Las cabras sin los cabreros. |
Comentario al capítulo 1.12 del Quijote: "De lo que contó un cabrero a los que estaban con don Quijote", publicado en "La acequia", en la entrada correspondiente al día 31 de julio de 2008, titulada "El relato de la historia de Grisóstomo y Marcela".
Comienzo a leer el capítulo 1.12. En el anterior, tuvimos por aquí los cabreros y don Quijote nos obsequió con un áureo discurso. Es que nuestro hidalgo se embala cuando tiene el estómago lleno. ¿Os acordáis del tasajo y las bellotas? ¿Y de la música de rabel y de la ingrata Olalla? Ya, ya sé que estamos en el duodécimo.
"Estando en esto...". En esto estoy cuando aparece en mi pantalla, tan acostumbrada a visitas quijotescas, un mozo de aspecto rústico. Tiene que ser Pedro, el del "bastimento", a juzgar por la cesta que trae al brazo.
Bastimento
Así es, señora mía. Pedro, cabrero y abastecedor de cabreros, para servirle. Saludo a voacé. Me envían los compañeros. Ellos me dicen que ya pasaron por aquí.
Le cuento:
Aquel día, ese que cuenta el famoso libro, subo desde el aldea a la majada. Llevoles provisión de pan y noticias frescas. He de contarles lo de la muerte del pastor estudiante Grisóstomo, "muerto de amores, de aquella endiablada moza de Marcela, la hija de Guillermo el rico". Sabe voacé, la que va en hábito de pastora por esos andurriales.
"Esa endiablada moza de Marcela"
El desdichado de Grisóstomo muerto está. Y manda en su testamento que le entierren a lo moro, en el campo, al pie de la peña, la de la fuente del alcornoque; donde vio por vez primera a esa ingrata moza de Marcela. No, una moza de Marcela no; Marcela mesma.
Fuente de la peña. |
Y manda otras cosas que los abades no han de cumplir, cosas de gentiles, sabe vuesa merced. Pero su amigo Ambrosio, pastor estudiante como el difunto, está dispuesto a cumplirlas. Sobre esto anda el pueblo alborotado:
-Mira, ahí va Ambrosio. ¡Cómo moro quiere enterrarlo!
-¿Sabéis dónde piensan enterrar al difunto Grisóstomo?
-¡Cuándo se entere el abade!
-Me cuentan que al pastor estudiante lo ponen a escurrir...
Mira, ahí va Ambrosio. ¡Como moro quiere enterrarlo! |
¿Sabéis dónde piensan enterrar al difunto Grisóstomo? |
¡Cuándo se entere el abade! |
"Mª Ángeles Merino llega al comentario del capítulo 12 de la Primera parte del Quijote. Ya sabéis que su empeño es comentar los capítulos que se le quedaron en el tintero en nuestra lectura de la obra. En este caso con un magnífico secundario: el pastor Pedro y su visión de la historia de Marcela. No os perdáis las oportunas ilustraciones, tan de la época."
Creo que es en el Babelia de ayer que Muñoz Molina habla de lo poco que nos acordamos de novelas que nos parece que habíamos leído con atención. Cuando se releén se obtienen nuevos aspectos de los que ya ni idea. Es lo que me ha pasado al leer tu resumen. Habrá que ir pensando en volver a leerlo. Y eso que este capítulo Pedro lo tiene como entrada más popular.
ResponderEliminarHas trabajado duro y bien, como ya nos tienes acostumbrados.
Muy original la idea de acompañar el resumen con las fotos del Belén.
Un abrazo.
jaja...que buenos recuerdos, que pieza de Marcela..
ResponderEliminarEstoy con Pancho, cuando haces un trabajo lo haces de verdad...un abrazo querida amiga
¡Qué maravilla de secundario y de comentario, querida amiga, qué maravilla! Este Pedro sabe subrayar, desde su óptica, lo que sucede con Marcela...
ResponderEliminarEn cuanto a la ilustración, nada más apropiado ni más de la estación en la que nos encontramos.
Por cierto, qué recuerdo se me despierta el de hace un año, con la olla podrida quijotesca.
Que graciosas te han quedado las fotos del pesebre, muy adecuadas a la entrada. Debería releer estos capítulos como bien haces tú.
ResponderEliminarDeseo también que tengas unas felices Navidades.
Un abrazo.
Siempre es refrescante que nos traigas estas historias quijotescas tan bien expuestas tanto a nivel literario como gráfico. Muchos besotes y feliz Navidad desde el lejano y bello Vancouver, M.
ResponderEliminar¡Vaya con el pastorcico- cabrero Pedro! y sus recordatorios de los amores entre Grisóstomo y la casquivana de la Marcela. Me hace gracia cuando dice este Pedro" le digo que aquí nadie desea vivir su verdadera vida. ¡Ay qué razón tiene!
ResponderEliminarNo pensé que el Belén de " Don Colchón" te diese para tanto. Has debido de hacer un montón de fotos.
Besos
Luz
Pancho: tiene razón Muñoz Molina, de los libros leídos queda un leve rastro; en algunos más que en otros. A veces, cuando se relee el libro no es el mismo porque tú no eres el mismo. Buscaré el artículo... Y, además, el Quijote es siempre nuevo, tiene esa virtud.
ResponderEliminarLas teclas de mi ordenador se van a declarar en huelga un día de estos. No se quejarán de lo limpitas que las mantengo.
El personaje Pedro el del bastimento me largó todo en la tienda de colchones. Después se metió en los canalículos.
Manuel: Marcela es una vieja amiga, me cae mejor que la Chole. Sigo leyendo tus comentarios, aquellos del 2008.
Pedro: la figurilla del Belén lo hizo todo, me contó su visión de estos pastores señoritingos. Qué recuerdos.
Euphorbia: es bueno releer y el Quijote es nuevo siempre, como le digo a Pancho. Feliz Navidad.
Ele: asi es, nadie quiere vivir su propia vida. Es el conflicto de estos falsos pastorcillos. Dio mucho de sí el Belén, no hice demasiadas fotos.
Merche: me alegra recibir noticias tuyas desde Vancouver, una ciudad muy fresquita ¿no?
Besos a todos y feliz Navidad.
Buenas noches, Abejita de la Vega:
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada, y lo bien que has sabido utilizar cada figura de ese Belén.
(Por cierto, la enhorabuena a los de la tienda. Esta tarde he visto -con mi nieta- uno que han montado no muy lejos de mi casa, y el herrero golpeaba con un martillo el yunque, había al menos dos fuegos con leña, uno para la fragua y otro para caer hervir el puchero, una fuente en la que corría el agua, ...)
Marcela, también para mí es como una vieja amiga.
La Chole, es un peligro. Debería haber ido a nuestro c(h)olegio.
Abrazos.
P.D.: Cuando miro los libros que acumulo, y los que he leído y no recuerdo ya...y que me parecieron inolvidables en su momento...pienso que el tiempo todo lo borra.