Maria Ángeles en fiera y desigual batalla.
Foto de Yolanda Delgado.
Esta misma mañana me he enfrentado, como un nuevo don Quijote, a los molinos de viento en Campo de Criptana (Ciudad Real). Aquí me tenéis Quijote en ristre. Tiempo ha que deseaba enfrentarme en fiera y desigual batalla, al grito de "Non fuyades cobardes y viles criaturas".
Un deseo cumplido gracias al Club de Lectura de La Acequia, dirigido por Pedro Ojeda. Ya sabéis el presencial de la AAAAUBU y el virtual en las entradas blogueras. Durante los días 30 de abril y 1 de mayo, hemos realizado un interesante y divertido viaje de dos días a tierras de La Mancha (Alcázar de San Juan y Campo de Criptana). Pedro Ojeda lo contará con mejores palabras que las mías. Mi agradecimiento a los que lo han hecho posible.
Es un buen momento para recordar el capítulo 1.8. “Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación”.
El Capítulo VIII de la Primera Parte es prodigioso. En todos los sentidos. Podría decirse que es el núcleo que impulsa la novela hacia adelante. Cervantes consigue, en estos párrafos asombrosos -que algunos dejarán de valorar por tan conocidos-, dar un salto de calidad que parecía difícil tras la altura alcanzada: ya no estamos sólo ante una parodia sino ante una novela divertida, actual y con una ampliación de la lección de cómo escribir un relato moderno. Seguir leyendo.
También me gusta recordar mi participación en la lectura de aquel famoso capítulo. Convertí al molino en un personaje secundario al que llamé Molen. ¡Y me hablaba!
- Soy un molino de viento de la Mancha, un ingenio harinero avanzado, traído recientemente desde Flandes hasta estas hispanas tierras, a finales del pasado decimosexto siglo. En el celebérrimo libro no me dan nombre alguno, pero puede llamarme... Molen, en honor a mi flamenco origen. Seguir leyendo
Vuelvo al viaje, felizmente acabado esta tarde. Visitamos los molinos de viento de Campo de Criptana con un guía excepcional. ¡El Quijote es universal de verdad! ¡Sí, habéis visto bien!
Un abrazo de María Ángeles Merino
Con la colaboración de mis fotógrafas favoritas: Esmeralda, María Jesús y Yolanda.
Desde luego tus crónicas son muy agradables. Tal y como lo cuentas apetece estar allí. Me alegro de que vuestro viaje haya servido para pasar dos buenos días en esas tierras. Gracias por contarlo.
ResponderEliminarUn viaje inolvidable.Un placer compartir.
EliminarUn viaje inolvidable.Un placer compartir.
EliminarBien visto lo de que los molinos de viento eran una renovación tecnológica, reciente y más asequible, ya que los tradicionales molinos de agua, que han llegado hasta los años 60 del siglo pasado, arrastraban una serie de privilegios y gabelas, por no hablar de las eternas disputas con los labradores por el agua.
ResponderEliminaralta tecnología
Eliminaralta tecnología
EliminarCuánto he sentido no estar en el Toboso este año. Me hubiese acercado a saludaros y compartido esos momentos. :-((
ResponderEliminarMe alegro que los pasarais bien.
Un abrazo
Dulcinea estaba allī.
EliminarQue disfrute estar en el lugar y sobre todo ver esos molinos de viento que fueron los gigantes contra los que peleó este singular personaje y cuanta razón tenía el bueno de Sancho...
ResponderEliminarMe alegro y sobre todo te agradecemos que siempre nos recrees con tus entradas que eso tiene mucho mérito.
Feliz semana MªAngeles.
Eran gigantes.
EliminarFue todo interesante, salió bien y nos lo pasamos mejor. No solo aprendimos mucho, también disfrutamos de un grupo de personas dispuestos a todo. ¡Y ese guía japonés, extraordinario y divertido!
ResponderEliminarDispuestos a todo.
EliminarMe alegro mucho de ese viaje, gracias por el recorrido virtual. Que Pedro cuente de ese guía tan sensacional, que han desatado mi curiosidad :-)
ResponderEliminarBesos
Japonés manchego.
EliminarBuenas noches, Abejita de la Vega:
ResponderEliminarY como tú dijiste, uno ya se llama Molen. Aunque realmente Don Quijote nos contagió de su locura. Son gigantes. Todo es obra del sabio Frestón.
Qué gracia, y qué orgullo el guía japonés.
Abrazos.
Es muy contagiosa.
EliminarEstupendas fotos de esa estupenda mañana llena de claridad y viento frío.¡ Qué pena me perdí las explicaciones de Akito!
ResponderEliminarDavid y yo volvimos a casa felices . El espíritu de D.Quijote y Sancho en sus buenos momentos, estuvo siempre con todos nosotros.
Besos
Estuvieron con nosotros.
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