miércoles, 13 de enero de 2021

Algunas historias no sirven para escribir historias de amor (José Ignacio García). A los que hirió el amor.



Comentario sobre el libro de relatos Algunas historias no sirven para escribir historias de amor de José Ignacio García, para la lectura colectiva de La Acequia y Alumni UBU, dirigida por Pedro Ojeda.

Ayer, comenzaba a leer el último relato de Algunas historias no sirven para escribir canciones de amor, del escritor leonés José Ignacio García, cuando pitó mi móvil y se asomó la añorada muñequita del Club de Lectura de La Acequia, siempre bienvenida. Pedro Ojeda lo señalaba como lectura para enero, poniendo en marcha el Club de Lectura, interrumpido en marzo, por el confinamiento de la pandemia. 

Tomada de La Acequia

Algunas historias no sirven para escribir canciones de amor. El título podría ser un triste y hermoso microrrelato. Suena a desilusionada conclusión de alguien que tira la toalla. 

¿Y cómo son las que sí sirven? Hago memoria de mis años jóvenes, que los tuve, y me viene algo así como: "Nunca olvidaré la tarde fría que pasamos juntos del invierno aquel, la emoción que yo sentí al acariciar tu piel. Tú tenías quince años, yo no había cumplido aún los dieciséis. Nunca mi amor olvidaré cuando por primera vez yo te besé...". Como veis, me falla un poco la memoria.


Amor romántico, no, aquí cuadraría esta otra, todavía más vieja: "Como si una guerra cruel vinieran de perder...A los que hirió, a los que hirió el amor...". ¡Eso es! Bueno, cosas mías, María Ángeles déjate de digresiones. Al grano, digo al libro y a las canciones que tocan ahora, Sabina y demás.

Os decía del último relato, el que lleva el mismo título del libro y contiene, desde las primeras líneas, trazas de dejarnos en el rincón de pensar, tan impactados como con el primero. Y con los demás, que cada lector elija el que le dejó más KO, con los esquemas más del revés. 

Los protagonistas parecen pedir nuestra complicidad, por más extrema que sea la situación: no es para tanto lo que les sucede, qué van a hacer, lo mismo que cualquiera. “La vida es muy cabrona” pero han de mantener la dignidad. Son perdedores, les hirió el amor o la vida o las dos cosas, no habrá perdices. Cada uno en su ambiente: muebles, vestidos, comidas, bebidas, canciones, incluso programas de televisión. Leemos, vemos, tocamos, olemos, gustamos y entramos en su mundo de dentro. José Ignacio García nos coloca delante del lado oscuro de la vida, sin amargura, con ironía y su buena dosis de comprensión y cariño.

No son relatos para canciones de amor, pero hay mucho amor en lo que estamos leyendo, distinto, tremendo, doloroso:

"Te levantas y recorres el pasillo casi de puntillas con cautela, y a la vuelta del recibidor descubres la escena. Blanca desmadejada entre los brazos de un hombre barbudo, desarrapado y mucho más joven que ella que parece que la quiere despojar de la blusa y del sujetador con la misma ansia que un zorro trataría de desplumar la presa que ha atrapado tras la alambrada de un gallinero. No sabes qué hacer...otro ha activado en la mujer que adoras los resortes lascivos que tú nunca has imaginado que pudiera tener..." (Galanes)

Como escribe certeramente Tomás Sánchez Santiago en el prólogo titulado “De la escritura simbiótica”:

“Por estos diecinueve relatos vuelven a atravesar ante nosotros personajes en manos del destino, hombres y mujeres que cumplen irremediablemente “esa oración consecutiva que es la vida” y aceptan, en glacial mansedumbre, lo que les va llegando.” 

Sí, cabe mucho amor en esa "glacial mansedumbre", también desamor. En el cornudo que quiere recuperar a su adorada chica sencilla, en la guapetona y culta Jéster Sú que premia al único que no la mira con ojos lascivos, en el indiano venido a menos, en la cartera enamorada de un Diógenes que acumula cartas de banco, en las "novias viudas" que intercambian venganzas, en el sicario que se niega a matar, en la mujer que compra"archiperres"al vendedor ambulante...Tengo que volverlos a leer, se pueden y se deben leer más de una vez.

A ver si escribo más, ay mi blog que, haciendo honor a su nombre, lleva camino de criar telarañas. Bienvenidos sean los dos clubes de La Acequia, el virtual y el presencial. Y si los dos tienen que ser virtuales, es lo que hay y la salud es lo primero.

Un abrazo de María Ángeles Merino para los que pasáis por aquí. 

Palabras en rojo tomadas directamente del libro Algunas historias no sirven para escribir canciones de amor, de José Ignacio García, Péñola, primera edición, junio de 2020. 

10 comentarios:

  1. Aunque no haya leído el libro, ni esté en mis planes hacerlo, siempre son bienvenidas estas críticas fuera de la crítica oficial, estos comentarios espontáneos de esa arañita tejedora de palabras.

    Tal como está el patio, voy a ver si me encuentro unas cuantas canciones de amor de las de siempre.

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    1. Seguro que encuentras un buen ramillete de canciones de amor, de las de siempre.
      A tejer se ha dicho, Carmen.

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  2. En la vida de todos debería haber, al menos, un gran relato para escribir canciones de amor. Gracias por tu aportación, María Ángeles. Seguimos.

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    1. Todos tenemos nuestro relato, no sé si serviría para canciones al uso.
      Gracias a ti y seguimos, cómo no.

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  3. Me entrometo , con tu permiso, en tu blog , a pasitos . Un abrazo.😄 también para tí por compartir tu red de araña.

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    1. Siempre bienvenida, esta es tu casa.Berta Martín. Compartimos.

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  4. Todavía no he leído el libro, pero después de leerte y de escuchar las canciones de amor, quiero hacerlo, aunque en las circunstancias en las que nos encontramos, nieve y confinamiento, me parece que tardaré algo en tenerlo en mis manos.

    Parece que cuenta, diversos tipos de amor. Te dejo esta frase: La felicidad, al igual que el amor, es difícil de definir, pero se sabe cuando se siente y se nota cuando te falta. Creo que así comenzaré mi crítica, después de leerte a ti.

    Besos

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    1. Te gustará, seguro.
      El amor de los heridos por el amor. También el desamor.
      Se sabe...

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  5. -Bueno esto ya se va animando falta hacía: aunque no sea participe, pero si, me encanta leer vuestras reflexiones y me estaba acordando de tu compañera de lecturas anteriores "Austri".

    Un abrazo virtual y con todo mi afecto hasta la próxima.

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    1. Nos vamos animando, es una alegría verte por aquí, Bertha. Austri te envía un abrazo muy grande.

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