¿Será verdad que cuando toca el sueño
con sus dedos de rosa nuestros ojos,
de la cárcel que habita huye el espíritu
en vuelo presuroso?
Al estudiar su obra no podemos hacer abstracción de la parte consagrada al sueño, sin desvirtuarla completamente. Dice Jorge Guillén: "Bécquer no llega a ser Bécquer más que rodeado de sueños"("Lenguaje y Poesía", Revista de Occidente, Madrid 1962).
Sueño y vigilia se integran indisolublemente . Así describe al poeta su biógrafo y amigo Narciso Campillo:
"Gustavo era de los hombres que sueñan despiertos hasta el punto de asistir como espectadores al drama real de su propia vida".
Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:
María Ángeles Merino
El contenido de esta entrada está basado en el de las páginas 38 , 39 y 40, del estudio preliminar y notas que Ivonne Bordelois y María Silvia Delpy incluyen en la edición de las"Rimas" de la editorial Kapelusz, 1969, Buenos Aires.
¿Será verdad que, huésped de las nieblas,
de la brisa nocturna al tenue soplo,
alado sube a la región vacía
a encontrarse con otros?
¿Y allí desnudo de la humana forma,
allí los lazos terrenales rotos,
breves horas habita de la idea
el mundo silencioso?
¿Y ríe y llora y aborrece y ama
y guarda un rastro del dolor y el gozo,
semejante al que deja cuando cruza
el cielo un meteoro?
Yo no sé si ese mundo de visiones
vive fuera o va dentro de nosotros:
pero sé que conozco a muchas gentes
a quienes no conozco.
Con esta Rima 23 nos sumergimos en el mundo del sueño. La realidad se nos presenta como una mezcla indisoluble de lo soñado y lo real, se borran contornos y el poeta no sabe si "ese mundo de visiones vive fuera o va dentro de nosotros".
Sueños, ensueños y pesadillas están muy presentes en la obra de Bécquer, tanto en verso como en prosa, siguiendo a los poetas románticos alemanes, defensores del valor de los sueños, como único camino para acceder a un mundo distinto de nuestra realidad objetiva.
Sólo cuando penetramos en el interior de nosotros mismos, en nuestro inconsciente, captamos el universo en su verdadera dimensión. Así, Johann Paul Richter (1763-1825), poeta alemán más conocido como Jean Paul, expresa: "El sueño sepulta el primer mundo, sus noches, sus congojas, y nos brinda un segundo mundo con las formas que hemos amado y perdido". G.A.B. plantea, en la 23, bajo la forma de un interrogante, algo muy similar: "¿Será verdad...?"
Gracias al sueño, el alma se libera: "de la cárcel que habita huye el espíritu en vuelo presuroso".
Esa misma comunión entre mundo y sueño de la 23 aparece en la Rima 72: "Te vi un punto, y flotando ante mis ojos ...".Unos ojos verdes desasidos de un rostro, fantasmales como fuegos fatuos, persiguen al poeta.
También en la "Introducción Sinfónica", pone de manifiesto su interpretación de mundo, sueño y poesía. El poeta, asediado por las criaturas de su imaginación, les dice: "No quiero que en mis noches sin sueño volvaís a pasar por delante de mis ojos, en extravagante procesión, pidiéndome con gestos y contorsiones que os saque a la vida de la realidad, del limbo en que vivís semejantes a fantasmas sin consistencia...Me cuesta trabajo saber qué cosas he soñado y cuáles me han sucedido".
La creación poética es, para G.A.B, dar vida consistente a esos fantasmas inconsistentes que flotan en las nebulosas regiones del sueño, a esas:
Al estudiar su obra no podemos hacer abstracción de la parte consagrada al sueño, sin desvirtuarla completamente. Dice Jorge Guillén: "Bécquer no llega a ser Bécquer más que rodeado de sueños"("Lenguaje y Poesía", Revista de Occidente, Madrid 1962).
Sueño y vigilia se integran indisolublemente . Así describe al poeta su biógrafo y amigo Narciso Campillo:
"Gustavo era de los hombres que sueñan despiertos hasta el punto de asistir como espectadores al drama real de su propia vida".
Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:
María Ángeles Merino
El contenido de esta entrada está basado en el de las páginas 38 , 39 y 40, del estudio preliminar y notas que Ivonne Bordelois y María Silvia Delpy incluyen en la edición de las"Rimas" de la editorial Kapelusz, 1969, Buenos Aires.
Pedro Ojeda dice en "La acequia", el 7 dejulio de 2011:
Mª Ángeles Merino, Abejita de la Vega, a partir del comentario de la rima 32 analiza uno de los temas claves de la poética becqueriana, el del sueño. Excelente.
Preciosa aportación como siempre, querida Abejita. Creo que Bécquer cuando escribía sobre los sueños estaba bajo los efectos de la morfina que le tenía atado de pies y manos por lo tanto alucinaba (soy muy pragmática, querida, y poco erudita como ya te habrás percatado...). Besotes, M.
ResponderEliminarTe sigo leyendo Marian, con deleite.. en Google reader una aplicación de Gmail que me permite leer los Blogs, no me pierdo ninguna de tus Entradas.. aúnque no comente siempre..
ResponderEliminarFantásticas todas!
Hoy soñaré..
Besos , muchos, Amiga muy apreciada.
Otra estupenda selección temática de las rimas, bien acompañadas de ilustraciones. Los fantasmas parecen de verdad si es que existen.
ResponderEliminarBien documentado trabajo.
Yo vi siluetas de mujer imposible a través de tules...
Un abrazo. Jorge se sentirá orgulloso de haberos tenido de compañeras. Emocionante homenaje.
Yo no tengo dudas para contestar a esas preguntas. ¡Claro que es verdad! Antes, ahora y, seguramente, tb lo será luego.
ResponderEliminarBesos tejiendo poemas.
Magnífico trabajo para seguir ahondando en el mundo de Bécquer.
ResponderEliminarExcelente análisis: es precisamente en ese estado del sueño, de lo inasible, en donde se puede hallar la verdadera poesía, según Bécquer. La dificultad está luego en plasmarla en un poema...
ResponderEliminara veces lo que soñamos es tan real, y quisiéramos que fuera tan real, que es difícil no querer pensar que esa sea la realidad y no la realidad que vivimos.
ResponderEliminares un placer asistir a vuestras clases sobre las rimas...
cada vez que las leo, pienso: ¡pero que dificil escribir así1
biquiños,
Haz de tu vida un sueño, y de tu sueño una realidad.
ResponderEliminarQuizás, en algún momento logremos conciliar y solapar todo aquello que soñamos a nuestra fiel realidad; si así fuese, yo por lo menos, conseguiría poner los pies en la tierra o por lo menos, amarrar esta mente que de a poco se echa a volar.
Un análisis precioso, me gustan los sueños, me gusta soñar y despierta más que más.
Un abrazo sincero y unos besos soñadores!!!
Preciosa aportación, como te dice Merche. La 23 me gusta mucho. Besos
ResponderEliminarMerche: lo de la morfina es una posibilidad, puede ser que alucinara, el pragmatismo hay que tenerlo en cuenta.
ResponderEliminarMartine: ya sé de que va el Gogle Reader, es cómodo para acceder a los blogs, pero no amite comentarios. Soñemos...
Pancho: te diré el misterio de los fantasmas. Vivo en el primer piso, era de noche y estaban encendidas las farolas, pasaba gente que iba o volvía de los festejos de San Pedro. Dirigí la cámara hacia abajo, procurando que salieran movidas. Parecen fantasmas.
Jorge lo merece, espero que le vaya bien...
Marina: es verdad, el sueño nos transporta a otra realidad. Tejamos sueños y poemas.
Bécquer: ahondemos.
Pedro: ese segundo paso distingue a los poetas de verdad. Traductor de lo inexpresable como Bécquer, pocos.
Aldabra: la verdad es que yo no me suelo acordar de los sueños, pero puede ocurrir lo que tú dices, quete gustaría que no fuera sueño.
Mimosa: todos los poetas son soñadores y tú lo eres.
Myriam: viva la 23.
Besos a todos y gracias por vuestras palabras aquí.
Super artykuł. Pozdrawiam serdecznie.
ResponderEliminarGracias, Anna.
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