Esta entrada pertenece a la lectura colectiva de la novela "La busca", de Pío Baroja, dirigida desde el blog "La acequia"por Pedro Ojeda.
Muere suicidado el primo Leandro, el zapatero cae enfermo de tristeza, ya no se regeneran zapatos y la tía Leandra le invita a irse, no le puede mantener.
La Petra le acompaña al puesto del tío Patas, despachará pan y verdura hasta que un día se le ocurra reivindicar la "absurda" pretensión de ganar un jornal.
Como con el tío tacaño no se gana ni el pan que se come, la madre le acompaña a una tahona "horriblemente penosa" donde bregará a pie de horno. Bien sabe Baroja lo que se cuece allí.
Los Baroja regentaron "Viena Capellanes", pionera del llamado "pan de Viena" |
Agotado, cae enfermo, deja el trabajo, se arrastra hacia la casa de huéspedes, su madre le hace acostar, fiebre, delirio...Se levanta desmadejado, llora por todo. La patrona permite que se restablezca. Paseos por el Retiro, trabajos de copia para el periodista que llaman "Superhombre", días agradables y lectura de novelas "verdes". Pero se le ocurre llevar a la práctica las lecturas con la sobrinita de doña Casiana, le plantan en la calle, ya no tiene a donde ir. Ni la tahona ni la Salomé.
Ilustración de novela "verde" de Paul de Kock |
Pobre Manuel, nuestro Lazarillo de 1900, a la ventura le sucede la desventura. Deambula por Madrid, ay si fuera más mayor y tuviera un buen oficio, se casaba con la guapa costurera Salomé. No debe ir al Puente de Toledo ni a la carretera de Andalucia, que allí vive la tentación; pero allí aterriza. Y...vuelve con el Bizco y Vidal, con los randas."El trabajo pa los primos". "Una vida de chipendi" desde la Casa de Campo a Puerta de Hierro.
Durante mucho tiempo no se atreve a asomarse por la pensión. Cuando lo hace, descubre que su madre está gravemente enferma de tisis. El cura Jacinto ya la había confesado "una porción de veces", va por la Unción, Petra es fiel cumplidora de los trámites religiosas.
"Mandó el cura callar...no se oyó entonces más que ruido de pasos, abrir y cerrar de puertas y luego el estertor de la moribunda y el tic tac de un reloj del pasillo"
Tras ese silencio, Manuel se ha quedado sólo en el mundo. Pide limosna, come del rancho que sobra en los cuarteles, se une a las cuadrillas de golfos y no dejan de sorprenderle las maldades que cuentan, como aquella del Mariané, lo del sargento a caballo encima de una prostituta, con las espuelas sueltas; es que para tenerlas contentas "no hay como hacerlas sufrir". Al muchacho le queda un fondo bueno y piensa que él no disfrutaría martirizando a la Salomé.
Pasa los días en sus correrías y las noches refugiándose donde puede, en cuevas, junto a las tapias, en bancos, en sillas, al calor de otros golfos amontonados.
Golfillos durmiendo juntos. |
"Entraron los tres llenos de miedo, atortolados, cogieron una servilleta y metieron dentro lo que encontraron a mano, un reloj de cobre, un candelero de metal blanco, un timbre eléctrico roto, un barómetro de mercurio, un imán y un cañón de juguete"
Un trapero malo les paga una peseta, tras un tira y afloja de chantajes y amenazas. Ochenta céntimos para cada uno y una frasca de vino. Vidal resume la jornada: riesgo de ser mordidos por un perro, de ser apaleados, de ir a presidio para toda la vida y..."ser miserablemnte engañados".
Una peseta de 1900 |
El trío se inicia en el mundo de la prostitución, la carrera de chulo tampoco debe estar mal. Los tratos con "las vestales del arroyo" tampoco convencen a Manuel porque en el reparto a él le corresponde la "Mellá", la más fea. Pobres muchachas que llaman libertad al hambre y al frío, cualquier cosa con tal de no ser encerradas en el convento que la autoridad ha dispuesto para ellas. El negocio sale mal, otra vez en la calle.
A finales de verano, se puede dormir al raso. Manuel sobrevive llevando maletas en la estación, gana unos céntimos y alterna los tronchos de berza con opíparos banquetes de taberna. Pero llega el frío, se hiela por las noches, a pesar de la bufanda y el gabán que le proporciona su hermana, que no sabemos de dónde ha salido.
Y un día, casi muerto de frío, sueña:
"Manuel soñó con una mujer muy blanca y muy hermosa, con cabellos de oro. Se acercó a la dama, muerto de frío, y ella le envolvió con sus hebras doradas y él se fue quedando en su regazo agazapado dulcemente, muy dulcemente."
De su dulce sueño le despierta una voz que le pregunta "qué haces ahí" y le llama golfo. Es "un viejo de barba entrecana y mirada adusta, con un saco al hombro y un gancho en la mano". Es el señor Custodio, el trapero bueno que aparece "deus ex machina" y pronuncia las palabras mágicas:"te daré de comer". Le ofrece trabajo y se lo lleva a su casa.
Ángel custodio. |
Allí donde se vierten las basuras de la ciudad, en una hondonada, entre cascotes y escombros, vive un hombre bueno, en una casa tortuga fabricada con una extraña mezcla de estacas embreadas, casetas de baño, pedruscos, chapas, pizarras, paja...Pero no le falta corral y cobertizo adosado. Una mujer que le da pan y queso, un perro peludo y simpático, un cerdo, un borrico y lo mejor de todo:
"En el fogón, sobre la ceniza blanca, un puchero de barro hervía con un glu glu suave". La gloria terrenal.
http://elblogdejoseantoniodelpozo.blogspot.com.es/2012/04/puchero-del-blog.html |
El domingo salgo de casa con la máquina de fotos en el bolsillo. Porque pienso en personas como el señor Custodio que extraen utilidad a lo desechado por otros, el llamado "Mercadillo de antigüedades"; el rastrillo que todos los domingos se levanta en la burgalesa Plaza de España. No importa que mi ciudad no sea Madrid ni que vivamos en 2013, que no en 1900. Voy a la busca de custodios y manueles, entre un batiburrillo de objetos dispares.
Cables, enchufes, cargadores, gafas, jarras y encuentro sentada a la inolvidable Andrea, protagonista de "Nada", de Carmen Laforet, premio Nadal en 1945. Tan hambrienta como Manuel, pero nos faltan muchos años para llegar a la posguerra civil.
Platos, cuadros, muebles, novelas, libros de texto, relojes, algún instrumento musical, vinilos, herramientas, objetos que pretendieron un día ser decorativos,viejos periódicos, muñecas, juguetes, miles de cosas en un espacio muy reducido.
No, busco: "barretinas y boinas rojas, trozos de mantones de crespón... ventrudas damajuanas...botellas de azumbre...agua de Seltz...botellas de Vichy, de Mondáriz, de Carabaña...tarros y botes de pomada, de crema y de velutina" No hay nada de eso.¿Ese hombre que se oculta detrás del cuadro? ¿Es el señor Custodio? ¿Es Manuel?
No, por fin los encuentro. Manuel Alcázar y el señor Custodio están aquí. ¡Por fin ! Sólo en libros los podemos hallar. Aquí los tenemos en la mítica colección RTV, que se vendió al módico precio de 25 pesetas.
Aquí están Manuel y el señor Custodio |
Un abrazo para los que pasáis por aquí de:
María Ángeles Merino
Las palabras directamente extraídas del texto se corresponden con el enlace:http://www.escuelahistoria.fcs.ucr.ac.cr/contenidos/biblioteca/esociales/PioBaroja-LaluchaporlavidaI_Labusca_.pdf
¡Qué maravilla de entrada! ¡Qué maravilla!
ResponderEliminarManuel llega a manos del trapero cuando lo ha perdido todo, cuando ya casi no le queda ni vida. De ese momento dependerá toda su existencia futura.
De verdad, que no se puede tener mas mala suerte al principio.Parece que, comienza a encauzarse su vida...?
ResponderEliminar-Decirte: que me picó la curiosidad por este libro y, lo conseguí por 2€, el sábado que fuí a una librería que esta liquidando porque cierra:(
Un abrazo MªAngeles.
No se si me ha gustado más leer el libro o tus entradas. ¡Gracias por compartirlas!
ResponderEliminarBuenas noches, Abejita de la Vega:
ResponderEliminarMe ha encantado cómo has visto la lectura y la manera de explicarla y presentarla.
Hemos ido cogiendo cariño a Manuel.
Pobre, qué canutas las pasa.
Su madre, qué mujer más dura. Recuerdas?:
pag.24..."La Petra tenía intención de mostrarse severa, pero al ver a su hijo se olvidó de su severidad y le abrazó con efusión".
¡después de dos años!
Y cuánta hambre, frío y escasez de demostraciones de aprecio.
Me pareció precioso el párrafo del sueño, antes de despertar por el Señor Custodio.
Y sus reflexiones:
"...Manuel pensó que si con el tiempo llegaba a tener una casucha igual a la del señor Custodio, y su carro, y sus borricos, y sus gallinas, y su perro, y además una mujer que le quisiera, sería uno de los hombres casi felices de este mundo."
Abrazos
Genial como siempre tu relato Abejita. Menos mal que al final ¡encontraste a Manuel y Custodio en una caja azul! ja,ja... Besotes, M.
ResponderEliminarBuenos días, Abejita de la Vega:
ResponderEliminarAnoche no te dije nada del mercadillo, pero me llevaste a recordar algún paseo acompañando a mi padre, que no se perdía un domingo cuando estábamos en Burgos.
De Alfanhui, tengo al menos dos ediciones. De vez en cuando vuelvo a sus páginas, como este verano ordenando libros en vacaciones, que no pude resistirme a leerlo de nuevo.
Abrazos
P.D.: También me gustó mucho el mosaico de la Casa del Niño Jesús, y el Ángel Custodio.
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ResponderEliminar¡La verdad es que tu entrada me ha encantado! ¡Qué recorrido más elaborado!
ResponderEliminarIncreíble como has encontrado esos libros en la cubeta azul...
Besos
En verdad este Manuel es un Lazarillo de principios del XX. Menos mal que encuentra al ángel trapero.
ResponderEliminarMuy buena la idea de encontrar a Manuel en el libro.
Muy bien narrado en toda su secuencia, acompañada de imágenes.
Un abrazo
Luz
Maravillosa entrada, Mª Ángeles, una aportación gráfica tan completa que enriquece aún más la lectura. Además de tus apreciaciones literarias.
ResponderEliminarAbrazos.
Sigo la senda a distancia.
ResponderEliminarUn lujo oriental el amplio despliegue de imágenes que nos acercan a la trama y a los personajes, sobre todo la que encabeza la entrada, la de la panadería y las tuyas del rastro que parece no haber cambiado desde hace cien años. Lo malo que tenían los libros de RTVE era la mala edición y la letra tan pequeña, lo bueno era el precio.
ResponderEliminarLa Busca está llena de puyazos de todo tipo a la sociedad del momento. ¿Había algo que estuviera en su sitio para este escritor? Y muchas referencias a las corrientes filosóficas del momento, pero las expone muy bien insertadas en el texto como si tal cosa.
Como tienen al cura en casa no les falta su asistencia, pero al ser pobres no pueden comprar las medicinas: no se puede tener de todo tan a mano...
Bien visto lo de la lumbre y el puchero, para qué más. Manuel era feliz, pero tuvo que aparecer la bruja para estropearlo todo.
Un placer leer los resúmenes con tu manera de ver las cosas.
un abrazo
Pancho: paar qué más, un placer.
ResponderEliminarPaco: sun buen senderista.
Puri: las imágenes me ayudan a escribir.
Ele Luz: un Lazarillo en el Manzanares.
Myriam; lo de la cubeta azul fue feliz casualidad.
Gelu: la Petra es una mujer dura y endurecida, pero es la fuente del escaso cariño que recibe Manuel. Un mercadillo muy illo pero muy concurrido. Alfanhui es pura poesía.
maría
Merche: al final, cuando ya me iba, lo encontré, feliz casualidad.
María S.J: me gusta leer y que me lean personas de sensiblidad como tú.
Bertha. la mala suerte le persigue, no le dejará en paz.
Pedro: el trapero y su casa de chapa son la esperanza.
Gracias a todos