Vengo de El blog de Sor Austringiliana y encuentro esto:
Oí una voz que me llamaba por mi nombre. Era Laura Mediavilla Martín que como suele decirme en nuestros fugaces encuentros: nos fijamos en las mismas cosas. Me mostró las atractivas flores moradas del mismo árbol, cercis siliquastrum, tomadas recientemente por su móvil en otro parque de la ciudad. Laura tiene buena mano, y ojo, para las fotos. Espero que las publique por aquí. Hasta otra, amiga.
A una estatua de Cervantes le cuadra, como escolta arbórea, el del Amor. Mucho Amor encontramos en su Quijote, el de Dulcinea es el más extremado, el "enamorado de oídas":
"Tú me harás desesperar, Sancho —dijo don Quijote—. Ven acá, hereje: ¿no te he dicho mil veces que en todos los días de mi vida no he visto a la sin par Dulcinea, ni jamás atravesé los umbrales de su palacio, y que solo estoy enamorado de oídas y de la gran fama que tiene de hermosa y discreta?"
https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/cap09/default.htm
Sancho es un hereje...
Sigo mi paseo, llevo un libro de Galdós: el Episodio Nacional 24, tercera serie, Luchana, sigo con las guerras carlistas. El amor del protagonista, Fernando Calpena, por su Aura, es muy romántico, pero también muy quijotesco, no es Dulcinea pero algo dulcinesco tiene.
Ya ve, Sor Austringiliana, un árbol que pide fotos y que le hablen de literatura.
María Ángeles Merino
Que romántico todo:fotos ,literatura y recrear la vista con cosas bellas.Que cada primavera por estas fechas se nos alegren los ojos y se nos avivan las alergias..
ResponderEliminarVeo que sigues disfrutando con tus lecturas estimada María Angeles
Un abrazo.
Una alegría que entres en mi blog, Bertha. Me refugio en mis lectoras y sigo disfrutando de ellas. Un abrazo.
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