viernes, 24 de noviembre de 2017

Homenaje a José Zorrilla (2): "Mi exclusivo nombre de poeta".


El Club de lectura junto a Zorrilla, en "Mi exclusivo nombre de poeta". Foto cortesía de Paloma Fernández Villa.

Recordáis de la entrada anterior:

El sábado, día 18 de noviembre, el Club de lectura de La Acequia viajó a Valladolid, para homenajear al poeta José Zorrilla, con motivo del año de su bicentenario (1817-2017). ¡Y nuestra lectura de Don Juan Tenorio!


Seguimos: 

Después de la visita a la tumba de Zorrilla, en el Panteón de vallisoletanos ilustres., nos dirigimos al centro de la ciudad, para visitar la exposición Mi exclusivo nombre de poeta, en el Archivo Municipal. 

Tras la parada obligada a tomar café, paseamos por Valladolid guiados por Pedro Ojeda, un enamorado de su ciudad. Todavía recordaba sus explicaciones de cuando la "Ruta del Hereje". Una breve visita al impresionante Patio Herreriano del Monasterio de San Benito, Museo de Arte Contemporáneo Español, con algunos ¡oh! y ¡ah!

Foto cortesía de Yolanda Delgado

El gigante grupo escultórico de los reyes Juan Carlos y Sofía, obra de Antonio López y otros, no deja indiferente. Tampoco los "cabezones" de Antonio López: Carmen dormida y Carmen despierta. ¡Qué cosas hacen estos contemporáneos! 

Grupo escultórico de los reyes Juan Carlos y Sofía, ahora reyes eméritos (Antonio López). 

Bueno, que hemos venido por un escritor romántico, del XIX. Míralo, ahí está, en la iglesia de San Agustín, sede del Archivo Histórico Municipal de Valladolid. Todo un señor archivo que alberga documentación desde el siglo XII hasta la actualidad. De nuestro homenajeado, guarda la "Colección Casa de Zorrilla" que incluye, en otros, el legado de Narciso Alonso Cortés.


La exposición reúne cartas, escritos, libros, objetos, grabados y fotografías, carteles, etc., en su mayor parte pertenecientes a los fondos de la Casa de Zorrilla. Su título "Mi exclusivo nombre de poeta" se refiere al deseo de Zorrilla de ser únicamente poeta, voluntad que mantuvo toda su vida. Seguimos las explicaciones de la guía en torno a cinco capítulos: "Un lustro y medio de voraz trabajo" (1837-1850), "Veinte años de mi patria viví lejos" (1850-1866), "Una gloria nacional "(1866-1893) y "Después de la muerte"(1893-1917). 

Atrapamos algunas pinceladas de una vida. En 1817 nace, en Valladolid, un niño "sietemesino" que recibe el bautismo del cirujano, por si acaso. 



Pequeñito, débil, arrastra siempre una mala salud de hierro. El padre de su biógrafo fue su médico y en la exposición nos fijamos en una receta. 



Un padre de rígidos principios que nunca acepta a un hijo que no se le somete. ¿Tanto como el ficticio don Diego que califica a su hijo de "monstruo de liviandad"? Algo de eso hay: absolutista, superintendente de la policia en Madrid, cuando el indeseable Fernando VII, absolutista en casa y fuera de ella. El cargo de su  severo progenitor´permite a Zorrilla estudiar en el Seminario de Nobles, con los jesuitas, y acceder a una educación vedada a un joven de clase media. Después estudia Leyes con muy escaso aprovechamiento. Dicen que Zorrilla no quiso a Burgos, sí...vive su primer amor, una prima, la mujer que evoca en Un recuerdo de Arlanza



Zorrilla en Lerma, a orillas del Arlanza. Cortesía de Agustín Merino.
Malísimo estudiante, huye de la casa paterna (1836), ante la perspectiva de cavar viñas. Roba una yegua y se planta en Madrid, donde lleva una vida oscura, llena de privaciones. ¡Pero no renuncia a ser sólo poeta! En 1837, se revela como poeta, al pie del sepulcro de Larra, donde lee: "Ese vago clamor que rasga el viento..."

Al salir del cementerio, es ya un poeta famoso. Conoce a Hartzenbusch, a Martínez de la Rosa y a Espronceda. Le ofrecen trabajo en El Porvenir, nada menos que seiscientos reales, y El Español, en la vacante de Larra. Su carrera literaria va a ser vertiginosa desde entonces: Poesías, El zapatero y el rey, Sancho García, Traidor, inconfeso y mártir, El puñal del godo, Don Juan Tenorio...

Se casa con Florentina O’Reilly, viuda y mucho mayor que él. La buena señora, llevada de los celos, indispone al poeta con su familia y le hace abandonar el teatro. Zorrilla huye del infierno familiar, emigra a Francia y a México; mas hasta allí viajan las cartas y los anónimos difamatorios. 



Durante una de sus visitas a Francia, muere su madre y, tres años después, sin llegar a reconciliarse, fallece su despótico padre. Escribe con amargura: "Mis padres mueren sin llamarme en su última hora ¡Dios me deja en la tierra sin el último abrazo y sin la bendición de mis padres! ¿Qué le he hecho yo a Dios? ¿Están malditos mis pobres versos?"

En París ama apasionadamente a Laila...La lista de don José no es, ni mucho menos, la de don Juan; pero camina en la misma dirección. En la exposición, nos muestran un retrato de la dulce Laila.

Pasa muchos años en América, entre negocios imposibles y lecturas poéticas en Cuba y México. Cuenta con la amistad del emperador Maximiliano, quien le nombra director del Teatro Nacional mexicano. El fusilamiento de Maximiliano, abandonado por el Papa, le produce una profunda crisis religiosa. Recordamos que su madre, doña Nicomedes, mujer muy religiosa, le había inculcado la fe católica desde niño. 


Muerta su esposa, regresa a España, donde es recibido con entusiasmo. Muerta doña Florentina, víctima del cólera, que no de la cólera, se casa con la bella Juana Pacheco. 

Alterna el éxito con los apuros económicos. Le reciben triunfalmente en la Academia Española y le coronan solemnemente en Granada, donde recibe el homenaje de catorce mil personas, nada menos. 



Muere en Madrid, el 21 de enero de 1893, tras una operación para extraerle un tumor cerebral. En Recuerdos del tiempo viejo habla de alucinaciones y sonambulismo. Nos podemos preguntar cuándo aparece el tumor cerebral y cómo afecta a su vida y a su obra. Ya en 1853, se había inventado un doble, loco (Cuentos de un loco). Desde luego, la fantasía es un componente en su obra pero...

La muchedumbre acude a su entierro. El pueblo español ama a su poeta.


Era ingenuo, bondadoso, amigo de todos, ignorante del valor del dinero y ajeno a la política. Así lo describe Narciso Alonso Cortés, su biógrafo. Muy orgulloso de su independencia, confiesa, como Machado, que a su trabajo lo debe todo y que rechazó lucrativos puestos por no sentirse preparado. 

Nos hacemos la foto con una silueta de Zorrilla que ahora es como uno más de nuestro club. Ya sólo nos queda ir a su casa. Lo dejo para la próxima entrada.

Un abrazo de María Ángeles Merino a los que pasáis por aquí. 

Gracias a Paloma Fernández Villa y a Yolanda Delgado por la cortesía de las fotos.

5 comentarios:

La seña Carmen dijo...

Realmente una vida de novela, y como nos recomendó el profe no habrá que perderse la nueva edición de sus memorias cuando salgan.

Myriam dijo...

Magnifica tu crónica que leeré detalladamente cuando esté en casa. Fue un lujo poder compatir en persona esta estupenda experiencia y la compañía de los amigos.

Besotes

Myriam dijo...

¡Y vaya libro de 1300 páginas que tengo para leer y disfrutar hasta la última gota!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

¡¡Qué exacta y maravillosa reseña!!

Ele Bergón dijo...

Si es muy interesante la vida de Zorrilla y también la visita que hicimos a Valladolid en estupenda compañía. Como siempre muy bien contada
Besos