Vuelvo a las palabras de Azorín, las de su libro La cabeza de Castilla, las que nos leyó Pedro Ojeda Escudero, en el homenaje del día 12, junto a las ruinas del monasterio de San Francisco, en nuestro Burgos:
No pude resistir la tentación de comprobarlo, en la iglesia de San Lesmes; como tampoco resistí la tentación de leer La cabeza de Castilla, donde Azorín nos muestra, en su magistral prosa, un Burgos muy literario y muy poco real. Me senté junto al sepulcro del santo, esquivando las miradas curiosas de las feligresas.
Sepulcro de San Lesmes y La cabeza de Castilla.
El artista lo esculpió con un libro abierto en la mano. Curioseo y descubro que las páginas están en blanco, no importa. Imagino que Adelelmo, San Lesmes, tuvo que leer, y mucho, sabemos que no andaba escaso de conocimientos:
Sueño al monje San Lesmes con tiempo de repartir el pan a los pobres, ayudar a los peregrinos y planificar canales y esguevas para encauzar las pestilentes aguas estancadas, evitando fiebres malignas.
Y Adelelmo leería mientras paseaba por las orillas del Arlanzón. Vamos a hacer como él. Venid conmigo:
Con María Ángeles Merino y Azorín.
Textos tomados de: La cabeza de Castilla, Azorín, editorial Espasa Calpe, colección Austral, segunda edición, 1967. Capítulo XI, Burgos, páginas 79, 80 y 81.
Lo dicho:siempre se aprende algo nuevo y más con lo bien que te explicas.-Desconocía este santo varón, una suerte que haya caído por esas tierras.
ResponderEliminarFelices vacaciones MªAngeles.
Santo y práctico. A Dios rogando...
EliminarFelices vacaciones Bertha
Gracias por recordarme que meta en la lista de lecturas del verano ese Azorín tan literario.
ResponderEliminarYo a san Lesmes le asocio siempre a los titos, pero esa es otra historia.
Azorín es algo huero pero hay que leerlo.
EliminarLo de los titos es cuando las Candelas.
Besos
Nos adentramos en las lecturas de verano de la mejor manera...
ResponderEliminarNos adentramos bien con un poco de Azorín.
EliminarBesos Pedro