miércoles, 15 de enero de 2020

Muestrario de lecturas para Sidi de Arturo Pérez Reverte.

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Comenzamos el curso en el club de lectura de La Acequia y Alumni UBU con la novela Sidi. Un relato de frontera, de Arturo Pérez Reverte (Alfaguara 2019). Nuestro profesor y director Pedro Ojeda nos escribe en el blog La Acequia:

"Este año ha tenido unas circunstancias especiales que me han hecho retrasar el comienzo. Pido disculpas a los seguidores habituales de este espacio, pero me ha sido absolutamente imposible dado todo lo ocurridoAhora, que comienza a normalizarse la vida, retomamos esta vieja iniciativa..."

Circunstancias que comprendemos con nuestro mayor cariño y no hay nada que disculpar. 

Pedro Ojeda nos presenta "una novela que se suma a una tradición literaria que trata la figura histórica de Rodrigo Díaz, conocido como el Cid". Su autor ya nos confesó que Sidi: "Es tan real y tan falso como todos. Porque en el Cid hay un 25 por ciento de historia probada y el resto es leyenda, suposición, reconstrucción...".  Y circulan  miles de Cides en España y en el extranjero, este tal vez con más "polvo, sudor y hierro" y una dosis extra de sangre.


Los lectores encontrarán trazas de historia, leyenda, literatura e incluso de "western". Armarán su Sidi y probablemente  intenten encajarlo en su idea previa del personaje. Si no es así, podrán entretenerse con una novela de aventuras sin más; aunque, en Burgos, será difícil no tener un Rodrigo Díaz de Vivar personal, aunque sea el de la escuela de antaño o el que sugiere su famosa estatua ecuestre.


Sidi. un relato de frontera tiene muchos niveles de lectura y aquel 2 de octubre encontré, sin buscarlo, un pequeño muestrario. Arturo Pérez Reverte presentaba la novela  en el MEH de Burgos y dicen que la cola llegaba hasta el puente de San Pablo, el de las estatuas cidianas, casi ante las barbas del mismo Campeador a caballo. Cuentan que una mujer la inició a las cuatro de la tarde y con su santa paciencia esperó hasta las ocho y cuarto. Hay quien añade que los guardias de seguridad pensaron en llamar a las fuerzas del orden, ante la avalancha de señoras indignadas porque una vez cubierto el aforo no podían entrar. No soy lectora habitual de Pérez Reverte y la perspectiva de montar guardia, a la intemperie frente al MEH, no me seducía; pero la casualidad me puso delante de la bulliciosa cola y la curiosidad me llevó a escuchar a admiradores y detractores. 



-¿Qué pasa ahí?

-Es la presentación de un libro sobre el Cid.

-¿De quién? 

-De Arturo Pérez Reverte. 

-¡Nunca vi tanto público para un escritor!

-Me gustan mucho sus novelas de aventuras, son muy entretenidas. Disfruto como cuando era un crío y leía los tebeos del capitán Trueno. Espada va, espada viene, mi favorito es El capitán Alatriste, un mercenario pero con principios. Acabo de comprar Sidi. Un relato de frontera, aquí la tengo para que me la dedique. De Pérez Reverte y del Cid siendo yo de Burgos no me lo podía perder. 



-Yo soy muy de Pérez Reverte, hace muchos años empecé con El maestro de esgrima y seguí con La tabla de Flandes y El club Dumas. Y casi casi tengo leídas las veintidós que ha escrito. Me falta la última de Falcó y la de Sidi, a ver si puedo comprarla ahí dentro, antes del acto. 

-Me gustan las novelas de tema histórico, te entretienen y, ya de paso, aprendes historia que nunca viene mal. La Edad Media es muy interesante, todo eso de la Reconquista y los ochocientos años que estuvimos luchando, pim pam, contra los moros. Aquí tengo Sidi, calentita como recién salida del horno. 

-¡Lo que hay que oír! 



-"Sexista, machirulo, cuñado, cipotudo". No aguanto a ese tío pero me come la curiosidad y voy a verlo, qué demonios. 

-Yo no me pierdo el XL Semanal por los artículos de este hombre. Él mismo lo dice: "Escribo con tanta libertad que me sorprende que me dejen". 

-Y qué me dices de sus demoledores tuits, pulla por aquí, pulla por allá contra los políticos "esa gentuza"" los talibanes de género y de génera", los independentistas y sus "basuritas político folklóricas", las feministas "esa panda de tontas de la pepitilla", la RAE a la que amenaza con salir dando un portazo, los tuiteros que le llaman machista, franquista o fascista...

-Esos son gilipollas, cortos de entendederas, analfabetos o "más simples que el mecanismo de un sonajero". ¡Qué deslenguado!

-No, sino que Pérez Reverte crea el personaje de Pérez Reverte y sabe lo que a sus lectores les gusta oír. Don Arturo, que para nada viene del franquismo, conoce muy bien el perfil de sus fans. 

-A mí de todas sus novelas me gustó especialmente El pintor de las batallas. Refleja su experiencia en las guerras donde fue corresponsal y cumplió una función terapéutica. Estuvo en muchas, dicen que la de Eritrea fue la que le dejó más marcado. 


-¿Que si es bueno este libro que tengo aquí? No sé, es muy entretenido, como las películas del Oeste que veíamos en el cine Rex, de críos, dos películas siete pesetas. Va un jinete que otea desde un cerro y ve allá una humareda. Han atacado a una pobre familia que vivía en una tierrecilla, con el arado, el buey, la espada y el ojo siempre abierto, en la mismita frontera donde atacaban los moros, igualito que los indios. Pero para eso está el Cid y sus valientes, para ayudarlos, y allá van, a ver si pueden rescatar a los que han quedado vivos. Y los rescatan y matan a los moros malos y se van a Zaragoza a trabajar con un rey moro bueno que tiene una hermana muy guapa que se enamora del Cid; pero Rodrigo no olvida a Jimena. Y lían una batalla para atacar  un castillo, el fuerte de los moros malos, y pagan al Cid con monedas de plata por su ayuda. Así puede pagar a los suyos y, además, se queda con la Tizona del rey catalán que ese también estaba con los moros. Me creo que continuará. 



-¡Ya se lo ha leído entero! Ande calle, no nos lo destripe.

-Yo lo compraré, me gustaba mucho cuando en la escuela nos hablaban del Cid. Los cristianos luchamos ochocientos años con los árabes que no eran cristianos. Por fin los echaron y el mejor guerrero  era el Cid que los venció en muchísimas batallas y les quitó Valencia. 



-Ruy Díaz, el de Sidi, no es como usted dice. Ese es el de la escuela franquista, el de la enciclopedia Álvarez que habría que quemarla. Mira lo que dice el escritor: 


-Yo lo estoy leyendo a gusto; a ver si me firma el libro. En EGB, leíamos los fragmentos del Cantar de Mío Cid más humanos, en los libros de Lázaro Carreter. En Sidi está lo de la niña de Burgos, la única que se atrevió a hablar con el Cid, aunque la lleve a Covarrubias y no diga lo de perder "los ojos de las caras". Echo en falta la despedida del Cid a su mujer y a sus hijas que se separan, qué fuerte, "como la uña de la carne". Cómo nos reíamos con lo del león que se escapaba de la jaula y el Cid lo manejaba como a un perrito y mientras tanto los infantes de Carrión, los muy cobardes, escondidos bajo el escaño, cagaditos de miedo, con el manto y el brial que "sucios de allí los sacó". Ahora no se leen los clásicos en la escuela ni en el instituto y es una pena. Mis hijos, en el insti, solo leen historias de chavales como ellos y del Cid mejor no les pregunto. 





-Todo un carácter Rodrigo Díaz de Vivar. Cómo amenazaba a Alfonso VI en el romance: "Villanos mátente Alfonso, villanos que non fidalgos, de las Asturias de Oviedo que non sean castellanos...". Me han dicho que en Sidi está también la jura de Santa Gadea, como un recuerdo del fiel Minaya que se ríe recordando cuando el jefe consiguió sacar "los colores a un rey", "ante la flor y nata de León y Castilla". Pero no hay color, mira tengo señalada la página 23: "Y como al rey don Sancho, también os maten a traición villanos, no caballeros". Ni "cuchillos cachicuernos" ni nada, estas juras no "ponen espanto", me gusta más el romance. 

Iglesia de Santa Águeda o Santa Gadea (Burgos) 

-Y el rey aguantando todos esos improperios de un infanzón. Todo es más falso que Judas porque no hubo tal jura, ni como la del romance ni como la de Sidi. Es dar una patada a la historia, lo mismo que lo del engaño a los judíos, aunque esté en el Cantar. Eso sí, en la iglesia de Santa Águeda, una inscripción asegura que allí "prestó el rey Alfonso VI ante el Cid Campeador su famoso juramento". Y en la Catedral tenemos el cofre del Cid, cualquiera les dice a algunos que nada de eso es verdad, se enfadan si les rompes los esquemas. En Burgos, como dijo Azorín,  "la leyenda contrabalancea la historia". 

-¿Fue desterrado de verdad el Cid?



-Sidi comienza con el Cid al principio del destierro, 1080 más o menos, viviendo en la frontera del Duero y sus aledaños, con su mesnada al servicio de quien los contrate, ya sean moros o cristianos, para ganarse el pan. Mercenarios, gente dura en un mundo duro, la vida al límite. Algunos son parientes cercanos  y amigos de la infancia de Ruy que no admite familiaridades. Huele a sudor, a hierro, a cuero, a sebo, a cuerpos mal lavados, a estiércol. Leo y es como si cabalgara con ellos, con el paisaje por delante muy bien descrito, los ojos en la distancia y en la cercanía a la vez, atentos a las trochas por donde puede sorprendernos el enemigo. Dan con los moros, pelean, matan y el botín cambia de manos, además de liberar a la pobre gente que llevan esclava. Luego vamos a Zaragoza pero hasta ahí he llegado. Siempre me han gustado las de guerras, soy muy guerrero. 


-Pues ya verás la que te espera. Contratado por el rey moro Mutamán pelean contra aragoneses y navarros, ya ves, contra cristianos. Vives la guerra, al grito de "¡Santiago, Zaragoza y Castilla!", relinchos de caballos, suena el cuerno de guerra, "tunc chas tunc chas", el acero contra la carne, corren las  sombras despavoridas, es una carnicería, las espadas son "el látigo del diablo", aúllan los jinetes y los hombres que mueren. Tiene un ritmo trepidante, te va a gustar. No te cuento más. 

-¡Castilla que hizo a España! 

-El Cid es un líder que sabe gobernar a sus hombres en un mundo durísimo y hacer que mueran por él. Duerme, come, se expone, pasa penalidades como ellos. Los moros le respetan y admiran, él se presta incluso a rezar a Alá. Un caballero de segunda fila consigue que su nombre perdure en la historia más que el de un rey. Sidi podía entenderse como  "un manual de liderazgo".  Y se ha basado en su propia experiencia como corresponsal de guerra. Espero que nos lo cuente en la presentación. 

-Aunque su rey le destierre, él siempre fiel a su señor natural. "¡Dios qué buen vasallo si hubiera buen señor!" Así somos los burgaleses...

-Un mundo de hombres, no podía ser de otra manera. He empezado a leerlo y la primera mujer que aparece es una víctima de las algaras, muerta en el portón de su casa, con las piernas abiertas. Doña Jimena y sus hijas se quedaron en Cardeña "al amparo de los frailes", con dinero solo para medio año. 


-Me han dicho que luego aparece un personaje femenino. Se inventa a Raxida, una hermana del rey moro. Una mujer muy bella e independiente que hace caer al Cid, que no es de piedra, en un hammán, un baño árabe, ya sabes. Le da un buen baño.

-Falta le haría. A ver si entramos y nos cuenta todo eso. Y le tiramos de la lengua cuando llegue el momento de las preguntas. 

-Aquí tengo mi colección de palabras: algaras, aljubas, virote, aceifa, gonela, almogávar, palenque, lorigas, ruana, cordobán...

-A ver si vamos entrando, que tenemos ya aburridas a las estatuas. 

No podía quedarme y me marché. Allí los dejé en la cola, confío en que por fin pudieran entrar en el salón de actos del MEH. Les agradezco que me ofrecieran un muestrario de lecturas de Sidi. Un relato de frontera. 

Un abrazo para los que pasáis por aquí de:

María Ángeles Merino Moya

En literatura, se cuentan mentiras para contar verdades. 

6 comentarios:

  1. Me gusta esa frase final: mentiras para contar verdades. Hay que ser capaces de sacar lo general de lo particular.

    A mí me encanta el romance de la jura, el de los cuchillos cachicuernos, y lo he pasado muy bien en esa cola, aunque al final casi que me dolían los pies, pero he llegado hasta el final, porque era un placer.

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    1. A mí también me encanta el de la jura con sus cachicuernos y demás. Gracias por acompañarme a pie firme. 😘

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  2. No pudiste entrar, pero viviste la cola con intensidad, desde luego. Ahí está recogido un abanico de lecturas de esta novela que es, antes que nada, un relato entretenido.
    Bien hecho.
    Besos.

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    1. Gracias Pedro, como ves de un mismo libro las lecturas y las posturas son muy variadas intensamente vivida una espera imaginaria. 😘

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  3. ¡jajajajajaja no desperdiciaste la oportunidad
    de se la cronista de esta pintoresca cola!

    Besos

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    1. Y tan pintoresca...e imaginada. Jaja. En literatura hay que decir mentiras para decir verdades. 😘

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