domingo, 27 de marzo de 2016

piel de Pedro Ojeda.


La luna nos recibió aquel 18 de diciembre de 2015, junto al Museo de la Evolución Humana, en Burgos. Entramos, saludamos a tantos amigos, la sala se llenó pronto. Era una pena que se quedara gente fuera. Las sillas estaban dispuestas como en un anfiteatro. Era un espacio distinto, no íbamos a escuchar una sesuda conferencia, nos esperaba la sensibilidad de la poesía. A Pedro Ojeda se le veía feliz. Era la presentación de su nuevo poemario: piel.



Escuchamos a Inés Praga, catedrática de Filología inglesa en la Universidad de Burgos, que nos hizo "una cariñosa y profunda introducción", venciendo una molesta afonía. La superación de una crisis y el amor que salva. Aplaudimos a Inés, que bien merecía el aplauso. 

Pedro Ojeda nos hablaba de sus poemas y procuraba evitar el vicio docente de dar explicaciones, porque "la poesía no se explica".



Comenzó el recitado y apareció un hada, era la bailarina Neftis Paloma que acompañó los versos en tres momentos y nos tradujo las palabras al lenguaje de la danza. Los que la vimos bailar, no lo olvidaremos. Aquí, en "La acequia", tenéis algunas imágenes: la lucha por la independencia, el hallazgo del amor y la liberación que ella quiso interpretar con el giro sufí, en el que es especialista.



El título es "piel"La piel del amor, la piel de los amigos, la piel de la tierra que habitas, la piel familiar. En un libro con un tacto suave y epidérmico. Es la salida de una crisis, recordamos como tiró al fuego los restos del naufragio. 

No puedo ni debo explicar los poemas. Pero, me he dejado guiar por un eco femenino que respondía a cada poema:


Yo me quise morir, pero no pude

No se muere uno cuando quiere. Ven conmigo y no mires más el puente. Los vientos ya no bajarán más, no se atreverán porque estás conmigo. Que guarden ya su cuchillo. Escucha los álamos, el viento ahora eres tú. ¿Eso no lo dijo otro poeta?


Ponte di Rialto (Cuadro de Agustín Merino)

Abrazarte con fuerza no fue un acto heroico: como un viejo telar, Venecia se hundía

Ya sé que no fue heroicidad el que te abrazaras a mí. Fue un poco antes de la última ola que avanzaba hacia nosotros. Nos tapábamos los oídos para no escuchar las fanfarrias de la peste. Los viejos poetas habían muerto y Bukowsky no nos servía. No importaba. Nos abrazamos bajo el azul. Nos habíamos salvado los dos.

Yo he visto los duraznos enloquecer de amor los años sin tormentas

Porque me había hecho muda y ciega y sorda. Y estaba muerta. Había dejado de soñar que cada día cuenta amaneceres. Oliste mi piel, tiraste de mi cabello para ver el color de mis ojos. Estaba muerta pero resucité, mientras los duraznos enloquecían de amor.

Arderán los caminos a tu lado cuando me encuentres tú

Caerán los pájaros, nos buscará un monstruo voraz, se conjurarán las tempestades y las siete plagas por mil, los animales enloquecerán y los demonios saldrán a cazarnos.


Pero no colgarán nuestros cuerpos como racimos de las farolas, no lloverán cometas como lágrimas de ácido. Te encontraré desorientado en medio del cataclismo. 


(Cuadro de Agustín Merino)

Cuando te hallé el mundo se había poblado de zanjas

Un señor con uniforme iba a multar mi risa. Yo escapé entre la gente con paraguas y te elegí.

EXTENSIÓN DEL MISTERIO

Torpeza y dulzura en la piel. 

(Cuadro de Agustín Merino)

LLUEVE ESTOS DÍAS, lento

La lluvia encontró el camino, el surco.

TRAZO SOBRE TU ESPALDA

Un poema en mi espalda. Escrito con amorosa caligrafía. Mapas imposibles en mis labios. No pesa la memoria de las cosas.


(Cuadro de Agustín Merino)

ME PEDISTE QUE ATARAS tus deseos

¿Atar la verde claridad de mi mirada?

TE VENDARÉ LOS OJOS


El botón que incendia mi carne.

Te diré que mis manos acarician

Lenta romería. Sólo el amor nos salva.

NO QUIERO MÁS PAISAJE

Sólo la certeza tibia de mi carne.

SI TE COMIERA A BESOS

No tendrían sentido los relojes

72 VERS.O.S.

Escribiste alguna vez.

LLENAR DE CUELLO LA BOCA

 Entrega.

¿SE PUEDE REINVENTAR UN BESO

Junto a una fuente.

Sí, paso a paso, beso a beso

EN LA PEÑA DE LA CRUZ

Quisimos compartir secretos.

NO ME CIERRES LA PUERTA

Rondarás mi calle y cantará la alondra

PARA LLEGAR A TUS OJOS

Los dibujaste en el agua, con el verde exacto.


(Cuadro de Agustín Merino)

ALGO EN LA LUZ después de una tormenta

Sabe a mí.

ESCONDIDO DEL RAYO

Te saco a la luz, a la calle.

SI EL VUELO DE TU FALDA

Escondido el cálido hogar.

ME PESA YA ESTE TRAJE tan de invierno

Buscas una camisa blanca azahar y azulada. La de salir al sol.

QUÉ POCAS COSAS son las necesarias
para el poema...

Rumor entre silencios, palabras como mañanas de sol.

SE LLEGA AL MUNDO al tiempo de marcharse

Pero entre tanto vivimos la piel, dejamos la huella exacta.

ALGUNAS NOCHES rompen en espuma

Todas las galernas, hasta mi cuerpo

SOLO LOS VERSOS PUEDEN expresar
el tiempo derrochado...

Herida, ruda pregunta, silencios, blancos entre palabras.

NIEVE COMO LA SEDA

Seda fría sobre mi rostro.

¿CUÁNTO ES
lo que de verdad
importa?

Cosas que guardo en un secreto lugar.

SABER QUE LA CERTEZA de tus labios

Dibujo lluvia de otoño.

JUNTO A LOS PINOS del monte

Al aire de la marisma todo lo que miro se hace piel.

HOY HE GANADO EL MAR...

Aquí está, te dije. Abrí el horizonte. Vetas de azul. 

CALMAR LA SED comiéndote la boca

Todo está.

PENSÉ EN TU PIEL

en el ascenso al cerro de Altamira.


La esperanzadora realidad de saberme trazaba el horizonte.

El AGUA TE LLEGABA hasta el tobillo.

Me sabía a salvo en un remanso entre los chopos.

EN SAN FRUTOS grité piel con todas las fuerzas

Te respondió el eco de las hoces y el espejo del Duratón. Piel.

HOY LLUEVE EN CANTAGALLO

Llega el otoño con su serena pausa. Suave tentación en la lenta mañana. Los rizos se enredan en el beso. Se derramará el café. No importa. 

A VECES PIENSO

que hubiera sido mejor nacer en Wisconsin.


En una cabaña, en mitad del bosque, escribiendo poemas para los suplementos culturales. ¡No!

¿Como Bukowski? ¡No!

Lecturas, paisajes, mujeres amadas, amigos, los rosales de tu padre, las manos de tu madre, la ternura hacia tu hija, tu tierra, el origen de tu gente y ser siempre horizonte. Así eres. 

Como indios en la peña buscaremos

El hilo rojizo que desborda el horizonte, ser palabra que festeja y reconoceros en los rostros cuando os agrupáis bajo las estrellas. Risas en círculo. Lo pasáis como indios de película.

EL POETA ESCRIBE A QUIEN QUISO DOMINARLE

Colonizarte, desembarcar en ti, tomar posesión de tu cuerpo en pie de guerra. Ignoraba la mirada del león.

Yo te tiré una castaña
hacia tu ventana abierta

Se lo dedicaste a Pilar Maíllo, a la que alguien tiró una castaña envuelta en diez palabras de amor. 

En la cuna del regazo
mecías la fruta roja.

Se lo dedicaste a Encarnita que mecía una fruta roja en su regazo.

No cumpliré tu encargo de poema

Se lo dedicaste a Marina que te encargó un poema. No quisiste desvelar el camino...

Para Elena, porque cuando le dije adiós 
en la boca de metro de Ríos Rosas
supe cuánto se me había
hecho ya mayor y yo tan viejo.

Qué pellizco en la boca del estómago

Tu hija se fue a sus días en Ríos Rosas y te quedaste mirando en sus ojos la inocencia de explorar todas las calles de todas las ciudades. Que se abran para ella. 

Con el cariño y los mejores deseos para su hija Elena se cierra el poemario. 

y no dejes que nadie
te ciegue las puertas del horizonte.

Después de su lectura y comentario, vuelvo a aquel acto de la presentación en el MEH. Pedro Ojeda firma y dedica ejemplares de piel . Aquí está el mío:




Para María Ángeles, esta piel con la complicidad de lecturas, palabras y emociones.


Foto tomada a la salida del MEH aquel 18 de diciembre

Salimos y nos reciben las luces de la Navidad. Me lo llevo a casa, firmado y dedicado. Ya había empezado su lectura. Es un libro pequeño pero necesito tiempo, no puedo leerlo de un tirón. Leer cada poema en voz alta, para sentir su ritmo. Atrapar los sentimientos y la belleza de las palabras. No es cualquier cosa la poesía. 

¿Y cómo contarlo sin contarlo?  Pido disculpas al poeta, por haberme tomado tanto tiempo. Que estamos acabando marzo, que ya llegó la primavera y yo aquí con imágenes navideñas.  O será que la primavera me ayudó.

Con todo el cariño al autor, el profesor Pedro Ojeda. Con todo el respeto hacia los protagonistas de esta historia de amor. Y no olvidéis, los que pasáis por aquí, que piel es un libro solidario. 

María Ángeles Merino

Las palabras de color naranja están tomadas directamente del libro piel.

Los cuadros son de mi hermano Agustín Merino que ha descubierto muy recientemente la pintura como medio de expresión.


18 comentarios:

DORCA´S LIBRARY dijo...

En tu comentario se mezcla el calor que sentimos al ver la presentación de los poemas de Pedro Ojeda, y el contraste del frío de la nieve que nos esperaba a la salida. Los colores de las pinturas de tu hermano, han añadido luz a ese invernal paisaje.
Fue una bonita noche.
Un abrazo, amiga de caminos.

María Luz Evangelio dijo...

Me has emocionado, no puedo decir más. Me alegra que tu hermano pinte, un artista más en la familia siempre viene bien. Gracias por la entrada.

Pamisola dijo...

Todo es cómo un marcapáginas de lujo, señalando aquí y allá bellas palabras las del libro, y las añadidas, y preciosos los colores que acompañan.

Abrazos.

Rita Turza dijo...

Qué entrada tan bonita y llena de cariño. Me ha encantado Mª Ángeles y me ha hecho recordar el momento de la presentación de piel, fue un momento mágico.

El libro es precioso, y cierto, no se puede leer de tirón. Creo que la poesía no se debe de leer de tirón, hay que tomarse su tiempo para saborearla y que te empape la piel.

Me encantan los cuadros de tu hermano, pintar es una maravillosa forma de expresión.

Un abrazo muy fuerte querida Arañita.

Kety dijo...

Una entrada de lujo, que solo tú, sabes forjar; poesía, pintura, sensibilidad..., una amalgama de sentimientos con mucho ARTE.

Besos

Myriam dijo...

Precioso, Ma Ángeles,
seguro de que Pedro se pone muy contento
con tu cariñosa recepción de su libro.

Besos

Bertha dijo...

No es cualquier cosa la poesía, se tiene que sentir y sobre todo escuchar.

Un beso feliz lunes de Pascua en algunos lugares es fiesta.

Abejita de la Vega dijo...

Una bonita noche, allí estuvimos, aquí queda la crónica. Los colores de las pinturas me sorprenden también a mí, mi hermano nunca había pintado. Casaban muy bien con los poemas de Pedro.
Un abrazo, amiga de caminos.

Abejita de la Vega dijo...

Gracias a ti, Mari Luz. Los cuadros de mi hermano tienen también su historia. Algún día la podré contar.
La poesía me da mucho respeto.
Un abrazo, Mari Luz.

Abejita de la Vega dijo...

Muy buena definición la de un marcapáginas. Abrazos, Puri Pamisola.

Abejita de la Vega dijo...

Allí estabas tú en ese ambiente de amistad y poesía. Tiene que empapar, muy bien lo dices. Tú lo entiendes mejor porque escribes poesía, yo sería la mejor poetastra.
Se lo diré a mi hermano.

Un abrazo, Rita.

Abejita de la Vega dijo...

Gracias por tus palabras, Kety. De lujo por el tiempo y el cariño empleado, que nuestro profe bien lo merece. Admiro mucho a los poetas porque yo sería incapaz, la prosa es más sencillita.

Besos

Abejita de la Vega dijo...

Gracias, Myriam. Espero que sea de su agrado.

Besos

Abejita de la Vega dijo...

Sentir y escuchar. Aquí es fiesta docente hasta el jueves que volvemos a clase. Pero no es fiesta laboral.
¡Feliz lunes de Pascua para ti también!
Besos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Gracias, María Ángeles. Volver a aquel día del mes de diciembre es algo muy especial, que tú has conseguido. Y la sorpresa de tu hermano...
Un beso.

Abejita de la Vega dijo...

Un día que nunca olvidaremos. Las pinturas de mi hermano cuentan también una historia de amor, encajaban con la de piel, aunque en sentido inverso.
Un beso, nos vemos el jueves,con Óscar.

Ele Bergón dijo...

Poesía y pintura unidas por los dos hermanos Merino.

Tus versos inspirados en otros versos, piel que se transforma en otra piel, porque las palabras de Pedro te evocan sentimientos.

Los cuadros de Agustín ya te dije que me gustaban y también están llenos de poesía.

Un abrazo

Abejita de la Vega dijo...

Los hermanos Merino, suena bien. Pedro evoca sentimientos que evocan sentimientos. Ya sabes que yo poeta...Los poetas entendéis.
Los cuadros de mi hermano seguro que tienen su eco escrito.
Besos, Luz.