LECTURA COLECTIVA DE LAS RIMAS DE BÉCQUER.
"LA ACEQUIA" (PEDRO OJEDA)
"LA ACEQUIA" (PEDRO OJEDA)
Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!
...
Llevadme por piedad a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme con mi dolor a solas!
Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!...
¡No pudo ser!
Tú eras el océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenías que romperte o que arrancarme!...
¡No pudo ser!
Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder:
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!
Porque son, niña, tus ojos
verdes como el mar, te quejas:
...
Es tu boca de rubíes
purpúrea granada abierta
que en el estío convida
a apagar la sed con ella.
Y sin embargo,
sé que te quejas
porque tus ojos
crees que la afean:
pues no lo creas
que parecen, si enojada
tus pupilas centellean,
las olas del mar que rompen
en las cantábricas peñas.
...
...
Ascua encendida es el tesoro,
sombra que huye la vanidad.
Todo es mentira: la gloria, el oro,
lo que yo adoro
sólo es verdad:
¡la Libertad!
Así los barqueros pasaban cantando
la eterna canción
y al golpe del remo saltaba la espuma
y heríala el sol.
¿Te embarcas? gritaban, y yo sonriendo
les dije al pasar:
—Yo ya me he embarcado; por señas que aún tengo
la ropa en la playa tendida a secar.
¿Gustavo Adolfo Bécquer vio, realmente, el mar ? Su biografía nos dice que , en 1846, con diez años, ingresa en el Colegio Náutico de San Telmo, llamado "de mareantes", como alumno gratuito. En su condición de futuro marino ¿ las naúticas lecciones incluyen ver realmente el océano ? ¿O se limitan sus instructores al cercano y familiar Guadalquivir? No lo sé. Tal vez no hubo tiempo porque el colegio cierra un año después y, desconcertado, ha de buscar otras vocaciones: la pintura, el periodismo, la poesía...
En su corta vida, reside siempre en ciudades o pueblos interiores. Pero, en la rima 79 , nos encontramos con "las olas del mar que rompen en las cantábricas peñas". ¿Cantábricas? ¿Hay algún viaje a tierras norteñas? ¿Se lo permite su frágil economía? ¿Alguno de sus escritos periodísticos deja constancia de ello?
En realidad, el poeta, para moldear su propia realidad poética no necesita ver, ni oír, ni oler, ni tocar .
El mar de Bécquer forma parte de una naturaleza dinámica, agitada, vibrante, animada por una corriente vital que permite la fusión entre individuo y universo.
Así , en la rima 35, las olas braman y él pide ser arrebatado por ellas, de la misma manera que lo hace con los vientos y las nubes. En la 26, se produce un enfrentamiento , la roca contra el océano, él y ella, una unión imposible. En la 79, unas pupilas verdes centellean tan enojadas como las olas "que rompen en las cantábricas peñas". En la 5, el poeta embarca en el barco del desengaño.
Mar desatado, rompiente, enojado, espumeante...
En esta entrada, utilizo las imágenes tomadas ayer, día 27 de junio, en mi excursión de fin de curso. Visitamos un rincón precioso de la costa de Bizkaia: Bermeo, Bakio y la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Busco un mar Cantábrico becqueriano, me parece un disparate; pero en la rima 79 descubro que no lo es tanto
Un abrazo para los que pasáis por aquí de:
María Ángeles Merino
A fe que encontraste el mar perfecto para ilustrar este magnífico comentario de las rimas pasadas por agua salada y viento indignado.
ResponderEliminarDifícil creer que Bécquer se fuera sin conocer la mar.
Un abrazo
Excelente. No hay datos sobre si Bécquer conoció o no el mar, pero sí que supo aprovecar las olas y las mareas para hablar de la poesía, tan difícil de controlar.
ResponderEliminar¡¡¡Hola corazón!!! menuda entrada preciosa, preciosísima. Si llego a venir antes, seguramente alguna de tus fotos hubiera terminado en mi blog...no descarto esa posibilidad. Me gusta el mar, pero me aterrorizan sus olas. jamás me meto en él si alguna incipiente ola me mira de reojo.
ResponderEliminarBecker...ummmmm, mi poeta de culto. Creo que la poesía de los ojos verdes me la hizo a mí...igual que sin ver el mar lo plasmó en sus sentimientos, ¿Por qué no lo pudo hacer conmigo? Seguro que me tenía en su memoria lejana.
¿Y qué me dices de sus leyendas? Yo leía sus leyendas de terror en una iglesia fuera de culto, medio abandonada y a las 12 de la noche, con alumnos de secundaria...jajajaja, más de uno se "cagaba" literalmente en los pantalones.
Besos mi niña.
Te mando foto del Cantábico desde la cubierta del ferry,con salida en Santander.
ResponderEliminarTe podrá parecer novedoso,pero desde las montañas de Burgos se puede ver el mar.
El año 2004, subí al Zalama y desde allí divisé Laredo y Santoña.Entonces rememoré las visitas del pescadero de Santoña con su carro lleno de sardinas ("frecues") para su venta en Montija y Losa en los 50.
Y como hoy es Pedro y Pablo,otra composición, esta sacada de los grabados del primer texto en Castellano del Nuevo Testamento, traducido del griego por nuestro paisano Francisco de Enzinas en 1542.
ResponderEliminarLos grabados ilustan el comienzo de las epístolas de Pedro a los extrangeros, y de Pablo a los romanos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar"En realidad, el poeta, para moldear su propia realidad poética no necesita ver, ni oír, ni oler, ni tocar".
ResponderEliminarPero si, instruirse. Creo yo.
De eso, sabéis más que yo. De los que aprendo a diario
Un abrazo
Feliz verano
¡Bravo! Conseguiste maridar Bécquer y el Cantábrico
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPreciosa entrada, las fotos muy a cuento.
ResponderEliminarCon respecto a si Bécquer estuvo o no, es lo de menos, una persona instruida con buenos conocimientos puede describir paisajes sin tener que visitarlos.
Un saludo.
Acabo de decirlo en La Acequia: estoy tan pero tan vaga que me ha pillado el "carrico del helau" y no he leído lo que debiera.
ResponderEliminarPero que demonios, también está bien de vez en cuando olvidarse de obligaciones.
Besos
No me parece ningún disparate, todo tu post me parece acertado y muy interesante. Desde luego si no vio el mar, lo describió como si lo hubiera visto.
ResponderEliminarLas fotos, estupendas.
biquiños,
Pancho: perfecto mar indignado, se las apañaría para ver el mar. De todas maneras, podía verlo sin verlo.
ResponderEliminarPedro: hizo poesía con la sola idea del mar.
Marina: veo que te gusta mucho Bécquer, poeta de culto. De mis fotos, que son algo malillas, podéis coger lo que queráis. están hechas con ilusión, eso sí.
Te tenía en su memoria, con esos ojos verdes que a él le gustaban tanto. Pobres alumnos, qué miedo...
Vivan...ay, qué belleza de foto, montañas burgalesas vistas desde el mar. Me la guardo como tesoro. Gracias también por la de Pedro y Pablo, traducido el texto por un paisano del XVI. ¿Se podía traducir en esa fecha? Porque más tarde a Fray Luis...
Kety: tú lo sabes mejor que nadie, como poeta. Nosotros también nos instruimos contigo.
Paco: los casé...
Delgado: gracias por la visita, me gustó tu blog, hecho con ilusión. Como dices, no hace falta ver...
Asun: trabajando con niños, no es de extrañar que estés agotada y te pille el del helau, relájate.
Aldabra: no resultó ser un disparate, pero lo parecía. En mi excursión al Cantábrico. tuve un recuerdo para ti, Xixili me recibió en el puerto de Bermeo y me dijo: llévame con una galleguiña que colecciona sirenas.
Besos, amigos
Buenas noches, Abejita de la Vega:
ResponderEliminarUna entrada como nos tienes acostumbrados.
Creo que Bécquer sí vió el mar.
Te dejo un enlace, con el lugar exacto donde aparece, (que había puesto en mi entrada del día 4, de julio) de la Universidad de Sevilla- Fondos digitales. Bécquer. 294 en el que en una carta a sus suegros, les dice:
(...)" hasta junio que iré a tomar los baños de mar en Bilbao a fin de estar bien para el otoño...”.
Algunas referencias, solamente en las RIMAS:
Al ‘mar’: 6, 15, 25, 39, 56, 79
Ola-s: 18, 20, 33, 35, 42, 79
Abrazos
Buenos días, Abejita de la Vega:
ResponderEliminarHe visto que mi link no lleva a la carta mecanografiada, en directo.
Te diré los pasos para llegar:
1.-En la parte izquierda, donde pone: ‘Búsqueda general’ escribes: ‘Bécquer’
2.- Te saldrá: Manuscrito. Autores: Montoto, Santiago
3.- Haces clic, en Manuscrito. Verás que son 446 páginas de información.
4.- Escribes 294, a la izquierda de Ir a.
Espero que la encuentres.
Abrazos.
¡¡Uuuyyyy me había perdido tu fenomenal entrada marítima y que refrescante que es!
ResponderEliminarBesos