Aquí tenéis mi hierbajo, la "crasulácea" que vive en una maceta, como si de un geranio se tratara. En una entrada anterior, dejé pendiente el contar su pequeña historia. A ello voy:
Hace casi ocho años, una alumna me obsequió con una hermosa rosa, en un humilde vaso de usar y tirar con agua, arropada por hierbas de las que crecen en cualquier parte.
La flor vivió mucho tiempo y alegró mi mesa de trabajo.Ya no parecía rosa cuando decidí tirar a la papelera aquel obsequio hecho con cariño. Iba a arrojar también las hierbas que la rodeaban pero...
...el hierbajo había desarrollado una enorme raíz que se me quedó entre los dedos. Dije en voz alta: "esto quiero yo, echar raíces aquí". Mis alumnos me miraban divertidos.
Me lo llevé a casa y lo planté en un tiesto. Y vivió, ya lo creo que vivió. Todos los años echa flores en verano, aunque en otoño haga la poda y vuelva a crecer. Ocho cursos.
Porque yo quería echar raíces, deseaba quedarme en aquel lugar donde trabajaba feliz. Porque yo había estado...donde me habían hecho sentir como un mal hierbajo. Vencí y la humilde planta me lo recuerda cada día, en mi ventana. Ahí está, junto a las campanillas azules.
Esta es la historia de mi hierbajo, toda una señora crasulácea.
María Ángeles Merino
Ahora me despido del CEPA Victoriano Crémer y he querido volver a la historia del hierbajo. Es el momento de daros las gracias, a todos los de este centro para mí tan especial.
¡GRACIAS!
¡Se cierra un ciclo pero se abre otro, como en la vida, como en las más humildes plantas!
ResponderEliminarEs de bien nacido ser agradecido y tu lo eres doblemente.-Por cierto muchos profesores están pidiendo traslado a nocturno o a CEPA.
ResponderEliminarPues desearte que pases un verano tranquilo y que esta planta siga muchos años haciéndote compañía.
Un abrazo.
La historia del hierbajo (recordaba que ya nos habías hablado de tu crasulácea) es entrañable y en eso de echar raíces ¡sabes que te entiendo muy bien!
ResponderEliminarCierras una etapa, empiezas otra ¡toda la suerte fuerza y éxito del mundo!
Un abrazo
Me habías contado ya esa historia de tu "hierbajo",pero ahora que acabo de leerla,me ha gustado todavía más.Conociéndote me ha producido mucha ternura.¿Qué tal va tu verano?El mío muy bien,sacando ratitos para leer ese libro tan especial que me regalaste,querida compañera.Besos.Emiliano.
ResponderEliminarEl hierbajo vive en mi ventana como el Crémer vive en mí. Los hierbajos se metamorfosean en crasuláceas, en buena tierra, ya sabes. Han sido ocho cursos inolvidables con vosotros. Me gusta que te guste mi relato y el libro especial. El verano, tranquilo en la costa Arlanzón. Un abrazo, Emiliano.
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