Fragmento del callejero de Madrid.
Esta entrada pertenece a la lectura colectiva de la novela "La busca", de Pío Baroja, dirigida desde el blog "La acequia"por Pedro Ojeda.
Hoy os pido que me acompañéis en un viaje más literario que real. Seguidme, si gustáis.
Aquí estaba el Barrio de las Injurias |
Con el "callejero" en la mano, estoy en Madrid, en la estación de Pirámides, entre Acacias y Yeserías, en la misma "hondonada" de aquel misérrimo barrio de las Injurias, al que la revista "Blanco y Negro", en 1906, describía así :
Plano de Madrid (1919) de P. Nuñez Granés |
Los machacones altavoces proclaman que el servicio de metro va a permanecer interrumpido una hora. Resignada, me siento en un banco con vistas a las vías y saco de mi bolso un libro en consonancia con el lugar en que me hallo: "La busca" de Pío Baroja. Leo:
Gasómetro y barrio en la actualidad. |
"Unas cuantas chiquillas de diez a catorce años charlaban en grupo...Corrían las chicas medio desnudas..."
Continúo mi lectura. Por el puente de Toledo sale a mi encuentro "una procesión de mendigos y mendigas, al cual más desastrados y sucios". A cual más desastrado y sucio, habrá querido decir don Pío...dejemos a la señá Concordancia en paz.
La "procesión del harapo" llega desde las Injurias y otros barrios cercanos. Siguen por el Camino Alto de San Isidro y se detienen en la "Doctrina", una casa roja con un patio y un Cristo en medio.
"...no se veían más que caras hinchadas, de estúpida apariencia, narices inflamadas y bocas torcidas, viejas gordas y pesadas, como ballenas, melancólicas, vejezuelas esqueléticas, de boca hundida y nariz de ave rapaz; mendigas vergonzantes con la barba verrugosa, llena de pelos...". Amasijo de fealdad, caras poco humanas. José Gutiérrez Solana |
De vez en cuando, no siempre, regalan sábanas y camisas con las que esta pobre gente hará un mísero negocio. La moneda, media hora de sermón ininteligible y repetidas cantinelas. Las de negro lavarán su conciencia y volverán a sus barrios de clase media, tan satisfechas.
Trato de oír mentalmente ese rumor, sigo sentada el banco del metro. Este condenado tren que no llega. Y se sienta a mi lado una viejita con pañuelo rojo y mantón negro. Habla consigo misma:
"¡Las tías brujas esas!...Si no me dan más que una sábana...les digo que se la guarden en el moño. ¡Las tías zorras!"
Por el acceso al andén, entra un muchacho joven con gorra. Se dirige a la mujer :
"¿Qué es eso, agüela?¿No le han querido abrir la puerta?...Ya la han tañado a usted...Usted lo que es, es una ansiosa"
De pronto, aparece una muchedumbre vociferante, detrás de unas mujeres con mechas rubias, vestidas con ropa de marcas caras, bien provistas de catecismos y "caminos". Un coro de desesperados da rienda suelta a su rabia:
"-¡ Moler! Con las mujeres de Dios... -Ahora quien que se confiese una.
-Esas tías borrachas. ...¡Pues no quien que me case! ...que se casen ellas si tien con quien. Vienen aquí amolando con rezos y oraciones. Aquí no hacen falta oraciones, sino jierro, mucho jierro"
http://www.sastreriabautista.es/tienda/ |
El de antes, el de la gorra, sentencia:
"Y todo lo demás...leñe y jarabe de pico, porque pa dar consejos buenos, pero en tocante al manró, ni las gracias"
Llega, por fin, el tren. Todos suben apresuradamente al vagón, detrás de las catequistas que disimulan como si no fuera con ellas.
Yo también subo, pero la "agüela" del pañuelo rojo ha desaparecido.
"Y todo lo demás...leñe y jarabe de pico, porque pa dar consejos buenos, pero en tocante al manró, ni las gracias"
Llega, por fin, el tren. Todos suben apresuradamente al vagón, detrás de las catequistas que disimulan como si no fuera con ellas.
Yo también subo, pero la "agüela" del pañuelo rojo ha desaparecido.
Y aquí termina mi viaje literario, barojiano y suburbano.
Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:
María Ángeles Merino
Los enlaces utilizados son:
Las palabras directamente extraídas del texto se corresponden con el enlace:http://www.escuelahistoria.fcs.ucr.ac.cr/contenidos/biblioteca/esociales/PioBaroja-LaluchaporlavidaI_Labusca_.pdf
¡Excelente tu narración!. Me ahorraste el trabajo de estudiarme el mapa (que había pensado hacer, lo juro).
ResponderEliminarPor un momento creí que físicamente y de verdad te habías ido hasta Madrid a hacer el recorrido jajajaja.
Besos y te felicito por este trabajo tan bien currado.
Un autentico placer recorrer, junto a ti, las calles de Madrid que describió Pío Baroja.
ResponderEliminar¡Excelente paseo!
Qué miasmas va a haber en un depósito de cadáveres, los muertos ya cumplieron con su cometido. Da yuyu, pero nada más. Yo no entraría así como así.
ResponderEliminarQué expresión tan rotunda. Hoy nadie diría "pobres de solemnidad". El lenguaje se ha ido ... no lo escribo porque se me enfadan.
Las Injurias hoy están en La Cañada Real. Pero nadie remienda remiendos hoy día.
Muy original relato de tintes barojianos. Buen trabajo ilustrador.
Un abrazo.
Caray, que buen trabajo de investigación.
ResponderEliminarQueda muy claro todas las descripciones del libro sobre los barrios de Madrid. Enhorabuena.
Un abrazo.
Excelentes las fotografías, los mapas y tu relato. Muy bien hilvanado todo, Abejita. Besotes, M.
ResponderEliminarQue bien te has programado el tiempo que estas en dos sitios a la vez jejeje.Muchas gracias por la explicación.Dándome cuenta que la miseria de aquellos tiempos era de recibo...cuanta miseria moral había...aunque la escudaran de cien formas.
ResponderEliminarUn abrazo feliz finde MªAngeles.
Qué gran trabajo el de esta entrada. Debajo de nuestras ciudades están aquellas otras. Debajo de este Madrid está el de Baroja. La documentación con la que has illustrado -en palabra e imagen- es tan oportuna, que esta entrada es ya imprescindible en nuestra lectura. Gracias.
ResponderEliminarBuenos días, Abejita de la Vega:
ResponderEliminarAquellas pobres gentes tenían casi imposible escapar de la situación de pobreza extrema de finales del XIX comienzos del XX; aunque esta palabra no le gustase a Roberto el estudiante.
Pág.70...”Si quieres hacer algo en la vida, no creas en la palabra imposible”
...”Manuel miró a Roberto con extrañeza y se encogió de hombros”
He seguido tu plano, para situar la ‘Procesión de mendigos’, ...’conciliábulo de Corte de los Milagros'.
Compara pancho con la Cañada Real, pero en pleno siglo XXI parece que supera en miseria, tristuras y problemas lo denunciado –con dolor- por Baroja.
Abrazos
No conozco apenas Madrid, pero tu guía es imprescindible para entender mejor el libro.
ResponderEliminarUn saludo
Los he visto tal como los describe Pío Baroja en el libro, pero vivos merodeando por los lugares que nos has ido señalando. Una maravilla. Gracias
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