Era 6 de diciembre. Apenas pasado el mediodía, los amarillos rayos de Apolo alanceaban algunas venerables piedras de la ciudad de Burgos y despertaban la voluptuosidad de los endomingados. Llevaba yo, en la mano, un libro intitulado Don Quijote de Manhattan, de Marina Perezagua, el cual no ha mucho tiempo que salía de la estampa en la villa de Barcelona, en papel offset ahuesado de 80 gramos. Me acerqué al busto de Miguel de Cervantes, en el Paseo de la Isla, porque se me había pasado por las mientes una imagen como de molde. ¡En Manhattan! ¡Las Indias septentrionales! ¿Cuál será el parecer de don Miguel sobre tamaño viaje para su creatura de ficción?
Por el paseo de al lado, caminaba con cierta prisa, un matrimonio joven con sus hijo, un muchachito de muy tierna edad que señalaba insistentemente el pétreo monumento y preguntaba qué ponía ahí. El padre no consideró necesario acercarse para satisfacer la curiosidad del retoño y no dudó en preguntármelo a mí, la persona desconocida más próxima. Leí y proclamé con cierto retintín:"A Cervantes". El niño sonrió y la familia se alejó satisfecha, sin curiosidad añadida. Cervantes qué bien, un señor muy importante, no lo sabíamos, apúntalo, te lo pueden preguntar en el colegio...
Me quedé mirando la inscripción "A Cervantes" y coloqué Don Quijote de Manhattan, para la foto. En ese momento, descubrí a mi vieja amiga Austri.
-¡Austri! ¿Vas a echarme una mano con la nueva lectura? ¿Qué te parece?
-Esta mañana se disipó la niebla y aquí me tienes. Me parece una "graciosa y triste y alegre historia", como la define la misma doña Marina Perezagua. ¿Qué sabes de ella? Creo que Pedro Ojeda ya os adelantó algo, en la última reunión, la de Niebla. Coge tu libro de notas.
-A nuestro profesor le parece muy interesante la escritora, además de su novela. Quería leerla con nosotros porque "es una escritora que vamos a ver en los próximos años". Su vida y personalidad es interesante. Mira lo que dice aquí, en la cubierta del libro:
"Marina Perezagua nació en Sevilla y vive en Nueva York, donde se dedica a la escritura. Ha sido durante largos años profesora en las universidades de Stony Brook y de Nueva York, y en el Instituto Cervantes de Lyon...".
Tras dos libros de cuentos, Criaturas abisales (2011) y Leche (2013), escribió la novela Yoro (2015), un éxito mundial.
-En las entrevistas, se revelan tres rasgos de su personalidad: la intensidad, la obsesión y la disciplina. Tuvo que vencer un trastorno obsesivo compulsivo que le impedía dormir, al tener que levantarse una y otra vez para comprobar que había apagado el gas. Decidió dedicarse exclusivamente a la literatura, escribiendo y leyendo desde las cinco de la mañana y dedicando cuatro o cinco horas de la tarde a la natación. La disciplina le sirvió, estamos seguros de que cae a la cama rendida.
-Rendida y hecha polvo. Practica también el buceo de apnea. Atravesó el estrecho de Gibraltar a nado. Pero dejemos el agua y vamos con don Quijote. Escucha:
"...un día 17 de enero del año 2016, el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha y su leal escudero Sancho Panza, ambos amnésicos, ambos desraizados de sus recuerdos, familias o aficiones, y doloridos por sabe el diablo qué género de caída, se despertaron en una acera en pleno centro de este isla que se llama Manhattan...".
-¿No decía Unamuno que era imposible resucitar a don Quijote? Porque esto tiene todo el aspecto de una resurrección a una nueva vida. ¡Tienen recuerdos que no reconocen como recuerdos!
"...ni hidalgo ni escudero dejaron nunca de sentir, en el fondo de sus almas, unos posos de melancolía que les llevaban a recordar cosas-que pensaban ellos-nunca habían conocido..."
-Piensan que han soñado: "...reminiscencias de molinos, pastores enamorados, jayanes, sabios, libros prohibidos y hasta el sabor de un tocino bien curado."
-¿Has oído tú lo mismo que yo, María Ángeles?
-Sí, Austri, es la voz de Cervantes que tiene su opinión al respecto. ¿No habremos sido contagiadas por alguna quijotesca e incurable locura?
-Tranquila, María Ángeles. Sólo tenemos que mostrarle el libro y convencerlo de que la "entrañable pareja" no es desvirtuada bajo la pluma de doña Marina Perezagua.
Foto Esmeralda
-Aunque don Quijote vaya vestido de androide C-3PO, con planchas de plástico y Sancho sea un bondadoso y peludo ewok. ¡Y los dos sin montura! Ni Rocinante ni rucio. Tal vez lleven las piernas algo arqueadas.
-Convenceremos a don Miguel. ¡Ay María Ángeles, que ya estás lista para la Casa del Nuncio! Has caído en la sinrazón, porque...vamos a ver. ¿Cómo es que el ingenioso hidalgo y el leal escudero aterrizan en el siglo XXI, procedentes del XVII, amnésicos perdidos?
-Por obra del Tiempo y "las divinas leyes de la aleatoriedad".
-¿Y cómo es eso de que aterricen provistos de tarjeta de crédito ?
".Cansados..se metieron en el primer hostal que hallaron. De una manera en apariencia natural pero un tanto insólita para él mismo, sacó don Quijote una pequeña lámina de plástico del zurrón que llevaba al cinto, la deslizó por una máquina que le entregó la señora de recepción y pagó por adelantado siete días."
¿Y de tarjeta sanitaria?
"El infortunado y magullado don Quijote...se volvió a Sancho, que,...entregó en la ventanilla la tarjeta del seguro médico del hidalgo."
Las más usadas (Wikipedia)
El narrador explica y no nos convence: "Acaso...al menos en aquel instante el peso de los nuevos tiempos que corrían fuera superior a la levedad del siglo disipado en el que habían nacido."
-El seguro médico está vencido y le pasarán factura, pero los lectores ya no nos extrañamos de nada.
-¡Este es mi don Quijote!
-Escuche don Miguel, que la dama sevillana nos pinta un amanecer de los suyos:
"Apenas desplegada la aurora, los sonrosados rayos de Apolo alancearon la ciudad de Nueva York como a doncella en su tálamo nupcial".
-¡Ja ja ja ja ja ja ja ja! ¡Qué habilidad con la péndola la de la dama sevillana aclimatada en las Indias septentrionales! ¡La que nada como un peje! ¡Dos raras habilidades para una mujer, voto a Dios!
Vamos por buen camino. Y yo llevo el que va directo al psiquiátrico. Tengo una amiga ente de ficción y las esculturas me hablan. ¡Y escribo en un blog!
Eso último es lo más grave, ya me lo dijeron en una venerable ocasión. ¡Bloguera!
Hasta otro día, Austri, aquí junto al busto de Cervantes.
Un abrazo de María Ángeles Merino
Y Austri
Con la colaboración del busto parlante de Cervantes
Texto de color naranja tomado directamente de:
Don Quijote de Manhattan (Testamento yankee). Marina Perezagua.
Primera edición: septiembre de 2016.
Los libros del lince s.l., 2016.
ISBN 978-84-15070-72-6
¡Ja ja ja ja ja! Creo que vamos a pasar todos un buen rato, y bienvenida de nuevo Austri la equipo.
ResponderEliminarMe has convencido con lo de que la autora explica lo de los plásticos sin convencernos mucho. Creo descubrir infinitos guiños a la vida en los EE. UU., y a Nueva York en concreto, en esta novela, pero para los que no hemos salido de debajo de la parra de nuestro corral, estos guiños nos pasarán seguramente desapercibidos.
La vida neoyorquina será muy distinta a la nuestra que tampoco somos fáciles.
EliminarBesos madrugadora Carmen.
Que chispa, se gasta la dama sevillana, con estos insólitos personajes del s.XVII en pleno s.XXI y en Manhattan.
ResponderEliminarEl (testamento yankee), ya va sacando esos flecos de chispa y sobre todo de buen humor. Con estos despistados personajes y en una ciudad tan desmedida...
Muchas gracias a las dos y deseando saber más.
Feliz día:)
Chispa sevillana neoyorquina y quijotesca. Besos.
EliminarEsto va a ser un no parar con Austri, Cervantes y tú... Así que abróchense los cinturones y prepárense a disfrutar...
ResponderEliminarDisfrutamos. Besos.
EliminarVoy a ver si encuentro el libro. Austri y Mª Ángeles me han convencido.
ResponderEliminarBesos
A por el libro y a disfrutarlo. Besos.
EliminarJajaja me hiciste reir con tu inicio. Yo estoy leyendo el libro y me parece bien escrito y divertido. Interesante todo lo que cuentas de la autora tan acuática que hace honor a su nombre y apellido :-) No nos extrañe si Dn Quijote y Sancho Panza aparecen dándose un baño por los cayos de Long Island jejeje
ResponderEliminarBesos
No nos extrañaría verlos en el agua y con traje de neopreno. Reímos.
EliminarBesos.
Casi siempre son los niños los que más se detienen ante las imágenes de piedra, y hacen preguntas que no siempre encuentran respuestas, por aquello de las prisas.
ResponderEliminarMe ha impresionado la historia de la autora.
Un abrazo grande.
Los niños son curiosos y los padres no están a su altura.
ResponderEliminarEs una mujer poco común. Abrazos.