miércoles, 2 de marzo de 2016

Andarás perdido por el mundo: "¿Ubi est?"



Comentario introducción a la novela Andarás perdido por el mundo de Óscar Esquivias.  Para la lectura colectiva de La Acequia, dirigida por Pedro Ojeda.

Acabada la lectura de El Alcalde de Zalamea, voto a Dios, nos embarcamos en una nueva aventura lectora de “La acequia”: Andarás perdido por el mundo de Óscar Esquivias. 



Como Óscar no se merece un wikipediazo, para los que no le conocen todavía, copio lo siguiente:

Óscar Esquivias nació en Burgos en 1972. Licenciado en Filosofía y Letras, dirigió Calamar, revista de creación. En Ediciones del Viento ha publicado dos libros de cuentos (La Marca de Creta-Premio Setenil, 2008-y Pampanitos verdes-Premio Tormenta, 2011), la novela Jerjes conquista el mar (Premio Arte Joven de la Comunidad de Madrid, 2009) y la trilogía compuesta por Inquietud en el Paraíso (Premio de la Crítica de Castilla y León, 2005), La Ciudad del Gran Rey (2006) y Viene la Noche (2007). También es autor de las novelas El suelo bendito (Premio Ateneo Joven de Sevilla, Algaida, 2000), Huye de mí, rubio (Edelvives, 2007) y Etienne el Traidor (Edelvives 2008). Con el fotógrafo Asís G. Ayerbe ha colaborado en los libros ilustrados La ciudad de plata (El pasaje de las letras, 2008), Secretos xxs (Los Duelistas, 2008), En el secreto Alcázar (Los Duelistas, 2008) y Calle Vitoria (Los Duelistas, 2015).


Ediciones del Viento, 2016.


Como dice Pedro Ojeda, "Esquivias es uno de los autores más importantes para este Club de lectura y le debemos un encuentro que cuando abordamos su trilogía dantesca no pudimos tener". Así es, Pedro, los que participamos en aquella lectura colectiva virtual nunca olvidaremos Inquietud en el Paraíso, La ciudad del Gran Rey y Viene la noche.


En mi caso, tuve la osadía de meterme dentro de algunos personajes o hablarles de tú a tú, Lo hice con respeto y cariño hacia las criaturas de Esquivias, tan humanas y bien delineadas. Nunca olvidaré al seminarista enamorado Rodrigo Gorostiza , al chico de pueblo Román Bayona con su mentor el optimista y resiliente tío Julián, a la loca expedición por una catedral de Burgos con vida propia o al jubilado Benjamín presintiendo que "viene la noche". 


El libro que tenemos ahora en las manos, Andarás perdido por el mundo, consta de catorce relatos en los que vivimos la desorientación y la indefensión de unos personajes herederos de aquel Caín bíblico condenado a “andar vagando por el mundo”. Seres humanos que buscan su brújula y que, al final, no estamos muy seguros de que la hayan encontrado. ¿La ha encontrado alguien?


Siempre una puerta abierta y misteriosa, al final. Bueno ¿y esto cómo termina? se preguntan los que esperan un "fueron felices y comieron perdices". Cada cuento es una pequeña gran obra de arte y volvemos a su lectura una y otra vez. Insistimos en  contemplar un buen cuadro porque siempre hay algo nuevo que antes pasó desapercibido. 


En el desamparo, nos reconocemos todos los hijos de Adán y Eva. No importa el tiempo ni el lugar,  en el Gamonal de los ochenta, en el psiquiátrico de Oña, en el madrileño y cosmopolita Cuatro Caminos, Cuatroca, en una impronunciable y melómana ciudad rusa, Mtsensk, o en el París donde el músico Berlioz se niega a estudiar medicina. Aunque nos dé mucho gusto a los burgaleses darnos de cara con el catequista Ismael, una mañana dorada y otoñal, paseando por “las infinitas hileras que flanquean el Arlanzón”, “como hacerlo por una catedral áurea de nervaduras góticas, con nidos de pájaros en vez de claves”.


O entrar en aquellos pisos de los años setenta u ochenta con papel pintado, abuelos, crucifijo y olor a guiso sustancioso. O jugar con él en la calles de Gamonal, como niños de suburbio, tostados al aire y al sol, entre barro y olor a galletas. O mirar con curiosidad a un chino, o a un coreano, cuando en Burgos no se establecía extranjero alguno. O perdernos en Textiles Marín, entre alfombras y camisones.

Pero, cuidado, que Óscar dejó caer en la presentación del libro en el Principal que lo más personal está precisamente en los cuentos de ambiente más lejano, o era para despistar. Y tened en cuenta lo que nos apuntaba el editor, lo que Óscar dice con sus silencios.

Presentación en el Teatro Principal de Burgos (24-2-2016)


Nos reconocemos en el catequista Ismael y sus misterios, en el niño que fantasea con su monitor de natación, en el español ecuatoriano que se hace pasar por chino, en el rural tío Lolo exiliado en el psiquiátrico de Oña, en los dostoievskianos amigos Vania y Yuri, en el profesor de Humanidades Robredo, espía y última víctima de la batalla de Trafalgar, en el autor de teatro alternativo, en el niño que deja de ser niño, en la Yoli adolescente y embarazada, en el músico Berlioz que prefiere el arpa eólica a los estudios de medicina...


Porque todos un día, o dos o más, vivimos un giro brusco, o no tan brusco, en nuestra vida y aterrizamos en un mundo ignoto del que desconocíamos las reglas. Y nuestros amigos nos buscaron y no nos encontraron. Ni siquiera nosotros mismos nos hallamos. 

El escritor da volantazos que ponen del revés la vida de sus criaturas. Religión, opción sexual, amor, familia, amistades, infancia, estudios, viajes, trabajo, emigración, supervivencia, profesión, enfermedad...todo boca arriba. Casi siempre con música, fiel compañera de Óscar Esquivias. 


Estoy segura de que mis compañeros de lectura van a disfrutar también. Óscar Esquivias tal vez haya pensado: ¡después de Calderón de la Barca! Verdaderamente es un giro copernicano. Del teatro en verso de Calderón, defensor de la sociedad estamental y el honor de los villanos, a la narrativa de un escritor de la España multicultural del siglo XXI. De Calderón sólo quedarán algunos huesos y mejor que no se pongan a buscar. Óscar Esquivias tiene todavía por delante muchos años de feliz vida literaria. Y los burgaleses podemos verlo, de vez en cuando, en actos culturales o paseando por el Espolón o Fuentes Blancas.



Pero., voto a Dios que en la página 113 de Andarás perdido por el mundo, ¡nos encontramos otra vez a Calderón! En el relato "Temblad filisteos", sale a nuestro encuentro la voz de un "joven dramaturgo" y "director de un grupo teatral alternativo" que va a participar en "un intercambio cultural con Rusia, titulado "aG-Giornare tHe clAsicos". Recordáis que Pedro Ojeda nos hablaba de la posibilidad de desactivar y modernizar "El Alcalde de Zalamea" haciendo "un montaje revolucionario, radicalmente moderno y hasta feminista. Ya no sería Calderón, claro. Y no estaríamos ante el mismo conflicto dramático".  

Ahora escuchamos a un director teatral "postpostmoderno" que se considera a sí mismo como "la negación del fétido teatro español actual y de su mohosa tradición". "La Comisión Europea encargaba a un escritor de cada país de la Unión y a un ruso la "demolición...de un clásico de su literatura para después reconstruirlo desde una mirada rabiosa actual postpostmoderna". Y alguien en Bruselas se había fijado en él para "demoler a Calderón".  

La obra asignada era El príncipe constante, aceptó inmediatamente aunque no supiera de qué iba , él "sólo tenía que aplicarse con la piqueta". "Poco importaba lo que el viejales barroco hubiera escrito". La oportunidad era maravillosa. Su versión la representaría primero, bajo su dirección, la Compañía Nacional  de Teatro Clásico, en Madrid. Después, traducida y representada por una compañía rusa, participaría en un gran festival en Moscú. Allí desfilarían todas las obras de "aG-Giornare tHe clAsicos", todas ellas clásicos demolidos, "como en la cabalgata del Orgullo Gay. Goldoni, Schiller, Molière, Shakespeare... y otros que sólo conocen en su pueblo. Pagaban una millonada más la estancia, "¡así que vivan la postpostmodernidad y la Unión Europea! ".

El príncipe sería princesa, "caracterizada como "Le Petit Prince" de Saint Exupery, pero sin pantalones, con la vulva al aire para simbolizar la obsesión por la honra de nuestros autores del Siglo de Oro"." La princesa no deja de masturbarse mientras recita friamente sus monólogos. Todo el reparto masculino aparece completamente desnudo,con prótesis de penes erectos". Todo para subrayar que lo que verdaderamente interesaba a Calderón era el sexo.

Los actores españoles no parecían muy convencidos, pero acabaron obedeciendo sis órdenes, tras una amenaza de despido. Ya estaba acostumbrado a las malas críticas de la prensa que, para su indignación, fueron blandas: "Travesuras de un joven dramaturgo", "Calderona alternativa", "Rutinaria postmodernidad". ¡Qué mala intención la de los reseñistas, todos enemigos jurados suyos!

¿Y en Moscú? En Moscú recibe al traductor e intérprete, en una habitación espartana y estalinista. Veinte años, aretes en las orejas y los labios atravesados por clavos. Tras los saludos, informa: "Los actores dicen que no se desnudan". El director no se inmuta, ha vivido tantas veces esa situación. Pide una cerveza y responde sonriendo: "Vamos a pelearnos mucho..."  El genio postpotmoderno está en su salsa, le gusta que le den caña.

¡Esta sí es una desactivación de Calderón! ¡Postpostmoderna!

Los lectores nos quedamos con el eco de la última frase, la clave de cada cuento. ¡No falta ni Calderón,voto a Dios!

El humor irónico de Óscar nos pinta una sonrisa, ingrediente que no falta en ninguno de sus relatos, por muy ácida que sea la crítica. 

 Un abrazo de María Ángeles Merino para todos. Y uno muy especial para Óscar Esquivias.

Con delicadeza

31 comentarios:

  1. Vamos a tener que establecer una nueva categoría de lectores para nombrarte. Fantástica reseña y rápida como el rayo. Qué bien ilustrada. Oscar estará encantado de tenerte de lectora y seguidora.
    Y no lo digo por cumplir...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Pancho. Ya sabes que yo también te admiro y no lo digo por cumplir. Un abrazo.

      Me lo zampé.

      Eliminar
    2. Gracias Pancho. Ya sabes que yo también te admiro y no lo digo por cumplir. Un abrazo.

      Me lo zampé.

      Eliminar
    3. Estoy encantado, sí. Y también de tenerte a ti entre ellos, Pancho.

      Eliminar
  2. Yo no te perdono dos cosas, así de clarito.

    La primera que te metas con la Wikipedia, y menos con la entrada dedicada a Óscar, porque en ella he puesto yo con mucho cariño alguna coma.

    Y la segunda que me hayas chafado las notas que tenía tomadas sobre la deconstrucción de Calderón.

    Ke lo sepas, María Ánges, ke arrieritos somos.

    Con cariño.

    ResponderEliminar
  3. Que no, Carmen,que yo uso y respeto mucho la wiki, lo puedes comprobar en esta entrada. Quería decir que Óscar merce que yo teclee letra por letra sus méritos literarios.
    En cuanto a la deconstrucción, tu visión será muy valiosa. Lo bueno de las lecturas colectivas es contrastar puntos de vista.
    Me zampé el libro, lo siento.
    Besos, Carmen.

    ResponderEliminar
  4. Yo me voy a agenciar el libro en un pispás... me apetece mucho.
    Y gracias como siempre por tus super crónicas, es que son súper, maja!

    Abrazoskis!
    ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras y tus abrazoskis. Te gustará. Besos, Edurne.

      Eliminar
  5. ESto es comenzar bien. Nos pones en antecedentes, contextualizas el libro y reflejas la presentación en Burgos... Más no puedo pedir.

    ResponderEliminar
  6. Un gran aperitivo para que vaya corriendo a la librería a comprarme el libro. No he leído nada de este autor y ya es hora de que empiece a leerlo.
    Abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Empieza, empieza, que la comida es muy superior al aperitivo. Un abrazo, María pilar.

      Eliminar
  7. ÓSCAR: La entrada de esta semana no ha sido como las demás. La hice con tanta ilusión que , tal vez haya querido abarcar demasiado.¡Calderón incluido! La arañita campeña dio un salto desde su tela al ver a nuestro escritor vivo favorito, que entre los finados es Cervantes. Y no digo nada de la abejita, ni el mejor panal.

    Los personajes de estos quince relatos, incluido el del pequeño Óscar en los desaparecidos Textiles Marín, se pierden por el mundo y crecen. El crecimiento tiene su parte dolorosa. Es una oportunidad perderse, unos la aprovechan más que otros.

    No sé como abordaré las siguientes entradas, tal vez dialogue con una amiga mía un tanto deslenguada y criticona, la llamaré Austri.

    Un abrazo muy grande, Óscar. ¡Gracias por tu visita!

    ResponderEliminar
  8. Respuestas
    1. Categoría de lector. Que nos lea un escritor es rizar el rizo. Un abrazo, Óscar.

      Eliminar
  9. Ja, ja. No hay escritor que no sea lector (y, gracias a La Acequia y a internet, también empieza a ser frecuente lo contrario).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre digo que escribir es leerse a uno mismo. Imagino a los escritores como unos voraces leones de buenos libros. Un abrazo, Óscar.

      Eliminar
  10. Uff la que anda perdida por el mundo soy yo, que ya me he perdido unas cuantas entradas.Muchas gracias "Arañita" por dejarnos estos enlaces y estos comentarios que gracias a ellos ya estoy casi situada.

    Un abrazo MªAngeles.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Enseguida te situarás, Bertha. Ya ves lo animado que está esto.
      Besos de la abejita María Ángeles del blog "La arañita campeña".

      Eliminar
  11. No quería leer comentarios de todos los relatos para no dejarme influir, pero bueno, ya he leído. Has hecho un escrito muy bueno sobre todo el libro, intentaré leer el libro sin recordar lo que dices sobre escritos en lugares lejanos. Saludos.

    ResponderEliminar
  12. Ya lo has leído y te doy la bienvenida, María Luz. Yo no me preocupo por dejarme influir o no, lo que fluye después siempre es personal, tomamos de aquí y de allá. Nos leemos.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  13. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  14. Esta es la tercera vez que leo tu entrada. Del grupo este es mi primer comentario, llevo atraso justificado por abuelazgo, como sabes, pero el libro ya me lo leí completo y me divertí mucho. Mientras te leía ahora puse a pensar en que mi hija tendría que leer a Esquivias, bueno a este libro suyo, porque ella se quedó colgada en esa parte de la Biblia en la que Dios dijo "crecer y multiplicaos", jajaja.

    Ahora enserio: muuuuy completo tu comentario, ya estoy deseando leer tu próxima entrada. También he visto tu excursión fotográfica por Gamonal.

    Gracias por tus lindas palabras en casa por mi nieta.

    Besotes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El abuelazgo es prioritario. El que no conoce abuela no conoce cosa buena dice el refrán. Has de ejercer de abuela...Qué envidia. Yo sólo de tía abuela...El libro de Esquivias tiene muchísimo honor y se agradece. Me pasé con la entrada. Un abrazo Myriam.

      Eliminar
    2. He querido decir humor. Ay corrector.

      Eliminar
    3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    4. El abuelazgo es prioritario. El que no conoce abuela no conoce cosa buena dice el refrán. Has de ejercer de abuela...Qué envidia. Yo sólo de tía abuela...El libro de Esquivias tiene muchísimo honor y se agradece. Me pasé con la entrada. Un abrazo Myriam.

      Eliminar
  15. De todas las imágenes que tan bien describes de los años setenta, la que más me gusta es la de los niños del barrio de Gamonal llenos de barro y oliendo a galletas. María Fontaneda, supongo. Eso me ha hecho retroceder a los días de sol o de frío, que salíamos a la calle (en mi caso en pleno centro de la ciudad) a jugar a Campos Quemados.
    Tus descripciones están siempre llenas de vida.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  16. No sé si te acordarás de los barrizales que rodeaban la iglesia de Gamonal, tal vez seas demasiado joven. Lo de las galletas era por la desaparecida fábrica de galletas Loste. ¡Qué olor a galletas en la calle Vitoria!
    Los niños jugaban en la calle, los de Vadillos también.

    Besos Dorca´s.

    ResponderEliminar
  17. Yo me acuerdo de todo eso perfectamente, claro que sí.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las botas Kachuskas serían muy útiles. Recuerdo la aventura de llegar al baile de las Candelas, olvidé el lugar, no lo del barro. Pero ¡qué olorcillo el de tu barrio!

      Eliminar