sábado, 29 de febrero de 2020

Nos adentramos en la oscuridad de Poeta en Nueva York: "Ni tú, ni yo, ni el aire, ni las hojas."



En la entrada anterior, me asomé "al balcón del vértigo lorquiano" y contextualicé "el poemario y algunas imágenes, que de tan oscuras nos pertenecen"; porque "A Poeta en Nueva York hay que entrarlo por ese misterio en el que nos reconocemos". Ahora continúo, me adentro en la oscuridad, el camino es difícil y oigo "el cri cri de las margaritas". 



"Enrique,
Emilio,
Lorenzo.

Estaban los tres helados.
Enrique por el mundo de las camas,
Emilio por el mundo de los ojos y las heridas de las manos,
Lorenzo por el mundo de las universidades sin tejados."
...

"ESTUDIANTES BAILANDO, VESTIDOS DE MUJER" (Fotografía que acompaña a "Fábula y rueda los tres amigos)

Y me encuentro con la fábula de los tres amigos que bailaban a la rueda, rueda: Lorenzo, Emilio y Enrique. "Tres y dos y uno". La danza mortal del amor perdido. 

Estaban los tres helados, quemados, enterrados y momificados. El poeta los vio "perderse llorando y cantando por un huevo de gallina". ¿Eran tal vez los que le llamaron cobarde y costumbrista y perro andaluz? ¿Su nombre era acaso Dalí y Buñuel? ¿Era el  Emilio que mostró su verdadera máscara traidora?  Olvido las arqueologías literarias. 

Federico "había matado la quinta luna y bebían agua por las fuentes los abanicos y los aplausos".  "Se hundieron las formas puras bajo el cri cri de las margaritas" y comprendió que le habían asesinado. 

Huyó por la sexta luna arriba, es inútil que abran toneles, armarios y fosas con esqueletos que, a veces, llevan oro. Ya no le encontraron pero "el mar recordó ¡de pronto! el nombre de todos sus ahogados". 

¿Premonición? 



Tu infancia en Menton

Sí, tu niñez ya fábula de fuentes.
Jorge Guillén. 

"Sí, tu niñez ya fábula de fuentes.
El tren y la mujer que llena el cielo.
Tu soledad esquiva en los hoteles
y tu máscara pura de otro signo"
...

Jorge Guillén busca recuperar "el tiempo en profundidad", el de la niñez, el único en que las fábulas son posibles. De manera semejante, García Lorca, traicionado por la persona amada, va a intentar recuperar el "alma tibia" del traidor:  

"Norma de amor te di, hombre de Apolo,
llanto con ruiseñor enajenado,
pero pasto de ruina, te afilabas
para los breves sueños indecisos."

Ha sido engañado pero desearía atrapar ese mismo amor y reconducirlo al tiempo donde son posibles las fábulas. 

"Amor, amor, amor. Niñez del mar."

Pero la infancia ha pasado: "Sí, tu niñez ya fábula de fuentes". Un remedio imposible "para el dolor de Apolo detenido/con que he roto la máscara que llevas". 

Este poema enlaza con "1910. Intermedio". La infancia como paraíso perdido y tiempo de la auténtica felicidad está presente en todo el poemario. En una imposible fábula, cabría la intersección de infancias de los dos amantes, allí:

"Allí, león, allí furia del cielo
te dejaré pacer en mis mejillas." 
...


"Ni tú, ni yo, ni el aire, ni las hojas". No hay nada, solo queda la niñez, fuente de fábulas. 

¡Qué poco camino he recorrido! Solo la sección I. Poeta en Nueva York transmite muchísimo dolor. No es para leer de un tirón, yo al menos no puedo. Voy muy, muy lenta y tanteando. De vez en cuando, algo de luz. Las imágenes, unas me desconciertan, otras me enamoran...

Espero poder seguir adentrándome en el misterio de Poeta en Nueva York. 

Un abrazo para todos los que pasáis por aquí de:

María Ángeles Merino

7 comentarios:

  1. Inevitable pensar cuando leemos sobre los tres amigos en esos amigos de la Residencia de Estudiantes.

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  2. Los amigos pueden causar más dolor que los enemigos. Dalí y Buñuel fueron muycrueles, al parecer. Y la traición del amante que se quitó su máscara..Tantea os la oscuridad.
    Besos

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  3. Es un libro que nos pide sosiego, pero que nos llega al pulso de la emoción. No nos obsesionemos con comprenderlo, dejándonos ir en sus versos.

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  4. En lo que a mí respecta, cuando leo los versos de este libro, en su apariencia lleno de sombras, me dejo llevar por el agua que los sustenta, sin preguntarme nada, solo dejo que sus palabras, aparentemente tan inconexas, me acaricien y me vayan produciendo distintas emociones.

    No obstante, cada persona tiene una forma de leer y sentir y más si es poesía y creo que aunque no lo quieras, me da la impresión que en esta segunda entrada, te vas contagiando de esa irrealidad que nos deja Lorca, para hacerla más tuya.

    Siempre me gustó en especial este verso que citas "el mar recordó ¡de pronto! el nombre de todos sus ahogados".

    Besos

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  5. Sin obsesionarse, Pedro,para entrar y quedarse hay que saber qué tienes entre manos De lo contrario, pasa, como les ha pasado a algunos lectores:que abandonan dw pura desesperación.
    Sí, Luz, te dejas llevar por el agua porque ya sabes por donde vas, tienes conocimiento suficiente.
    Besos

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  6. A pequeños sorbos, o medianos, adelante.

    Besos

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