En la iglesia de la Real y Antigua de Gamonal (Burgos)
El viernes pasado quedé con mi amiga Austri, para andar por la Quinta y charlar, su deporte favorito. Pero llovía mucho y tuvimos que refugiarnos en una cafetería. Llevaba en mi bolso el último libro de Óscar Esquivias porque a Austri le gusta mucho hablar de libros, de los que lee e incluso de los que no piensa leer.
-¡Qué frío! ¡Vaya tardecita! ¡Qué forma de llover! Esperamos a que escampe.
-Me parece que no tiene ganas y mis deportivas están caladas.
-Aquí se está bien. Tomamos un café y, mira, tengo en el bolso: Andarás perdido por el mundo de Óscar Esquivias.
-Yo no he traído ninguno, pero te cuento.
- ¡Menos mal! Creí que ibas a sacar un mamotreto de esos que sirven para ejercitar los tríceps. ¿Con qué andas ahora? ¿Con el de la misteriosa y licenciosa vida de la bizantina emperatriz Teodora?
-Menos guasa, María Ángeles. Que los tuyos son de los que nos mandaba la Nebreda en el Instituto: Cervantes, San Juan de la Cruz y la Pardo Bazán...del dieciocho por lo menos.
- Del XIX y parte del XX. Y no hemos leído a San Juan sino a Jiménez Lozano. No te enfades, Austri, mujer. Que yo también picoteaba en las librerías y salía cargada con novelones pseudohistóricos. Por respeto a la historia hay que dejar ese vicio. ¡Te apuntas a la lectura colectiva y te aficionarás a la literatura de verdad! A la de Pedro Ojeda me refiero.
-Yo no he traído ninguno, pero te cuento.
- ¡Menos mal! Creí que ibas a sacar un mamotreto de esos que sirven para ejercitar los tríceps. ¿Con qué andas ahora? ¿Con el de la misteriosa y licenciosa vida de la bizantina emperatriz Teodora?
-Menos guasa, María Ángeles. Que los tuyos son de los que nos mandaba la Nebreda en el Instituto: Cervantes, San Juan de la Cruz y la Pardo Bazán...del dieciocho por lo menos.
- Del XIX y parte del XX. Y no hemos leído a San Juan sino a Jiménez Lozano. No te enfades, Austri, mujer. Que yo también picoteaba en las librerías y salía cargada con novelones pseudohistóricos. Por respeto a la historia hay que dejar ese vicio. ¡Te apuntas a la lectura colectiva y te aficionarás a la literatura de verdad! A la de Pedro Ojeda me refiero.
-Ya, ya sé de lo que hablas. Que vas de intelectual últimamente. Hasta por teléfono.
-Intelectual no, ya me gustaría. Sí, muchas veces tengo mi charla literaria telefónica con mi amiga Luz del Olmo.
-Intelectual no, ya me gustaría. Sí, muchas veces tengo mi charla literaria telefónica con mi amiga Luz del Olmo.
-Pues conmigo también. ¿Por qué no? Que sepas que estoy al día de lo que vais leyendo. La última ha sido El Alcalde de Zalamea de Calderón de la Barca. Lo que digo, repasáis el Bachillerato. Los leí, palabra.
-¿Los leíste? ¿De verdad?
-Un poco de cada uno, me picó la curiosidad. Y la última ya me la sabía, la del alcalde que deshonran a su hija y va el alcalde y se venga y mata al violador y el rey lo perdona.
-¿Los leíste? ¿De verdad?
-¡Qué capacidad la tuya para el resumen! ¡Con lo mal que se me da a mí! El café se enfría.
Lo tomamos. Una vez agotados los temas habituales, muestro el libro.
- Mira: Andarás perdido por el mundo de Óscar Esquivias.
-¡Qué portada más bonita! ¡Me gusta el chico de la bici! Deja que hojee un poco y me voy enterando.
...
Austri lee aquí y allá. Cuando se cansa de hojear y de ojear me dice: Bueno, ahora cuentame tú.
...
Austri lee aquí y allá. Cuando se cansa de hojear y de ojear me dice: Bueno, ahora cuentame tú.
-Son catorce cuentos. Mira lo que escribí en mi blog, decía:
...catorce relatos en los que vivimos la desorientación y la indefensión de unos personajes herederos de aquel Caín bíblico condenado a andar vagando por el mundo.
-Pues metiste la pata porque a Esquivias le parece una bendición eso de perderse por el mundo: "A mí, desde niño, estas palabras no me parecen ningún castigo, sino todo lo contrario". Siempre me ha gustado perderme y andar a mi aire por el mundo. A menudo pienso que mi casa podría estar en cualquier sitio y es raro que visite un lugar en el que no me imagine feliz viviendo allí para siempre".
-¡Qué espabilada andas, Austri! Te has ido al final, a la nota del autor donde hay un decimoquinto relato; pero no te adelantes como el almendro.
- Sí, el del día en que se perdió, "muy niño", en Textiles Marín que sintió "una intensa emoción (una mezcla de susto y miedo) al percatarme de que estaba solito en mitad de aquel gentío...me veía como un príncipe de cuento que se adentra en un bosque". Cuando su madre le encontró sintió alivio y decepción: "volvía a estar en un lugar corriente y domesticado". Ya no había posibilidad de dragones, fantasmas, brujas ni el mismo Yahvé. Era un niño muy fantasioso, al parecer.
-¿Lo ves? Se sintió como un príncipe...pero tuvo susto y miedo. Andar perdido por el mundo tiene su cara y su cruz. Veo que te ha enganchado.
-Pues metiste la pata porque a Esquivias le parece una bendición eso de perderse por el mundo: "A mí, desde niño, estas palabras no me parecen ningún castigo, sino todo lo contrario". Siempre me ha gustado perderme y andar a mi aire por el mundo. A menudo pienso que mi casa podría estar en cualquier sitio y es raro que visite un lugar en el que no me imagine feliz viviendo allí para siempre".
-¡Qué espabilada andas, Austri! Te has ido al final, a la nota del autor donde hay un decimoquinto relato; pero no te adelantes como el almendro.
- Sí, el del día en que se perdió, "muy niño", en Textiles Marín que sintió "una intensa emoción (una mezcla de susto y miedo) al percatarme de que estaba solito en mitad de aquel gentío...me veía como un príncipe de cuento que se adentra en un bosque". Cuando su madre le encontró sintió alivio y decepción: "volvía a estar en un lugar corriente y domesticado". Ya no había posibilidad de dragones, fantasmas, brujas ni el mismo Yahvé. Era un niño muy fantasioso, al parecer.
-¿Lo ves? Se sintió como un príncipe...pero tuvo susto y miedo. Andar perdido por el mundo tiene su cara y su cruz. Veo que te ha enganchado.
-¡Sí, me gusta! ¡Un catequista de Gamonal que pasea por “las infinitas hileras que flanquean el Arlanzón”! Déjamelo sólo esta noche y leo despacito el primer cuento. Mañana te lo devuelvo y lo comentamos mientras andamos y quemamos alguna caloría.
-De acuerdo. Me interesa tu punto de vista, de verdad, Austri. ¿Y si paseamos por Gamonal? -¡Sí, hace mucho que no voy por allí! ¡Es buena idea!
Al día siguiente, una mañana de domingo, Austri y yo nos ponemos en marcha.
En Gamonal,con "Andarás perdido por el mundo".
-Los cuentos, que me he leído dos, el del músico catequista y otro de una niña que se queda embarazada ¡Y el del loco de Oña!
-¡No seas bruta! ¿Qué te parece Ismael, el de Todo un mundo lejano?
-Me gusta más al principio, luego la fe se le enfría y se vuelve raro. El cuento da la vuelta y el final no parece corresponder con el principio.
-Sí, porque Ismael era tan bueno, tan generoso, tan simpático, vivía con tanta intensidad su fe. Los niños convencidísimos: había que poner el nacimiento en casa porque los árboles de Navidad y el acebo eran "decoración druídica" y convertían la Navidad en "saturnales".
-Si estuviéramos en Navidad, tendríamos a la vista la decoración druídica, sobre todo en las tiendas de los chinos que por aquí abundan. Y no digamos papanoeles estultos. Druídica, anglosajona y china. No sé si los catequistas de ahora previenen contra las navidades saturnales.
-El narrador se imaginaba la arenga: "Mirad encima de los armarios, debajo de las camas, en los trasteros. Rescatad al Niño Jesús de su secuestro, no permitáis que se llene de telarañas". Se sorteará un premio, palabra mágica, entre los que hayan puesto "el Misterio". Y el villancico "anfibio", "Jesús nace, nace, en mi corazón" se convertirá en una especie de himno de la parroquia. Al final, todos los catequistas organizarán algo parecido. Será un éxito y no habrá casa en Gamonal sin San José, la Virgen y el Niño.
Nos lo cuenta su amigo Mateo, es una voz enamorada y perdona todo, incluso que Ismael deje traslucir sus ideas políticas conservadoras en la catequesis infantil. Está cantado que, en cuanto respire otros aires, todo va a cambiar. Se le caerá todo.
Gamonal era un barrio de gente de campo, los de los pueblos que se colocaron en las fábricas del "Polo". Pisos con "el Sagrado Corazón en la puerta y crucifijos sobre las camas". El mismo Gamonal que fue conocido en todo el mundo por el Conflicto del Bulevar en 2014. Mira aquí tienen un monumento al Papa Juan XXIII.
-Le llamaba por teléfono y no contestaba. Comenzó el curso e Ismael Bejarano no iba a dar catequesis.
Gamonal era un barrio de gente de campo, los de los pueblos que se colocaron en las fábricas del "Polo". Pisos con "el Sagrado Corazón en la puerta y crucifijos sobre las camas". El mismo Gamonal que fue conocido en todo el mundo por el Conflicto del Bulevar en 2014. Mira aquí tienen un monumento al Papa Juan XXIII.
-Ismael se pasa de culto y estudioso y no sé de dónde saca tiempo para todo: Ingenieria Técnica, una carrera nada fácil, violoncello, con las horas que exige un instrumento, y la catequesis, con salidas, excursiones, campamentos, una actividad incansable.
A ver, voy a ser sincera, conozco a catequistas así de entusiastas; pero su cultura suele ser más mediocre. En cuanto a la música, no pasan de rasguear un poco la guitarra. Y canturrear: "Una espiga dorada por el sol", como la casera odiosa de "El chino de Cuatroca".
-Veo que también has leído el del chino ecuatoriano. Ay, Austri, que el libro te ha atrapado. Ya he perdido la cuenta de los que te has leído. ¿Todos?
-Sí, lo reconozco, pero sigamos con "Todo un mundo lejano". ¿Qué pasó con el entusiasta catequista?
-"El verano de 2013 lo pasó Ismael en Viena , seleccionado por una fundación que becaba a jóvenes instrumentistas europeos, y en Amsterdam, donde asistió a unas clases de Truls Mørk...su violonchelista favorito". Ya de paso aprendió neerlandés, porque Ismael coleccionaba idiomas. No hubo noticias de Ismael ese verano, sus amigos, desde el campamento parroquial, le imaginaban caminando por straussianos bosques a ritmo de vals, contemplando su Velázquez favorito, cantando lieder con su bonita voz o tocando sus piezas preferidas.
Truls Mørk en la útil Wikipedia
El día de su cumpleaños le mandaron una foto del grupo, por el móvil. No hubo respuesta. Cuando Mateo volvió a casa, encontró una misteriosa postal de Ismael, en el buzón. No contaba nada de Truls Mørk ni de sus aventuras estivales. Tras el saludo (Paz y bien, querido Mateo), había escrito unos versos en alemán, abrazos con exclamaciones y su nombre con las letras separadas, como un niño que aprende a escribir.
¿Qué le quería decir? Tal vez estaba la clave en uno de los versos de Rilke, escritos en la postal: "Su pensamiento está dividido" .
CEIP Marceliano Santamaría, bilingüe (alemán). Gamonal.
Entrada a la Casa Parroquial de la iglesia de la Real y Antigua de Gamonal
Rezaban por él. Encarna, su madre, decía que había vuelto muy cambiado del extranjero. "Se le ha enfriado la fe" resumía. Ahora estaba "apático, silencioso, esquivo". No había vuelto a tocar, no pisaba la iglesia y acudía a la consulta de un psiquiatra. Aunque sus padres hubieran preferido ponerle en manos de un director espiritual, un cura.
Portada de la iglesia de la Real y Antigua de Gamonal
-Mateo rezaba por Ismael y se le hacía muy raro incluirle en sus peticiones. Su último pensamiento del día era para él. Soñaba con él. Un día, por casualidad, lo vio en Fuentes Blancas, entre chopos revestidos "con sus capas pluviales doradas". "Las ramas tamizaban y casi pintaban la luz de oro viejo y cantaban como sonajeros al levantarse el viento". "Pasear entre las infinitas hileras que flanquean el Arlanzón era como hacerlo por una catedral áurea de nervaduras góticas, con nidos de pájaros en vez de claves”. Eran las frondas de Garcilaso y en los troncos figuraban todos los enamorados de Burgos.
-Mateo iba con su cuaderno de poesía, venía un ciclista a toda velocidad por el puente de la Ventilla. Era Ismael, se quitó el casco y las gafas. Olía a sudor y tenía las mejillas enrojecidas.
-"Me miraba sonriente, en silencio, jadeante. ¿Qué tal estás, Ismael? Bien, hace mucho que no nos vemos. Mucho sí...Silencio. Me acuerdo mucho de ti, Ismael. Yo también. Silencio. Pásate un día por la parroquia. Lo haré. O llámame. Claro. Silencio. Rezo por ti. Gracias". Se quedaron callados. Ismael le dio un beso y se alejó pedaleando.
Ismael se fue a San Sebastian, a estudiar en el Musikene. Estudiaba con el mejor violonchelista de España, nadaba y había ganaado una medalla, cantaba en un coro y vivía en un piso que daba al mar. ¡Y en camino de incorporar el euskera a su colección de idiomas! Todo eso se lo contaba María Inmaculada, la hermana menor de Ismael que se preparaba para la Primera Comunión. Le iban bien las cosas, según la entusiasta y puntillosa niña. ¡Igual que su hermano! Mateo era feliz aunque Ismael no contestara a las llamadas.
-Comenzó el Adviento y la preparación para la Navidad. Habían decidido mantener el concurso de belenes, a pesar de los detractores que consideraban que favorecía la ostentación de algunas familias. Mateo disfrutaba visitando "misterios" con los niños, aunque algunos fueran un tanto extravagantes, como aquel colocado en el mueble bar, entre botellas "culonas" de güisqui, coñac o pacharán. En algunas casas había enfermos encamados y entraban con los villancicos, dale que dale al "pampanitos verdes, hojas de limón", hasta llegar a dormitorios con tufo a heces y medicinas. No importaba, era el espíritu de Ismael, al menos del que Mateo había conocido.
-Reciben la noticia de una peregrinación a Roma, para recibir la bendición del Año Nuevo, la primera del pontificado de Francisco. El viaje, organizado por una parroquia de Valladolid, era un disparate, una paliza. Sólo había que pagar los pasajes del barco que eran muy económicos. Invitarían a Ismael, no, Ismael no quiso saber nada de actividades parroquiales. Se marchó a dar un paseo en bici, cuando supo que iban a visitarle. Mateo llegó a pensar que, por alguna razón inexplicable, les despreciaba, le despreciaba.
-Mateo se emocionó mucho cuando escuchó la bendición del Año Nuevo, "retumbando por los altavoces vaticanos". Envió un mensaje a su amigo con el último versículos de la bendición: "Que Dios te mire con amor y te dé la paz. Feliz 2014". ¡Ahora le ponemos fecha al relato! Porque Ismael parece un personaje de otro tiempo.
-El relato termina con Bernardo y Mateo de vuelta en el ferry. Sus pasajes baratos no incluyen ni camarote ni cama. Pasan la noche en el exterior, en compañía de un batallón de cervezas. Bernardo, como siempre que se emborracha, ya lo hacía en los campamentos, se pone cariñoso y empieza a sobar y a buscar los labios de Mateo. Siguen bebiendo en silencio hasta que se ilumina la pantalla.
Mateo escucha el sonido de un mensaje que llega. "Fue como ver un cometa en el cielo, el signo de algo excepcional". El mensaje era de Ismael y decía: "Gracias, feliz Año Nuevo. ¿Nos vemos mañana? "
Mateo miraba incrédulo el móvil, hasta que se extinguió la luz de la pantalla. Bernardo le besaba y le dejó hacer. Ahora se sentía exaltado, feliz.
"Su lengua se juntó con la mía durante un rato. Empezó a desabotonarme la bragueta, que tenía henchida.
-Vamos donde no nos vean-le dije"
¿A esto último te referías, Austri, cuando decías que el cuento da la vuelta?
-Da la vuelta y no deja claro lo que va a pasar. Y es un poco crudo...
-Sí lo deja claro, Ismael está dispuesto a corresponder al amor de Mateo. Y Mateo se siente fugazmente feliz. El amor es un cometa en el cielo. Así de fugaz.
-¿Volverá Ismael a la parroquia? ¿Recuperará la fe?
-Es una puerta que Óscar deja entreabierta, Austri.
Entrada a la iglesia de Santa María la Real y Antigua
-¿Preguntamos en la Antigua si conocen a un catequista llamado Ismael que toca el violoncello?
-Te dirían que no. Ismael Bejarano es sólo un personaje, un ente de ficción como decía Unamuno. No sé por qué te empeñas en que sea alguien real, será fruto de tus lecturas históricas. Puede estar inspirado en personas reales, en el escritor mismo, en lecturas, qué sé yo. Si existiera, pienso que estaría dando conciertos de violoncello, perdiéndose por el mundo. Como un príncipe de los escenarios, no de los salones parroquiales.
Seguiremos comentando relatos. Ha sido una buena experiencia el paseo por Gamonal. Hasta otro día.
Un abrazo de María Ángeles Merino.
Nota: mi amiga Esmeralda hizo las fotos, en Gamonal, pero nada tiene que ver con Austri, otro ente de ficción.
Me vine a leerte ahora, antes de mi clase de cerámica, y me he divertido mucho con tu paseo por Gamonal y diálogo tan fructífero con Austri. ¡Me has alegrado el día!
ResponderEliminarBesotes
Me alegro de que hayas disfrutado del paseo por el barrio más famoso de Burgos, antiguo pueblo de Gamonal. Ya nos mostrarás tus cerámicas. De Gamonal a Israel. Besos Myriam.
EliminarYa leo que te has empapado muy y mucho en los cuentos y en especial con el de Ismael. ¡Esta Austri, es un poco respondona! Supongo que a Óscar Esquivias le gustará.
ResponderEliminarFelicita a Esmeralda por las fotos.
Seguimos hablando de literatura y de lo que sea, como dos buenas amigas.
Besos
Te hice un cameo. ¡Menudas charlas las nuestras literarias y no literarias! Me empapé de este cuento y me dieron las tantas, jueves con ojeras, pero a gusto.
EliminarLe paso la felicitación a Esmeralda. Besos, Luz.
Esto sí que es interesante: comentar en un sustancioso diálogo las circunstancias del libro y sus espacios... en pleno Gamonal, raíz del autor. Buen reportaje fotográfico.
ResponderEliminarUna tarde de lluvia diseñé a mi amiga Austri, lectora convencional que cae en los brazos de un libro bien escrito. Austri es diminutivo de Austringiliana, ya sabes. El diálogo fluía, hablamos de todo, de Esquivias y también de ti.
EliminarGracias, Pedro. Un abrazo.
La verdad es que me ha resultado muy divertido el escrito y además se aprende bastante con tus comentarios y los de tu amiga. Por cierto, coincido con ella, perderse por el mundo no es una maldición. Saludos.
ResponderEliminarDepende donde nos perdamos. Nos divertimos y aprendemos, compartimos. Saludos María Luz.
EliminarPerdernos por el mundo paseando por nuestros barrios.
ResponderEliminarGracias a todas por el paseo.
Ahora tengo que pasearme por tu barrio de Tetuán. Ya lo hice un poco cuando leímos "Viene la noche". No se me olvida la calle Was Rad.
EliminarBesos Carmen.
Me encanta. Entrar en la Real y Antigua neocatecumenal con mi libro es como ir a la Meca con una novela de Salman Rushdie ;-)
ResponderEliminarYa sabía yo del fuerte olor a "kikos" que se percibe en la Antigua. Por eso me hubiera gustado cruzarme con algún cura o catequista en el vestíbulo del Salón Parroquial, para mostrarle el libro. Pero estaban todos en la misa de la catequesis, escuchando a un cura que muy pedagógicamente interrogaba a los niños sobre el hijo pródigo. Por lo demás, ya lo ves, predominaban las canas.
EliminarIsmael era demasiado inteligente, demasiado culto, demasiado sensible, se iba a enfriar pronto. Y no por las aguas heladas del Pedroso.
Gracias por tu visita y por tus palabras. Un abrazo, Óscar.
Pasear por la Quinta Avenida... De Burgos que es otra cosa.
ResponderEliminarManda güevos que por comentar un libro en común llamen a uno intelectual...
Paseo de domingo por la mañana bien aprovechado y cultural. Yo los domingos por la mañana preparo el huerto, unos cuantos metros cuadrados, pocos, no vayas a pensar que son hectáreas, para plantar unos tomates. Ya hay que ir preparando la tierra y poniendo el surco.
Me encanta lo de "se iluminó la pantalla." La tijera del censor siempre alerta y preparada.
Comentario a tono con el cuento, muy divertido y bien planteado con el diálogo.
Un abrazo.
Iba a poner cultureta, que es mucho peor que intelectual. Yo me considero obrerita de la cultura y la enseñanza y nada más, ya me gustaría.
EliminarEl domingo suelo salir a andar y a hablar, muy de mujer cincuentona. Es una suerte tener pueblo y huerto, qué envidia.
Lo de la pantalla...no sé si será una autocensura del autor, pienso que no.
Gracias por tus palabras. Esta entrada me costó mucho, hice y deshice. Y me dieron las tantas.
Un abrazo, Pancho.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarLo tuyo es vocación de la de antes esa que se vive por y para, me encanta como lo vives y sobre todo lo transmites.Vaya paseo y este comentario guiado, me ha encantado.
ResponderEliminarMuchas gracias MªAngeles, tiene razón Austri pareceis unas estudiantes de Bachillerato jaja.
Un beso grande feliz finde.
Vivimos los libros que nos gustan y es una segunda vida que nos ayuda a vivir la vida real. A Austri se le quedaron grabadas a fuego los comentarios de texto del Insti. Me entenderás cuando digo que, a veces, se aprende mucho de los malos profesores, que los tuvimos.
EliminarBesos, Bertha.