Comentario, en forma de diálogo imaginado, para la lectura del prólogo de las "Novelas ejemplares! de Cervantes. Destinado a la lectura colectiva de "La acequia", dirigida por Pedro Ojeda.
¡Hola!
Os saludo de nuevo. Todavía con la música de aquel piano en mis oídos, comienzo a escribir mi entrada de los miércoles, aunque ya sea jueves. Aquí estoy, con mi ejemplar y cervantino equipo. Cuando Pedro Ojeda, en junio, nos señaló las "Novelas ejemplares" como lectura para octubre, fui a mis estanterías y sólo encontré una pobretona edición de Sopena.
¿Dónde compraría yo este libro? Ni un mal comentario, mal papel oscurecido por el tiempo y letra no apta para vista cansada. Bueno, la edición es de 1974, todavía tiene el precio, setenta pesetas, marcado a lápiz. Tampoco se podía pedir más por el equivalente de poco más de un euro.
Como no me servía para leer a gusto, tomé el camino de la librería para comprar algo mejor. El librero me aconsejó una edición de Vicens Vives, de la colección "Clásicos Hispanos", con un estudio de Antonio Rey Hazas. Así sí, fue una de mis lecturas del verano y disfruté mucho, especialmente con Cipión y Berganza, los perros del coloquio. Pero no incluía "El licenciado Vidriera" y encontré otra que lo hiciera: Castalia 2001. Entre uno y otro volumen, completé mi lectura de las "Novelas ejemplares".
Ahora comienzo la entrada y, como siempre, tengo que volver a leer, al menos parcialmente. Recordé que los libros de Cátedra tienen buenos comentarios que siempre ayudan. Me llevé prestados los dos volúmenes de las "Novelas ejemplares", editados por Harry Sieber, de la biblioteca de mi centro. Comienzo con "El licenciado Vidriera".
¡No, María Ángeles! No te saltes el prólogo, no amputemos los textos, como nos advierte nuestro profesor Pedro Ojeda. Nada de "En un lugar de la Mancha" sino "Desocupado lector".
Así que leo:
"Quisiera yo, si fuera posible, lector amantísimo, excusarme de escribir este prólogo, porque no me fue también con el que puse en mi Don Quijote, que quedase con ganas de segundar con éste...".
Escribo y no me gusta.
Pero, de pronto, me viene una idea a la cabeza, ya está. Sueño un diálogo entre Lope de Vega y el llamado Alonso Fernández de Avellaneda. Están indignados, ante el prólogo de las "Novelas Ejemplares".
-¿Pero ha visto, don Alonso, o como se llame su merced, lo que escribe Cervantes en el prólogo de esas novelas suyas a la italiana, esas a las que titula como ejemplares?
-Sí, no ha de extrañarse voacé, recuerde el impertinente tono personal que se gastaba el manco de Lepanto, en el prólogo de su don Quijote. Y si aquí es amantísimo lector, allí era "desocupado lector". Yo, yo y yo: "no he podido yo contravenir al orden de naturaleza...Pero yo, que, aunque parezco padre, soy padrastro de Don Quijote..."
-¡Cuánta soberbia encerrada en falsa modestia! Y se pregunta, para que le regalen los oídos los tontos que babean con su hidalgo majadero, qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio suyo sino la historia de "un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno".
-Tiene razón, don Félix, nunca otro imaginara la historia de un loco cuerdo. Y aún dicen que "los niños la manosean, los mozos la leen, los hombres la entienden y los viejos la celebran".
- ¡Cuánto disparate, amigo Alonso! ¡Y no tiene empacho en escribir que fueron las incomodidades de la cárcel las que engendraron a su don Quijote! Y ahora, después de un loco que alancea los molinos de viento, nos viene con otro que se cree de vidrio y teme quebrarse.
-Una carga de artillería irónica lleva el pronombre personal. Y comienza, el muy cretino, excusándose de escribir este prólogo: "si fuera posible, amantísimo lector".Mas lo de retratarse él mismo, físicamente y con la pluma, a falta de grabado, clama al cielo. ¿Nadie quiso grabar su imagen con el buril?
-No, ciertamente. Y se queja de un amigo que bien pudo grabarle y esculpirle en la primera hoja desde libro y lo tuvo fácil: "pues le diera mi retrato el famoso don Juan de Jaúrigui". ¡Para esos menesteres está Jaúrigui, para retratos a don Miguel!
-¡Excelentes los que acompañan a sus obras, don Lope! Bien orlados y con sus latines, propio de estos tiempos tan icónicos. ¿Y qué me dice voacé de los de don Mateo Alemán? Pero sigamos con el bueno de Cervantes...
-Asegura que hubiera satisfecho su"ambición" y la curiosidad de los lectores, al ver qué "rostro y talle tiene" el autor de "tantas invenciones". Vamos con el retrato:
"Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada..."
¿Nariz encorvada? Nos dice mucho de su linaje. Lo de los ojos alegres es verdad, a pesar de que ya no cumple los sesenta y seis.
-"...las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro...los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos porque no tienen correspondencia los unos con los otros..."
Lo de la barba de plata suena bien; mas lo de los seis dientes bailando...eso no acostumbra a verse en las imágenes pintadas.
-En lugar de darnos una imagen ennoblecedora, insiste en lo que apunta a la vejez y a sus limitaciones. Está ironizando sobre sí mismo. ¿Qué pretende con esto? ¿Una parodia? ¿De quién? ¿De quiénes?
-No le deis vueltas, don Lope. Siga vuesa merced con la lectura.
-Desentrañemos su arcano sentido: "este que digo que es el rostro del autor de la Galatea y de don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje al Parnaso...y otras obras que andan por ahí descarriadas, y quizá, sin el nombre de su dueño. Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra".
La Galatea, a pesar de ser el género de moda, no le dio dinero ni fama. Sé que su hermana Magdalena se vio obligada a empeñar unas piezas de paño.
Lepanto (El Veronés)
Y, como se quedó sin figura, ha de valerse por su pico. Y se dirige al "lector amable" para advertirle que de sus novelas de ahora no podrá hacer pepitoria. ¿Será que no tienen alones ni pescuezos como el guiso en cuestión?
-No, sino que "los requiebros amorosos que en algunas hallarás, son tan honestos y tan medidos con la razón, que no podrán mover a mal pensamiento al descuidado o cuidadoso que las leyere". Las ha llamado ejemplares porque de todas se puede sacar ejemplo provechoso; pero no es ese su intento sino que cada uno se entretenga como desee, sin daño para el alma ni para el cuerpo. El afligido espíritu ha de encontrar descanso en horas de recreación, "que no siempre se está en los templos".
Alamedas, fuentes, jardines, para este efecto se cultivan, al igual que sus novelas. Y que mis comedias, todo hay que decirlo. Confío en que no falten a ellas por entretenerse con las novelas tan honestísimas y ejemplarísimas que acaba de publicar don Miguel.
-Honestísimas, que si alguna indujera a quien las leyera a un mal pensamiento, dice que antes se cortara la mano con que las escribió. Mira, Cervantes, que sólo te queda una.
-Otra vez remacha el clavo de la vejez. "Mi edad no está ya para burlarse con la otra vida, que al cincuenta y cinco de los años gano por nueve más y por la mano". Muy católico se muestra, por los años y por el Santo Oficio.
-Y vuelve a reafirmarse en su orgullo de escritor. El primero que noveló en lengua castellana, que las muchas novelas que andan por ahí son traducidas de lenguas extranjeras.
"Y estas son mías propias, no imitadas ni hurtadas; mi ingenio las engendró y las parió mi pluma, y van creciendo en los brazos de la estampa".
-Se dirige personalísimamente al lector: "si la vida no me deja, te ofrezco los trabajos de Persiles...y primero verás,y con brevedad dilatadas, las hazañas de don Quijote y donaires de Sancho Panza, y luego las Semanas del Jardín".
Del jardín no sé nada, pero de las nuevas aventuras de don Quijote y Sancho, creo que te traes algo entre manos. ¿Verdad, don Alonso Fernández de Avellaneda?
-Así es, don Lope de Vega, escondo un as en la manga. Cervantes escribirá otro buen prólogo.
...
Así lo soñé. El tal Avellaneda hará que Cervantes escriba un Quijote aún mejor. De eso ya hablamos en su momento. Ahora tocan las "Novelas Ejemplares".
Comentaremos "El licenciado Vidriera". Y "El coloquio de los perros".
Un abrazo de:
María Ángeles Merino
Enlace utilizado:
http://laacequia.blogspot.com.es/2006/11/de-prlogos-y-marcos.html
http://laacequia.blogspot.com.es/search/label/Novelas%20ejemplares
http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/10/aih_10_1_068.pdf
http://leemoselquijote.blogspot.com.es/2015/03/en-una-venta-mal-abastecida-don-quijote.html
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/cerv/46859842215026273022202/p0000002.htm#I_5_
http://aranitacampena.blogspot.com.es/2014/11/el-quijote-un-homenaje-al-proceso-de.html
http://www.academia.edu/4222422/El_pr%C3%B3logo_a_las_Novelas_ejemplares._Un_elogio_de_lo_inacabado
9 comentarios:
Lo que a mí más me atrae de este prólogo es que Cervantes no tiene reparos en mostrar las deficiencias físicas propias de la edad avanzada. Es decir, algo de lo que se habla mucho: la fragilidad e inseguridad de los realmente grandes hombres. El talento para ironizar, la ambigüedad calculada. La sorpresa imprevisible que acompaña cada página de Cervantes.
Buen trabajo de comparación con dos de sus rivales: "sotiles y almidonados."
Un abrazo.
Siempre nos sorprendes, Arañita. Tras leer tu recreación no es difícil imaginarse esos personajes paseando por las calles de su barrio y poniéndose a parir, pero has conseguido una forma muy ingeniosa de introducirnos en la materia.
Bien pudo ser, en efecto. Aquel prólogo tuvo que enojar a más de uno: Cervantes sentaba cátedra y eso, a los jóvenes que no quieren que se les gane por la mano pudo molestarles. Hizo bien Cervantes. Este prólogo es más que un testimonio de lo que vivió: es un texto que se hizo con afán polémico. Y hay que leerlo, desde luego...
Bien pudo ser, en efecto. Aquel prólogo tuvo que enojar a más de uno: Cervantes sentaba cátedra y eso, a los jóvenes que no quieren que se les gane por la mano pudo molestarles. Hizo bien Cervantes. Este prólogo es más que un testimonio de lo que vivió: es un texto que se hizo con afán polémico. Y hay que leerlo, desde luego...
Claro que hay que Leerlo!!! Y gracias por esta divertida entrada. Ya ves, tu Sueño fue muy productivo. Lo curioso es que yo tengo las Novelas en dos tomos de Cátedra, pero al releer estas del curso, miré para empezar por el prólogo pero los editores no lo han puesto. Qué falla. no?
Besos
Es curioso, pero en la edición que tengo de uno de mis Quijotes que también incluye Las novelas ejemplares, editado en EDAF y fechado en Madrid 1969, sí incluye el prólogo que comentas y recreas en esta entrada. Sin embargo en la edición hecha por El País, en Clásicos Españoles, en 2005, figura una pequeña Introducción, donde van nombrando y haciendo un pequeño comentario sobre Las novelas ejemplares, pero este prólogo tan interesante con las palabras de Cervantes, no lo incluye. No tengo ni idea que motivos habrá para ello.
¿ Tendrán algo que ver las lenguas viperinas del llamado Alonso Fernández de Avellaneda y Lope de Vega, según nos muestras aquí? ¡Qué mala es la envidia!
Estoy a punto de terminar El licenciado vidriera. Ya hablamos
Besos
Como creo que te he dicho en otro lugar, eres una moderna, una auténtica fanfic, y ¡cómo se disfruta leyendo estas digresiones!
Con la edad, los prejuicios se van quedando en el camino.
Excelente trabajo. ¡Cómo te lo curras!
Un abrazo, Mª Ángeles
Buenos días, Abejita de la Vega:
Una maravilla el ‘Prólogo' de las 'Novelas ejemplares’, en el que, una vez más, queda patente la maestría de Cervantes. Su verdad y humor al dirigirse al lector: “porque no me fue tan bien con el que puse en mi Don Quijote, que quedase con gana de segundar con éste”, así como la elegancia al dirigirse al Conde de Lemos; y su bondad, con todos, a pesar de que es bien consciente de los plagios que se estaban cociendo y de la respuesta de las gentes.
Abrazos.
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