, el titulado Ironside, nos impacta, nos puede parecer políticamente incorrecto, incluso inmoral. Una vez leído, ya estamos preparados para los diez restantes: cabe cualquier desenlace, cualquiera menos el convencional. Al final, todo quedará patas arriba y, a menudo, el dominante y el dominado invierten los papeles. Para desvelar la hipocresía, se centra en el sexo explícito, demasiado para algunos gustos. Culo arriba, culo abajo, olores íntimos, erecciones, cunnilingus, pelos de pubis en la garganta, dedos juguetones, algún objeto de sex shop, desvirgamientos...¡Explicitudes que pueden causar incomodidad a los lectores de novelitas rosas, a la antigua usanza! No huelen a ramitos de violetas estos cuentos. 


.Lectura de primavera.

¡Melindres fuera, amigos lectores! Vamos con el camionero, y butanero, de Ironside que, seguramente, os parecerá un buen hombre. Pensamos que no hará con la chica autoestopista lo que no pueda contar a sus hijitas, las mellizas. Podemos sentir la tentación de fabular y salirnos del relato: 

¿A que no sabéis lo que me ha pasado? Una chavala, casi como vosotras, me ha pedido que la lleve en el camión. ¿A dónde quería ir papá? A un bar de la carretera que llaman "Ironside", para trabajar en él. Me ha contado su vida, tiene a su madre enferma y tiene que ocuparse de sus hermanos pequeños. No, no tiene padre. ¡Tenía un hambre! Le di la mitad del bocadillo de jamón y del bocadillo de tortilla. El Ironside es un lugar de gente mala, donde se pierden  jovencitas como vosotras. La he convencido y la he llevado a su casa, trabajar en ese tugurio, a quién se le ocurre. La he dado la dirección de una asistente social que conozco, sé de una anciana que necesita alguien que la ayude con las tareas del hogar, la chica parece espabilada, dice que sabe cocinar y todo. 



¡No!, la cosa no va por ahí. El camionero se cuidará mucho de contar nada a sus hijas porque sí la llevó al Ironside y allí la dejó. Nada de asistente social ni de cuidar ancianas, nada más desviado de la intención de Cristina Peri Rossi. El relato ha de dar un giro copernicano, la escritora nos va a dejar intrigados ante una jovencita que manifiesta su firme propósito de "trabajar" en el "Ironside", un lugar de esos que vemos a la orilla de la carretera, con letreros luminosos que no dejan duda. Una adolescente sin curvas decidida a ser prostituta y nos aguarda la sorpresa mayor. Para ser puta ha de saber hacer "eso" y ella no lo ha hecho nunca. Y le pide que se lo haga, por favor, que tiene que aprender. Es evidente:"tú eres un hombre"

"Claro que era un hombre. Y tanto. Ahora esa maldita erección lo estaba fastidiando."

"Delicadeza", "suavidad", "ternura". Unos ingredientes que no encontrará en el "Ironside".

Cuidado, hijas mías. "El mundo está lleno de hijos de puta salvajes a quienes les gustan las niñas-agregó." ¿Era él uno de ellos? 

Equivocado.

Pasamos al segundo relato, Los amores equivocados: la historia de una mentira y de una novela. De Montevideo a Barcelona, ella cruzó el océano solo para buscarlo, él  "se casó con ella para compensarla: le pareció lo menos que podía hacer". El amor no siempre es "ardiente y definitivo", "a veces le era infiel,  a ella que le tenía un amor tan absoluto, tan sin fisuras..."

"¿Como era posible que esta jovencita que se le había entregado tan espontáneamente una noche de amor en Montevideo hubiera cruzado el océano solo para buscarlo?" 

¿Acaso fue porque "la desvirgó con sabiduría, delicadeza y sensualidad, mientras en el pasadiscos sonaba..."?  

Él se puso a escribir una novela, qué casualidad: "la historia de una chica de diecinueve años que es desvirgada por un hombre de treinta al que ama...y lo encuentra...allende el mar. La historia de un amor absoluto sin fisuras, que había superado todas las dificultades...".

Un día, en una conversación con un matrimonio portugués, ella cuenta de cuando estuvo en Lisboa. ¿En Lisboa? Su vida y su novela quedaron desinfladas. 

Equivocado.

El tercero se titula El encuentro. José encuentra a la mujer de su vida, "en el cruce de una esquina". Muy hermosa, "insoportablemente hermosa", lleva soñando con ella desde la adolescencia, desde la primera vez que se masturbó. Huyó y corrió a contárselo a su buen amigo. Cree que entró en una perfumería, van a buscarla los dos. ¡La encuentran! ¿Adivináis el vuelco a la historia? 

Equivocado.

En el cuarto, Todo iba bien"todo iba bien hasta que ella, en medio del amor impetuoso de la refriega amorosa, le suplicó que la llamara puta." Pensó en su madre, que lo crió sola, sin la ayuda de nadie...".  Habrá un volteo que nos sorprenderá, en el sentido más literal.
Equivocado. En el quinto, "De noche, la lluvia", una mujer madura conduce bajo la lluvia, en una curva hay una chica joven y pensamos que se va a cumplir la leyenda urbana de "la chica de la curva". No, sino un encuentro de soledades entre dos mujeres, "un ardor y una alegría" en la noche húmeda. Dos mujeres que acaban de sentirse abandonadas por sus hombres. Dos mujeres que se acaban de conocer en la mutua desconfianza.  

"En mi soledad, tú me tiendes la mano".

Equivocado.



No huelen a ramitos de violetas estos cuentos. No. 

Os invito a seguir con los relatos siguientes, ninguno dejará de sorprenderos. Equivocados, sí. 

Un abrazo para todos los que habéis osado pasar por aquí de:

María Ángeles Merino


4 comentarios:

La seña Carmen dijo...

¿No suena todo esto bastante machista? Veo demasiados nabos en lontananza.

Sor Austringiliana dijo...

Algo de eso hay. amiga Carmen. 😊

Ele Bergón dijo...

Me gusta la idea del libro en el vértice de la rama y los peligros que le acechan.

No he leído el libro. No puedo opinar, pero sí decir que intuyo que nos enamoramos para llenar nuestros propios vacíos, pero nos equivocamos porque esos vacíos los tenemos que resolver nosotros mismos.Es mi opinión, nada científica ni contrastada y la verdad es que el amor siempre me ha parecido un verdadero misterio.Seguro que también estoy equivocada.

Besos

Sor Austringiliana dijo...

No te equivocas, el amor es uno de los grandes misterios. Y le acechan muchos peligros, como al libro en el vértice de la rama.
Besos