sábado, 3 de enero de 2009

Los lectores "ociosos" estamos dentro de una muñeca rusa.

COMENTARIO AL CAPÍTULO XXXIV DEL QUIJOTE, PRIMERA PARTE. PUBLICADO EN http://laacequia.blogspot.com/

Somos los lectores “ociosos” de Cervantes, aquellos “que ni quieren, ni deben, ni pueden trabajar”. Ya nos gustaría, ya, don Miguel…

Nos hemos metido en la extraña historia de un loco que se cree caballero andante. Lo hemos acompañado desde su aldea hasta Sierra Morena, por esos andurriales. Vivimos aventuras y conocimos a diversos personajes, algunos de los cuales nos acompañan en la venta del Zurdo, donde alguien ha dejado una maleta con “El curioso impertinente”.

Estamos dentro de una especie de muñeca rusa: leemos a unos personajes que, a su vez, están leyendo a otros personajes.Dentro del relato chico, habíamos centrado nuestra atención en los personajes masculinos, los dos amigos tan amigos que experimentan con la “cobaya” Camila”, a ver cómo reacciona ese ser inferior, sometido a la autoridad masculina.

Pero el escritor, en este capítulo, da la vuelta a la tortilla, surge la gran Camila: una mujer inteligente, astuta y consumada actriz que sabrá resolver una peliagudísima situación en la que peligra gravemente su vida. Incluso se lesiona levemente y el impresentable-chivato Lotario se admirará “de la sagacidad, prudencia y mucha discreción de la hermosa Camila” ¿Y Anselmo?... Quedará como “el hombre más sabrosamente engañado que pudo haber en el mundo”, buscando la gloria de poseer una Porcia, el no va más de la fidelidad, encontrará la perdición de su fama y será cornudo tonto y conocido.

Sin haber terminado de saber cómo termina todo esto, don Miguel comete la travesura de sacarnos fuera de la muñeca pequeña y colocarnos, de nuevo, en la muñeca grande. El autor quiere que no nos despistemos de la historia del de la Triste Figura y, al mismo tiempo, nos deja en ascuas pensando en lo que podrán entrañar estas palabras:” volvió Fortuna su rueda y salió a plaza la maldad con tanto artificio hasta allí cubierta, y a Anselmo le costó la vida su impertinente curiosidad.».Y como soy muy curiosa, asomo por el siguiente capítulo y oigo voces. Alguien grita y huele a vino tinto…
Incluyo, en una entrada de mi blog, una fotografía alusiva al Quijote y las muñecas rusas.
Un saludo para Pedro y los paseantes.

Pedro Ojeda Escudero dijo en http://laacequia.blogspot.com/ :

ABEJITA: Así, es. Cervantes juega con nosotros y nuestras espectativas, hasta que nos deja desarmados y entregados a su fuerza narrativa. ¡¡No vale adelantarse!! Voy a tu blog.
GRACIAS, PEDRO.

5 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

En efecto: puede tanto Cervantes, que nos deja vencidos como lectores, dispuestos a ir donde nos lleve.
Muy oportuna la ilustración. Y quijotesca.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Esta aventura cervantina es un cúmulo de historias que separadas no tendrían ningún sentido, pero que unidas darían un alegrón a Don Miguel... no se podría imaginar hasta donde podría llegar su imaginación....y la nuestra... saludos

Merche Pallarés dijo...

Excelente tu análisis, como siempre. El ejemplo de las muñecas rusas me parece muy oportuno. He visto que lo has publicado en el blog de Pedro, buena idea publicarlo en los dos sitios. Muchos besotes, M.

Ele Bergón dijo...

¡No puede ser, no puede ser! otra vez esta infernal máquina me ha borrado el comentario y con todo lo que me cuesta escribirlo ahora lo tengo que repetir y lo bien que me había salido! agggggggg estoy harto. Allá vá

Hola troncos.

Mira que andáis pesaos. Ni siquiera en vacaciones dejáis al Alonso y a mi padre en paz y seguís con las historias que cuenta El Cervantes. Lo vuetro es crítico¡ con lo bien que se está sin trabajar! y vosotros hala a leer y leer, pero, ¿ es que no podéis parar?

Bueno, me ha picado la curiosidad y le he preguntando a mi padre por la novela esa del impertinente y me ha dicho que no se enteró de nada que estaba muy confuso y preocupado pensando en eso que habían dicho de que los caballero andantes ya no se llevaban y entonces ¿qué hacía él allí pasando hambre, recibiendo manteos y otras calamidades? No obstante me ha dicho

-¿Sabes que El Cervantes se va con mucha frecuencia por los cerros de Úbeda?

-¿Úbeda? y eso ¿dónde está y por qué El Cervantes se va y os deja?

- Úbeda está en Jaén, muy cerca de Baeza por eso Don Antonio Machado ve a la paloma volar y volar. Y lo que papá quiere decir es que Don Miguel hace digresiones - ha contestado mi madre y nos ha dejado a los dos pasmados.

Nos hemos mirado y creo que los dos hemos pensado que a mamá Teresa le está pasando lo que al Alonso y lo que también pienso os pasará a vosotros si siguís con ese afán de leer y leer y para la muestra un botón, que diría mi padre, pues no pensáis algunos que El Cervantes está jugando con vosotros....Os estáis rayando majos, cuídadito, cuidadito.

Estaros tranquilos que a mi no se me va la pinza por leer y abur, coleguis que voy a seguir con mis "vacas".

El Sanchico.

(como se borre ahora no lo vuelvo a repetir)

Abejita de la Vega dijo...

Cervantes nos lleva por donde quiere,qué razón tienes, Pedro.
Enhorabuena, Tuccitano, por el autorretrato sorpresa.Lo pasaría bien don Miguel viendo nuestro esfuerzo imaginativo aplicado a su obra.
Te agradezco, Merche, que sigas mis comentarios.A mí también me gusta leer los tuyos en "La acequia".Me voy a tu blog a dar una vueltecita agradable.
Besos a todos